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Lecturas para desconectar en Navidad

21 Dic

Las fiestas navideñas pueden llegar a ser estresantes, así que para que podáis desconectar un poco, aquí os dejo unas cuantas recomendaciones literarias.

Todas las podéis encontrar en nuestro catálogo de las Bibliotecas Municipales de A Coruña.

La muerte del comendador (de Haruki Murakami)

Publicada por la editorial Tusquets en 2018.

En plena crisis de pareja, un retratista de cierto prestigio abandona Tokio en dirección al norte de Japón. Confuso, sumido en sus recuerdos, deambula por el país hasta que, finalmente, un amigo le ofrece instalarse en una pequeña casa aislada, rodeada de bosques, que pertenece a su padre, un pintor famoso. En suma, un lugar donde retirarse durante un tiempo. En esa casa de paredes vacías, tras oír extraños ruidos, el protagonista descubre en un desván lo que parece un cuadro, envuelto y con una etiqueta en la que se lee: «La muerte del comendador». Cuando se decida a desenvolverlo se abrirá ante él un extraño mundo donde la ópera Don Giovanni de Mozart, el encargo de un retrato, una tímida adolescente y, por supuesto, un comendador, sembrarán de incógnitas su vida, hasta hace poco anodina y rutinaria. Este primer volumen de la novela La muerte del comendador es un fascinante laberinto donde lo cotidiano se ve invadido de señales indescifrables, de preguntas cuya respuesta todavía está lejos de vislumbrarse.

La desaparición de Stephanie Mailer (de Joël Dicker)

Publicada por la editorial Alfaguara en 2018.

La noche del 30 de julio de 1994, la apacible población de Orphea, en la región de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa… Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.

Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos jóvenes y brillantes policías de Nueva York, resuelven el caso. Pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo afronta: asegura que Dereck y Jesse se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba estaba delante de sus ojos, y afirma poseer información clave. Días después, desaparece.

Así se inicia este colosal thriller, que avanza en el pasado y el presente a ritmo vertiginoso, sumando tramas, personajes, sorpresas y vueltas de tuerca, sacudiendo y precipitando al lector sin freno posible hacia el inesperado e inolvidable desenlace.

El legado de los espías (de John Le Carré)

Publicada por la editorial Planeta en 2018.

Peter Guillam, leal colega y discípulo de George Smiley en los servicios secretos británicos –conocidos como El Circo–, disfruta de su jubilación en la finca familiar de la costa meridional de Bretaña, cuando una carta de su antigua organización lo insta a regresar a Londres.
¿El motivo? Su pasado en la Guerra Fría lo reclama. Unas operaciones de inteligencia que habían sido el orgullo del Londres secreto y habían implicado a personajes como Alec Leamas, Jim Prideaux, George Smiley o el propio Peter Guillam están a punto de ser investigadas con criterios perturbadores, por una generación sin memoria de la Guerra Fría ni paciencia para atender a sus justificaciones.
Entretejiendo pasado y presente para que ambos cuenten su tensa historia, John le Carré ha urdido una única trama tan ingeniosa y apasionante como la de las dos predecesoras sobre las que se ha basado: El espía que surgió del frío y El topo. El pasado ha venido a cobrarse sus deudas.

Yo, Julia (de Santiago Posteguillo)

Premio Planeta 2018

192d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más grande: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado. Albino es Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a su esposa para evitar su rebelión y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida está a punto de empezar. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía. Una novela sobre los conflictos de género en las esferas de poder, narrada a través de cinco personajes, de gran hondura psicológica, que funcionan como una suerte de peldaños por los que irá ascendiendo la protagonista. Y así contada la historia, parece una trama absolutamente actual, pero Julia, la protagonista, no es otra que Julia Domna, augusta del Imperio Romano, esposa del emperador Septimio Severo. Una férrea mujer que logró concentrar un poder jamás alcanzado por ninguna otra emperatriz.

Sabotaje ( de Arturo Pérez Reverte)

Publicada por Alfaguara en 2018

Mayo de 1937. La Guerra Civil sigue su sangriento curso en España, pero también lejos de los campos de batalla se combate entre las sombras. Una doble misión lleva a Lorenzo Falcó hasta París con el objetivo de intentar, de cualquier forma posible, que el Guernica que está pintando por Pablo Picasso no llegue nunca a la Exposición Universal donde la República pretende conseguir apoyo internacional. Aunque ya se adivinan en Europa los vientos de la nueva guerra que asolará el continente, la música alegre sigue sonando, y el arte, los negocios, la vida frívola ocupan todavía a intelectuales, refugiados y activistas. Acostumbrado al peligro y a las situaciones límite, Falcó debe enfrentarse esta vez a un mundo en el que la lucha de ideas pretende imponerse sobre la acción. Un mundo que a él le es ajeno, y al que aplicará sus propios métodos.

Una noche en el paraíso (de Lucía Berlín)

Publicada por la editorial Alfaguara en el 2018.

Una noche en el paraíso es una colección de veintidós cuentos que han sido seleccionados por uno de los hijos de BerlinMark. El éxito del «Manual para mujeres de la limpieza» ha dado lugar a que exista una importante expectación acerca de este nuevo volumen. Lucia Berlin nació y murió el mismo día y el mismo mes, el 12 de noviembre. Desde Alaska, donde nació en 1936, hasta California, donde murió en 2004, hay toda una trayectoria geográfica y personal que la llevó a Nuevo México, Chile, Colorado, en ese vaivén vital que constituyó su vida y que salpica, y de qué manera, su obra.

El prólogo del libro está escrito por Mark Berlin, el hijo que se ha encargado de seleccionar los relatos que forman este volumen. Sus historias se inspiran en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su adolescencia glamurosa en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo, o los distintos puestos de trabajo que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos: enfermera, telefonista, limpiadora, profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel.

La señora Fletcher (de Tom Perrotta)

Publicada por Libros del Asteroide en 2018.

Temiendo el síndrome del nido vacíoEve Fletcher está decidida a convertir la partida de Brendan, su único hijo, a la universidad en una oportunidad para ampliar sus horizontes vitales. Eve es una mujer divorciada de algo más de 40 años, atractiva, con un trabajo estable como directora de un centro para la tercera edad y una existencia que, en cuanto falta su hijo, parece completamente vacía. Para remediarlo, Eve busca nuevas amistades, intenta salir de casa y hasta se apunta a un curso sobre teoría feminista en la universidad que, para su sorpresa, está impartido por una mujer trans. Y, mientras su madre descubre sentimientos, intereses y deseos que no sabía que tenía, Brendan quema sus primeros meses de universidad yéndose de fiesta, no estudiando ni una página y persiguiendo a Amber, una fornida activista feminista.

Fuimos canciones (de Elísabet Benavent)

Publicada por la editorial Suma en 2018. Continuada por «Seremos recuerdos» (2018)

Macarena vive en Madrid y es asistente de una influencer de moda.
Macarena disfruta la vida a sorbos e intenta ser feliz.
Macarena tiene dos amigas: Adriana y Jimena.
Macarena guarda un secreto que deletrea a escondidas.
Ese secreto tiene tres letras: L-E-O.
Macarena no sabe que Leo está en Madrid.
Macarena teme, Macarena sueña, Macarena ama, Macarena vuela…

Y en este juego del destino intenta aceptar que lo que fuimos no puede ser lo que seremos… ¿O quizás sí? «Porque a veces lo que fuimos da sentido a lo que de verdad somos».

La catedral y el niño (de Eduardo Blanco Amor).

Publicada por primera vez en 1948 en Buenos Aires y en España en 1976. Ahora la editorial Libros del Asteroiede publica su última edición en 2018 con prólogo de Andrés Trapiello.

Una novela de aprendizaje que muestra los contrastes sociales de principios del siglo XX en España. Es una novela clásica con argumento fuerte y con personajes muy marcados por su entorno social.

Luis Torralba es un niño de ocho años que vive en una ciudad gallega a comienzos del siglo XX. Sus padres están separados y pertenecen a mundos completamente distintos: su madre a los ambientes burgueses y clericales de la ciudad, con sus días previsibles y tranquilos; por el contrario, su padre es un pequeño aristócrata librepensador, un poco calavera, que vive en un destartalado pazo en las afueras. Durante su infancia, Luis vivirá situaciones que irán convirtiéndole en alguien capaz de imaginar su propio futuro, muy distinto al que todos tienen pensado para él

21 lecciones para el siglo XXI (de Yuval Noah Harari)

Publicada por la editorial Debate en 2018.

¿Cómo podemos protegernos de las guerras nucleares, los cataclismos ecológicos o las tecnologías disruptivas? ¿Qué podemos hacer contra la propagación de la posverdad o la amenaza del terrorismo? ¿Qué debemos enseñar a nuestros hijos?

Con la misma prosa inteligente, fresca y provocadora, Harari vuelve a librerías con un nuevo título, 21 lecciones para el siglo XXI, en el que examina algunas de las cuestiones más urgentes de nuestro presente. El hilo dorado que recorre este estimulante nuevo libro es el desafío de mantener nuestro enfoque colectivo e individual frente al constante y desorientador cambio que estamos viviendo.

¿Somos aún capaces de entender el mundo que hemos creado?


Atravesar el dolor

13 May

Luciérnaga. Foto en flickr de Yliaaaaa. Algunos derechos reservados.

Ya hemos llegado al final de este intenso viaje por el amor, la muerte, la enfermedad, el sexo… la vida, a fin de cuentas. Es el momento de que dejéis vuestras conclusiones finales sobre esta novela que aúna una mirada nostálgica con otra plena de vida hacia el futuro.

Con respecto a esta tercera y última parte, yo creo que la historia decae un poco hasta que vuelve a crecer y se llena de significado a partir del último capítulo en el que el suicidio de Naoko provoca el viaje de Toru. Un viaje que, como un sonámbulo, como si estuviera en estado de trance, emprende para vivir su duelo particular por Naoko, y también para intentar encontrarse consigo mismo y, a través de la aceptación de tanta muerte, asumir que ésta es una parte de la vida.

Por fin Watanabe se convierte en protagonista de esta historia, lo que nos va a permitir conocerlo algo más. Poco antes del suicido de Naoko, Toru, que acaba de cumplir 20 años, se encuentra inmerso en un lodazal infinito del que le cuesta horrores salir, pero, como siempre, lo intenta (sólo sabía que tenía que dirigirme a alguna parte y, por ese motivo, movía los pies). Deja la residencia y se va a vivir solo a un apartamento donde aspira a comenzar una nueva vida y le ofrece a Naoko que se vaya a vivir con él. Pero esa nueva vida no llega ya que Naoko empeora. Toru, después de pasar unos días hundido, reacciona y a través de unas palabras, no exentas de reproche, que le dirige a Kizuki, toma una decisión muy importante que explica muchos de los motivos de su proceder hasta ese momento: a diferencia de ti, he decidido vivir como es debido […] Todo lo que está ocurriendo procede de tu muerte: abandonaste a Naoko a su suerte. Yo, en cambio, jamás podré hacerlo, porque la quiero y soy más fuerte que ella. Y aún seré más fuerte. Maduraré. Me convertiré en un adulto […] Hasta ahora había deseado permanecer eternamente en los diecisiete o dieciocho años. Pero ya no lo pretendo […] He cumplido 20 años. Y debo pagar un precio por seguir viviendo. Watanabe comienza a salir del túnel de una eterna y dura adolescencia y se encamina hacia la madurez con paso firme. Finalmente, las pérdidas que sufre parece que le salvan ya que se enfrenta a ellas, las supera, y, una vez dejadas atrás, puede avanzar con su propia vida.

Pero la vida sigue poniéndoselo difícil y se queda muy solo, hasta Midori, ante su indecisión, se aleja de él una buena temporada y este alejamiento le hace llegar a la conclusión de que sin ella no puede seguir adelante. Watanabe lleva mucho tiempo queriendo a las dos, quizás de distinta manera (¿qué opináis?), pero sin ser capaz de dar un paso hacia Midori mientras espera a Naoko que nunca llega. Midori, dolida, se resiste a verle a pesar de sus llamadas, pero un día vuelve a aparecer y le confiesa, en un reencuentro que, como una maravillosa escena cinematográfica, transcurre en la azotea de unos grandes almacenes una tarde de lluvia, que está enamorada de él y que le va a esperar. Ante su hermosa y honesta declaración de amor, Watanabe, vencido por la evidencia, le pide que le dé tiempo ya que no sabe si quiere a Naoko o sólo siente responsabilidad (mi relación con Naoko no fue algo tan simple. Desde el principio estuvimos unidos en la frontera entre la vida y la  muerte) y necesita aclararse. Pero Toru, en ese encuentro, se ha dado cuenta de que ama a Midori de una forma irreversible, quizá desde hace ya mucho tiempo.

Una vez muerta Naoko, y después de su viaje al interior de sí mismo en medio de una naturaleza apabullante, Watanabe percibe que el amor que sintió, ¿que siente?, por ella no deja de dolerle. ¿Será, en parte, porque, como afirma al principio de la novela, Naoko jamás le amó? Una vez conocido el desenlace, ¿por qué creéis que lo dice? ¿Será porque Naoko no había dejado de amar a Kizuki y, finalmente, al escoger la muerte lo escogió a él? El mal que le ha hecho la vida a la joven está muy dentro de su corazón y la presencia de Kizuki lo ocupa casi todo. Éste fue su gran amor y al truncarse, unido a la fragilidad de Naoko, le impide entregarse a Watanabe y a la vida.

Todo lo que ocurre en esta novela, por nimio que sea, es importante y cumple una función, no hay nada casual o gratuito. Lo mismo ocurre con los personajes. Hay un juego interno entre ellos, complejo y lleno de dualidades y contraposiciones, ¿os habéis dado cuenta? Hasta los más secundarios cumplen un papel en la historia.

La “consejera” Reiko, la única adulta, juega un papel fundamental en el paso a la madurez de Watanabe (además parece que se sienten atraídos desde un principio). Con sus conversaciones, le ayuda a desprenderse de tanta muerte, a salir de su particular mundo irreal y del “pozo” en el que cae después del suicidio de Naoko. Ese hermoso y vitalista funeral privado compuesto de 51 canciones (la música es vida) funciona como un acto simbólico y catártico. Pero también Toru ayuda a Reiko. Cuando ésta le pide hacer el amor y él accede, sabe que le está dando un empujón para que ella pueda volver a la sociedad que ha abandonado. A través de la sexualidad (el sexo es vida), Reiko coge fuerzas para enfrentarse de nuevo al mundo real. Es el final de un largo proceso de crecimiento personal que la coloca de nuevo en medio de la pavorosa existencia. Estábamos vivos y teníamos que preocuparnos por seguir viviendo.

Hatsumi, la novia de Nagasawa, es otra alma sensible que pagará caro la elección de ese hombre egoísta que representa el triunfo a toda costa pese incluso a sí mismo. Watanabe, en su breve pero intensa, como todas, relación con ella, siente una corriente de afecto hacia esa mujer que le hace desear que sea su hermana (la deseada hermana mayor del hijo único), pero, sobre todo, siente, al recibir la fuerza que emana de ella, un intenso estremecimiento en su corazón que, años más tarde, descubre qué es: un anhelo adolescente que no había sido, ni sería, jamás colmado. Quiero resaltar la escena que la que terminan juntos jugando al billar, después de la incómoda cena a tres (Toru, de nuevo, sintiéndose de más como le ocurría con Naoko y Kizuki), en la que la dulce Hatsumi explota y reprocha a Nagasawa, con todo derecho, su no correspondida relación. Ella había sido una mujer excepcional. Alguien hubiera debido salvarla.

No quiero dejar de señalar el papel que la música y la literatura ocupan en el libro, y, en general, en toda la obra de Murakami. Las canciones que escuchan y los libros que leen o los autores que nombran, son parte importante que no hay que obviar. Banda sonora de lujo y referencias literarias, simbólicas a veces, que abren el libro a una lectura más profunda: El guardián entre el centeno, La montaña mágica, El gran Gatsby, Capote, Chandler, Updike, Dostoievski, Boris Vian

Queda claro que Watanabe a los 37 años lleva un peso dentro que no tiene resuelto, han tenido que pasar 18 años para que se decida a escribir lo que ocurrió con el fin de poder entenderlo y, en consecuencia, resolverlo. Teniendo esto en cuenta, ¿qué os parece el final de la novela? ¿Creéis que es un final abierto? Para mí está claro que se queda con Midori: Eres lo único que deseo en este mundo. Necesito verte. Quiero empezar una nueva vida a tu lado, y que Midori, aunque no diga nada (aquel silencio recordaba a todas las lluvias del mundo cayendo sobre la faz de la Tierra), le acepta, porque ya antes de su viaje le ha dicho que le ama.

Me parece adecuado terminar con estas palabras que yo creo que resumen muy certeramente la esencia de esta hermosa novela: el conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso.

Y yo añadiría: existimos en la medida en que somos recordados.

Plazos

Es hora de vuestros comentarios, que espero que sean muy numerosos, sobre esta última parte y sobre la novela en general. Disponéis de una semana para ello. Hay mucho que comentar ahora que hemos terminado esta triste y elocuente historia de aprendizaje no exenta de redención. También sobre el peculiar mundo murakamiano y sobre todo lo que queráis. Los rezagados o los que habéis estado “mudos” hasta ahora animaos a dejar vuestra opinión. ¡Nos «vemos» en el blog!

Como un cuervo atesorando pedacitos de cristal en el hueco de un árbol

5 May

熊野古道 #5 – Foto en flickr de Benjyamin. Algunos derechos reservados.

Continuamos en esta segunda parte con el alto voltaje emocional. Estamos en el epicentro de la novela y, con respecto al argumento de la historia, estos son, yo creo, los dos capítulos más importantes. En ellos se profundiza en las dos protagonistas femeninas, y en la relación que mantiene con ellas Watanabe, y se abordan dos de los temas claves de la historia: la muerte y la enfermedad, tanto física como mental.

En esta segunda parte la dualidad es casi total. El capítulo 6 se centra en la vida de Naoko (y Reiko) en la Residencia Ami, un “peculiar” lugar de retiro, completamente aislado en el campo, para personas con problemas mentales, un “mundo irreal” que Watanabe visita durante dos días. El capítulo 7 se centra en la opuesta Midori y en la relación que Watanabe va estableciendo con ella (¡cuánto bien le hace Midori!: doy gracias por haberte conocido. Tengo la sensación de que me he readaptado al mundo) en medio del bullicio de Tokio, el “mundo real” donde el padre de Midori está muriéndose en un hospital (magistral la lección que nos da Midori cuando afirma: hablar es muy fácil. Lo importante es limpiar la mierda o no hacerlo). El autor nos acerca a la enfermedad y a la muerte, a la otra cara de la vida, la que no queremos ver. Murakami nos la pone delante de los ojos como diciéndonos: mira, esto también existe, esto también es la vida.

Tokio blues no nos habla de alegres y despreocupados jóvenes satisfechos con la vida sino todo lo contrario, nos muestra la juventud como un proceso difícil lleno de incertidumbres y desasosiego en el que siempre se quedan muchas cosas por el camino.

Seguimos sin saber mucho de lo que siente Watanabe, sabemos que es solitario, que no le interesan mucho los estudios, que está confuso sentimentalmente y “tocado” desde el suicido de Kizuki, pero parece que le gusta poco hablar de sí mismo, que no se siente cómodo hablando de él. De alguna manera, el autor lo pone ahí con el fin de que todos los demás personajes le “utilicen” para sacar fuera todo lo que llevan dentro. Si os fijáis, en los diálogos, él es el que hace preguntas y los demás se extienden en largas respuestas y cuando le toca responder a él, es muy escueto, como si le costara encontrar las palabras. Hay un diálogo con Reiko donde Toru contesta a una pregunta que ella le hace: me gusta ir de excursión, nadar, leer. A lo que Reiko contesta: veo que te gusta la soledad. Por cierto, ¿qué opináis del personaje de Reiko? ¿Creéis que está metido con calzador o, por el contrario, pensáis que su presencia es clave, o al menos importante, para la historia? ¿Por qué creéis que nos cuenta con tanto detalle la historia de su relación con la alumna? ¿Pensáis que aporta algo a la historia central?

Respecto a los sentimientos que existen entre Watanabe y Naoko ¿Creéis que lo que siente él por ella es sólo amor o éste está teñido con una mezcla de responsabilidad y culpabilidad? ¿Y Naoko? ¿Qué siente ella por él? ¿Será que no puede amar? Recordad que al final del capítulo 1, Toru dice: porque Naoko jamás me amó. ¿Cuál creéis que es el problema de Naoko?

¿Qué opináis acerca del papel que ocupa el sexo en la novela? ¿Qué pensáis de esta forma tan explícita y desprejuiciada que tienen los personajes de hablar de él? ¿Os habéis fijado que el sexo no aparece normalmente asociado con el amor? Donde hay amor hay poco sexo y donde no hay amor hay mucho sexo. ¿Por qué creéis que esto es así?

En el trasfondo de la historia están las luchas estudiantiles de los sesenta. Murakami, a través de las opiniones de Midori y Watanabe, no es nada complaciente con ellas, calificando a sus protagonistas de cobardes e hipócritas. En el capítulo 7, ambos hablan críticamente de todo esto. ¿Qué opináis de su punto de vista?

El final de este capítulo, en el que Watanabe le escribe una carta a Naoko, nos permite conocer un poco más a nuestro protagonista. Es una carta sincera y triste, muy triste, pero también bellísima. Murakami en estado puro, en estado de gracia literaria, nos concede frases como estas: las personas, al morirnos, dejamos atrás unos pequeños y extraños recuerdos […] no me había dado cuenta de que hablo mucho solo. Puede que, mientras me doy cuerda, no pare de murmurar todo el tiempo  […] pero hoy es domingo y esta mañana no me he dado cuerda  […] las tardes de domingo recuerdo un montón de cosas  […] domingos tranquilos, apacibles y solitarios. Los domingos no me doy cuerda.

Plazos

A algunos de vosotros no os está gustando mucho la novela, no conectáis con ella. A otros, por el contrario, os está encantando este mundo murakamiano. Y el resto todavía no habéis dejado vuestras opiniones. Me gustaría saber si los primeros habéis cambiado de opinión con la lectura de esta segunda parte, si habéis conectado algo más con ella. Es hora de vuestros comentarios sobre esta parte. Espero que sean numerosos y espero que contestéis a mis preguntas. Mientras, continuaremos, a lo largo de una semana, con la lectura a partir del capítulo 8 (página 265) hasta el final de la novela. Termino con las hermosas palabras de nuestra compañera Panantel: puede que la novela nos ayude a encontrar nuestra luciérnaga, así que a seguir leyendo compañeros.

 

En mi interior permanecía una especie de masa de aire de contornos imprecisos

28 Abr
Blue Hour over Tokyo. Foto en flickr de Schwarzkaefer. Algunos derechos reservados.

Blue Hour over Tokyo. Foto en flickr de Schwarzkaefer. Algunos derechos reservados.

Me encanta Murakami. Hace ya muchos años que lo descubrí y, desde entonces, se ha convertido en una adicción. Su lectura me hipnotiza, me emociona, me hace reflexionar y darme cuenta de lo que es verdaderamente importante en la vida. Para disfrutarlo sólo tienes que dejarte ir, abandonarte a su escritura, entrar en su mundo. Murakami no se queda en la superficie, va hasta el fondo, muchas veces de auténticos pozos (un importante símbolo en su literatura), y si vas de su mano, una vez que has pasado por todo tipo de experiencias, algunas muy duras, otras deliciosas, también extrañas, irreales, cargadas de simbolismos, sales, como sus personajes, convertido en una persona más sabia. Simplemente aprendes a conocerte mejor a ti mismo y al mundo. Él dice que se deja la piel escribiendo y yo creo que, nosotros, los lectores, tenemos que dejarnos también la piel leyéndolo. Más que leer, hay que vivir sus libros.

Tokio blues es un torrente de emociones y sensaciones ¿no os pasa al leerla que se os ocurren muchísimas cosas que comentar que luego son muy difíciles de trasladar al papel? Porque Murakami, a pesar de su estilo claro y sencillo, es muy complejo (y en esa manera sencilla de plasmar esta complejidad está su maestría) y es difícil abordar tantos temas esenciales que plantea. Así que, esta vez, voy simplemente a dejaros unas cuantas reflexiones sobre esta primera parte tal como me han ido surgiendo para que os animéis vosotros a dejar las vuestras.

Un Watanabe ya adulto se enfrenta a su pasado y siente que tiene que comprender lo que pasó. El paisaje, aquel prado en octubre, le grita: ¡vamos! ¡Arriba! ¡Aún estoy aquí! ¡Arriba! ¡Levántate y comprende! ¿Cuál es la razón de que todavía esté aquí? […] Por eso ahora estoy escribiendo. Soy de ese tipo de personas que no acaba de comprender las cosas hasta que las pone por escrito.

En Tokio blues encontramos los temas recurrentes en la literatura de este autor, sobre todo la soledad de sus personajes. Son seres que no comprenden demasiado el mundo que les rodea, lo ven desde fuera y acaban encontrándose (no en vano) con otros seres iguales de solitarios que ellos. Yo creo que son solitarios porque son personas diferentes, algunos están “deformados”, como se define a sí misma Naoko, otros tienen una visión peculiar de las cosas como Midori que, por otro lado, es la que más vive en el mundo real. Me encanta esta chica: honesta (todos lo son), natural, divertida, independiente, realista, valiente y fuerte. Pero peculiar. Y muy madura, como lo es también Watanabe. El impasible Toru que tan bien sabe escuchar a los demás pero, como le dice Naoko: sé que no puedo esconderme en mi caparazón y dejar que las cosas pasen. Y me da la impresión que tú haces eso. Midori es una superviviente, como Watanabe, pero ha sobrevivido con más frescura y vitalidad y Toru se siente atraído por ella a pesar de su amor por Naoko. ¿Qué pasará entre ellos? ¿Cómo manejará Watanabe ambos sentimientos encontrados? Quiero resaltar la maravillosa escena en la que Midori canta canciones a Toru subidos en el tejado de su casa mientras un incendio cercano pone en peligro sus vidas sin que parezca que a Midori le importe nada. ¿Qué opináis, por ahora, de los personajes? Además del triángulo protagonista: Watabanabe-Naoko-Midori, por ahora sólo han aparecido el ligón de Nagasawa y el “friki” Tropa-de-Asalto.

Como ya hemos dicho, esta novela no es tan simbólica como otras de él, pero en esta primera parte hay dos pasajes donde aparecen elementos simbólicos: el del pozo y el de la luciérnaga, ¿qué creéis que significan?

Otro aspecto a resaltar es que, aunque sus protagonistas son jóvenes, no se puede considerar a Tokio blues la típica novela juvenil sino todo lo contrario. En mi opinión es una novela madura, sólida. Las reflexiones, los diálogos (brillantes) así nos lo muestran. Sus personajes están perdidos, sí, pero intentan comprender, entenderse, buscar respuestas y salidas, incluso Naoko, la más tocada, que ya instalada en el  singular sanatorio donde se recluye y se tranquiliza, opta por una actitud analítica de su comportamiento. Incluso Naoko es madura.

Los personajes dan largos paseos sin rumbo por una inmensa Tokio, visitan muchos locales donde comen, toman un café, una copa… Tokio aparece como una ciudad bulliciosa, una urbe gigantesca, anónima, del todo ajena a los sufrimientos y zozobras de los personajes, el escenario perfecto e indiferente donde estos solitarios y perdidos protagonistas en busca de sí mismos están inmersos.

En las págs. 37-38 (cuyo contenido me parece clave en esta historia) Watanabe reflexiona sobre cómo le influyó el suicido de Kizuki, su único amigo: fui incapaz de hallar mi propio espacio en el mundo que me rodeaba.  Lo único que desea es marcharse de su ciudad y así lo hace, comenzando una nueva vida en Tokio donde su único propósito es tratar de no tomarme las cosas a pecho, mantener la debida distancia con el mundo. Nada más. Y olvidar.  Pero no puede y las reflexiones acerca de la muerte son inevitables: hasta entonces había concebido la muerte como una existencia independiente, separada por completo de la vida. “Algún día la muerte nos tomará de la mano. Pero hasta el día en que nos atrape nos veremos libres de ella”. Sin embargo, a fuerza de reflexionar, llega a la conclusión de que la muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella […] La muerte había estado implícita en mi ser desde el principio […] Cuando la muerte se llevó a Kizuki a sus diecisiete años, se llevó una parte de mí, y concluye: la muerte es un asunto grave. Quedé atrapado en este círculo vicioso, en esta asfixiante contradicción. […] Estaba en la plenitud de la vida y todo giraba en torno a la muerte.  Y entonces se reencuentra con Naoko a la que parece que le ha pasado lo mismo. Naoko está tan sola como él pero mucho más desvalida, su mirada es de una trasparencia ausente y busca en el vacío las palabras que no encuentra. Ella misma define su desequilibrio: es como si tuviera el cuerpo dividido por la mitad y las dos partes estuviesen jugando al corre que te pillo. En medio hay una columna muy gruesa y van dando vueltas a su alrededor jugando al corre que te pillo. Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla.

Watanabe para calmar su contradicción camina, nada, bebe de vez en cuando una copa, escucha mucha música y, sobre todo, lee: leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaba de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus página, me sentía feliz.

Los libros, la música, la comida, el sexo. Todos temas muy murakamianos. Y temas mucho más serios como la soledad, el suicidio, la muerte y el desequilibrio mental tan importantes en esta novela. Espero vuestros comentarios sobre la presencia de todos ellos en esta parte.

Terminamos con la decisión de Watanabe, después de leer varias veces la extensa carta que Naoko le envía sincerándose con él, de ir a visitarla a la fuera-del-mundo “Residencia Ami”.

Plazos

Es hora de vuestros comentarios y reflexiones sobre esta parte, y sólo sobre esta parte. Espero que sean muy numerosos. Disponéis de una semana para ello. A la vez, continuaremos con la lectura a partir del capítulo 6 (Pág. 125) hasta llegar al final del capítulo 7 (pág. 263).

Tokio Blues: Alto y desequilibrante voltaje emocional

21 Abr
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Haruki Murakami. Foto en flickr de La Tête Krançien. Algunos derechos reservados.

Haruki Murakami inició su carrera literaria en 1979 pero hasta que no publicó Tokio blues en 1987 era un escritor con ventas que no sobrepasaban los 100.000 ejemplares. Con esta novela le llegó la fama ya que ha vendido varios millones de ejemplares en todo el mundo lo que ha convertido al libro en un auténtico ‘best seller’. En 2005, la editorial Tusquets lo publicó en España y se repitió el éxito: ya va por la 32ª edición y continúan las ventas. Desde entonces Murakami es todo un fenómeno literario, casi una moda (algo que no es muy de su agrado). Sus millones de seguidores esperan con expectación la publicación de un nuevo libro y cada vez que esto ocurre se convierte en todo un acontecimiento. En español están publicadas trece novelas, cuatro libros de relatos, dos libros de ensayo y se acaba de publicar estos días su último libro, otro ensayo, titulado De qué hablo cuando hablo de escribir. Puede ser un buen momento para leerlo y conocer el universo de este interesante escritor.

Tokio blues difiere bastante del resto de sus obras. No tengo interés en escribir novelas largas con estilo realista, pero decidí que, aunque sólo fuera una vez, iba a escribir una novela realista. Tokio blues fue un simple experimento. Personalmente, a mí me gusta esa novela, pero no he vuelto a leerla desde hace casi 20 años. De momento, no tengo ninguna intención de volver a escribir algo parecido. No tengo interés en el pasado. Ya no puedo sentir interés en el llamado estilo realista porque, si escribo una novela así, acabo aburriéndome, aclara. El escritor confiesa que le gusta crear historias que causen desconcierto en sus lectores y que se deja la piel cada vez que escribe una de ellas.

Para los que todavía no conozcáis el mundo murakamiano quizás sea ésta novela la mejor manera de iniciarse en su literatura ya que es menos compleja y simbólica que las restantes, aunque el traductor de la obra al inglés, Jay Rubin, sostiene que esta obra mantiene en grado importante la complejidad y el simbolismo característicos de la obra de Murakami, y que, por lo tanto,  no es simplemente una historia de amor como aparentemente parece.

Tokio blues es el relato conmovedor y agridulce de una educación sentimental y de las pérdidas que implica toda maduración.  La historia comienza cuando su protagonista, Toru Watanabe, escucha el tema de los Beatles que da nombre a la novela mientras está aterrizando en Hamburgo. Tiene 37 años y la canción le hace retroceder a una turbulenta e intensa época de su vida ocurrida dieciocho años atrás, a finales de los 60, en Tokio. La novela está narrada en primera persona por el propio Watanabe en forma de un largo y detallado flashback que evoca, con una gran carga nostálgica, aquellos años estudiantiles en los que conoció a Naoko, una bella chica inestable y muy especial, con la que inicia una peculiar relación.

Watanabe es un cruce entre un narrador protagonista y un narrador testigo ya que aunque sea el protagonista de esta historia, parece que está ahí para hablarnos de los demás personajes. Sabe escuchar, tiene una gran capacidad para comprender a las personas, apenas habla y cuando lo hace (ya sea en los diálogos o en sus reflexiones) revela, con gran honestidad, cosas realmente importantes, claves para entenderlo tanto a él como al resto de los personajes. El prudente, resignado, solitario y confuso Watanabe posee, a la vez, una extraña madurez y serenidad no muy propia de su edad. Casi todas las novelas de Murakami están narradas en primera persona y el narrador, y a la vez protagonista, suele ser un hombre con similares características, un álter ego en muchos aspectos del propio escritor.

Las dos protagonistas femeninas son dos mujeres totalmente opuestas: Naoko, la cara oculta, y oscura, de la luna y Midori, la que brilla con luz blanca. En medio, el prepotente y vanidoso Nawasawa y, sobre todo, Reiko, una mujer herida por la vida, y, al fondo, la omnipresencia ausente de Kizuki, el novio de Naoko y mejor amigo de Watanabe, cuyo suicidio a los diecisiete años llena a ambos de dolor e incomprensión ante el mundo. Quizá sea esta experiencia la que ha otorgado al protagonista una lucidez y vulnerabilidad que le hace percibir con una gran claridad el dolor propio y ajeno así como la madurez que se adquiere cuando uno se enfrenta con la muerte de un ser querido.

Murakami consigue con una gran maestría y un estilo sobrio, depurado, ágil e inquietante que la historia te envuelva y no puedas dejar de leerla. Las descripciones son muy detalladas, precisas y visuales. Aunque describe casi todo, no se explaya demasiado, va a la esencia, y, al contrario de lo que pasa con otras novelas, se puede perfectamente visualizar lo que describe. La novela está plagada de diálogos fluidos y rítmicos magníficamente construidos que poseen una gran verosimilitud en los que se pasa de lo prosaico a lo más trascendente con toda naturalidad y que va dejando toques de un fino humor. Los personajes son los que sostienen una historia en la que apenas hay acción, de ahí la importancia de los diálogos.

El amor, el sexo, la pérdida, la muerte (el suicidio) y la inestabilidad mental transitan por ese mundo de alto, y desequilibrante, voltaje emocional que de manera tan especial y con gran sensibilidad literaria sabe crear el autor. La mirada retrospectiva del narrador posee una evocadora melancolía y un tono nostálgico tiñe toda la novela de una tristeza existencial.

El título original en japonés es Noruwei no Mori, traducción del título de la canción Norwegian Wood de Los Beatles. En la novela aparecen diversas alusiones a la canción, que es la preferida de Naoko. La palabra japonesa “mori” sería el equivalente en español a “bosque”, no a “madera”, aunque en la canción se refiere a este significado (madera noruega). Los bosques y su simbolismo tienen una importancia destacada en la novela. El por qué se ha traducido en español por Tokio blues podría ser por las semejanzas entre este tipo de música y las características de la novela. Una historia triste escrita con un ritmo entrecortado como el blues. Un relato más de sensaciones que de acciones.

Os recomiendo que comencéis la lectura escuchando Norwegian Wood, la canción de los Beatles que da nombre a la novela y que refleja la importancia que la música, desde la clásica al rock, tiene en la obra de Murakami.

Otra de las características de la novela, y de la obra de Murakami en general, son las referencias a otros libros que están leyendo los personajes, sobre todo el  omnívoro lector Watanabe. Normalmente literatura occidental muy del agrado del escritor. En Tokio blues aparecen El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, El Centauro de John Updike (los dos libros favoritos del protagonista), La montaña mágica de Thomas Mann (cuya elección posee una gran carga simbólica de la que ya hablaremos) y Bajo las ruedas de Hermann Hesse. También aparece El guardián entre el centeno de Salinger. Y es que Toru Watanabe podría ser perfectamente Holden Caulfield unos años más tarde. De hecho Reiko le dice en un momento: Hablas de una manera muy especial […] ¿Estás imitando al protagonista de “El guardián entre el centeno”?

La novela fue llevada al cine en 2010 por el director vietnamita Tran Anh Hung. Yo no la he visto todavía. Me parece un buen momento para hacerlo. ¿Alguno la ha visto y nos puede contar? Podéis ver el tráiler y ponerles cara a los personajes. También os dejo un vídeo con una escena de la película donde Reiko toca a la guitarra “Norwegian Wood” ante Watanabe y Naoko y otro más con escenas de la película mientras suena la canción She brings the rain interpretada por el grupo alemán de finales de los años sesenta Can.

Adjunto sendos enlaces, uno a la página de Facebook dedicada a Murakami y otro a la página que le dedica la editorial al autor.

Como un intento de acercamiento al mundo Murakami os dejo algunas declaraciones hechas por el autor sobre su obra y su proceso de creación. ¡Qué mejor para poder entenderle que dejar al propio Murakami que hable!

Soy un nadador, me gusta y sé me da bien, pero no sé explicar lo que hacen mis brazos o mis piernas cuando estoy en el agua. Con la escritura pasa lo mismo, sé hacerlo pero no describir cómo lo hago. Escribo como nado.

Mis historias brotan de algún rincón profundo y misterioso de mi mente. No tengo un mapa o una linterna para rastrear esa extraña fuente, solo puedo divisarla de forma muy vaga. Para mí escribir es explorar la naturaleza de este lugar oscuro, que no maligno, donde conviven elementos enigmáticos, positivos y negativos, ambiguos y nacidos del subconsciente.

Cuando escribo abro la puerta a otra habitación y me encierro en ella, voy al otro lado. No puedo escribir de forma realista porque la ficción me obliga a entrar en esa otra habitación, que es muy oscura, silenciosa y en la que soy testigo de multitud de cosas extrañas, salvajes y surrealistas. Cuando escribo, desciendo a las profundidades de mi mente. Cuanto más bajo, más peligroso resulta. Debo ser fuerte para enfrentarme a las criaturas, a las imágenes y a los sonidos que moran ahí; necesito valor para atreverme a abrir puertas que me provocan mucho miedo. Sé que suena esquizofrénico. Ir de un mundo al otro es delicado y hay que hacerlo con cuidado porque el precipicio está muy presente. Por fortuna, soy un escritor y puedo ir y regresar a mi antojo, mientras que hay gente en la vida real que se extravía fatalmente. Todo el mundo tiene la capacidad de plantarle cara a sus obsesiones, pero solo una minoría se atreve.

Del jazz he aprendido tres lecciones que luego he aplicado a mis libros: ritmo, armonía e improvisación.

A mí siempre me ha interesado la gente que ha sido arrojada fuera de la sociedad, aquella que ha sido retirada o apartada.

Mis personajes siempre acaban encontrando una vía o una solución para superar sus problemas, pero por el camino tienen que sufrir y enfrentarse a la oscuridad, a la maldad, a la extrañeza y en ocasiones incluso a la violencia.

Soy un escritor, mi trabajo es escribir, no hablar. Además, deseo permanecer en el anonimato, poder viajar en el metro de Tokio sin que me reconozcan.

Aún no sé grandes cosas acerca de mí mismo. He estado escribiendo mucho con el objetivo de conocerme, pero he avanzado poco. En última instancia, me dedico a la ficción para saber quién soy, qué hay dentro de mi cabeza. Cada nuevo libro es una forma de conocerme, pero el proceso es lento. Sigue habiendo tanta oscuridad que la batalla se promete larga. 

Soy japonés, escribo en este idioma y mis novelas se desarrollan la mayor parte de las veces en este país. Pero soy un individuo. Sólo un hombre libre.

Para terminar, unas palabras de la escritora mexicana Guadalupe Nettel sobre Tokio blues: es una de esas novelas densas e imprescindibles que se beben como un Cutty Sark una de esas noches en que la vida resulta insoportable.

Bienvenidos al inquietante universo murakamiano. Para muchos lectores leer a Murakami es convertirse en seguidor incondicional de este autor.

Plazos

Vamos a dividir la lectura en tres partes. La primera, que leeremos a lo largo de una semana, nos llevará hasta el final del capítulo 5 (página 123).

Os reitero lo de siempre, sobre todo a los nuevos: escribir en este post, mientras vais leyendo esta primera parte, sólo vuestras impresiones iniciales sobre la lectura o los personajes, o sobre lo aquí escrito o los enlaces dejados, pero no la comentéis, ni esta parte ni mucho menos en su totalidad. Cuando publique el post de análisis correspondiente a esta primera parte de la lectura dentro de una semana, y todos hayáis leído dicha parte, entonces podréis explayaros ampliamente en vuestros comentarios sobre ella en dicho post. Debéis respetar los plazos de lectura y dejar vuestros comentarios en los post respectivos a cada parte. ¡Buena lectura!

Nuestro próximo libro: TOKIO BLUES de HARUKI MURAKAMI

11 Abr
Tokio-blues

Portada de la novela «Tokio blues» de Haruki Murakami. Tusquets editores.

Nos vamos a Japón de la mano del exitoso escritor Haruki Murakami (Kioto, 1949). Y lo hacemos con la novela que le dio la fama: Tokio blues (O Norwegian Wood, su título original, tomado de una conocida canción de Los Beatles) publicada en Japón en 1987 y en España en 2005. Es probable que algunos, o muchos, de vosotros la hayáis leído. Si es así, será un buen momento para hacer una relectura que os permita profundizar en ella ya que el propio Murakami dice que sus libros es mejor leerlos varias veces para poder captar en su totalidad el complejo e inquietante mundo que habitan sus historias.  Toda relectura enriquece la anterior. Para los que no hayáis leído todavía nada de el escritor japonés es una buena ocasión para conocer su obra. Y creo que está bien empezar por esta excelente novela.

Tokio blues es la novela “más normal” de Murakami pero aun así contiene elementos propios de su mundo. Murakami cuenta que la escribió porque quiso enfrentarse al experimento de escribir una novela al uso ya que sus anteriores novelas, “más raras” en las que mezcla el mundo real con otro sobrenatural, eran sólo leídas por una minoría. Después de ella, y de alcanzar el éxito que le ha llevado a ser un escritor muy leído en todo el mundo, volvió a su estilo original. Pero el éxito no le ha abandonado y cada  novela suya se convierte en un “best seller”.

Advertencia: Murakami – al igual que los Beatles – produce adicción, provoca numerosos efectos secundarios y su modo de narrar tiene algo de hipnótico y opiáceo. Rodrigo Fresán, “El País”.

A partir de mañana miércoles 12 podéis pasar a recoger vuestro ejemplar en la Biblioteca Fórum. Disponéis de una semana para ello. Los que vivís fuera también contáis con una semana para conseguir el libro editado por Tusquets.

Nos encontraremos aquí en dicho plazo para empezar a leer Tokio Blues. Espero que os agrade la elección. Mientras, los que todavía no habéis dejado vuestros comentarios finales sobre el libro de Mahi Binebine, y si la Semana Santa os lo permite, podéis hacerlo a lo largo de estos días.

No os olvidéis de devolver vuestro ejemplar de Los caballos de Dios. Gracias.

¡Nos vamos de vacaciones!

1 Jun

Foto en flickr de eddy_ .Algunos derechos reservados.

Este año hay cambios respecto a las vacaciones de verano: vamos a descansar junio, julio y agosto así que “cerramos” temporalmente el Club Virtual de Lectura para disfrutar del periodo estival. Volveremos a principios de septiembre más descansados, con fuerzas renovadas y nuevos libros que compartir.

El verano se presenta siempre como un buen momento para leer aquellos libros que no nos ha dado tiempo a hacer el resto del año. Os animo a todos para que compartáis en este post recomendaciones de todo tipo. Contadnos qué libros vais a leer y animaos a dejar sugerencias. También podéis ir dejando a lo largo del verano vuestras impresiones sobre los libros que estéis leyendo.

Por mi parte, os dejo algunas recomendaciones: para empezar, toda la obra publicada en español de la última Premio Nobel, la bielorrusa Svetlana Alexievich, es altamente recomendable. Yo estoy con Voces de Chernóbil y El fin del “Homo sovieticus”, literatura de no ficción que sobrecoge con su verdad, y su poesía en medio del horror, sobre la antigua Unión Soviética.

El último libro, póstumo, del gran Rafael Chirbes, Paris-Austerlitz: una historia descarnada de amor entre dos hombres narrada con una prosa clara que va directa a las entrañas. Duro pero imprescindible testamento de el que se considera uno de los mejores escritores en español de los últimos tiempos.

La novela más reciente del escritor turco Orhan Pamuk, Una sensación extraña: el relato de la vida, las aventuras y los sueños del vendedor callejero Mevlut Karatas que es, a la vez, un retrato de la ciudad de Estambul (tan amada por el escritor) entre 1969 y 2012 a través de los ojos de numerosas personas. La capacidad de fabulación de Pamuk es inmensa y es un deleite dejarte llevar por sus historias.

Es un buen momento para revisitar la obra de la estadounidense Patricia Highsmith al hilo del éxito que ha tenido la película basada en su novela Carol. Esta novela fue publicada por primera vez en 1952 bajo el seudónimo de Claire Morgan y con el título El precio de la sal debido al tema que trataba, el amor entre dos mujeres, algo muy audaz para la época. El éxito de público y ventas fue inmediato, se vendieron más de un millón de ejemplares, y posteriormente la autora decidió publicarla con el título que originalmente le había dado y firmada con su verdadero nombre. La película es muy buena pero la novela también. Toda la obra de Highsmith es notable y muy recomendable, en ella se sumerge en los entresijos de la psicología humana. La autora no juzga moralmente a sus personajes, simplemente expone los hechos y deja que sea el lector quien saque sus propias conclusiones. Es una de las escritoras más originales y perturbadoras de la narrativa contemporánea.

Y siguiendo en la estela de la novela negra, traigo aquí a uno de mis favoritos: Raymond Chandler. Uno de los padres del género. Se acaba de publicar Todo Marlowe, un homenaje al investigador privado más duro y cínico que ha existido reuniendo las siete novelas completas protagonizadas por él además de dos relatos breves en un solo libro. En palabras de Murakami, otro de mis favoritos: Incluso ahora mi ideal para la escritura de ficción es meter a Dostoievski y a Chandler en un solo libro. Ese es mi objetivo.

Termino con un poco de poesía actual y en castellano. Mi último descubrimiento es un libro muy original que está en el límite entre poesía y prosa: una colección de ficciones breves que aspiran a la liviandad en el estilo pero que están cargadas de profundidad no dicha. Sutil y sugerente es la obra Pasos de Isabel Moreno García.

Aunque estemos de vacaciones, yo entraré de vez en cuando en el blog, así que no dudéis de dejar cualquier comentario que os apetezca. Estáis todavía a tiempo de dejar vuestros comentarios finales sobre El cielo es azul, la tierra blanca (en el anterior post y último dedicado a esta lectura). Adelante pues a todos los rezagados.

No se os olvide a los que sois de Coruña devolver vuestro ejemplar de la novela de Hiromi Kawakami en la Biblioteca de Fórum. Gracias.

Os deseo unas felices vacaciones a todos. ¡Qué las disfrutéis, con libros, y  hasta septiembre!

Volvemos en septiembre

¡Nos vamos de vacaciones!

30 Jun

Foto en flickr de eddy_ .Algunos derechos reservados.

Bueno, pues nos vamos de vacaciones, así que “cerramos” temporalmente el Club Virtual de Lectura para disfrutar del periodo estival. Volveremos a principios de septiembre más descansados, con fuerzas renovadas y nuevos libros que compartir.

El verano se presenta siempre como un buen momento para leer aquellos libros que no nos ha dado tiempo a hacer el resto del año. Os animo a todos para que compartáis en este post recomendaciones de todo tipo. Contadnos qué libros vais a leer y animaos a dejar sugerencias. También podéis ir dejando a lo largo del verano vuestras impresiones sobre los libros que estéis leyendo.

Por mi parte, os dejo algunas recomendaciones: toda la obra del escritor estadounidense James Salter, que acaba de fallecer a la edad de 90 años. Cualquier libro de él merece la pena. Es uno de los grandes. También cualquier libro de Manuel Vázquez Montalbán al que leímos hace poco en el Club. Es un buen momento para revisar toda su obra de una gran altura literaria e intelectual. Yo me acabo de leer Los pájaros de Bangkok, de la serie Carvalho, y es magnífica. Para los adictos a Haruki Murakami, os recomiendo el último libro, de relatos, publicado en español: Hombres sin mujeres. Está a la altura de los mejores de él.

Otro de mis últimos descubrimientos es el escritor noruego Karl Ove Knausgard. En español están publicados los tres primeros libros de su ambiciosa empresa literaria (ocho libros en total) de carácter autobiográfico: La muerte del padre, Un hombre enamorado y La isla de la infancia. Está siendo un auténtico boom en todo el mundo. La manera que tiene de narrar su vida es muy original, no sigue una línea cronológica y la narración está salpicada de interesantes y profundas reflexiones sobre todo tipo de temas.

Ahora mismo me estoy leyendo, todavía no he terminado, la última novela de la escritora italiana Melania G. Mazzucco: Limbo, y me está gustando mucho. Es una escritora muy interesante a la que sigo y nunca me defrauda. Me gustó especialmente su personal biografía novelada de la fascinante Annemarie Schwarzenbach: Ella, tan amada. Y mis lecturas para este verano incluyen Sarajevo, un diario de la guerra de los Balcanes escrito por el periodista y poeta Alfonso Armada. Puede ser un buen complemento para nuestra lectura de La hija del Este. La novela Cegador del escritor rumano Mircea Cartarescu del que no he leído nada pero tengo muy buenas referencias. La biografía de la poeta polaca, Nóbel de literatura, Wislawa Szymborska que acaba de salir: Trastos, recuerdos. Adoro su poesía y me apetece mucho leer sobre su vida y su obra, también tengo muy buenas referencias de esta completa y documentada biografía. Y, para terminar, y si me da tiempo, quiero leer la extensísima novela del escritor sirio afincado en Alemania, Rafik Schami: El lado oscuro del amor.

Aunque estemos de vacaciones, yo entraré de vez en cuando en el blog, así que no dudéis de dejar cualquier comentario que os apetezca. Algunos me habéis comunicado que vais un poco atrasados en la lectura de La habitación de invitados y que entraréis a escribir algún comentario más. Adelante pues a todos los rezagados y podéis dejar todos los comentarios que queráis sobre nuestro último libro en el último post dedicado a esta lectura.

No se os olvide a los que sois de Coruña devolver vuestro ejemplar de La habitación de invitados en la Biblioteca de Forum. Gracias.

Os deseo unas felices vacaciones a todos. ¡Qué las disfrutéis y  hasta septiembre!

Volvemos en septiembre