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Relato desmitificado de la revolución islámica

4 Nov

Fuente: El Mundo

Argumento

Kimia, la narradora de esta historia nació en Teherán pero, siendo ella aún niña, su familia se exilió a Francia y ahora intenta proteger su libertad distanciándose de la lengua y la cultura de su infancia. Durante las esperas en la clínica a la que acude con su pareja para un tratamiento de reproducción asistida empieza a recordar las historias de su niñez, su tierra y a su familia en toda su extensión.  

A lo largo de un monólogo que fluye libremente, la protagonista revela la historia de la familia Sadr y nos presenta a tres generaciones de excéntricos antepasados: el bisabuelo Montazemolmolk, que poseía un harén de cincuenta y dos esposas en una remota región de Persia; Nur, su hija predilecta por haber heredado sus inmensos ojos azules; Darius el temerario, padre de Kimia y opositor feroz al régimen del Sha y después de Jomeini; Sara, la madre de origen armenio, luchadora revolucionaria y, al mismo tiempo, guardiana de las tradiciones; los tíos, numerados del uno al siete, depositarios de los recuerdos familiares. 

La Francia a la que llegaron no era la Francia con la que soñaban desde su infancia. Se dieron cuenta de que la realidad era mucho más dura de lo que imaginaban y de que los franceses no estaban con los brazos abiertos para recibirlos. Además, para ellos un iraní era igual que un irakí o un sirio. Kimia y su familia no contaban con el chovinismo de la Francia de los años setenta.

Kimia entiende desde muy pronto que para adaptarse a esta nueva tierra tiene que «desorientalizarse» lo que también implicará el desarraigo, la soledad, no sentirse parte de nada ni de nadie. Tiene una adolescencia conflictiva porque se siente diferente a los demás físicamente, sexualmente y culturalmente. No es capaz de echar raíces y salta de un país a otro sin saber bien que es lo que realmente siente o quiere hacer en su vida.

Siendo ya una mujer adulta y consciente de su homosexualidad está a punto de comprometerse con Tom para sentir lo que significa vivir la cotidianidad compartida y poder ser madre. Pero su vida da un giro cuando aparece Anna, una joven excéntrica belga de la que se enamora inmediatamente. Con ella y un amigo seropositivo realiza el sueño de ser madre.

La novela se divide en dos partes, la cara A y la cara B como en los discos de vinilo. Ambas se complementan, la primera se desarrolla más en oriente y la segunda en occidente. El punto de inflexión de la vida de Kimia realmente es cuando asesinan a su padre. Algo con lo que tendrá que convivir toda su vida. Ella lo denomina EL ACONTECIMIENTO. Siempre amenazado por una fetua clerical, acabó asesinado en su propia casa de París en manos de un familiar iraní.

Análisis de la novela

La novela está escrita en forma de monólogo. La protagonista, Kimia, nos va relatando la historia familiar y los acontecimientos sin una línea temporal clara en el tiempo por lo que a veces el relato se puede hacer algo confuso. De todas formas, considero que la narración es ágil y amena y es fácil de seguir. Los detalles históricos y sociales me han parecido muy interesantes. Me gustó que la autora completara a pie de página detalles de los acontecimientos históricos. Me agradó, sobre todo, porque desde nuestra mirada occidental se puede percibir al mundo oriental con prejuicios y en bloque, sin apreciar sus singularidades. Además creo que la historia del Irán contemporáneo es bastante desconocida para los occidentales.

A parte de narrar la historia más moderna de Irán,  también es una crítica social. Irán no acepta la identidad sexual de Kimia. Ser homosexual en ese país conduce a la muerte. Actualmente en Francia no está permitida la inseminación artificial para las mujeres solteras ni para las lesbianas. Las que pueden se van a España, Bélgica o a Holanda a someterse al tratamiento. Esta situación lo único que hace es crear sufrimiento y desigualdad.

Para la autora es importante desmitificar la creencia de que el origen de la Revolución está en Jomeini, cuando realmente está en el golpe de estado de 1953 y la destitución del gobierno de Mosaddeq por parte de los americanos e ingleses. Entre los iraníes que se movilizaron en la década de 1970 para echar al sah, muchos eran liberales, otros marxistas, pero fue el clero el que logró amalgamar la oposición y liderar a una masa de jóvenes desesperados por la represión brutal, la corrupción, la falta de libertad y la obscena desigualdad del país. Pero la revolución no dio los frutos esperados y la represión posterior fue brutal. El país dio un cambio radical hacia las leyes más tradicionales y férreas de la religión. Muchos iraníes tuvieron que exiliarse.

En esta novela hay muchas tramas que a su vez entrañan otras subtramas. No solo nos habla del miedo y del exilio sino también de la sexualidad silenciada («En Irán no hay homosexuales», 2007, Ajmadineyad) pero sí está permitido el cambio de sexo, lo cual es todavía más cruel; de la maternidad y fertilidad; de la religión. Como las segundas generaciones se han ido distanciando de su propia cultura para integrarse más fácilmente en una nueva. 

Se podría decir que la novela tiene tintes autobiográficos. Los padres de Négar Djavadi fueron intelectuales de izquierda que militaron contra el régimen totalitario del sah para ver cómo el nuevo gobierno de los ayatolás los empujaba a una situación desesperada: o exilio o muerte. Darius, el padre, está basado en el padre de la autora, periodista también. En definitiva, nos muestra ese otro Irán que todavía hoy en día vive escondido o exiliado por oponerse a la dictadura proamericana del sah y a la de los clérigos.


Ahora os toca a vosotros:

Cuestiones que podríamos debatir:

  • ¿Qué os ha parecido la novela?
  • ¿Os parece que queda bien retratado la historia del Irán contemporáneo?
  • ¿Qué os han parecido los personajes? ¿Están bien retratados?
  • ¿Os ha enganchado la historia?

Nos leemos,

«Desoriental»: contexto histórico

30 Sep

Con esta novela presenciamos el nacimiento de la República Iraní. Seremos testigos del cambio que empieza a experimentar la sociedad, especialmente las mujeres.

La Revolución iraní

La Revolución islámica, que en 1979 supuso el final del régimen del Sha y estableció un nuevo régimen en Irán, fue un acontecimiento inédito y sorprendente en la Historia del siglo XX.

Hablamos de Revolución porque fue capaz de derribar un régimen establecido. Además, no empezó como una revolución religiosa sino que en ella participaban masas de intelectuales, gente de izquierdas y religiosos.

Para entender lo que ocurrió en ese momento tan concreto hay que dar algunas explicaciones previas. Antes de la revolución, Irán fue gobernado por la dinastía Pahlaví, que se inició tras un golpe de Estado.

  • En 1926 el líder del golpe, Reza Khan, fue coronado Reza Sha Pahlaví. En 1941 fuerzas británicas y del Ejército Rojo irrumpen en Irán. El ejército iraní ante la invasión se retira y el reinado de Reza Khan termina. Como diría Churchill días más tarde «Nosotros lo pusimos, nosotros lo quitamos«, la razón esgrimida: la admiración que Reza Khan profesaba a Hitler había ido demasiado lejos. La influencia alemana sobre Irán era cada vez mayor y eso no lo podían tolerar ingleses, rusos y americanos. Con Teherán repleta de alemanes, Londres temía perder el petróleo iraní (principal fuente de combustible de su armada), y Moscú, que la Wehrmacht pudiera acceder desde allí a la zona del mar Caspio. Pero lo que más preocupaba a los aliados era la negativa del Sha a su uso del ferrocarril transiraní, mediante el que ingleses y americanos querían hacer llegar armamento y víveres a Stalin.
  • Mohamed Reza Pahlevi

    Mahamed Reza Pahleví, su hijo, se convertiría en el último Sha de Irán en 1941. En un primer momento, su reinado gozó de cierto progreso, en particular con las mujeres o el mundo artístico y cultural, pero su deriva hacia el despotismo empujó a Irán a la Revolución. Una de las peores afrentas que hizo a sus aliados de Washington fue aprobar la Ley de Nacionalización del petróleo. Las potencias occidentales comenzaron su bloqueo a Irán y el boicot a su petróleo. Al no contar con ayuda exterior y temiendo un golpe de Estado, se exilia en Roma.

  • En 1953 Mossadegh, Primer Ministro del gobierno, que contaba con la aprobación de la máxima autoridad religiosa del país, es destituido por un golpe de Estado orquestado por la CIA con el beneplácito del Sha y en connivencia con el gobierno británico.
  • A partir de ese momento, el Sha retoma las relaciones con americanos y británicos y un retorno a la venta de Irán a Occidente. 
  • En 1971 Mohamed Reza no solo era uno de los hombres más ricos del mundo sino el líder absoluto de Irán. Su régimen era cada vez más represivo contra los disidentes políticos. La sociedad estaba vigilada, no había libertad de prensa, cualquier tipo de activismo político podía terminar en prisión.
  • El descontento social tomó las calles y en 1978 se registraron protestas masivas contra el régimen del Sha.

La Revolución Islámica fue apoyada por muchos iraníes que no eran necesariamente religiosos. Muchos solo reclamaban una «democracia verdadera». Así pues, la Revolución contó con el respaldo de todos los grupos, con los liberales, los comunistas y los religiosos.

Las mujeres antes de la revolución

Estudiantes en Irán en los años 70. Foto de Paolo Koch/Gamma-Rapho Vía Getty Images

«Vi muchas fotos de mi abuela de antes de la revolución, ella con el velo y mi mamá con una minifalda, viviendo en armonía, una al lado de la otra» (Rana Rahimpour).

En Irán, antes de la Revolución Islámica de 1979, no existía el estricto código de vestimenta que actualmente obliga a las mujeres, por ley, a llevar el velo y ropa modesta «islámica». Entonces, Irán era un país algo más liberal y las mujeres podían vestir a la moda occidental. Irán todavía era una sociedad religiosa muy conservadora. Pero en ese entonces había voluntad política para romper ese molde tradicional y conservador y permitir que las mujeres florecieran y ocuparan más espacios en la sociedad. Aunque también hay que indicar que dicho florecimiento nunca llegó a suceder plenamente.

La periodista iraní Feranak Amidi comenta sobre esa época «No teníamos segregación de género antes de la revolución. Pero después de 1979, las escuelas fueron segregadas y los hombres y mujeres que no tenían parentesco eran arrestados si los sorprendían socializando entre ellos«. Y añadió  «Antes de 1979, había discotecas y locales de entretenimiento y la gente era libre de socializar como quisiera».

El velo no se abolió oficialmente en Irán hasta 1936, durante la era de Reza Shah Pahlaví. Años antes, el líder había alentado a las mujeres a no llevar el velo en público o «a usar un pañuelo en vez del tradicional velo largo«. Cuando finalmente se abolió oficialmente el velo, fue sin duda una victoria para las mujeres, pero también una tragedia, porque se les quitó el derecho a elegir, tal como sucedió durante la República Islámica cuando se reintrodujo oficialmente en 1979. Muchas mujeres se vieron obligadas a abandonar el velo y salir a la calle sintiéndose humilladas y expuestas.

En 1941 Mohamed Reza, asumió el poder y dio pasos importantes para la modernización del país. Este periodo se conoce como Revolución blanca, dio a las mujeres el derecho al voto en 1963 y los  mismos derechos políticos que tenían los hombres. Además intentó mejorar el acceso a la educación en las provincias periféricas. En su reinado se aprobó la ley de protección de la familia que se ocupaba de diferentes áreas, entre ellas el matrimonio y el divorcio. La ley de protección de la familia aumentó la edad mínima para el matrimonio de las niñas de 13 a 18 años, y también dio a las mujeres más influencia para pedir el divorcio. Además, los hombres no podían tener más que una esposa.


Nota para las lectoras/lectores

Nos volveremos a encontrar el 21 de octubre en el comentario final de la novela. Hasta entonces, espero que la disfrutéis.

Acordaros de pasar a recoger el ejemplar en la biblioteca Fórum o en la biblioteca Durán Loriga (según la que tengáis asignada previamente).

Nos leemos,