Argumento
Kimia, la narradora de esta historia nació en Teherán pero, siendo ella aún niña, su familia se exilió a Francia y ahora intenta proteger su libertad distanciándose de la lengua y la cultura de su infancia. Durante las esperas en la clínica a la que acude con su pareja para un tratamiento de reproducción asistida empieza a recordar las historias de su niñez, su tierra y a su familia en toda su extensión.
A lo largo de un monólogo que fluye libremente, la protagonista revela la historia de la familia Sadr y nos presenta a tres generaciones de excéntricos antepasados: el bisabuelo Montazemolmolk, que poseía un harén de cincuenta y dos esposas en una remota región de Persia; Nur, su hija predilecta por haber heredado sus inmensos ojos azules; Darius el temerario, padre de Kimia y opositor feroz al régimen del Sha y después de Jomeini; Sara, la madre de origen armenio, luchadora revolucionaria y, al mismo tiempo, guardiana de las tradiciones; los tíos, numerados del uno al siete, depositarios de los recuerdos familiares.
La Francia a la que llegaron no era la Francia con la que soñaban desde su infancia. Se dieron cuenta de que la realidad era mucho más dura de lo que imaginaban y de que los franceses no estaban con los brazos abiertos para recibirlos. Además, para ellos un iraní era igual que un irakí o un sirio. Kimia y su familia no contaban con el chovinismo de la Francia de los años setenta.
Kimia entiende desde muy pronto que para adaptarse a esta nueva tierra tiene que «desorientalizarse» lo que también implicará el desarraigo, la soledad, no sentirse parte de nada ni de nadie. Tiene una adolescencia conflictiva porque se siente diferente a los demás físicamente, sexualmente y culturalmente. No es capaz de echar raíces y salta de un país a otro sin saber bien que es lo que realmente siente o quiere hacer en su vida.
Siendo ya una mujer adulta y consciente de su homosexualidad está a punto de comprometerse con Tom para sentir lo que significa vivir la cotidianidad compartida y poder ser madre. Pero su vida da un giro cuando aparece Anna, una joven excéntrica belga de la que se enamora inmediatamente. Con ella y un amigo seropositivo realiza el sueño de ser madre.
La novela se divide en dos partes, la cara A y la cara B como en los discos de vinilo. Ambas se complementan, la primera se desarrolla más en oriente y la segunda en occidente. El punto de inflexión de la vida de Kimia realmente es cuando asesinan a su padre. Algo con lo que tendrá que convivir toda su vida. Ella lo denomina EL ACONTECIMIENTO. Siempre amenazado por una fetua clerical, acabó asesinado en su propia casa de París en manos de un familiar iraní.
Análisis de la novela
La novela está escrita en forma de monólogo. La protagonista, Kimia, nos va relatando la historia familiar y los acontecimientos sin una línea temporal clara en el tiempo por lo que a veces el relato se puede hacer algo confuso. De todas formas, considero que la narración es ágil y amena y es fácil de seguir. Los detalles históricos y sociales me han parecido muy interesantes. Me gustó que la autora completara a pie de página detalles de los acontecimientos históricos. Me agradó, sobre todo, porque desde nuestra mirada occidental se puede percibir al mundo oriental con prejuicios y en bloque, sin apreciar sus singularidades. Además creo que la historia del Irán contemporáneo es bastante desconocida para los occidentales.
A parte de narrar la historia más moderna de Irán, también es una crítica social. Irán no acepta la identidad sexual de Kimia. Ser homosexual en ese país conduce a la muerte. Actualmente en Francia no está permitida la inseminación artificial para las mujeres solteras ni para las lesbianas. Las que pueden se van a España, Bélgica o a Holanda a someterse al tratamiento. Esta situación lo único que hace es crear sufrimiento y desigualdad.
Para la autora es importante desmitificar la creencia de que el origen de la Revolución está en Jomeini, cuando realmente está en el golpe de estado de 1953 y la destitución del gobierno de Mosaddeq por parte de los americanos e ingleses. Entre los iraníes que se movilizaron en la década de 1970 para echar al sah, muchos eran liberales, otros marxistas, pero fue el clero el que logró amalgamar la oposición y liderar a una masa de jóvenes desesperados por la represión brutal, la corrupción, la falta de libertad y la obscena desigualdad del país. Pero la revolución no dio los frutos esperados y la represión posterior fue brutal. El país dio un cambio radical hacia las leyes más tradicionales y férreas de la religión. Muchos iraníes tuvieron que exiliarse.
En esta novela hay muchas tramas que a su vez entrañan otras subtramas. No solo nos habla del miedo y del exilio sino también de la sexualidad silenciada («En Irán no hay homosexuales», 2007, Ajmadineyad) pero sí está permitido el cambio de sexo, lo cual es todavía más cruel; de la maternidad y fertilidad; de la religión. Como las segundas generaciones se han ido distanciando de su propia cultura para integrarse más fácilmente en una nueva.
Se podría decir que la novela tiene tintes autobiográficos. Los padres de Négar Djavadi fueron intelectuales de izquierda que militaron contra el régimen totalitario del sah para ver cómo el nuevo gobierno de los ayatolás los empujaba a una situación desesperada: o exilio o muerte. Darius, el padre, está basado en el padre de la autora, periodista también. En definitiva, nos muestra ese otro Irán que todavía hoy en día vive escondido o exiliado por oponerse a la dictadura proamericana del sah y a la de los clérigos.
Ahora os toca a vosotros:
Cuestiones que podríamos debatir:
- ¿Qué os ha parecido la novela?
- ¿Os parece que queda bien retratado la historia del Irán contemporáneo?
- ¿Qué os han parecido los personajes? ¿Están bien retratados?
- ¿Os ha enganchado la historia?
Nos leemos,
Has dicho: