
Blue Hour over Tokyo. Foto en flickr de Schwarzkaefer. Algunos derechos reservados.
Me encanta Murakami. Hace ya muchos años que lo descubrí y, desde entonces, se ha convertido en una adicción. Su lectura me hipnotiza, me emociona, me hace reflexionar y darme cuenta de lo que es verdaderamente importante en la vida. Para disfrutarlo sólo tienes que dejarte ir, abandonarte a su escritura, entrar en su mundo. Murakami no se queda en la superficie, va hasta el fondo, muchas veces de auténticos pozos (un importante símbolo en su literatura), y si vas de su mano, una vez que has pasado por todo tipo de experiencias, algunas muy duras, otras deliciosas, también extrañas, irreales, cargadas de simbolismos, sales, como sus personajes, convertido en una persona más sabia. Simplemente aprendes a conocerte mejor a ti mismo y al mundo. Él dice que se deja la piel escribiendo y yo creo que, nosotros, los lectores, tenemos que dejarnos también la piel leyéndolo. Más que leer, hay que vivir sus libros.
Tokio blues es un torrente de emociones y sensaciones ¿no os pasa al leerla que se os ocurren muchísimas cosas que comentar que luego son muy difíciles de trasladar al papel? Porque Murakami, a pesar de su estilo claro y sencillo, es muy complejo (y en esa manera sencilla de plasmar esta complejidad está su maestría) y es difícil abordar tantos temas esenciales que plantea. Así que, esta vez, voy simplemente a dejaros unas cuantas reflexiones sobre esta primera parte tal como me han ido surgiendo para que os animéis vosotros a dejar las vuestras.
Un Watanabe ya adulto se enfrenta a su pasado y siente que tiene que comprender lo que pasó. El paisaje, aquel prado en octubre, le grita: ¡vamos! ¡Arriba! ¡Aún estoy aquí! ¡Arriba! ¡Levántate y comprende! ¿Cuál es la razón de que todavía esté aquí? […] Por eso ahora estoy escribiendo. Soy de ese tipo de personas que no acaba de comprender las cosas hasta que las pone por escrito.
En Tokio blues encontramos los temas recurrentes en la literatura de este autor, sobre todo la soledad de sus personajes. Son seres que no comprenden demasiado el mundo que les rodea, lo ven desde fuera y acaban encontrándose (no en vano) con otros seres iguales de solitarios que ellos. Yo creo que son solitarios porque son personas diferentes, algunos están “deformados”, como se define a sí misma Naoko, otros tienen una visión peculiar de las cosas como Midori que, por otro lado, es la que más vive en el mundo real. Me encanta esta chica: honesta (todos lo son), natural, divertida, independiente, realista, valiente y fuerte. Pero peculiar. Y muy madura, como lo es también Watanabe. El impasible Toru que tan bien sabe escuchar a los demás pero, como le dice Naoko: sé que no puedo esconderme en mi caparazón y dejar que las cosas pasen. Y me da la impresión que tú haces eso. Midori es una superviviente, como Watanabe, pero ha sobrevivido con más frescura y vitalidad y Toru se siente atraído por ella a pesar de su amor por Naoko. ¿Qué pasará entre ellos? ¿Cómo manejará Watanabe ambos sentimientos encontrados? Quiero resaltar la maravillosa escena en la que Midori canta canciones a Toru subidos en el tejado de su casa mientras un incendio cercano pone en peligro sus vidas sin que parezca que a Midori le importe nada. ¿Qué opináis, por ahora, de los personajes? Además del triángulo protagonista: Watabanabe-Naoko-Midori, por ahora sólo han aparecido el ligón de Nagasawa y el “friki” Tropa-de-Asalto.
Como ya hemos dicho, esta novela no es tan simbólica como otras de él, pero en esta primera parte hay dos pasajes donde aparecen elementos simbólicos: el del pozo y el de la luciérnaga, ¿qué creéis que significan?
Otro aspecto a resaltar es que, aunque sus protagonistas son jóvenes, no se puede considerar a Tokio blues la típica novela juvenil sino todo lo contrario. En mi opinión es una novela madura, sólida. Las reflexiones, los diálogos (brillantes) así nos lo muestran. Sus personajes están perdidos, sí, pero intentan comprender, entenderse, buscar respuestas y salidas, incluso Naoko, la más tocada, que ya instalada en el singular sanatorio donde se recluye y se tranquiliza, opta por una actitud analítica de su comportamiento. Incluso Naoko es madura.
Los personajes dan largos paseos sin rumbo por una inmensa Tokio, visitan muchos locales donde comen, toman un café, una copa… Tokio aparece como una ciudad bulliciosa, una urbe gigantesca, anónima, del todo ajena a los sufrimientos y zozobras de los personajes, el escenario perfecto e indiferente donde estos solitarios y perdidos protagonistas en busca de sí mismos están inmersos.
En las págs. 37-38 (cuyo contenido me parece clave en esta historia) Watanabe reflexiona sobre cómo le influyó el suicido de Kizuki, su único amigo: fui incapaz de hallar mi propio espacio en el mundo que me rodeaba. Lo único que desea es marcharse de su ciudad y así lo hace, comenzando una nueva vida en Tokio donde su único propósito es tratar de no tomarme las cosas a pecho, mantener la debida distancia con el mundo. Nada más. Y olvidar. Pero no puede y las reflexiones acerca de la muerte son inevitables: hasta entonces había concebido la muerte como una existencia independiente, separada por completo de la vida. “Algún día la muerte nos tomará de la mano. Pero hasta el día en que nos atrape nos veremos libres de ella”. Sin embargo, a fuerza de reflexionar, llega a la conclusión de que la muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella […] La muerte había estado implícita en mi ser desde el principio […] Cuando la muerte se llevó a Kizuki a sus diecisiete años, se llevó una parte de mí, y concluye: la muerte es un asunto grave. Quedé atrapado en este círculo vicioso, en esta asfixiante contradicción. […] Estaba en la plenitud de la vida y todo giraba en torno a la muerte. Y entonces se reencuentra con Naoko a la que parece que le ha pasado lo mismo. Naoko está tan sola como él pero mucho más desvalida, su mirada es de una trasparencia ausente y busca en el vacío las palabras que no encuentra. Ella misma define su desequilibrio: es como si tuviera el cuerpo dividido por la mitad y las dos partes estuviesen jugando al corre que te pillo. En medio hay una columna muy gruesa y van dando vueltas a su alrededor jugando al corre que te pillo. Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla.
Watanabe para calmar su contradicción camina, nada, bebe de vez en cuando una copa, escucha mucha música y, sobre todo, lee: leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaba de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus página, me sentía feliz.
Los libros, la música, la comida, el sexo. Todos temas muy murakamianos. Y temas mucho más serios como la soledad, el suicidio, la muerte y el desequilibrio mental tan importantes en esta novela. Espero vuestros comentarios sobre la presencia de todos ellos en esta parte.
Terminamos con la decisión de Watanabe, después de leer varias veces la extensa carta que Naoko le envía sincerándose con él, de ir a visitarla a la fuera-del-mundo “Residencia Ami”.
Plazos
Es hora de vuestros comentarios y reflexiones sobre esta parte, y sólo sobre esta parte. Espero que sean muy numerosos. Disponéis de una semana para ello. A la vez, continuaremos con la lectura a partir del capítulo 6 (Pág. 125) hasta llegar al final del capítulo 7 (pág. 263).
Hola a todos! Yo de verdad creo que no me gusta el escritor. He leído este y otro libro y el tema en los dos libros ha sido alrededor de una juventud que vive en soledad, tristeza, desgano, sin saber que le gusta, que lo motiva, con poca autoestima, donde el sexo mas que diversión y placer, parece un antidepresivo para sobrevivir la vida. El sexo es como el prozac de esa juventud.
Yo no logré conectar con los personajes porque hice constantes comparaciones con mi juventud y con la juventud actual con quien tengo mucho contacto y me parecía tan irreal y deprimente unos jóvenes tan solitarios, tan tristes, donde la familia no es importante, ni juega ningún papel en sus vidas. Creo que mi origen caribeño me hace mas difícil comprender la existencia de una sociedad con una juventud así.
Sin embargo, mi hermana caribeña también y amante de Murakami, me dijo en esencia lo mismo que Chus escribe “Para disfrutarlo sólo tienes que dejarte ir, abandonarte a su escritura, entrar en su mundo” y yo como que no lo he logrado. Creo que soy muy racional para poder disfrutar a este autor, pero voy a realizar un nuevo intento y me voy a permitir fluir.
Creo que tu hermana tiene razón, Murakami escribe literatura surealista, para meterte en su mundo; si no consigues abstraerte de la realidad (por mucho que esta sea su novela realista) la magia no funciona. Te animo a que lo sigas intentando, porque si acabas por adentrarte en su mundo, te encantará, pero tampoco te fuerces, hay autores que simplemente no nos acaban y no hay nada malo en ello.
En cuanto a lo de la familia, estoy completamente de acuerdo: a mi se me hace inconcebible una vida alejada de mi familia, pero este es un autor japonés, y allí son muy distintos…
¡Un saludo!
Hola a todos,
Hace tiempo que tenía pendiente la lectura de esta obra, y siempre me daba pereza, porque me siento muy distante de los escritores orientales, y porque las novelas de pareja no me interesan demasiado,hasta que ahora gracias al Club me he puesto a ello.
De Murakami, a pesar de su fama, solo había leído «1Q84», que todavía me alejó más del escritor y ahora aquí me encuentro con los mismos temas de fondo, como nos recuerda Chus y Leticia: la obsesión con la muerte, el suicidio, la soledad, personas que no encuentran su lugar en el mundo,desequilibrados mentales, …
Para mí, son todos almas perdidas, todos tienen un trauma depresivo,no hay ningún personaje «normal» por ahora,no tienen ni conversación, ni temas en común entre ellos, sus encuentros son vacíos y sin contenido, como su mundo,acompañados de unas larguísimas y tediosas descripciones de comida, del clima, del campo, del dormitorio,…
Y todo aderezado con unas situaciones absurdas y surrealistas, que dan lugar a variadas interpretaciones…
Como dice Leticia, seguramente son diferencias culturales, como ya he dicho, me ha resultado los mismo con los demás autores asiáticos que he leído…
Quizás también demasiado postmoderno para mí…
Continúo
A mi parece bien, no se si la sociedad que describe es como él lo hace, pero seguramente muchas de las cosas que significais si son diferentes por su cultura, eso es lo que me parece interesante de esta novela.
Hola a todos, yo me siento en la misma línea de Leticia y Kelly, pienso que la juventud debe ser uno de los mejores estadios del ser humano, personifica la ilusión, la energía desbordante, la falta de miedos, la vida está toda por venir… y en el libro Murakami lo destroza absolutamente. Esperaré a terminarlo pero el cuerpo y el alma no me lo pide.
¿Nadie a quién le esté gustando la novela? ¿Nadie que comente lo hasta ahora leído? ¿Me habré equivocado al escogerla? 😉
No por Dios, no te has equivocado en absoluto. Yo estoy contenta de leerla aunque sea para opinar que no soy una murakamiana y siempre es interesante ver otros puntos de vista totalmente opuestos porque estoy segura que este autor o te encanta o te disgusta, nunca deja indiferente a nadie.
hola a todos/as, bueno la novela no me esta encantando, habéis comentado que se aprecian diferencias culturales profundas y es muy posible, aunque no he leído muchos autores orientales, sí recuerdo uno que leímos en el club, que era muy poético.Y que también hacía hincapie en los temas de las comidas, en su descripción extensa.
Opino como Leticia Level G.en el sentido de que el exceso de sexo en la novela, de los encuentros sexuales parece un antidepresivo, una válvula de escape.
Kelly señala también la aparción de temas como la muerte, la soledad, el suicidio.Los personajes, en particular los protagonistas, Watanabe y Naoko reflejan de forma patente dicha soledad, una especie de aislamiento, de falta de empatía, de personas como dice Kelly que no encuentran su lugar en el mundo.Los personajes reflejan ese aislamiento, encuentros vacíos, conversaciones vacías, por ejemplo la relación de Watanabe con el compañero de la residencia Wassag(no recuerdo ahora la grafía del nombre) con el que sale solamente para tener encuentros sexuales.
Ciertamente la soledad y el aislamiento son patentes, a partir de la muerte de Kizuki, Watanabe emprende una huída hacia adelante, marcado por el suicidio de su mejor amigo, con la herida sin cerrar.Y desde entonces salvo con Naoko no encuentra relaciones empaticas, profundas, se aisla.Se le ve a él frente al mundo, en oposición al mundo exterior, recluyéndose en su caparazón.
Destacar también el presonaje de Midori, como dice CHUS, independiente, valiente, joven y llena de vitalidad.Bueno nos leemos, hasta luego a todos/as. Espero que me guste más la novela en la parte que me queda.Saludos a todos/as y hasta luego.
Hola a todos: es la segunda o tercera vez que leo la novela. Las primeras impresiones sí que fueron las que describís. No enganchaba. Me imagino que cuando lo hice las primeras veces era más joven y había leído y vivido menos. También recuerdo vagamente haber visto la película.
A mí me ha gustado y mucho la novela. Relata relaciones entre personajes «frikis», con una sensibilidad muy especial y unos valores fuera del sistema establecido. Muestra la incertidumbre del ser humano en fomación, en soledad, reconozco en los personajes a alguna gente de mi época estudiantil. El protagonista se define por su honradez, consigo mismo y con los demás, aunque precisamente esta honradez sea describir lo perdido que se siente, y las dudas que le ofrece la vida.
El sexo es muy evidente, refleja una época de pérdida de moralidades, es lúdico, imprescindible para un joven independientemente del género, están buscando lo que quieren y les cuesta encontrarlo, también buscan en el sexo sin amor…y no encuentran.
No creo que dependa de ser oriental u occidental. Me imagino a muchos chicos en las mismas condiciones en Nueva York o Londres, en donde se puede añadir el desarraigo de pertenecer a otra cultura. En ciudades más pequeñas, provincianas, el entorno familiar y de amistades puede ser mucho más acogedor, aunque todo depende de la propia sensibilidad del joven, por esto esta novela es universal.
Los diálogos no son para nada vacíos, aunque su frivolidad pueda parecerlo, ha sido en esta repetición de la lectura cuando lo he descubierto. Incluso tiene un sentido del humor sutil. Y las descripciones no se me hacen pesadas, sino poéticas, ahí sí que encuentro la orientalidad, en la descripción de las comidas y los paisajes.
He tenido que envejecer para disfrutarlo, jajaja.
Un saludo.
Es el primer libro que leo de este escritor y la verdad es que me esta sorprendiendo gratamente. Me gusta mucho el personaje principal,Toru me transmite seguridad, tranquilidad y a la vez me hace sentir cierta melancolía respecto a los personajes principales tengo la sensación de que ambas están un poco tocadas psicológicamente tienen carencias que no saben como afrontar esa es mi sensación por el momento pero bueno aun me queda mucho por leer y descubrir
Hola!respondiendo a Chus,a mi me encanta murakami,desde el primer libro que lei de el:»al sur de la frontera al oeste del sol».Esta siendo un placer releer Tokio Blues.
El suicidio y la locura son ejes en la locura nipona.Cuantos estudiantes se suicidan por no obtener los resultados esperados en sus examenes?
En la peli:»Babel» la chica sordomuda sin amor de su padre,se tira de una torre lujosisima donde viven,porque no le queda otra salida.
No Chus no te equivocaste para nada,al contrario es una excelente eleccion que amplia el conocimiento de los lectores sobre una cultura tan lejana a la nuestra.
Sobre el pozo,es un recurso metaforico que rige la novela y que nadie mas ve.los que caen en el,no pueden salir.en el que ha caido Kizuki y Naoko teme que le suceda a ella
Un tono gris se cierne sobre esta parte de la novela y la tristeza del relator Toru al recordar las situaciones vividas.Tanto por el como por los demas personajes que aparecen durante su vida universitaria.
Los personajes estan muy bien descritos.Todos son atipicos.Yo no conozco gente tan rara en la vida real,sin embargo no todo tiene sentido en nuestra realidad.
Algunas personas actuan de forma alocada sobre todo si son adolescentes y estan ebrios.
Sobre la luciernaga que el compañero de cuarto le regala a Toru,encerrada en un frasco.
El bicho esta debil,casi muerto sin embargo Toru en un gesto optimista lo suelta.
La luciernaga se adapta a la oscuridad y vuela con luz propia hacia su destino,la libertad.
Por ahora es le unico ser vivo que cuando se le presenta la oportunidad se alumbra con su luz propia.
Cariños para tod@s,traten de hincale el diente,porque no tiene desperdicio.
Lea.
Buenas tardes,
Había leído este libro hace algunos años. Recordaba que no me había gustado pero, como era la propuesta de Chus, decidí darle otra oportunidad.
No sabéis cómo envidio vuestra ilusión ante el autor y sus libros porque yo, a medida que avanzo en la novela, sigo pensando lo mismo, no consigo conectar con él.
Me resulta deprimente las descripciones de la escuela o de las relaciones entre los diferentes personajes de la novela.
Tanto el protagonista como su compañero de habitación, las chicas con las que se relaciona, se me asemejan a personajes sueltos, sin conexión, que entran y salen de la vida de Watanabe,
Efectivamente, como dice Lea, el suicidio y la locura son ejes de la vida nipona y aquí están muy presentes.
Sigo poniéndole empeño a la novela pero no sé si conseguiré engancharme…..
Nos leemos.
Hola gente! Es mi primera lectura de Murakami, como me ha pasado muchas veces con otros autores , simplemente entró en el juego, leer en este caso es un acto lúdico y eso me gusta . La idea es entrar en el jugar que él propone y eso me gusta.
Los personajes y las situaciones son para mí cercanas, no lo siento tan alejado de mis propias experiencias yo vengo de Sudamérica y de un momento histórico muy complicado. La muerte siempre estuvo ahí cercana y cotidiana, hay procesos de violencia que se van naturalizando para sobrevivir, pasan a formar parte de lo cotidiano. Ser joven es complicado, hay muchas tensiones internas y resolver el sentido de la vida en ese momento histórico no es fácil. Pero cuando se es joven se pueden seguir cantando canciones en una terraza con un incendio al lado. La luz interna está ahí , solo es cuestión que salgas del frasco o que alguien destape el tarro o la burbuja donde estás encerrado. Después solo es cuestión de volar.
Murakami me invita a jugar y me gusta jugar con él.
Un abrazo
Ana
¡Qué interpretación tan maravillosa!
Además Midori canta mal y escribe letras horribles. Es todo amor.
La novela me gusta mucho, tenía ganas de leer este autor y no me está defraudando. Creo que trata temas profundos como la muerte, la soledad, la depresión desde una perspectiva inmadura que nos simplifica su entendimiento. Supongo que la novela está llena de metáforas que muchas seguro se me pasan inadvertidas. El pozo como oscuridad, muerte, tristeza o miedo es lo que Naoko le advierte y señala a toru al principio del libro, seguro porque ella se ha caído en él alguna vez. Ambos son personajes confundidos, heridos por la vida en algún momento, aunque para mi Toru está más resignado que Naoko y además quiere ver una salida, como cuando intenta infructuosamente acercarse al amor por medio del sexo o cuando permite que su compañero de cuarto le alegre su etapa estudiantil con divertidas anécdotas. Es quizás lo que signifique la luciérnaga, la luz en medio de la oscuridad. Puede que la novela nos ayude a encontrar nuestra luciérnaga, así que a seguir leyendo compañeros.
Cierto! Unas palabras muy bonitas
A mi me está encantando el libro pero…. ¿demasiado sexo?¿demasiado descriptivo?¿parecen un relleno? A mi me sobra tanto detalle y me parecen metidas con calzador…
El sexo, Marta, en la literatura de Murakami está muy presente siempre. Es un elemento importante en todos sus libros, y a veces, como ocurre en «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo», simbólico. Hay sexo con amor y también mucho sexo sin amor. Asimismo, si lo pensamos, ocupa un lugar sobresaliente en otros autores japoneses (ejemplo: «La casa de las bellas durmientes» de Kawabata. O en casi toda la obra de Mishima). Además, como tú dices, son muy explícitas las escenas. Quizá su sentido del pudor es muy diferente al nuestro en lo tocante a este tema. Lo hablan y lo hacen con toda naturalidad y está integrado en la vida de los personajes como los actos de comer o hablar o pasear. A mí me gusta esa naturalidad, esa integración del sexo en la vida, incluso si es sin amor (la existencia de esos hoteles japoneses sólo para que vayan los jóvenes a hacer el amor por horas. Los love hotels). De todas formas a Watanabe le dejan vacío esas sesiones con chicas desconocidas a las que no va a ver nunca más.
¿Qué opináis los demás?
Hay varias escenas, aunque de momento no creo que demasiadas. Son muy naturales, bastante directas y no se regocija llenando páginas así que no resulta cansino. Las escenas de sexo son más ben cortas, se limitan a un par de frases, párrafos si me apuras, por encuentro.
Debo estar loco, porque me gusta Murakami. Debo estarlo, porque estoy re-leyendo esta novela a la vez que le ataco a 1Q84. Me alegra no acordarme en absoluto de la novela… ¡Qué le voy a hacer si tengo memoria de pez!
Es una novela solitaria, reflexiva, oscura y sin embargo brillante. Siento que la esencia de novela es como la luciérnaga de Watanabe: una luz ténue, mortecina, borrosa y desdibujada, una promesa de alumbramiento en medio de la negra espesura. Esa luz es poca, pero es algo, y eso ya es mucho.
Como indica Chus, la cabeza está en plena ebullición a medida que se lee la novela y sin embargo muy complicado trasladar los pensamientos después al papel. Es como intentar resumir una sinfonía con palabras.
Pues venga, a seguir con la música. Abur!
¡Yo también debo de estar loca, tonichin! Es adicción lo que crea este autor, como dice Fresán en la portada del libro. Muy buena tu descripción de la novela y la comparación con la música. No se me había ocurrido pensarla como música. Pero algo cerca ando cuando dije que más que leerlo, a Murakami hay que vivirlo. Vivir sus libros.
Totalmente de acuerdo con el momento-muy-club-de-lectura. Y lo suscribo: los «letraheridos» hacen amigos de esas maneras… Los dos personajes masculinos son grandes lectores. Siempre son grandes lectores ( y «escuchadores» de música) los protas de sus novelas. Se nombran títulos de libros, de canciones, de sinfonías… con mucha frecuencia. Dos de los grandes temas «in the background» de la literatura murakamiana.
Por cierto, ¿qué me decís de cómo conoce a Nagasawa?
«Un hombre que ha leído tres veces el Gran Gatsby bien puede ser mi amigo.»
Me ha parecido un momento-muy-club-de-lectura.
🙂
Hola, tengo que confesar que me está encantando Tokio Blues, tanto, que la empecé a releer a la vez que continuaba leyéndola, para completar huecos que se me habían ido quedando y para retrasar acabarla. Me gustan los dos personajes femeninos, tan distintas y tan complementarias en la vida de Watanabe.
Estoy de acuerdo con Tonichin en que las escenas de sexo son explícitas y concisas, no juega a que las esperemos, simplemente, suceden y acaban.
No me está resultando difícil entender a los personajes, quizás por eso me deprimen los capítulos de Naoko. Me alegro también de no haber leído la novela más joven, y de leerla ahora, me gusta tener la misma edad del escritor al escribirla y recordar con la misma distancia temporal la juventud, creo que alrededor de los cuarenta, es cuando uno empieza a comprender su juventud.
Hola!!! Antes me equivoqué de post, perdona Chus. Leída hasta la página de este bloque y después de leer vuestros comentarios. A mi me engancha la historia, su forma de escribir me parece ágil aunque con muchos datos y detalles en los que fijarse. Me parece triste las vivencias de los personajes pero interesante para bucear en ellos.
Contestando a Chus no te equivocaste siempre es una buena oportunidad para acercarnos a otras culturas que al menos a mi me cuesta aunque a cuenta gotas no viene nada mal.
Me resulta más agradable la figura de Midori y Naoko más oscura, y el protagonista me desconcierta. Sigo
Hola a todos: tengo que deciros que me está costando leerlo de un tirón, como me suele ocurrir. Me parece a tramos un diario lo que escribe. Continuaré sin duda, pero….
Aún así comentarte Chus que tenía muchas ganas de leer algo de Murakami. La opinión generalizada es que era un autor lento y difícil… por eso no veía el momento. Ahora me ha parecido estupendo que lo propusieras y más con toda la documentación que nos envías. Muchas gracias
Ya había leido esta obra hace muchos años y la estoy disfutando en la relectura.Me gusta Murakami,pero no es fácil identificarse con estos adolescentes en el tránsito a la juventud, un poco perdidos, desganados, sin encontrar su lugar. Las metáforas del pozo y la luciérnaga me parecen hacer referencia en el primer caso a la propia locura como un pozo en el que te hundes y en el que puedes perder la vida y la luciérnaga puede ser la imagen de la propia vida que no te permite desarrollar todo tu potencial, brillar, ser libres y volar.
A pesar de ser un autor oriental, encuentro muchas similitudes con lo que podría ser la juventud en otras áreas geográficas, están cargados de hormonas, el sexo es una vía de escape, una demostración de poder y virilidad. los posters, la masturbación masculina como necesidad perentoria casi como el comer… no sé de qué nos asombramos.Los love hotels serían nuestros moteles (a imitación de los americanos),esta semana he visto un reportaje sobre una boda en Japón y se indicaba que muchas mujeres dejan su trabajo y que no se espera que el sexo en el matrimonio dure toda la vida, asumen que en breve plazo la relación sera como la de hermanos y colaboradores en el sostén de la familia.
Otro tema importante es el de la muerte, la muerte asumida como parte de la vida, y el suicidio en la figura de un amigo. Es un acontecimiento que deja perplejo a cualquier joven que lo haya vivido de cerca. En Japón la alta tasa de suicidios en estudiantes se relaciona con la presión y los valores de exigencia que rigen en la sociedad japonesa, también se habla de temas de acoso y aislamiento de las personas. Una de las religiones más influyentes en Japón es el Sintoismo, según esta religión hay que hacer las cosas que se deben hacer en cada momento y seguir el camino marcado.Si nos remontamos a la época de los Samurais, si fallaban en una misión importante no era inusual que se suicidasen. Era una cuestión de honor. . En occidente se asimila a un problema mental de la persona o a no poder soportar la presión y tiende a ocultarse como un hecho vergonzoso, los suicidas no pueden ser enterrados en lugar sagrado.Particularmente en España, las estadísticas de suicidio prácticamente no ocupan un titular en la prensa, cuando duplican al de muertos por accidentes de tráfico ni por supuesto son temas de debate o reflexión ni mucho menos de políticas públicas de prevención.
Muy interesante lo que apuntas, Gloria, sobre el tema del suicido. La comparación que haces entre cómo lo viven en Japón, la importancia del honor, y cómo lo vivimos aquí (ocultándolo). Siempre me ha llamado la atención que no salgan en la prensa estos casos, ni se debata o se reflexione sobre él. Realmente es un tema tabú en nuestra sociedad. Daría mucho de qué hablar.
Hola de nuevo,
Más temas que me parecen interesantes es la visión de los líderes estudiantiles como manipuladores, cobardes e ineptos «el auténtico enemigo de estos tipos no es el poder,es la falta de imaginación»…» «al volver a la normalidad bajo la tutela de las fuerzas antidisturbios, los primeros en asistir a clase fueron los líderes de la huelga.Entraban en el aula, tomaban apuntes, respondían cuando los profesores pasaban lista como si nada hubieses sucedido»… Sin comentarios respecto a esto. No se puede generalizar, pero lo he vivido.
Me encantó la referencia por parte de Watanabe y Nagasawa a su gusto por El Gran Gatsby y la necesidad de leer autores consagrados, aquellos que el paso de los años ha mantenido vivos en la memoria de los lectores.No puedo estar más de acuerdo, aunque lea autores contemporáneos
.Una conversación entre ambos sobre lo que deseaban ser en la vida, me dejó pensativa:
– Watanabe «supongo que no tienes ideales»
– Nagasawa: «claro que no, la vida no los necesita. Lo que hace falta son pautas de conducta, no ideales.Un caballero (que es lo que quiere ser él) es quien hace no lo que quiere, sino lo que debe hacer.
De nuevo, el deber, el sentido del deber.
Un cordial saludo
Hola a tod@s!
Ante todo, pediros disculpas por comentar tan a destiempo, pero he tenido un viaje de trabajo que me ha empantanado estas semanas. Trataré de leer Tokio blues e ir comentando a medida que vaya terminando de leer cada tramo, antes de que empecemos a comentar Nieve.
Me apunto al club de los locos a los que le gusta la novela (de hecho, una temporada en la Residencia Ami, se me antoja muy apetecible ahora mismo). Me parece muy bien escrita y llena de un simbolismo muy rico y abierto a varias interpretaciones.
Al respecto, coincido con la interpretación que habéis hecho del pozo: nadie sabe dónde está exactamente, pero Naoko lo describe con todo detalle y advierte a Toru que no se salga del camino para no caer en él. Para mí es un símbolo que se asocia más al olvido que a la locura, sobre todo porque el pasaje (pg. 16) termina con la pregunta «¿No me olvidarás jamás?». ¿Trata Murakami de reflejar el miedo de Naoko a ser olvidada y abandonada en la locura?
La luciérnaga es otro símbolo muy potente y evocador, pero no soy capaz de encontrarle, de momento, un único significado. Puede simbolizar la esperanza: Watanabe logrando reunir las fuerzas necesarias para salir del bote, brillar con luz propia y elevarse. Pero, por el momento de la narración, lo que simbolizó para mí, en el momento de la lectura, fue el abandono de Watanabe por parte, especialmente, de Naoko: quien brilla en la oscuridad para Watanabe, echa a volar y lo abandona. E incluso podría representar a Kizuki o a los dos. La frase de la página 65 «Aquella pequeña llama, semejante a un alma que hubiese perdido su destino (…)» hace que me incline por la opción de Naoko, aunque quizá haya que seguir leyendo para encontrarle más significado.
Al leer vuestras opiniones sobre el suicidio y las diferencias culturales, se me vino a la memoria un pasaje de «El Camino del samurái», que leí hace bastante: «El que preparar su corazón como es debido, día y noche, para poder vivir como si su cuerpo ya hubiera muerto, alcanza la liberación en el Camino. Hará una vida intachable y cumplirá con éxito la misión a la que dedica su vida.»
Respecto a los personajes, me da la sensación de que Murakami quiere dejar patente que son incapaces de expresar sus sentimientos, que los tienen guardados en su interior, pero que a la vez son esclavos de ellos, por ejemplo, por la reacción de Watanabe al escuchar la canción en el avión.
Sigo leyendo.
Un saludo!