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Las Reclusas

20 May

Argumento

Aparece un nuevo «mordido», Olivier Vessac, de la «Pandilla de las Reclusas». Está en el hospital. Adamsberg ve la posibilidad de poder interrogarlo antes de que se muera. Se desplaza hacia Bourges y consigue hablar con él.

Vessac es consciente de que la mordedura ha sido provocada. Al igual que el comisario piensa que es en venganza por sus fechorías con La Pandilla en el orfanato. Confiesa todo. Aunque también declara que no participó en las violaciones en grupo. Cree que se lo tiene merecido y acepta la situación. Tiene el brazo derecho con necrosis. Le queda poco de vida. Confirma que la mordedura fue en el exterior y que no hubo una persona que se la administrara.

Adamsberg está en un callejón sin salida. Tiene a toda la Brigada investigando. Controla todos los movimientos del grupo de los mordidos de niños. Ninguno lo pudo hacer porque a ninguno lo pueden situar en el lugar del crimen ese día.

Va a ver a su hermano, Raphaël, a la isla de Ré. Ya no ve «entre las brumas». Hay algo que lo perturba. Necesita hablar con su hermano y contarle todo. Su hermano le recuerda un episodio del pasado: cuando el comisario tenía doce años y sus padres los llevaron a Lourdes vio en un viejo palomar de piedra a una mujer que se había recluido por iniciativa propia hace cinco años y que vivía de la caridad de la gente del lugar que la consideraban como una «sana protectora». Una práctica muy habitual entre la Edad Media y el siglo XVI. A estas mujeres se las llamaba «reclusas». La imagen de la reclusa de Pré d’Albret le impresionó tanto de niño que la había olvidado. Su hermano le ayudó a sacar estos recuerdos de su interior

El comandante pone de manifiesto ante la Brigada que la pista sobre la «Pandilla de los mordidos» aunque luminosa fue un fiasco. No pudieron probar que alguno de ellos pudiera matar a Vessac. De todas formas, sigue creyendo que hay una relación entre el Orfanato y las víctimas de reclusa.

Habla con un psiquiatra y le cuenta sus recuerdos.  Ahora cree que el asesino puede ser una mujer. Una mujer con una infancia difícil y que fue violada o que estuvo secuestrada. No se quita de la cabeza la imagen de la reclusa que vio de niño. Le venía a la cabeza que para elegir la infinita dificultad de matar con veneno de reclusa, tienes que haber sido reclusa y antes de eso, haber sido secuestrada. 

Sospecha de la coinquilina de Irene Royer, la mujer a la que conoció cuando fue a ver a un experto en arañas al museo y se hicieron amigos. Lo ayuda en la investigación. Fue la que lo puso en la pista de La Pandilla de Le Misericordie. Ahora tiene una inquilina, Louise Chevrier, que fue violada a los 38 años y siente aversión por los hombres. Tiene el perfil que busca Adamsberg para su «posible» asesina.             

Pone a gente de la Brigada a investigar niñas secuestradas desde la infancia y dan con un caso espantoso, la familia Seguin. El padre encerró a sus dos hijas desde pequeñas en el desván y las violó desde la infancia. Después, su hijo Enzo cuando tuvo edad suficiente lo asesinó y la policía consiguió rescatarlas con veinte años. Las niñas se llamaban Annette la menor y Bernadette la mayor.

La pequeña fue prostituida por su propio padre en el desván ofreciéndola a un grupo de muchachos durante once años. Adamsberg piensa que está ahí la conexión. Cree que el grupo que visitaba a la hermana pequeña era la «Pandilla de las Reclusas» ya que el padre era también conserje en Le Misericordie y los conocía a todos.

Sigue esa línea de investigación y los datos empiezan a cuadrar. Confirma con el hijo del director que Seguin trabajó efectivamente de conserje en Le Misericordie y que era permisivo con La Pandilla. Ahora tiene que investigar si alguna de sus hijas es la asesina de la reclusa.

El caso se le pone un poco difícil porque las niñas una vez liberadas estuvieron en un sanatorio psiquiátrico y cambiaron de identidad. Es difícil saber si Louise puede ser una de ellas. La Brigada tampoco encuentra la partida de nacimiento de Louise.

Al mismo tiempo el comisario descubre, tras el asesinato de los dos últimos miembros de la Pandilla –Torrailles y Lambertin-, como fueron asesinados las víctimas con veneno de reclusa sin que nadie apareciera en escena. Les disparaban veneno de reclusa con rifle de dardos desde una distancia que no se pudiera ver. Cada dardo tendría que tener el veneno de veintidós reclusas. El dado se recuperaba del lugar del crimen porque iba atado con un fino hilo del cual poder tirar. Así nadie sospecharía de un asesinato.

Adamsberg llama a Irène para comentar los últimos fallecimientos. Irène ya lo sabía por los foros de Internet. Y le responde «se los han cargado a todos y seguimos sin saber ni quién ni cómo»

Decide excavar en el viejo palomar donde vio a la reclusa de niño para conocer definitivamente su identidad y saber si efectivamente era una de las hermanas Seguin. Quiere encontrar sus dientes en el suelo de ocupación ayudado por un arqueólogo amigo.

Por fin encuentran 21 dientes de la reclusa que les puede dar su identidad. Al mismo tiempo cae en la cuenta de detalles de la investigación que se le habían pasado por alto. Atando cabos descubre quién es la persona que asesinó a los diez miembros de la Pandilla de la Reclusa.

Y hasta aquí … ¡¡no desvelaremos el final!!

Comentarios

Según la crítica esta novela has sido uno de sus proyectos más ambiciosos de la autora porque en ella se entrecruzan elementos como el medievo, la arqueología, los mitos, el mundo de los animales y por supuesto, la descripción detallada y poderosa de los retorcidos laberintos de la mente humana.

Si algo caracteriza a todas las novelas de Fred Vargas es la sencillez y naturalidad con la que compone su obra literaria, tiene un estilo único, muy depurado, todo va hilvanándose con el transcurso de la historia. Cualquier detalle tiene importancia en la trama.

El tiempo de lo narrado es prácticamente el actual aunque la historia tiene retazos del pasado, la arqueología y otras disciplinas que enriquecen la historia y amenizan la acción frente al lector.

La autora ofrece un verdadero crisol de la condición humana, de cómo la venganza puede ser catártica y puede condicionar toda una vida. Los diálogos en el micromundo de la Brigada de Adamsberg vienen salpimentados de humor, inteligencia, sarcasmo, amor y hasta mayéutica.

«No hay que desatender nunca una picadura, hay que rascarla siempre hasta el final, hasta hacerse sangre; si no, corres el peligro de que te pique toda la vida.»

La intriga y su resolución son previsibles, pero esto es secundario cuando en la concepción novelística de Fred Vargas hay otros elementos con los que configurar su particular voz. 

Se ha cumplido la venganza sobre todos los miembros de la La Pandilla de las Reclusas. La escritora nos pone en un dilema moral y al comisario Adamsberg también. ¿Se puede justificar un crimen cuando las víctimas han sido verdugos de otras personas? El comisario lo tiene difícil. Con la resolución del enigma de las muertes por reclusa no sabe que hacer. Por un lado su profesionalidad le dicta que tiene que detener al culpable pero por otra, comprende, empatiza y no quiere volver a recluir a la persona que ha estado ya reclusa la mayor parte de su vida.

Al final, Vargas juega con el lector ¿de verdad se ha impartido justicia?


¡Ahora os toca a vosotros!

Espero que ahora hagáis más comentarios sobre este libro.

¿Qué os ha parecido la historia? ¿Os gusta como escribe la autora?

¿Os ha gustado el final?

Contadme que pensáis sobre la doble moral de la justicia.

RECORDATORIO: Los que tengáis un ejemplar de esta novela acordaros de devolverlo entre esta semana y la siguiente en la Biblioteca Fórum.

El investigador investigado

22 Feb

Argumento

Guy Roland se quedó amnésico hace más de diez años «e iba a tientas por la niebla». La novela nos sitúa en París. No hace referencia a la época del presente salvo por una carta que aparece en el capítulo VI y en cuya firma consta el año 1965. Lo que importa es el pasado, ese pasado que ha olvidado y que le impide saber quién es.

Hace ocho años, Guy se acercó a la agencia de detectives de Hutte para ver si lo podía ayudar. Al final, le ayudó proporcionándole una nueva identidad, un pasaporte y un consejo «no vuelva a mirar atrás y piense en el presente y en el futuro». Acabó trabajando para él.

Esta historia empieza cuando Hutte, ahora jubilado, cierra la agencia y se marcha a vivir a Niza. Guy siente que se vuelve a quedar sólo en la vida y comienza por su cuenta una investigación para averiguar su pasado y su propia identidad. «Hutte titubeó un momento antes de cerrar la puerta y aquel chasquillo metálico me hizo sentir una punzada en el corazón. Marcaba el final de una larga temporada de mi vida». La vida que recordaba.

Su primera pista le lleva a  Paul Sonahitze que regenta un bar en la calle Anatole de la Forgue (Distrito XVI). Queda con él porque cree que en «algún determinado momento» se movían en los mismos círculos de amistades. Paul le lleva al restaurante de Jean Heurteur para ver si  entre los dos pueden acordarse de algo.

Modiano busca siempre personajes corrientes que se mueven en ambientes nocturnos de cafés y locales de París. París es un personaje más de la novela. Siempre describe un París noctámbulo de calles oscuras, sombrías y desiertas. También le gusta detallar con minuciosidad los itinerarios que realizan sus personajes. Le gusta buscar lo cotidiano y pararse en los detalles de sus personajes, como en la referente a Jean «el cutis granuloso, las mejillas flácidas y unos labios de gastrónomo». Nunca hace referencia a la edad de sus personajes. Dice Jean «es curioso, no se le puede calcular a usted la edad». Solo sabemos que Guy lleva bigote y es muy alto.

Guy quiere saber si ellos lo reconocen de haberlo visto alguna vez en alguna fiesta o café. Les parece que les recuerda a alguien que hace mucho tiempo iba a un local que se llamaba el Tanagra. Iba con otro hombre ruso llamado Stioppa. Ambos sospechan que era de la pandilla de Stioppa y que salían mucho de noche «una época mucho mas bonita que la nuestra» comentan. ¿Añoranza del pasado o de la juventud?

No centra temporalmente la historia, se refiere al pasado como «la época del diluvio» (aunque sabemos que se refiere a los años de la Ocupación). Saca una pista más cuando Jean recuerda que Guy se le parece a un hombre que se alojaba en el hotel Castille.

Se acerca a Stioppa con la excusa de estar escribiendo un libro sobre la «emigración rusa«¹. Acaba en su casa y Stioppa le enseña unas fotos antiguas. En una de esas fotos se cree reconocer «un hombre muy alto, con terno príncipe de Gales , de unos treinta años, moreno y con un bigote fino. Creo en serio que era yo» .

Le llama la atención en una de las fotos una chica. Stioppa le dice que se llama Gay Orlow de nacionalidad rusa que emigró a América con sus padres durante mucho tiempo y después vino a Francia. Empezó a investigar sobre ella. Aunque se suicidó en 1950, encontró una partida de matrimonio con un pianista americano ahora afincado en París: Waldo Blunt. Contacta con él en un café de París y le dice que su matrimonio había sido de conveniencia porque Orlow «estaba obsesionada con tener una nacionalidad» se fue con un francés llamado Howard de Luz confidente de John Gilbert. Ese nombre le despertó algo por dentro y por un momento creyó que podía ser él mismo.

En busca de su identidad, ya lleva dos posibles, todavía no encuentra la verdad. En esta parte de la novela todavía pasará por una más. Una en la que cree que puede ser Pedro McEvoy al que llegó a través de un antiguo amigo de Freddy que le puso en contacto con una dirección.

Se dirige al domicilio que tenía Pedro en el pasado. La actual inquilina, Helene, lo reconoce y le dice que trabajaba en la Embajada de la República Dominicana y que tenía una novia que se llamaba Denise. 

La última vez que Hélène supo de ellos fue cuando se fueron a Megève. Denise tenía instalado un taller de costura en ese piso. Antes vivían en el hotel Castille. Tenía una habitación verde con Denise. Y le dice que se fueron de allí porque no se sentía seguro en el hotel. 

«-La verdad es que era una época peculiar… -¿Qué época?. No obtuvo respuesta».

Logró saber por Hélène que se fueron a Megève porque era un sitio seguro y desde allí podrían pasar la frontera. Con la agenda que le entrega Hélène (perteneciente a Denise) hay un certificado donde consta que contrajo matrimonio con  Jimmy Pedro Stern el abril de 1939.

Por último le da una carta de Denise, la última que recibió y le ponía las señas de una persona por la que podían contactar: Oleg de Wréde. Así que sigue investigando. Pero empieza a recordar a Denise y al día en que la conoció o ¿es producto de su imaginación?

Comentario

Novela escrita en primera persona de forma intimista y poética. Su personaje principal, Guy Roland, cuenta la historia de la búsqueda de su identidad. Lleva muchos años. En esta parte de la novela investiga su rastro en el pasado y pasa por tres identidades distintas. Y se pregunta «¿Será posible que acabe uno por no reconocer un sitio en el que ha vivido?»

En esta novela nos vamos a encontrar con los tres temas recurrentes en la obra de Modiano: la búsqueda de la identidad, recuperar el pasado y la pérdida.

La obsesión de la búsqueda, la necesidad de identificarse con alguien real de carne y hueso, es un tema esencial en la obra del escritor, ya que sus personajes se mueven siempre tras las huellas de otro ser que les ayude a comprenderse a sí mismos. Sin embargo, entre dudas e incertidumbres, en la obra de Modiano nunca acaba por resolverse esa búsqueda, y como si de una torre de naipes se tratara, la realidad parece frágil, siempre a punto de desmoronarse.

Lo inquietante de la obra y de la vida de este escritor es que las identidades se construyen con más incertidumbres que certezas y nos obligan a preguntarnos cuál es la biografía posible de una identidad que se busca a sí misma constantemente.

En todas sus novelas salen guías de teléfono antiguas y modernas. El autor no lo sabe explicar. Quizá el hecho de dejar un rastro en algún sitio. Recuerda una historia que le contaba Hutte sobre el «hombre de las playas», aquel que salía en todas las fotos y nadie sabía ni como se llamaba. Y Hutte decía «en la arena no dura más que unos segundos la huella de nuestros pasos». Habla de lo fútil y anecdótico que es nuestro paso por la vida.

Además tampoco hace referencia al tiempo vivido, se refieren a él como «el tiempo del diluvio» o «la noche de los tiempos» para hacer referencia al tiempo de la Ocupación, aquel que sigue entre nieblas en la memoria de los franceses.

Esta parte invita a la melancolía y a la añoranza de un tiempo pasado. Os dejo esta canción que se menciona en el libro y que resume muy bien la esencia de la historia.


¹Los rusos que huyeron de la revolución bolchevique. Los rusos blancos

En todas las guerras hay vencedores y vencidos. En el caso de la Revolución Rusa de 1917 los vencidos fueron la familia imperial, la vieja aristocracia y los cientos de miles de rusos que escaparon del país, presintiendo las purgas estalinistas. Se contabilizan entre 900.000 y 2 millones de exiliados rusos. Alrededor de 200.000 de estos exiliados se instalaron en Francia donde se les conoce como los «rusos blancos».

Según Andrei Tereshchuk una «ola de emigración es una intensificación de los procesos migratorios en un periodo de tiempo delimitado. El término ola refleja de una manera precisa el carácter de la emigración rusa en el siglo XX». Andrei establece cuatro olas migratorias rusas:

La primera ola de emigración rusa se produjo en la etapa 1917-1922. Esta ola migratoria, después de la caída del Imperio ruso, fue un hecho sin precedentes en la vida del país. El inicio fue la revolución de febrero de 1917 y la revuelta bolchevique en Petrogrado (hoy San Petersburgo) en octubre de ese mismo año. El régimen comunista estableció un régimen de terror contra los opositores. Esta represión política  y una profunda crisis económica llevaron a la salida del país de una parte de la población y al comienzo de la Guerra Civil Rusa. En este conflicto se formó el Movimiento blanco, contrapuesto al poder bolchevique. Después de la derrota de los blancos, los restos de sus ejércitos abandonaron Rusia. En relación a este proceso surgió el término «emigración blanca» (no todos los emigrantes de la primera ola participaron en el Movimiento blanco, aunque casi todos los emigrantes blancos pertenecen a la primera ola).

Posteriormente se dio otra ola migratoria entre 1939-1946, durante la Segunda Guerra Mundial.

La tercera ola sería entre 1946-1993 tomando como punto de partida el inicio de la Guerra Fría.

Y por último, la cuarta ola de emigración, desde 1993 hasta la actualidad. Coincidiendo con la desintegración de la URSS.


!Ahora os toca a vosotros!

  • El autor recrea el París de los años 60 como la ciudad de los recuerdos durmientes. ¿Reconocéis París como un personaje más de la  historia?
  • ¿Creéis que Guy encontrará su verdadera identidad? ¿como veis al personaje?
  • Plasmad vuestras impresiones generales de la novela.

Nos leemos,

SOPHIE & FRANTZ

26 Nov

Llegamos al final y al desenlace de esta inquietante novela.

Frantz y Sophie

Comienza esta tercera parte con la boda de Frantz y Sophie en el ayuntamiento y el inicio de su vida en común. Sophie descubre que Frantz es mejor de lo que esperaba y siente una ligera felicidad de poder dejar atrás su vida de crímenes y locura.

Al poco tiempo termina este sentimiento de felicidad ya que vuelve a tener pesadillas y los muertos se le aparecen en medio de la noche para atormentarla. Con su nueva crisis, Frantz no la deja sola en ningún momento y Sophie, angustiada, tiene ganas de escapar.

La historia da un giro importante cuando ella encuentra su foto de carné en una bolsa de Frantz. Foto sustraída hace cuatro años por un motorista desconocido. La encuentra por casualidad. Es entonces cuando empieza a sospechar que su marido puede ser el motorista. No encuentra otra explicación. Quiere irse pero cada vez que lo intenta, aparece Frantz. Es entonces cuando decide hacer un intento de suicidio para que la lleven al hospital y así tener más facilidades para despistar a su marido. Pero en ese intento, Frantz comente otro error y la llama«Sophie».

Ella lo tiene claro y comienza a urdir su plan. Se escapa del hospital y consigue que su marido no sepa donde está. Gracias a su amiga Valérie y a su padre traza un nuevo plan.

Sophie y Frantz

Sophie ya sabe la verdad sobre Frantz. Sabe que es el culpable de todo lo que le ha ocurrido en estos cuatro últimos años. Quiere jugar con esta ventaja. Vuelve al piso como si nada hubiera pasado. Sigue fingiendo que sigue mal y bajo los efectos de los fármacos. En su plan no contempla ir a la policía. Quiere vengarse por si misma.

Frantz nos desvela a través de su diario que culpa a Catherine, madre de Sophie, de la muerte de su madre. La estaba tratando como Psiquiatra y no consiguió que no se suicidara. Decide vengarse de ella pero cuando tiene posibilidades de hacerlo, su padre muere y hereda, Catherine ya había fallecido. Es entonces cuando decide vengarse a través de su hija, Sophie.

Sophie sigue interpretando el papel de mujer desequilibrada y ausente por las pastillas. Finge que duerme y que no sabe que hace la mitad del tiempo. Frantz no sospecha nada pero, de repente, ve en unas fotografías del garaje del padre de Sophie unas cajas que le llaman la atención. Ampliando la imagen descubre que son las historias clínicas de Cahterine y se alerta.

Mientras tanto Sophie sigue su plan. Toma lo que Frantz le da y cuando no mira, lo regurgita en un papel. Ya tiene ensayada toda una técnica. Aún así tiene que interpretar. Por las noches, Frantz la sigue atormentando con los muertos y ella finge para no llamar la atención. Así consigue meter fármacos en los yogures líquidos que toma Frantz sin levantar sospecha. Aún así, Frantz, confiado, viaja por la noche a casa del padre de Sophie a robar la historia clínica de su madre. Y mientras él está en esta misión, Sophie descubre su guarida en el sótano del edificio.

«Nada más traspasar la puerta , Sophie se ha asustado. Y eso que ya sabe quién es Frantz. Pero el espectáculo que brinda su trastero… es como meterse en su subconsciente.» Ve las fotos de su vida desde hace cuatro años. Se derrumba, «ya no puede pensar, solo puede llorar». Pero no está rendida, la ira sustituye a la desesperación.

Descubre el diario y como Frantz la vio por primera vez el 3 de mayo de 2000.

También tiene una pared cubierta con fotos de su madre, Sarah Berg. La madre de Sophie empezó a tratarla en su tercer tratamiento (junio de 1987). Tenía depresión y actos suicidas desde la década de los 60. Su vida estaba marcada por la deportación y futura desaparición de sus padres en Dachau poco tiempo después de nacer ella. Tenía un sentimiento de culpa desde muy temprana edad. Su cuadro psíquico revela «la pérdida del amor del otro y a la pérdida de la propia estima» tiene un «sentimiento de culpa a la supervivencia«. Y en el mismo informe, Catherine advierte de que «se observe a sus descendientes directos porque pueden tener síntomas depresivos caracterizados por fijaciones morbosas y manifestación de obsesiones«.

Además, en el informe se descubre que tuvo un primer embarazo y que ella deseaba que fuera niña. Concluyó en un parto prematuro y la niña nació muerta. El segundo embarazo, en 1974, Sarah estaba depresiva y llena de supersticiones porque piensa que «este niño que viene ha matado al anterior para existir». Intenta sin éxito provocarse un aborto. Y se intenta suicidar dos veces. Cree que su hijo es un ser diabólico. El 13 de agosto da a luz a un niño llamado Frantz.

Frantz volvió con este informe muy nervioso en plena madrugada. No hablaba. Sophie lo interpretó como un buen síntoma ya que «era como si Sophie estuviera saliendo de la oscuridad y Frantz estuviera entrando».

La dinámica acaba de invertirse y ahora es Frantz el que está postrado en una cama y Sophie quien maneja los tiempos y los medicamentos. Lee su diario y lo va odiando cada vez más. Lo atiborra de somníferos. Frantz apenas tiene voluntad. Ella descubre que sólo ha matado una vez en la vida: al dueño de la hamburguesería «lo recuerda sin temor ni remordimientos».

Se van solapando los descubrimientos de Sophie con los de Frantz sobre su verdadera madre, su verdadera vida. Durante la infancia Sarah odiaba a Frantz al que también maltrataba sutilmente. No lo podía soportar. Frantz puedo sobrevivir a una madre potencialmente infanticida gracias a la protección de su padre. Su madre cuando estaba siendo tratada por Cahterine «lleva más de quince años reprimiendo bajo la apariencia de una madre cariñosa un aborrecimiento que se ha convertido en visceral y los deseos de asesinar a su hijo«.

Sophie culmina con éxito su venganza. Frantz totalmente dormido por los somníferos se deja llevar. Sophie le viste con el traje de novia ajado de su madre y le da a beber «doce veces la dosis letal» de barbitúricos. Le pinta mal los labios y lo deja encima de la cama como si fuera un «payaso». Al salir, oye que Frantz la llama desde el balcón y cuando mira hacia arriba, él salta sin pensarlo dos veces.

El informe de la policía concluye que estaba depresivo y que se suicidó de la misma manera que su madre. Sophie consigue su doble propósito, acabar con Frantz y conseguir una vida nueva. Se queda con el apellido de Frantz y con el dinero que éste heredó de su padre.

Comentario de la novela

En esta segunda parte suceden los acontecimientos de manera sorprendente. El nivel de crueldad se invierte de forma magistral. Sophie descubre al verdadero Frantz. Sabe que no puede ir a la policía porque no tiene pruebas reales contra él. Así que decide tomarse la justicia por su cuenta. Pero no solo persigue su muerte, sino también su tortura. Así que traza un plan con bastante inteligencia y frialdad. Para ello cuenta con su amiga Valérie y sobre todo con su padre.

¿Pero por qué no opuso resistencia Frantz? porque el informe clínico demoledor de Catherine lo destruyó por dentro. Su madre, a la que quería por encima de todo y a la que se sentía unido por un hilo invisible era realmente una persona cruel, infanticida, depresiva que nunca lo quiso y lo odiaba. Y al final, se suicidó para no tener que verlo más. Frantz no lo pudo soportar.

Pero este informe también era un artificio. El padre de Sophie lo elaboró para ayudar a su hija en su venganza y lo consiguió. Frantz se dejó morir.

Esta segunda parte, ágil y entretenida, me gustó menos que la primera. Aún así, me resultó una lectura bastante adictiva. No sabía cuantos giros más nos tenía preparado el autor. Aún sabiendo que Sophie había descubierto la verdad, Lemaitre conseguía seguir transmitiendo su angustia y ganas de vivir. El final es un poco previsible. Aunque sí me sorprendió el informe de Catherine que resultó ser también parte de la venganza. Original en el planteamiento de la historia. ¿Pensáis lo mismo vosotros?

Lemaitre consigue una novela con buen ritmo, entretenida gracias a que va dosificando la información a lo largo de toda la trama. Además de ser una historia estremecedora y retorcida en la que estás por momentos incómoda porque no sabes que personaje de la trama es el más maligno.


¡Ahora os toca a  vosotros!!!

¿Qué os ha parecido la historia? ¿Original, cruel? ¿verosímil? por lo menos, ¿ha conseguido entreteneros y atraparos hasta el final? ¿qué os ha parecido la utilización de la primera persona y la tercera a lo largo de toda la historia?

Espero vuestros comentarios a lo largo de esta semana. ¡Ánimo!!!

El lunes que viene, 3 de diciembre, os presentaré el próximo libro. Totalmente diferente. ¡¡¡Os lo prometo!!!!

Nos leemos,

FRANTZ

19 Nov

Avanzamos un poco más en la novela. Esta segunda parte está escrita en primera persona y por un personaje del que hasta ahora no sabíamos nada, Frantz.

Escrita a modo de diario nos va a desvelar mas detalles de esta intrincada trama psicológica.

La trama

Frantz escribe un diario con todos los detalles de un Plan diabólico que está llevando a cabo y cuyo objetivo es Sophie y de modo circunstancial, su entorno. Los hechos relatados van desde mayo del año 2000 hasta enero de 2004.

¿Por qué? parece que por venganza. A lo largo de esta segunda parte nos desvela un pasado trágico, donde su madre que parece que estaba enferma se suicida tirándose por una ventana y con el vestido de novia puesto. ¿Y que tiene que ver Sophie con todo esto? por ahora no lo sabemos.

Sophie en esos momentos estaba casada con Vincent Duguet y vivía en un barrio residencial de clase acomodada. Se la veía muy feliz. Ambos empiezan a ser objeto de seguimiento.

Frantz investiga todo sobre sus vidas. Consigue sustraer del bolso de Sophie las llaves  de su piso y hacer una copia. A partir de ahí entra cuando puede en su casa, le cambia cosas, le mezcla pastillas y consigue las claves para entrar en su correo electrónico y redes sociales. Se adueña por completo de su vida.

¿Qué sabemos de Frantz? que es informático, que lleva años soñando con este Plan, que echa mucho de menos a su madre pero que se consuela diciendo «menos mal que tengo a Sophie» y que desde que conoció a Sophie  no le han vuelto a dar ataques de «angustia«. Cree que Sophie le «ayudará a curarse». ¿Qué le ocurre?

Alquila un apartamento enfrente del matrimonio para vigilarlos constantemente. Cuando tiene ansiedad por las noches estira el vestido de novia de su madre, lleno de manchas, sobre la cama y escribe «En ellas está toda mi vida. Representan mi existencia, son la encarnación de mi voluntad».

¿Es él, y no Sophie, víctima de la locura?

El diario nos desvela que la madre de Sophie está muerta y que en opinión de Frantz «de seguir viva no estaríamos en lo que estamos. Qué desastre.» La madre de Sophie se llamaba Catherine y todo indica que tiene algo que ver en esta historia.

Una vez que descubre todo los detalles de la vida de Sophie, sus horarios, itinerarios, costumbres, etc., decide pasar a la acción: le cambia algunas cosas, otras se las sustrae…. Empieza por pequeños detalles, como cambiar en el carro del supermercado la marca de café, sustraer pastillas de la caja de medicamentos, mover el coche a otra plaza de aparcamiento (ella cree que se lo han robado y pone una denuncia). Lo lleva a cabo de «forma discreta pero progresiva» . Y por la información que tenemos de Sophie, ella no se da cuenta. Piensa que es ella quién se olvida de las cosas.

El 1 de octubre su «plan está ya maduro» y empieza con «la manipulación del correo electrónico«. Ella y su marido están buscando una casa en las afueras de París para vivir en el campo, pero Sophie está empezando a «desconfiar de su memoria«. Además, Frantz empieza a administrarle sin que ella se entere unas pastillas contra la obesidad que fueron retiradas del mercado porque «destruye los neurotransmisores» y era como un «pro depresor» que podía incitarte al suicidio. También consiguió en Internet «flunitrazepam, una molécula que causa estados de pasividad y luego de confusión, con efectos amnésicos» y varios somníferos.

También pone micrófonos en su piso. La tiene totalmente controlada. Incluso consigue que la detengan en el supermercado por sacar sin pagar una botella de whisky.

Vincent empieza a preocuparse por ella porque cree que está «depresiva». Sophie va al médico. No sirve de nada y lo problemas crecen en su matrimonio. Además, no se lleva bien con su suegra. Realmente no se soportan. El día del cumpleaños de la madre de Vincent, Sophie no quiere acudir a la fiesta. Se presenta al final por su marido. Esa misma noche su suegra muere en extrañas circunstancias al caerse con su silla por las escaleras. Esto trastorna de verdad a Sophie porque había soñado esa misma noche con la muerte de su suegra en esas mismas circunstancias.

Poco después, Sophie también pierde el trabajo por unas fotos que aparecieron en un dossier de prensa y que ella misma mando a toda la oficina. Eran dos fotos en un acto muy íntimo con su marido. No se explica como aparecieron ahí. La suspenden de empleo y sueldo. Las cosas van de mal en peor.

Frantz tiene un confidente en la oficina de Sophie, se llama Andrée. La invita varias veces a salir y así consigue tener información sobre la posición de Sophie en la empresa. Pero cuando se entera de que Sophie abandona la empresa ya no le interesa conservar su relación y la mata, tirándola por la ventana. Frantz, con sus actos, demuestra ser una persona sin escrúpulos y con una total sangre fría.

Sophie y Vincent se van a vivir al campo. Frantz sigue torturando a Sophie día a día. También consigue fastidiar su amistad con Valérie y Laure, sus únicas amigas. La deja en completa soledad y totalmente aislada. Su marido desconfía de ella y está cada día más distante. Ella está embarazada.

El 23 de mayo, Frantz le da el estoque final a Sophie. Consigue que Vincent  tenga un accidente con su coche. Se sale en una curva por culpa de él, que iba acosándole en moto, y se empotra contra un árbol. Es «el principio del fin«. A consecuencia de todo esto, Sophie sufre un aborto.

Vincent sobrevive al accidente pero se queda en muy mal estado y postergado en una silla de ruedas. Apenas se le reconoce. Sophie lo cuida un tiempo y después, sobrepasada por el día a día, lo interna en una residencia. Meses después, se mata y nadie se puede explicar como se pudo tirar con su silla por la escalinata.

Sophie desolada vende todo y se vuelve a París.  Consigue un puesto de niñera y empieza a trabajar para la familia Gervais. Quiere empezar de cero, pero no va a poder. Frantz pasa al «Plan B«. Consigue las llaves de la casa de la familia y sigue moviendo cosas y suministrándole fármacos.

Sophie está cada vez más irritada y se enfada a menudo. Y el 29 de mayo, el día de la bofetada a LéoFrantz ve una buena oportunidad para su venganza. Entra en la casa por la noche y asesina al niño en su cama, mientras duerme, con el cordón del zapato de Sophie. Lo que sigue ya lo conocemos.

Meses después, aparece en su vida como el sargento primero de transmisiones y le dice que «si» a su propuesta de matrimonio.

Comentario de la novela

En esta segunda parte el autor da un giro total a la novela. Cuando creíamos que Sophie se estaba volviendo loca o podíamos sospechar que lo estaba fingiendo, aparece Frantz, del que no teníamos todavía conocimiento, y nos hace presenciar una historia totalmente distinta. Escrita, esta parte, en primera persona, el autor nos coloca dentro de los ojos de Frantz  y de esa cabeza enloquecida, llena de ira y rencor. No sabemos exactamente las causas, pero todo nos hace indicar que al igual que Norma Bates en «Psicosis« tenía una enfermiza relación con su madre, la cual murió en extrañas circunstancias y vestida con su traje de novia. No habiendo superado esa situación, traza su plan de venganza: hacer enloquecer a Sophie hasta matarla. Todavía no sabemos cual es el papel que juega Sophie en la muerte de la madre de Frantz.

Esta situación me recuerda al guión de la película «Luz que agoniza» de George Cukor (1944), que a su vez está basada en una pieza de teatro británica «Luz de gas», donde un marido hace todo lo posible para que su mujer crea que se está volviendo loca. Magnífica película y genial interpretación de sus actores principales (Charles Boyer e Ingrid Bergman). De ahí la expresión «hacerle luz de gas» cuando consigues manipular hasta tal extremo a una persona para que dude de sus sentidos, de su razonamiento y hasta de la realidad de sus actos.

Podemos concluir que en esta novela hay maldad, mucha maldad. Y nos hace preguntarnos constantemente cual es el personaje más diabólico de todos, si los actos que vamos presenciando son perdonables o no y en qué medida son comparables las maldades de unos y otros.

¿Qué opináis vosotros?


¡¡¡¡Ahora os toca a vosotros!!!!!

Opinad de todo lo que queráis.

¿Os gusta el giro que da la novela en esta segunda parte?

¡Nos leemos!

SOPHIE

12 Nov

«Léo está pegado a ella, inmóvil, y tiene su cabeza en el regazo»

La trama

Sophie Duguet trabaja en la casa de la señora Gervais cuidando a su hijo Léo de seis años. «Léo es un niño dulce, un poco caprichoso, inteligente y rebosante de vida». El trabajo de Sophie consiste en llevarlo al colegio, recogerlo y cuidar de él hasta que sus padres lleguen a casa.

La señora Gervais considera a Sophie una mujer culta, de clase media-alta y no se explica como, con apenas treinta años, se conforma con un empleo tan modesto. Además, siempre mantiene las distancias con ella y nunca habla de su vida personal. La señora Gervais piensa que tuvo que atravesar alguna «tragedia horrible y secreta» en su pasado para llegar a esta situación.

Sophie pasa momentos de ausencia de la realidad. Y le lleva ocurriendo un tiempo. Incluso fue a un médico para buscar una solución y éste le aconsejó que apuntara las cosas que se le iban olvidando en una libreta, pero al final, también perdió la libreta. Ya no lleva la cuenta de sus años de locura.

Se acuerda de Vincent, su marido, y de los años dichosos pasados a su lado. De como era al principio y de como cambió todo al final… era despistada pero, los despistes acabaron siendo rarezas. Se le olvidaban citas, detalles, personas, empezó a perderlo todo. Perdió el coche, se quedó sin varios amigos, la detuvieron por robar y todo aquello acabó contaminando todos los aspectos de su vida.

Ahora trabaja para la señora Gervais y su marido. Su relación con el hijo es buena hasta el día en que sin más «ha empezado a aborrecerlo». La tarde anterior a la tragedia, se pone nerviosa por la calle con el niño porque no le hace caso, así que sin más, le da una bofetada. Se asombra de ese ataque de ira. Vuelve a casa y se encuentra mal. La señora Gervais ese día y ajena al incidente le dice que se quede a dormir porque es ya muy tarde.

A la mañana siguiente, se desata el horror: cuando va a despertar a Léo lo encuentra en su cama, pero no duerme. «Está desnudo, encogido, con las muñecas atadas a los tobillos y la cabeza doblada entre las rodillas». Está muerto.  Sophie, a pesar del velo de lágrimas que le nubla la vista, calibra el alcance del desastre. Y piensa «aquí hay alguien, en este piso, alguien que ha matado a Léo, alguien que me va a matar a mi también». Pero no hay nadie más en el piso. Piensa que tiene que llamar a alguien, pero ¿a quién? ¿a la policía,  a los bomberos, a la señora Gervais? Sophie no sabe que hacer.

Por fin se incorpora y toma una decisión, «irse. Ahora mismo». Al salir de casa, vuelve a mirar al niño y observa que tiene alrededor de su cuello un cordón marrón que reconoce como el de uno de sus zapatos de marcha.

Algunas cosas de ese día ya no las recuerda. Incluso llega a pensar que la muerte de Léo fue un sueño. Ella es consciente de que está loca. Es como si tuviera dos personas que están dentro de ella, una que tiene miedo y huye de la escena del crimen y otra que fríamente piensa en como puede escapar de esta situación. Sabe que la asistenta llega a las doce. Tiene hasta esa hora para idear una salida.

En una espiral de esquizofrenia Sophie va a su casa, hace la maleta con sus cosas, mete un álbum de fotos, coge la documentación y el talonario y sale corriendo. Coge un taxi y le manda parar delante de la sucursal bancaria. Entra y pide retirar casi todos los fondos de su cuenta. En una situación de estrés formidable consigue que el responsable de la cuenta le de el dinero, y sale del banco consintiendo que esa persona se propase un poco con ella. Al salir, le entran deseos de «estampar su cabeza contra la pared».

Se va a la estación de Lyon donde otro incidente, el robo de su maleta, la desestabiliza y tiene que salir huyendo de allí. Ahora sólo piensa en su supervivencia. Cuando está a punto de «renunciar» y «entregarse» a la policía aparece Véronique, la chica que vio como le robaban la maleta y no hizo nada. Sintiéndose un poco culpable de la situación,  invita a Sophie a un café. Y ahí, Sophie se inventa una vida nueva. Acaban en el piso de Véronique, que está al lado de la estación. Aprovecha un descuido de la anfitriona y le sustrae dinero y el pasaporte. Piensa en marcharse. Pero de repente «se desploma y todo se apaga».

Al despertarse ve como al pie de la mesa yace el cuerpo de Véronique, en medio de un charco de sangre. Y observa que tiene un cuchillo en la mano, que suelta al instante al suelo. Se da cuenta de que está bebida. Se tambalea.  Aún así investiga la casa, abre los armarios y comprueba que ambas tienen la misma talla. Entonces, decide convertirse en Véronique. Alquila un coche con la documentación de Véronique y huye de París.

Ocho meses después, los periódicos siguen haciéndose eco de la noticia y no se explican como la policía todavía no la ha capturado. La policía, sin lugar a dudas, le atribuye los dos asesinatos (Léo y Véronique) aún sin tener claros los motivos del crimen. Pero Sophie se ha volatilizado.

¿Dónde está? vive en un piso amueblado en un barrio suburbano y trabaja en una hamburguesería. Se hace llamar Juliette. Su vida en los últimos ocho meses ha consistido en cambiar de trabajo, de vivienda, de rutas, de ciudad… ir moviéndose sin documentación de un lado a otro. Le ha parecido más fácil de lo que esperaba.

Ahora tiene un nuevo plan, un proyecto por el que luchar: casarse para tener un apellido nuevo y rehacer de nuevo su vida. Para ello necesita conseguir primero una partida de nacimiento legal. Se pone en contacto con una agencia ilegal que le puede conseguir el certificado por una cantidad de dinero que todavía no tiene. Para conseguirlo habla con el gerente de la hamburguesería y le pide un adelanto de su pago. El gerente, que siempre sabe que «juega con ventaja» le contesta que lo arreglarán de «otra manera» a cambio de algún favor sexual. Quedan al día siguiente. Sophie hace todo lo que le pide y se marcha, no si antes volver sobre sus pasos y hacerle una última visita.

A la mañana siguiente, Sophie se ha ido y la policía judicial acude a la hamburguesería porque ha aparecido el cadáver del gerente con signos de haber sido asesinado.

Se le complica conseguir la partida de nacimiento porque la agencia a la que ha acudido, la ha investigado y ha descubierto su verdadera identidad y ahora el certificado le va a costar el doble, a modo de chantaje. Aún así, consigue el dinero gracias a su padre.

Se convierte en Marianne Lebranc y empieza a acudir a citas con hombres a través de una agencia matrimonial. No le convence ninguno pero no le queda mucho tiempo, el certificado caduca a los tres meses. El tiempo pasa, así que por descarte decide quedarse con el sargento primero. Lo ve inofensivo, anodino, nada guapo pero con un buen cuerpo. El hecho de que esté en el ejército le gusta porque pueden destinarlo a un sitio muy lejos de París. Aunque él parece consciente de que a ella no le gusta, se deja llevar, convencer.

Después de pasar cinco días juntos en la más absoluta intimidad, ella le pregunta «¿vamos a casarnos?… yo sí que quiero -dice él como si se disculpara».

Ya está hecho. El plan ha resultado. Dentro de unas semanas, Sophie estará casada y será libre y cree que le podrá decir adiós a la locura.

¿Cómo lo veis vosotros?

Análisis de la novela

Pierre Lemaitre es una autor muy reconocido en Francia, pero aquí no tanto. Empezó a ser conocido en España a partir del Premio Goncourt en 2013. Como curiosidad comentar que comenzó su etapa como novelista a los 56 años. Su forma de escribir es sencilla y accesible a todo tipo de público.

En esta primera parte, Sophie, es lo mejor de la novela. Narrada de manera vertiginosa y bastante creíble, logra contagiarnos ese estado catatónico en el que la protagonista (asustada, perseguida, perdida) se ve obligada a moverse para sentirse a salvo de sí misma. Ida, pero sorprendentemente lúcida, Sophie se las apaña para que, antes de que descubran los cadáveres que la rodean, dejar todo lo que hasta el momento ha constituido su vida y construirse otra paralela. ¿Está realmente loca? o todo lo que ocurre a su alrededor ¿es producto de su imaginación?

En unos momentos no sabe lo que hace, todo se queda en negro y al siguiente, está lo suficientemente despierta para pensar en un modo de escapar, construir una nueva vida y conseguir que en ocho meses la policía no sea capaz de encontrarla. Esto no solo requiere inteligencia, sino también bastante sangre fría y ser una persona muy metódica.

Lo que le ocurre lo iremos descubriendo poco a poco a medida que vamos avanzando en la lectura, unas veces contado por un narrador omnisciente, y otras por una primera persona (que no es Sophie), y que parece saber de su vida más que ella misma. ¡Pero no adelantemos acontecimientos!


Ahora os toca a vosotros

Contad todo aquello que os sugiera esta novela. Si os está gustando, si no es capaz de atraparos en la lectura. Además, me gustaría que hicierais comentarios sobre el personaje de Sophie, como la estáis viendo, como creéis que puede continuar la historia…. ¿os creéis su locura?

¿Os gusta la trama? y ¿como está escrita?

¡¡¡Comentad todos los temas que queráis!!!

El próximo lunes, 19 de noviembre, comentaremos la segunda parte: FRANZ

Nos leemos,