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Tag Archives: mujer

Nuestra próxima lectura: «Insolación» de Emilia Pardo Bazán

27 Sep

«Si no lo decimos, lo pensamos, y no hay nada más peligroso que lo reprimido y oculto, lo que se queda dentro.«

Iniciaremos este curso con una obra del siglo XIX que fue escandalosa en su día y que su revisión se ha vuelto a poner de moda este año. Vamos a leer «Insolación», de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán, más conocida como Doña Emilia. Obra escrita en 1889 y reeditada por la editorial Reino de Cordelia, el año pasado, en una bonita edición ilustrada.

Este es el pequeño homenaje desde el club virtual a una escritora que se adelantó a su tiempo y que este año conmemoramos el centenario de su muerte.

La obra

«La marquesa de Andrade vivía contenta, algo envanecida de haber soltado la cáscara provinciana, y satisfecha también de conservar su honradez como la conservan allá en Vigo las señoras muy visibles, que no dan un paso sin que el vecindario sepa si fue con el pie izquierdo o el derecho».

Asís Taboada, joven atractiva y prematuramente viuda, se despierta una mañana con una fuerte resaca, provocada por los excesos que ha cometido el día anterior en la feria madrileña de San Isidro en compañía de un galán seductor y calavera, el gaditano Diego Pacheco. Aunque la moral de la época lanza constantes alertas para que se olvide de ese pretendiente, ella no lo tiene tan claro y desoye los consejos de la buena moral.

Publicada en 1892 se consideró ya desde el inicio como una obra escandalosa, por lenguaje, su temática, ya que en ella se ventilaban asuntos como el de la distinta moral sexual para hombres y mujeres. Clarín había sentenciado la novela en sus «Paliques«: Antipático, poema de una jamona atrasada de caricias, y Pereda había dicho a los lectores de El Imparcial que los protagonistas de «Insolación» vivían amancebados a la vista del lector, con minuciosos pormenores sobre su manera de pecar.

A pesar de esto, la crítica ha destacado lo que ya en su tiempo algunos entrevieron: el magnífico estudio psicológico del personaje femenino y la calidad literaria de la obra.

El estudio introductorio de Marina Mayoral desentraña las circunstancias que rodearon la aparición de la novela y ahonda en los mecanismos de la creación novelesca, permitiendo así al lector actual una mayor comprensión y un disfrute más pleno de la obra.

La autora

«Sobran personas maldicientes y deslenguadas que interpretan y traducen siniestramente las cosas más sencillas, y de poco le sirve a una mujer pasarse la vida muy sobre aviso, si se descuida una hora…»

Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en A Coruña y murió el 12 de mayo de 1921. Condesa de Pardo Bazán, fue una noble y novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante introductora del naturalismo en España y precursora del feminismo.

Fue precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y del feminismo. Consideraba que las mujeres debían de formarse y tener una educación igual que la de los hombres. Dedicó parte importante de su actuación pública a defender sus ideas.

En 1883 publica «La Tribuna» considerada la primera novela social y la primera novela naturalista española. Cuenta la historia de una mujer obrera y refleja el ambiente de trabajo en una fábrica, mostrando el ambiente de las cigarreras de A Coruña a la que da el nombre literario de Marineda.

Doña Emilia incorpora por primera vez en la novela española al proletariado (antes que Galdós y Blasco Ibáñez) y describe los métodos industriales, formas de trabajo, duros horarios y el ambiente obrero en años de intensa movilización social, a la vez que realiza un profundo análisis del mundo femenino y de la doble jornada de las obreras siendo madres y trabajadoras.

Entre su obra literaria más reconocida destaca la novela «Los pazos de Ulloa» (1886) que la consagró como una de las grandes escritoras de la literatura española. En ella describe la decadencia de la oligarquía terrateniente que ha perdido su papel de liderazgo social, la nobleza degradada, un patético retrato de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia.

En 1885 publicó «La dama joven» en la que habla de crisis matrimoniales, justo en el momento en que empieza la separación entre ella y su marido.

También publicó ensayos como «La revolución y la novela en Rusia» (1887) o «La mujer española» (1890).

Doña Emilia murió en 1921, en Madrid, víctima de un virus muy agresivo probablemente consecuencia de la Gripe de 1918.

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes tiene obras de la escritora en línea. También podéis acceder a su creación literaria a través del catálogo Ebiblio dependiente de las Comunidades Autónomas.


Calendario de lecturas:

  • Presentación de la novela: 27 de septiembre de 2021
  • Contexto histórico: 1 y 4 de octubre de 2021.
  • Comentario de la novela: 18 de octubre de 2021.

Todos los lectores/as que estáis apuntados a recoger un ejemplar físico ya lo tenéis disponible en la biblioteca para retirar.

¡¡Nos leemos!!! buen comienzo de curso,

Etiquetas: amor, Emilia Pardo Bazán, Literatura de ficción, mujer

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Yo nunca he pertenecido a un lugar de esa manera

21 Dic

HEMA Y KAUSHIK (Segunda parte de Tierra desacostumbrada)

Con esta segunda parte se terminaría la novela de Jhumpa Lahiri «Tierra desacostumbrada«. Al contrario que en la primera parte, aquí nos la divide en tres relatos: «Una vez en la vida«, «Fin de año» y «Hacia la orilla» que en si misma conformarían una novela propia, ya que nos cuenta la historia de Hema y Kaushik desde los puntos de vista de sus protagonistas y cuentan sólo aquellos hechos que marcaron su vida en un momento determinado y los sentimientos que experimentaron.

Sólo el último, Hacia la orilla, nos lo presenta un narrador omnisciente en tercera persona que es el que nos desvelará el desenlace de la historia.

Una vez en la vida (sexto relato de Tierra desacostumbrada)

Está narrado por la protagonista, Hema, en primera persona y parece que es una carta que muchos años después le está escribiendo a Kauskik donde le desvela todos los sentimientos que experimentó cuando sus vidas se encontraron en la niñez y adolescencia.

La historia comienza en 1974 cuando los padres de Hema dan una fiesta para despedir a los padres de Kaushik porque al contrario que el resto de bengalíes, ellos han decidido volver a la India después de haber estado unos años en Cambridge. Ambas familias tenían una relación estrecha desde que las madres se conocieron por casualidad en el parque. El hecho de ser bengalíes y venir de Calculta las unía de una forma especial, a pesar de que en Calculta pertenecían a mundos tan distintos en el que apenas coincidirían. Y como dice Hema «Esas diferencias carecían de importancia en Cambridge, donde las dos estaban solas por igual«. ¿Creéis que es sincera esta amistad? o solo es fruto de las circunstancias para hacerse compañía en un momento determinado y que cuando ese no sea el objetivo, ¿no tendrá ya razón de ser?

Tras su marcha, poco a poco fueron perdiendo el contacto ya que para los padres de Hema «la amistad no era digna de la misma energía que dedicaban mis padres a los parientes». Otra vez el concepto sagrado y tradicional de familia. El arraigo. La familia es la que te da la identidad, es el vínculo con tu cultura y tradiciones. Importante para la primera generación de bengalíes en América, pero ya no tanto para las siguientes. 

En 1981 la familia de Kaushik regresa a Massachusetts donde el padre tiene un nuevo empleo y mientras no encontraban casa, los padres de Hema les ofrecieron poder alojarse en la suya. Lo hacen por obligación. No entendían porque regresaban y lo achacaban a una especie de fracaso en la India. Es como si a partir de ese momento hubiera dos tipos de bengalíes, los que afrontan la adversidad y los que no. Ellos creían que la familia de Kaushik era de ese segundo tipo.

¿Cómo se siente Hema durante esa época? ¿como es su vida? durante el tiempo en que Hema convive con Kaushik en la misma casa, nota que él despierta en ella un sentimiento distinto al que le provocan los otros chicos del Instituto y se siente cohibida e intimidada por él, el cual apenas le prestaba atención.

Kaushik está la mayor parte del tiempo ausente, metido en su habitación, como aburrido. Sus padres comentan lo contrariado que está por haber regresado «Se puso furioso cuando nos fuimos y ahora está furioso porque hemos vuelto -dijo su padre- Incluso en Bombay nos las arreglamos para criar a un típico adolescente norteamericano». Además, tampoco iba al Instituto mientras sus padres no se instalaran en una zona concreta de la ciudad.

Es difícil para un adolescente dejar todo lo que conoce atrás y empezar una nueva vida partiendo de cero en otro país con el que no se identifica, además de la enorme carga personal que lleva encima. ¿Lo veis igual?Y ¿porqué a la madre de Hema le molestan ya tanto sus invitados? dice que han cambiado mucho. Que ya no los reconoce. Protesta en general por todo, pero en particular por el comportamiento de la madre de Kaushik. ¿Es envidia? ¿se compara con ella y de como le presta atención su marido? yo creo que sí. Para la madre lo más importante es la casa y la familia. Ahora ve como otra mujer invade su espacio pero no comparte sus reglas. Se distanciarán cada vez más y seguirá criticándola hasta que se entera de su enfermedad.

Lo más sincero en el relato es la confesión de Kaushik a Hema sobre la enfermedad de su madre y el porqué se han tenido que ir de la India. Es una carga enorme que lleva y que necesita compartirla con alguien. Ese secreto compartido no saben todavía que les unirá para siempre.

Fin de año (séptimo relato de Tierra desacostumbrada)

Este relato está narrado en primera persona por su protagonista, Kaushik , y tiene lugar años después de la muerte de su madre, cuando está en el último año de Universidad. Al igual que en el relato anterior, parece que se lo está escribiendo directamente a Hema, describiéndole sus sentimientos tal como los sentía.

Empieza con la confesión de «no asistí a la boda de mi padre«. Su padre se sentía muy solo desde el fallecimiento de su mujer, tres años atrás, así que decidió ir a la India y concertar un matrimonio con Chitra, veinte años más joven, viuda y con dos hijas de 7 y 10 años.

A Kaushik le sorprende mucho esta decisión y en el fondo le duele. Pero ante la invitación de su padre para conocerlas, se presenta en la casa familiar y reconoce que se siente incómodo desde el principio. Kaushik nos describe los olores que percibe, los detalles de la casa que han cambiado para transmitirnos su melancolía y la conmoción que sufrió al ver a Chitra«estaba más cerca de mi edad que la de mi padre. Eso ya lo sabía, pero verla me conmocionó». En cambio, sus hermanastras, Rupa y Piu están contentas de tener un nuevo hermano. Pero Kaushik no y no lo disimula.

El contacto de nuevo con la casa familiar le trae innumerables recuerdos de su madre, de sus últimos días. No lo ha superado y eso está condicionando su comportamiento y su actitud ¿Como lo veis vosotros? porque en el fondo él podría haber empatizado con sus hermanastras ya que tenían varias cosas en común, y como él habían hecho el mismo viaje de la India a Massachusetts y se tenían que adaptar. Aún eran pequeñas e indefensas. Le molestaba ver que Chitra estaba ocupando el lugar que anteriormente lo tenía su madre y aunque la relación que ésta mantenía con su padre era totalmente distinta, más sumisa, más tradicional, le molestaba a pesar de ver a su padre feliz.

No era capaz de hablar con su padre y unos días antes de Año Nuevo se queda solo con las niñas mientras su padre se va a una fiesta con Chitra. Siente odio hacia su padre y hacia Chitra y al mismo tiempo se siente culpable. Como no es capaz de canalizar todos esos sentimientos, estalla en cuanto ve a las niñas a escondidas mirando por curiosidad las fotos de su madre que estaban guardadas en una caja de zapatos y se enfada con ellas y pierde totalmente las formas. Es como si toda la adrenalina acumulada todos esos días, saliera de forma incontrolada. Y al final, no queriendo enfrentarse a lo que había hecho, a sus sentimientos, a su padre, se marcha en medio de la noche y las deja solas y aterrorizadas ¿Como veis esta actitud, de cobardía, inmadurez?

Al final, las que le dan una lección de madurez son las niñas. No dicen nada. Siguen como si nada hubiera pasado para no generar una crisis familiar, irreversible y cada uno sigue con su vida por su lado.

Hacia la orilla (octavo relato de Tierra desacostumbrada)

Último relato de la historia. Estaba vez narrado por una tercera persona, un narrador omnisciente que nos sitúa en el punto y final de la historia.

Han pasado varios años. Hema ya tiene 37 años y se encuentra en Roma pasando unas semanas de visita aprovechando el apartamento vacío de una amiga. Su destino es continuar hasta Calcuta y casarse con Navin, un profesor indio del MIT que se va a trasladar a Massachusetts a trabajar para estar con Hema. Hema no lo quiere reconocer pero en el fondo sabe que está aceptando un matrimonio concertado. Aunque había conocido a Navin antes que sus padres, éstos se encargaron de localizarlo y concertar los encuentros y ahora ya tenía fecha de boda.

Hema se había especializado en Clásicas y había tenido una relación amorosa en secreto con Julian, un hombre casado, con la esperanza de que se divorciara y pudieran hacer pública su relación. Pero el tiempo pasaba y esto no se materializaba, así que tras una década de espera terminó todo con una llamada de teléfono a Julian diciéndole «Estoy prometida». Así que su matrimonio con Navin le suponía una liberación, una nueva posibilidad de avanzar, tener hijos. ¿Os parecen suficientes sus razones para aceptar casarse con una persona que apenas conoce?

Mientras tanto, Kaushik también se encuentra en Roma.Lleva 20 años siendo reportero gráfico y estuvo trabajando en países en conflicto. Apenas tenía ya contacto con su padre, salvo por correo electrónico. Evitaba parar por Massachusetts siempre que podía. Su estancia en Roma estaba a punto de finalizar porque había aceptado un puesto de editor fotográfico en Hong Kong. No estaba entusiasmado con ese trabajo, pero al igual que le sucedía a Hema quería dar un cambio a su vida y esto suponía una oportunidad. No tenía un lugar al que volver. Tenían ambos la necesidad de una vida diferente.

A través de unos amigos volvieron a coincidir Hema y Kaushik en Roma. Se sintieron inmediatamente atraídos el uno por el otro. Y aunque llevaban décadas sin verse, ni de pensar el uno en el otro, notaron esa conexión desde el principio y no la iban a dejar pasar. Hablaron de su vida pasada y Hema le contó lo de Navin, que apenas se conocían pero que se iba a casar porque igual «lo arregla todo». ¿Qué pensáis vosotros de esto?.

Ninguno de los dos está contento con su vida y tenían una decisión tomada con la esperanza de cambiarlo todo. Ahora se reencuentran y viven una bonita historia de amor en Roma. No hablaban de su propio futuro ni de hacia donde conducían sus días juntos. Sólo les había unido sus orígenes, un tiempo y un lugar al que ya no podían acceder. Pero seguían hacia delante con su planes, sabiendo que esa relación tenía un final. Los últimos días juntos decidieron hacer un viaje a Volterra. Y en el último día, antes de separarse definitivamente Kaushik le pide a Hema que no se case con Navin y que se vaya con él a Hong Kong. ¿Qué creéis que le impulsa a hacer esa propuesta? ¿entendéis como reacciona Hema y que Kaushik la tilde de cobarde?

Ahora vuestro turno:

  • ¿Qué os ha parecido el desenlace?
  • ¿Habéis empatizado con alguno de los dos personajes?
  • ¿Os ha gustado la historia y cómo está escrita?

Espero vuestros comentarios!!!!


Plazos:

Con este nuevo post damos por terminada la lectura de Tierra desacostumbrada. Podéis hacer vuestros comentarios hasta la fecha que queráis.

Para los que tenéis el libro de la biblioteca Fórum, recordad que tenéis que devolverlo en cuanto podáis y hayáis terminado la lectura.

Muchas gracias a todos,


Próximo Libro:

Haremos un pequeño parón durante la Navidad y regresaremos después de Reyes con la próxima lectura.

Espero que tengáis todos unas bonitas fiestas en compañía de vuestras familias.

Feliz 2018!!!

Etiquetas: amor, culpa, enfermedad, familia, identidad, incomunicación, Jhumpa Lahiri, matrimonios concertados, mujer, oriente-occidente, raíces, soledad

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La cortejaba con el afecto inocente de un cuñado

4 Dic

CIELO E INFIERNO (segundo relato de Tierra desacostumbrada)

«Pranab Chakraborty no era, en rigor, el hermano menor de mi padre. Era otro bengalí de Calcuta que había ido a parar a las áridas costas de la vida social de mis padres a principios de los setenta, cuando vivían en un apartamento alquilado en Central Square y podían contar sus amistades con los dedos de una mano.»

Así empieza «Cielo e infierno«. Narrado en primera persona, la protagonista, Usha, hace una retrospectiva hasta su niñez para reflexionar sobre sus vivencias familiares y como les marcó la presencia de Pranab Chakraborty en sus vidas.

Usha era hija de un matrimonio concertado de la India. Se trasladaron a vivir a Boston cuando ella era una niña. Su padre, microbiólogo con un puesto en el Hospital Central y su madre, ama de casa se llevaban bien y se respetaban, pero no se amaban.

Una tarde mientras iba con su madre de paseo por la ciudad conocen a Pranab Chakraborty, otro bengalí de Calculta con el que traban amistad rápidamente. Pranab pertenecía a una familia acaudalada de Calcuta y se había ido a vivir a Estados Unidos para estudiar ingeniería en el MIT. Se sentía muy solo en Boston, no conseguía adaptarse y cuando estaba a punto de abandonar, conoce a Usha y a su familia y se vuelve a sentir como en casa. Lo acogen con cariño y se siente y le hacen sentir como un miembro más de la familia. Usha lo empieza a llamar Pranab Kaku, que significa «el hermano menor de mi padre».

Ya en la madurez, Usha mira hacia atrás y se da cuenta de lo que realmente sentía su madre por él «por entonces yo no sabía que las visitas de Pranab Kaku eran lo que mi madre aguardaba durante tantas horas, que se ponía un sari nuevo y se peinaba esperando su llegaba, y que planeaba, con días de antelación, los aperitivos que le serviría con aire de despreocupación. Que vivía para el momento en que lo oía llamar y gritar ¡Boudí! y que se ponía de un  humor de perros los días que no venía».

Es una historia triste donde Lahiri nos vuelve a hablar del tema de la soledad, la familia, las tradiciones y el desamor. Boudí significa «la esposa del hermano mayor» y eso es lo que significaba la madre de Usha para Pranab. La veía como una hermana y por eso la quería. Ella se sentía sola y no era feliz, su marido había aceptado casarse con ella para aplacar a sus padres que estaban dispuestos a aceptar que se fuera del país siempre y cuando tuviera esposa. Pero no la amaba y ella lo sabía. Según puede ver Usha ahora, su padre había aceptado esa situación porque le convenía para poder cumplir sus sueños «estaba casado con su trabajo, su investigación, y existía en el interior de una concha que ni mi madre ni yo podíamos atravesar». De nuevo el problema de la incomunicación en la pareja y en la familia. ¿Como lo veis vosotros?

La madre aceptaba su destino con un matrimonio concertado, sin amor, manteniendo las tradiciones, cuidando la casa y a su hija, sin quejarse porque la habían educado para eso. Después, la presencia de Pranab despertó en ella unos sentimientos nuevos y le hizo ver como era realmente su vida. Pero la familia era lo primero. Se conformó con vivir una ilusión.  Tenían tantas cosas en común y hacían tantas actividades juntos que se comportaban como una familia ante la ausencia del marido, siempre trabajando. Usha reconoce «allí a donde fuéramos, cualquier desconocido habría dado por supuesto que Pranab Kaku era mi padre, que mi madre era su esposa«. Y se da cuenta de cuanto lo amaba»ahora veo claro que mi madre estaba enamorada de él. La cortejaba como no la había cortejado ningún hombre, con el afecto inocente de un cuñado.»

Siempre me han producido cierta tristeza los amores no correspondidos, aquellos que se sufren en silencio y se llevan como una carga toda la vida. ¿Creéis que la madre de Usha tenía que haberle confesado su amor a Pranab, con lo que eso podría conllevar?.

En el otoño de 1974 todo cambió. Pranab conoce a una alumna de Radcliffe llamada Deborah, norteamericana, y empieza a acompañarlo en las visitas a casa de Usha. Al principio la madre no la ve como una amenaza porque piensa que «dentro de unas semanas, la diversión se habrá terminado y ella lo dejará». Pero no fue así y las visitas fueron cada vez más numerosas. Entonces la madre se empezó a quejar. Primero del trabajo que le ocasionaba hacer comida para ella con menos especias y después su sola presencia y que Usha estuviera tan feliz con ella. Cuando se comprometieron, ella tenía la esperanza de que los padres de Pranab consiguieran convencer a su hijo de no continuar con la boda, que era una locura que se casase con una norteamericana. Pero la boda siguió adelante.

Usha relata como ya tras el compromiso, ellos empezaron a alejarse de sus vidas. Y después de la boda, apenas tuvieron noticias de ellos salvo por el nacimiento de sus gemelas. Los padres de Usha y sus amigos siguieron invitando a los Chakraborty a sus casas pero nunca acudían y ponían siempre alguna excusa. Todos lo atribuían a Deborah y «se llegó al consenso general de que ella lo había despojado no sólo de sus orígenes sino también de su independencia«. ¿Qué opináis vosotros? y ¿porqué siempre le echan la culpa al que es diferente?

Todos estos hechos provocan resentimiento en la madre de Usha que vuelve a ser más infeliz que antes y traslada sus frustraciones a su hija «no creas que vas a casarte con un americano , tal como hizo Pranab Kaku» o evocaba a Deborah como su antítesis «la clase de mujer que ella se negaba a ser«. ¿Como lo veis vosotros? ¿creéis que su actitud es fruto del desamor o del resentimiento?.

Tas veintitrés años de matrimonio, los pronósticos de la madre de Usha se cumplieron y los Chakraborty se divorciaron. Pero no por culpa de Deborah sino que fue Pranab quién se enamoró de una mujer bengalí y destruyó de golpe dos familias. Deborah se quedó desolada y la madre de Usha no se alegró por ello. Ya habían pasado  muchos años y su situación había cambiado, había conseguido pasar página.

Ahora Usha reflexiona ahora sobre este hecho «les había roto el corazón el mismo hombre, aunque el de mi madre había cicatrizado tiempo atrás, y en cierta manera extraña, conforme mis padres se acercaban a la vejez, ambos se habían encariñado mutuamente, aunque sólo fuera por la costumbre«.

Tiempo después, Usha se fue a la universidad y observaba como sus padres empezaban a acercarse cada vez más y la madre fue aceptando que su hija pensara de otra forma y saliera con novios americanos. ¿A que creéis que se debe este cambio? ¿a qué dio por cerrada esa etapa de su vida en la que se sentía desdichada?. También intentó hacer cambios en su vida, y tras años de ociosidad, al cumplir los cincuenta, se tituló en bibliotecología. También se acercó a Deborah y ésta le confesó que había sentido celos de ella y de la complicidad que había entre ambos.

En todo el relato se pone de manifiesto la enorme incomunicación que hay entre todos los personajes, consiguiendo que apenas se conozcan y expresen sus sentimientos. Sólo al final, Usha reconoce una terrible confesión que le hizo su madre ya en la edad adulta y que hubiera marcado para siempre sus vidas.

¿Os ha sorprendido la confesión de la madre? ¿Os la esperabais?

¿Qué os ha parecido este relato?

Espero vuestros comentarios!!!! 


Plazos:

Recordad que hasta el día 12 de diciembre leeremos los siguientes tres relatos: “Una elección de alojamiento“, “Solo bondad” y “No es asunto de nadie” (hasta la página 235).

Buena lectura!

 

 

Etiquetas: desamor, Estados Unidos, familia, identidad, incomunicación, Jhumpa Lahiri, matrimonios concertados, mujer, oriente-occidente, raíces, soledad, tradición-modernidad

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La tradición, la herencia de nuestros antepasados

1 Dic

TIERRA DESACOSTUMBRADA (primer relato de Tierra desacostumbrada)

«Volvió a salir, cruzó el césped y miró la hortensia que había plantado su padre, que florecería rosa o azul dependiendo de la tierra. Para Ruma no era prueba de que su padre hubiera querido a su madre, ni de que la echara de menos. Sin embargo, la había plantado allí, rindiéndole homenaje antes de dedicar toda su atención a otra mujer».

Nos encontramos en Seattle donde viven desde hace poco tiempo Ruma, su marido Adam y el hijo de ambos, Akash. Se trasladaron ahí por el trabajo de Adam, que es jefe de operaciones para una empresa. La madre de Ruma murió hace un año de forma inesperada en la mesa de operaciones de un quirófano. Entonces, su padre se jubiló y se dedicó a viajar por toda Europa en viajes organizados. En estos viajes conoció a la Señora Banghi, una viuda bengalí con la que mantiene una relación en secreto.

La historia empieza con la llegada del padre a casa de Ruma a pasar una semana antes de emprender un nuevo viaje, esta vez a Praga. Akash tiene tres años y Ruma está esperando su segundo hijo. Esta visita altera de forma significativa a Ruma. Se siente culpable desde que murió su madre por desatender a su padre y dejar que viva solo en Pensilvania.

¿Reconocéis este sentimiento? hoy en día el concepto de familia en el mundo occidental ha cambiado mucho. Los hijos suelen independizarse en cuanto pueden y los padres, hasta que no se sienten dependientes, suelen asumir la vida por su cuenta. Pero antes no era así, varias generaciones convivían bajo el mismo techo de forma natural y toda la vida. Ahora ese concepto de familia ha cambiado mucho pero en la sociedad india sigue existiendo, siguen anclados en las viejas tradiciones familiares y como dice Lahiri  «la familia a veces es una bendición y otras una condena». ¿Qué pensáis vosotros?

Ruma siente que ha abandonado a su padre por su nueva familia y reflexiona sobre si debe pedirle que se vaya a vivir con ellos o no. En el fondo «Ruma temía que su padre se convirtiera en una responsabilidad, en una exigencia añadida, constantemente presente de una manera a la que ya no estaba acostumbrada«. Pide consejo a su marido pero éste no le resuelve el dilema, no le anima a que se lo pida pero tampoco le impide que se lo proponga.  Y en esta encrucijada se encuentra hasta el final.

¿Entendéis este dilema? para Ruma, y no para su marido, el peso de la tradición es importante, piensa en su madre, como mantuvo unida a la familia, como les obligaba todos los años a volver a la India para no perder sus raíces y costumbres. En la cultura India y en muchas otras, suelen ser las mujeres las garantes de la tradición. Y ahora Ruma se siente en cierta manera en deuda con su madre, pero también lucha por su propia identidad.

La madre, ausente pero tan presente a lo largo de todo el relato, es la que sigue marcando los destinos de su hija, ya que su marido y su otro hijo han encontrado su propio camino.

¿Como veis a Ruma? yo creo que es una persona muy infeliz. Aparentemente tiene una buena vida, un marido que la quiere, un hijo pequeño y otro en camino, pero no se siente satisfecha. No es feliz en su matrimonio «No entendía qué había ocurrido con su matrimonio después de la muerte de su madre«, creía equivocadamente que era porque él no experimentó la misma pérdida que ella y «tenía la impresión de que ambos eran personas separadas que llevaban vidas separadas». Yo personalmente no creo que tener que pasar por lo mismo sea necesario para poder empatizar y comprender a otra persona, pero sí es importante que la otra persona manifieste sus preocupaciones, sus miedos, para poder entenderla y ayudarla.

Yo creo que hay un problema de incomunicación en todo el relato. Ruma no expresa lo que realmente siente, ni con su marido, ni con su padre, ni con las amigas que hizo en Nueva York, de las que se fue distanciando tan pronto se trasladó a Seattle. Se siente completamente sola. La soledad marca su vida actual:

  • Sola en su matrimonio: Se sentía aislada cuando el viajaba y estaba sola todo el día cuidando la casa y al niño, pero no mejoraba este sentimiento cuando él estaba en casa.
  • Aislada en su maternidad: la maternidad tampoco la llena lo suficiente «No estaba preparada para todo el trabajo que suponía, el aislamiento que podía conllevar«.
  • Distanciada de su padre y sin contacto con su hermano.
  • Sola en Seattle: sin amigos y sin trabajo.

Su padre en un momento dado le pregunta porque no trabaja y ella le responde que ya tiene un trabajo «pronto me ocuparé de dos hijos, igual que hizo mamá» y él continúa con la pregunta fundamental «¿Eso te hará feliz?. No respondió». ¿Qué opináis vosotros? ¿actuaríais igual que el padre en esa situación? ¿intentaríais convencerla de que tiene que luchar por su carrera porque con los años le será más difícil? ¿la intentaríais persuadir de qué es mejor que no tenga que depender siempre de su marido?.

A mi la actitud del padre me ha sorprendido gratamente. Nació en la India, estudió en la Universidad, tuvo un matrimonio concertado y después, emigró con su familia a Estados Unidos, país con unas costumbres muy distintas a las suyas. Quería que sus hijos tuvieran mejores oportunidades pero continuando con sus tradiciones. Aún así, intenta ver las cosas con otra perspectiva y mirando hacia atrás se da cuenta ahora de la vida que llevó su mujer, y quería que la vida de Ruma fuera distinta. También cae en el hecho de que se perdió toda la infancia de sus hijos, el peso lo llevaba su mujer y por eso se sentía cada vez más distanciado de ellos «Cuanto más crecían sus hijos, menos habían dado impresión de parecerse a sus padres: hablaban distinto, vestían distinto, parecían extranjeros en todos los sentidos, desde la textura de su cabello hasta la forma de sus pies y manos». Ahora quiere subsanar esa circunstancia con su nieto Akash e intenta ejercer de abuelo todo el tiempo que esté con él y juntos construyen un vivero.

Cuando por fin Ruma le pide a su padre que viva con ellos, rechaza la invitación ¿porqué? porque el padre ahora se siente feliz, tranquilo, se ha adaptado totalmente a su nueva vida. No tiene compromisos ni obligaciones. Se siente independiente y es autosuficiente. Ruma incluso percibe su dicha «aunque le moleste reconocerlo, en todo caso, parecía más feliz ahora; la muerte de su mujer le había quitado un peso de encima, el efecto opuesto que había tenido en Ruma«. Además, mantiene una relación secreta con otra mujer bengalí y siente su vida completa. ¿Qué os ha parecido la decisión del padre? yo creo que en ese momento le debería de haber dicho la verdad a su hija y hablarle con toda normalidad de la Señora Banghi.

Al final, Ruma descubre la verdad por casualidad, encuentra la postal que su padre había escrito y no había enviado a la Señora Banghi y en un gesto de ternura y aceptación, pone un sello y se la envía por correo.

Ahora vuestro turno:

  • ¿Qué os ha parecido este final? ¿Ruma, por fin, entendió a su padre? ¿cómo la veis? ¿creéis que esto le podrá ayudar a buscar su propia identidad?
  • ¿Qué pensáis de su matrimonio? ¿creéis que es feliz? ¿debería buscar un trabajo para no sentirse tan sola? ¿se está pareciendo cada vez más a su madre?
  • ¿Habéis empatizado con algún personaje?
  • ¿Os ha gustado la historia y cómo está escrita?

Plazos:

El próximo lunes, 4 de diciembre publicaremos el siguiente post «Cielo e infierno» y para el día 12 de diciembre leeremos los siguientes tres relatos: «Una elección de alojamiento«, «Solo bondad» y «No es asunto de nadie» (hasta la página 235).

Espero vuestros comentarios!!!!! y buena lectura,

Etiquetas: Estados Unidos, familia, identidad, Jhumpa Lahiri, mujer, oriente-occidente, raíces, soledad, tradición-modernidad

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«Tierra desacostumbrada»: la búsqueda de la identidad

24 Nov

Imagen tomada de Instagram Blooming.Twig

Designado como mejor Libro del año 2008 por el periódico The New York Times, «Tierra desacostumbrada» tuvo un gran éxito editorial y tanto la crítica como el público estadounidense lo elogiaron desde el principio. Logró colocarse en el primer lugar de las listas de venta y suma hasta la fecha más de 700.000 ejemplares vendidos en ese país.

Para entender mejor la novela, antes de empezar su lectura, vamos a situarla en su contexto histórico, en la época en la que se desarrolla y en los acontecimientos más significativos que tuvieron lugar.

Contexto histórico:

La novela nos sitúa en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX. Casi todos los relatos se desarrollan a partir de la década de los 70, siendo presidente Richard Nixon. Durante su mandato se terminó con la intervención estadounidense en la Guerra del Vietnam, se acabó el servicio militar obligatorio, se establecieron relaciones diplomáticas con China y se inició la Détente con la Unión Soviética. Nixon presenció el alunizaje del Apolo 11 que terminó con la carrera espacial. Sin embargo, a pesar del aplastante triunfo electoral en el 72, su mandato se vio perjudicado por la crisis del petroleo del 73 y más tarde, tuvo que dimitir a raíz del Escándalo Watergate .

Fue sucedido por Gerarld Ford que consiguió terminar definitivamente con la Guerra del Vietnam, aunque se encontró con el peor panorama económico desde la Gran Depresión del 29. Durante su mandato el país entró en recesión y hubo una creciente inflacción.  A Ford le sucede Jimmy Carter, del partido Demócrata.

Contexto social:

Las oleadas migratorias ininterrumpidas prácticamente desde su Independencia han configurado el actual mapa cultural y étnico de EEUU, donde se refleja que alrededor del 90% de la población del país es fruto de la inmigración.

Si repasamos un poco la historia de este país, observamos que hasta la Segunda Guerra Mundial el grueso de la migración era europeo, con algunas aportaciones puntuales de México, Canadá o China. Tras el conflicto, este patrón se modifica sustancialmente. A partir de los sesenta, México comienza a liderar la inmigración acompañado de otros países latinoamericanos como Cuba, Colombia o Argentina.

Es a partir de los 70, cuando el foco, además de México, se traslada a Asia: la India, China y Filipinas, comienzan a ocupar los primeros puestos. Durante los 90 se sitúan a la cabeza del flujo migratorio, México y China, además de algunos países asiáticos. Este flujo migratorio continúa hasta nuestros días.

          Diáspora india: 

Se calcula que a finales del siglo XX se produjo una reserva poblacional de cerca de 20 millones de migrantes hindúes que en conjunto se suelen denominar como «diáspora india». Esta cantidad de personas contempla a trabajadores no calificados, escasamente calificados y calificados que han salido de India en los dos últimos siglos.

La gestación de la migración se empezó a producir tras la Segunda Guerra Mundial y tras la partición de India en 1947, que precedería a su independencia. En este momento se trasladaron muchos hindúes al Reino Unido por los lazos que todavía les unía.

A mediados del siglo pasado, la mano de obra menos calificada emigró hacía los países del Golfo en busca de trabajo al amparo del auge del petróleo en esa zona, en cambio, los más calificados se desplazaron hacía otros países más desarrollados del norte, provocando lo que hoy en día se denomina»fuga de cerebros», es decir, produjeron un éxodo de talento y altos niveles de preparación de forma masiva a países más desarrollados. Estaban incluidos médicos, ingenieros, científicos, profesores, arquitectos, empresarios, entre otros. Tras haber comenzado como un goteo en los años 50, se elevó de forma importante a partir de mediados de los 60. Se concentraron principalmente en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y algunos países de Europa.

Hoy en día, en los países desarrollados, el centro de atracción de la migración de mano de obra calificada de origen indio se conserva en Estados Unidos, a donde se trasladó hasta el 80% de la migración india con destino a países desarrollados.

Sobre la novela:

Como comenta la propia Lahiri «las historias de este libro son totalmente inventadas, no se apoyan en una realidad concreta«, pero describe ambientes y situaciones que conoce porque las ha vivido en su propio entorno. Todas las historias de este libro se refieren a familias bengalíes que se marcharon de la India a mediados del siglo XX y se afincaron en Estados Unidos, concretamente en la Costa Este. Son familias que tienen en común no solo su procedencia, sino el hecho de pertenecer a una élite cultural, trabajan en el mundo académico o en el científico. No emigraron por necesidad, sino para que sus hijos crecieran en un país con mayores posibilidades.

Los relatos cuentan historias cotidianas de sus vidas. Los temas son el amor, la rutina, la decepción, el dolor, la familia o la tradición.Temas universales. La búsqueda de la individualidad a pesar del peso de la familia, las raíces. En todos ellos hay una búsqueda, al fin, del amor y la felicidad.

Lahiri coloca a sus personajes en una encrucijada, donde se ven obligados a afrontar momentos fundamentales en sus relaciones y navegar como pueden en aguas desconocidas, entre la inocencia y la experiencia, entre los dictados de de la remota tradición familiar y la emancipación personal, entre el impulso de reinventarse a sí mismos y definir su identidad en un mundo fragmentado.

Otro hecho común en todos los relatos es que los padres, una vez en Estados Unidos, emprenden un viaje todos los años a la India, como si fuese un ritual, para que sus hijos sigan sintiendo la pertenencia a un lugar y a una cultura propia. Pero en todos ellos se observa que esto es muy difícil de mantener, y en cuanto crean sus propias familias, establecen otros círculos de amigos y la India les queda cada vez más lejana y desconocida. Siguen con sus tradiciones, creencias, pero transformadas a su nueva realidad.

El tema del desarraigo está latente a lo largo de toda la novela, uno de sus personajes dice con sentimiento de nostalgia «pertenecen a ese lugar como yo nunca perteneceré a ninguno«, tienen la necesidad de pertenecer a un lugar que puedan llamar su hogar.

Primera parte:

  • «Tierra desacostumbrada»: refleja de forma minuciosa como la noción de familia es mucho más estrecha en la sociedad india que en la de EEUU.
  • «Cielo e infierno»: se adentra de nuevo en la comunidad bengalí, como se ayudan unos a otros. El concepto de amistad y  familia están aquí tan unidos, que a veces son difíciles de distinguir y reconocer.
  • «Una elección de alojamiento»: una boda sirve de excusa para contarnos un relato sobre la vida matrimonial, el desgaste de los años en la relación, la tradición y la pérdida de cierta parte de la identidad de los protagonistas.
  • «Sólo bondad»: se adentra en la familia, en el peso de los lazos familiares y en el sentimiento de culpa.
  • «No es asunto de nadie»: cuestiona los matrimonios concertados y el papel de la mujer india en la sociedad.

Segunda parte:

Consta de tres cuentos, donde nos presenta a dos personajes, Hema y Kaushik, como nexo de unión y a lo largo de toda esta parte nos relata sus encuentros y desencuentros hasta la madurez. El relato arranca en su niñez, sigue en su juventud y acaba reuniéndolos en Roma cuando ella es una experta en el mundo clásico, que investiga la civilización etrusca, y él un fotógrafo de guerra a punto de colgar las cámaras. Estas cien páginas constituyen una joya literaria que genera constantes emociones en el lector. Su viaje a la ciudad toscana de Volterra, solitaria, herida, magnífica, llena de fantasmas etruscos, será algo muy difícil de olvidar para todos aquellos que recorran estas páginas.

Plazos:

Vamos a leer los dos primeros relatos: «Tierra desacostumbrada» y «Cielo e infierno«, que son en total 97 páginas. El próximo viernes, 1 de diciembre, publicaremos el siguiente post relacionado con estos dos relatos para que podamos comentar entre todos la historia, dar nuestra opinión e ir profundizando poco a poco lo que nos quiere transmitir la autora en esta novela.

Hasta entonces, os animo a que vayáis reflejando en este post los comentarios sobre vuestras impresiones sobre esta obra, si os está gustando, si os parece amena y fácil de leer y cualquier otra cuestión relacionada con ella.

¿Habéis leído algún otro libro o película que refleje el tema de la diáspora india? 

 ¡Buena lectura!

 

Etiquetas: amor, exilio, familia, identidad, Jhumpa Lahiri, mujer, oriente-occidente, raíces, soledad

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Todo el amor de tu vida está dentro de ti

8 Dic

Recolección de fresas. Foto en flickr de M. Martín Vicente. Algunos derechos reservados.

A pesar de tan terribles confesiones, el hecho de que ambas hayan comenzado a abrirse la una a la otra les da fuerza. Son muy sanadores esos monólogos, tanto que Veronika advierte que en su amiga había un cambio sutil en el ángulo de su barbilla, en su postura. Determinación se dijo. Dignidad. Y quizá también alivio. Pero todavía hay mucho que contar, que exorcizar, y es el turno de Veronika, que está llegando a Nueva Zelanda: me sentía nueva, recién despertada a la vida […] Me había lanzado al vacío sin saber dónde ni cómo aterrizaría. Cuando se encuentra por fin cara a cara con James siente que todo lo vivido con él permanece intacto. Y comienza su nueva vida en el nuevo mundo. James ama el mar: para mí, el mar es la vida misma. Los colores, el olor. Es mi anhelo  […] Quiero que os conozcáis. Que aprendáis a quereros el uno al otro. James hace surf en un mar con impredecibles corrientes subterráneas y Veronika le tiene miedo a ese mar bravo: el mar se convirtió en mi enemigo. Luchábamos por el mismo hombre. Pero, a pesar de la amenaza, son felices. Se quieren y piensan en tener hijos.

Volvemos al presente. En una de las cenas que comparten, Veronika sorprende a Astrid con una sonata de Brahms que la madre de la anciana le ponía muy a menudo. La música cura, la música les trae lo mejor de sus vidas: hacía más de setenta años que no la oía. Sin embargo, ahora vuelve a mí y me doy cuenta de que siempre ha estado aquí, en mi corazón. Su madre le decía que la música contenía toda la belleza del mundo. Pero Astrid dejó de escuchar música, abandonó todo lo que significaba la vida para ella: yo maté la música. Y maté a mi hija.  Esta es la parte que me resulta más difícil de entender del libro. El porqué Astrid mató a su hija Sara. Supongo que en la siguiente afirmación unas páginas más atrás está la razón: subí la escalera y supe que él estaba allí La puerta no se hallaba cerrada, sólo tuve que empujarla suavemente y se abrió sin hacer ruido. Lo encontré inclinado sobre la cama […] Supe que no tendría tiempo. ¿Maltrato real a la niña por parte del padre? ¿Miedo a que haga con la niña en un futuro lo que ya le hace a ella y que también le hizo su padre a Astrid? Sinceramente no me queda claro. Y me parece terrible que la mate, ¿por qué? ¿No había otra salida? ¿Qué opináis vosotros?

Veronika no la juzga. Ve tanto dolor en sus ojos durante su confesión que la abraza y la consuela: Oh, Astrid. Mi queridísima, queridísima Astrid. La anciana comienza a llorar el llanto reprimido tantos años: era un llanto fruto de un dolor tan grande que parecía insoportable. Quizá en lo siguiente haya una respuesta: enterré todos mis pensamientos junto con mi hija. Es tan doloroso… […] ¿Lo ves?, era yo. Siempre fui yo. Porque mi amor no era lo bastante intenso. Y si no estaba segura, entonces podría haber vuelto a ocurrir  […] Tal vez es que mi odio lo era demasiado. Ella se siente culpable. Culpable de no haber amado lo suficiente o de haber odiado demasiado. También, hay confusión debido a su soledad: creo que, si encontramos las palabras y a la persona a quien contárselas, tal vez vemos las cosas de una manera diferente. Pero yo no tenía palabras ni a nadie.

Veronika retoma su relato del pasado. Los días felices en Nueva Zelanda van a tener un terrible final. James muere mientras surfea. El mar gana y le arrebata a su amor, a su hombre y ella se quedará estancada en su dolor mucho tiempo incapaz de reaccionar: yo estaba en otra parte, un lugar adonde la luz no llegaba. Pero aún hay más. Veronika pierda al hijo que estaba esperando. El hijo de James. El que podría haber mitigado su pérdida. Es terrible todo lo que les ha ocurrido a estas dos mujeres. Llama la atención su serenidad, su templanza al vivirlo y su resistencia. Ambas son fuertes aunque estén varadas. Muy fuertes.

Después de enterrar al marido de Astrid, las dos mujeres se encaminan a pasar un día en el lago. Antes han ido a comprar un bañador para la anciana que nunca se ha bañado. Es verano. Mientras lo escogen, ríen a carcajadas. Ambas se han liberado de terribles secretos y empiezan a recuperarse y a disfrutar. A Astrid no le importa haber tardado toda una vida porque ha llegado a tiempo de salvarse y eso es lo único importante: con el tiempo comprendes que no hay nada que temer y mucho por lo que estar agradecido. Me ha costado la vida comprenderlo.

He pasado más tiempo con él que con ninguna otra persona. Sin embargo, cuando lo veo ahora que soy adulta, no estoy segura de conocerlo. Sé que es bueno. Y amable. Sé que le gusta leer con qué música disfruta, qué deportes prefiere. Pero no sé lo que piensa. No lo conozco como persona. Sólo como padre. Es Veronika la que habla. Después de funeral de James, la joven va a visitar a su padre a Tokio. Su padre, indispensable en su vida. El único con el que podría estar en esos momentos. Su única familia. Con el que no necesita palabras: no hizo preguntas ni me interrogó con la mirada. Desplegó una callada y tranquila eficiencia. Su expresión y su lenguaje corporal venían a decir: “superemos esto lo antes posible y sin dramatismos”. Pasan juntos un mes sin hablar apenas, instalados en una rutina que le va a hacer mucho bien a Veronika, que todavía sigue en shock. La sutil relación de afecto que tienen padre e hija la va a ayudar a superar su dolor: resultaba tranquilizador darme cuenta de que el hombre que tenía delante era mi padre. Que yo era su hija. Y el último día de su estancia en Tokio, Veronika, por fin, puede llorar por primera vez: era una tristeza suave, indefinida, no el dolor físico de antes.

Después de bañarse en el lago, las dos mujeres celebran una cena de cumpleaños mutuo. La reconciliación con sus respectivos pasados es un hecho ya. Ambas están felices y en paz. Las heridas se están cerrando. Astrid le regala a Veronika el diario de su madre, un preciado objeto que ya no necesita pero quiero verlo en manos de alguien que lo proteja. El verano termina y la vida continúa instaladas en una cómoda rutina que consistía en paseos diarios y cena un par de veces por semana, alternando la casa. La vida se desarrollaba según un ritmo amable y predecible. Veronika se sentía en paz, descansando en el presente.  El libro que está escribiendo avanza. Ya no va a ser el libro de James. No es todavía el momento para escribirlo: era distinto, un libro que había sustituido al otro, y Veronika empezaba a creer que así debía ser. Su padre se ha jubilado y ha regresado a Suecia. La invita a visitarlo. La echa de menos. Ella también. Pero hay algo más: he estado pensando que quizá un día debería volver a Nueva Zelanda. Que quizá necesite una especie de conclusión. He estado pensando que me fui sin terminar mi vida allí. Que es preciso que vuelva. Astrid la anima a que haga lo que tenga que hacer: quizá haya llegado el momento. Cuando estés preparada. No hay prisa. Pero llegará el día en que tengas clara tu decisión. Según la anciana, sólo hay que escuchar a nuestro corazón para saber lo que tenemos que hacer.

Finalmente Veronika decide marcharse. Es el día de Todos los Santos. Irá primero a ver a su padre a Estocolmo y después a Nueva Zelanda. Pero algo de ella se queda en ese lugar donde ha vivido tan intensamente y donde han ocurrido cosas muy importantes: comprendió que aquella casa y aquel pueblo se habían convertido en su hogar. Que por primera vez se enfrentaba a una partida teñida de tristeza. Visitan el cementerio: ahora ya no tengo miedo, afirma Astrid. Y Veronika, a pesar de su tristeza, está preparada para partir: el vínculo entre la casa y ella se había roto. Ambas estaban a la espera de la siguiente etapa. Respecto a Astrid, Veronika siempre la tendrá en su corazón.

Han pasado los meses. Veronika vuelve al pueblo. Es marzo. Igual que la primera vez. Astrid ha muerto. Ha decidido poner fin a su vida y le ha dejado su casa a la joven. Veronika visita el cementerio. La tumba de Astrid está al lado de la de su hija Sara. En ella hay unas palabras grabadas: Déjame ahora cantarte dulces canciones. La joven deposita en cada lápida sendas dioritas traídas de Nueva Zelanda. Hay una carta de Astrid para ella y dentro de la carta, el colgante que siempre llevaba la anciana. La importancia que adquieren pequeños objetos cargados de simbolismo es muy importante en esta novela. La carta está llena de amor y agradecimiento. Y sobre todo de reconciliación con la vida. Emociona, mucho, leerla: me conoces como ninguna otra persona me ha conocido jamás. Y me gusta pensar que te conozco un poco. Durante mucho tiempo me reconfortó la idea de no tener nada. Ni a nadie. Pero ahora sé que no estamos hechos para vivir así. No me entristece haberlo comprendido tan tarde. Me siento agradecida por el simple hecho de haberlo entendido. Puede que a algunas personas mi vida les parezca trágica. Un desperdicio. Yo no lo veo así. Tú me has abierto una nueva perspectiva. Has vuelto a sacarme a la brillante luz de la vida, me has abierto los ojos. Has hecho que el hielo se derrita. Y te estoy muy agradecida. Astrid le dona su casa para que haga lo que quiera con ella pero espero que elijas aceptarla. Es una casa que necesita amor y felicidad, que la merece […] Me gustaría que me recordaras con una sonrisa. No olvides que hubo amor, pero permití que el odio bloqueara mis recuerdos. Ahora creo que mi vida toca a su fin con un cierto triunfo final. He recuperado el amor de mi vida. Astrid considera que todo lo bueno que ha logrado al final de su existencia se lo debe a Veronika: el amor, la música, la capacidad de admirar el paisaje, la reconciliación con su pasado, la vida a fin de cuentas. Y ella, como agradecimiento, le dona un hogar: ¡Vive, Veronika! ¡Arriésgate! La joven tiene también algo para ella: su libro, ya terminado, que se titula “Déjame cantarte dulces canciones”.

Plazos

Una vez terminada esta hermosa historia de amistad y redención, es hora de vuestros comentarios sobre esta segunda parte y sobre la novela en su totalidad. Disponéis de una semana para ello. ¡Espero que sean muchos los comentarios!

Etiquetas: amistad, amor, Astrid y Veronika, Linda Olsson, literatura sueca actual, música, mujer, naturaleza, silencio, soledad

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Sería un alivio contar la verdad

2 Dic

Un claro en el bosque. Foto en flickr de Jordi Armengol. Algunos derechos reservados.

Astrid y Veronika comienza con una estrofa del poema Insomne de Bo Bergman. Una loa a la escritura como salvación. A continuación hay un prólogo que contiene dos cortos párrafos encabezados por los nombres de ambas protagonistas y unas fechas y lugares. Lo que dicen es enigmático porque todavía no sabemos nada de sus vidas. En cada párrafo hay un “nosotros” y la naturaleza omnipresente.

Veronika llega al lugar que va a ser su hogar a lo largo de ocho meses. Es invierno, principios de marzo. Todo está nevado, oscuro y en silencio. Lo primero que divisa son dos casas, una más grande que la otra. La suya es la pequeña. La joven se ha pasado la vida viajando: toda su vida había viajado en compañía de su padre, cogida de su mano, rumbo a un nuevo destino en algún lugar lejano. Desde que su madre los había abandonado, padre e hija jamás se habían separado. Pero ya no son compañeros de viaje. Su padre vive en Tokio. Sabe que este viaje es distinto: éste sería un trayecto solitario. Una huida, una escapada. Un viaje sin objetivo. Su vida le parecía tan vacilante como la luz, suspendida en medio de una nada blanca. No sabe cuánto tiempo va a quedarse, había sido una decisión repentina. Hay algo que la ha empujado a aquel remanso de paz. Desde el principio la casa se personifica: la casa guardaba aún las distancias […] Era una inquilina huérfana en una casa huérfana. También desde el principio percibimos que a Veronika le ha pasado algo, algo que tardaremos tiempo en saber y que intuimos que no es bueno. La joven necesita silencio y soledad. Quiere escribir. Lo intenta desde los primeros días pero no puede: era como si el libro que había empezado a redactar en otro mundo, en otra vida, lo hubiera escrito alguien distinto. Las palabras ya no guardaban relación con la persona en que se había convertido. Da paseos matutinos y se fija en la otra casa que seguía oscura y silenciosa. La tendera del pueblo le informa que su vecina es Astrid Mattson, la bruja del pueblo. No le gusta la gente. Vive aislada. Me temo que no es una buena vecina. Veronika la ve por primera vez a las dos semanas de llegar. Una mujer mayor y encorvada.

Ahora es Astrid quien contempla a Veronika llegar a través de la ventana entreabierta. A oscuras, refugiada en su casa que constituía una parte orgánica de sí misma. El silencio lo envuelve todo y también la soledad. Su vida era una cuestión de sustento, de supervivencia, y sus necesidades eran mínimas. No hacía planes para el futuro. El jardín se desmoronaba, la casa se desmoronaba […] Era un edificio moribundo que albergaba un cuerpo moribundo. La una huérfana y la otra muriéndose en casas que son un reflejo de sí mismas. Astrid mantiene a raya al pasado, no tiene futuro y el presente era un vacío en calma donde existía físicamente, pero sin presencia emocional. Esperaba, con los recuerdos sumergidos, lo que suponía una tarea constante y agotadora que consumía todas sus energías. Y había momentos que flaqueaba. Astrid espía a su vecina pendiente de sus idas y venidas y, un día, responde al saludo que le hace Veronika y se sorprende. La anciana no está bien, un peso muy grande la habita. Un peso que cada vez soporta peor, y, a veces, llora.

Dos meses después, Astrid se da cuenta de que en la otra casa no hay señales de vida. Se empieza a preocupar y, pasados varios días, decide, sin saber el porqué, ir a ver qué pasa: cuando la puerta se abrió y se encontró cara a cara con la joven, se dio cuenta de que la vida había cambiado de manera irrevocable. Ahora le importaba. Veronika está enferma, con fiebre, con pesadillas que la llevan siempre a una playa en Nueva Zelanda con un mar tempestuoso. Y Astrid ha ido a ayudarla. Por fin se conocen. Y comienza su amistad. Dan su primer paseo. Hablan poco. Pero será Astrid quien rompa el hielo: y durante este tiempo infinito he estado sola en mi casa. Esperando. Guardando mis secretos. He aprendido a guardar bien mis secretos y soy una experta en soledad. Pero ahora… Una mujer que ha estado la mayor parte de su vida sola, anciana ya, de pronto se desborda en confesiones. La primera será sobre su madre. Su adorada madre.

Nunca la oí reír en casa, sólo cuando estábamos lejos, nosotras dos solas. Un hermoso día de su infancia pasean por el lago, ríen y juegan. La madre le dice que recuerde siempre que la quiere: y entonces tuve la certeza absoluta de que no habría más días como aquél. Todo está descrito con gran detalle y mucha emoción. Aquél hermoso día de verano que Astrid nunca olvidará, porque ese mismo día su madre se irá, y poco después encontrarán su cuerpo en un hotel de Estocolmo. Se había cortado las venas  […] tenía veintisiete años. Yo seis […] No descubrí lo que pasó hasta muchos años después, pero instintivamente supe que aquella noche la había perdido para siempre […] Acepté la soledad como un nuevo estadio en la vida. Inevitable y permanente. Para Astrid el principio y el final de su vida será ese momento en que vio a su madre marcharse para nunca más volver: ese hecho pareció señalar el fin de todo lo bueno, de la vida misma. Veronika recibe su confesión en silencio. Cuando hablan serán casi siempre monólogos que recuerdan pasajes de su vida. No hay un interlocutor que conteste. Hay mucho silencio entre las palabras.

Una nueva cita entre las ya amigas da lugar a una nueva confesión, de nuevo de Astrid. Al morir su madre, la niña es llevada a Estocolmo a vivir con su abuelo materno pero la soledad en la vida de Astrid ha venido para quedarse. Será la única vez que salga del pueblo. El abuelo apenas la habla, casi ni existe. Sólo la criada, la señora Asp, le hará algo de compañía y le dará un poco de afecto. No recuerda ni cuánto tiempo pasó allí. Sólo la biblioteca y el piano la entretienen. Nunca recibirá noticias de su padre. Y es precisamente su padre el causante de la indiferencia del abuelo: yo no pedí que viniera. Es la viva imagen de su padre y me resulta doloroso mirarla. Finalmente vuelve al pueblo, con su padre, para nunca más salir de él.

Veronika también tiene sus secretos, y su dolor, que afloran en sus sueños con la playa y el mar. En Nueva Zelanda. Tal vez necesitaba irse lejos para poder ver con claridad, para permitir que los recuerdos emergieran a la superficie. Pero, aunque empezaba a recordar el pasado, no era capaz de convertirlo en palabras. Permanecía horas frente al ordenador sin escribir. El libro que había empezado se le antojaba cada vez más esquivo. No están bien conectados su pasado, su vida presente en el pueblo y el libro. El verano está llegando y Veronika invita a cenar a su nueva amiga. Prepara con gran mimo la cena. Cenan sin hablar mientras escuchan música. Astrid comenta lo que le gustaba cantar, recuerda las canciones que su madre le cantaba. En un brindis final, la anciana habla de los recuerdos, de los secretos: puedes obligarte a creer que se han borrado. Pero si los buscas con atención, si deseas realmente descubrirlos, están ahí. Astrid necesita contar la verdad de su vida, su verdad, y será Veronika la destinataria de sus confesiones que poco a poco ya ha empezado a desgranar.

Un pequeño claro en medio del bosque tupido, con una suave hierba plateada y fresas silvestres. Di con él por casualidad cuando buscaba setas en otoño, y entonces se convirtió en mi escondite secreto […] A veces pasaba allí el día entero, tumbada sobre una manta. Estaba sola en el mundo y a salvo.  Astrid tiene ya dieciséis años. Nadie la echa de menos cuando pasa el día entero en su escondite secreto. Un día, encuentra a un chico en el claro. Está recogiendo fresas. Le sonríe y se las ofrece. Se sientan juntos en silencio. Después de aquel primer día, el deseo de seguridad en mi escondite secreto se convirtió poco a poco en el de encontrarme con él. O tal vez el lugar y el chico se convirtieron en mi mente en una sola cosa. Se llamaba Lars. Tenía un año más que yo […] “Por favor, por favor, por favor, que esté hoy” […] Para mí, el lugar en sí ya no bastaba. Un día su encuentro se convierte en amor. Pero Astrid tiene la certeza de que no durará. Ella no es merecedora de tal felicidad. Sólo la soledad. Lars muere poco después en un accidente pero en el jardín de Astrid los fresales siguen vivos.

Ambas les dan muchas vueltas al lugar que ocupan los recuerdos en sus vidas y al concepto del tiempo con respecto a ellos porque ambas tienen recuerdos dolorosos de los que no han podido liberarse. Pero ahora pueden hacerlo porque cada una tiene en la otra a la persona adecuada que la va a escuchar, y a comprender: Quiero recordarlo todo. Pero quizá necesite más tiempo. Concederme una temporada de reposo. Distanciarme un poco para comprobar si distingo la pauta. Y enfrentarme con la verdad de lo que hay realmente ahí. Es Veronika la que habla y a la que le toca el turno de empezar a soltar su dolor. Su dolor tiene un nombre: James, que ya ha sido un par de veces nombrado, pero que ahora se convierte en protagonista en el relato de Veronika.

Hasta entonces había llevado una vida segura. Había vivido en un mundo lento y cordialmente indiferente que me concedía tiempo para meditar mis acciones. Y ésa era la clase de mundo para la que yo disponía de mapa. En el mundo de James estaba perdida para siempre. James llega como un huracán que barrerá todas las certezas de la joven. Es el amor al que no se le puede preguntar porque no tiene respuestas. Londres, un pub, un camarero de treinta y un años de Nueva Zelanda que está viviendo su experiencia en el extranjero. Un encuentro casual que cambiará la vida de Veronika. Comienzan una relación de la manera más natural: pasaba la noche ante una cerveza, observándolo mientras trabajaba. Riendo de pura alegría de verlo, de oírlo. Me sentía como si jamás hubiera reído antes. Como si nunca hubiera sido feliz. Ahora siento que aquélla fue toda la risa de mi existencia. Mi cuota. Me contó que había prometido a su madre regresar por Navidad, así que yo sabía que pronto acabaría nuestra relación. Veronika  no tiene planes. Se deja llevar. Decide vivir ese amor sin pensar en el futuro. Y guarda, guarda imágenes. En Estocolmo está Johan que la espera. Para esto tampoco tiene respuestas. Cuando llega el momento de la partida de James, éste le dice que la quiere y que se vaya a vivir con él: he olvidado cómo vivir sin ti. No recuerdo cómo me las arreglaba solo. Por favor, ven conmigo, Veronika. Pero la joven no le responde y James se marcha.

Llega el verano. Astrid y Veronika no se han visto desde aquella cena. Un día, cercano ya San Juan, la joven visita a Astrid y ésta le comenta que su marido se muere: he ansiado esta muerte desde el día que me casé. Sesenta años. Ahora que llega, me doy cuenta de que no tiene importancia, de que nunca se trató de él. Sabe que esa boda será el día en que renuncie a la vida: mi marido se casó con un granja. Se casó con la tierra y la casa […] Y se casó con mi apellido. Mi padre creyó que había negociado un futuro para sí mismo y la granja. Yo me casé con la muerte. Astrid tiene dieciocho años. Era un hombre insignificante. La primera vez que lo vi estaba de pie junto a mi padre y parecía una mala copia. Menos corpulento, más joven, pero extrañamente semejante a él […] Ahora todo esto es mío, ¿sabes? Cuanto ves por esa ventana. Todo es mío. Aquí no hay nada que te pertenezca. Nada. Astrid tiene que ir a la residencia de ancianos donde su marido está muriéndose: no temo enfrentarme a él, sino a mí misma […] Ha sido una espera muy larga. He permitido que la vida se me escapara de las manos mientras alimentaba mi odio dentro de esta casa […] Ahora veo que todos estos años no he hecho más que aguardar a ser liberada, cuando en realidad no había más ataduras que las creadas por mí. Y ahora ha llegado el momento. Debo enfrentarme a la verdad.

Pero todavía hay más verdades ocultas y dolorosas en la vida de Astrid. Su padre. Otro hombre frío, seco, que la ignora y al que ella teme. La anciana no logra entender qué fue lo que unió a un hombre débil y menudo y a mi madre, alta, hermosa y risueña. Cuando ella tenía trece años su padre la llamó, mi padre no me hablaba casi nunca y jamás usaba mi nombre, y en su estudio la pide que se desnude. Él la contempla y le dice que se dé la vuelta: sólo se oía el rítmico roce de la lana contra la lana, de su brazo contra los pantalones. El tiempo seguía transcurriendo. Toda mi juventud se desvaneció. Terrible. El abuelo, el padre, el marido. Nefastos para ella, sobre todo los dos últimos a los que sufrió largo tiempo. En contraposición, la madre y Lars, a los que amó, desaparecen como una certeza de que la felicidad está prohibida para ella. Pero Astrid quiere enfrentarse a su verdad y acompañada por Veronika se dirige a la residencia a despedirse de su marido moribundo: He venido a verte morir, Anders. Y no me iré de aquí hasta que esto termine. Veronika no se despega de su lado, fiel amiga ya, hasta que el marido muere. En el coche, de vuelta y en silencio, uno de los numerosos silencios que comparten ambas mujeres, Astrid llora: No son por él. Mis lágrimas. No son por él, sino por mí. Es tal la intimidad y la confianza que están logrando estas mujeres que, una vez en la casa de Astrid, ambas se acuestan juntas para compartir su dolor. Es entonces cuando Veronika le habla a la anciana de Johan.

Hace tanto tiempo que conozco a Johan que a veces olvido que hubo un tiempo en que no lo conocía. Veronika está todavía en Londres cuando Johan la llama para que vuelva a casa por Navidad. Ha estado ausente casi un año. Durante la cena de bienvenida que le ofrece, Johan le confiesa: soy muy, muy feliz, Veronika. Justo en este momento es la felicidad absoluta. No me importa el mañana; estoy aquí ahora. Contigo. Y soy feliz. Ella intenta ilusionarse pero el móvil suena y es James: Ven a Nueva Zelanda, Veronika. Ven aquí y quédate conmigo. También aquí es Navidad. Una vez al año. Y el resto tampoco está mal. Ven a vivir conmigo al nuevo mundo. Ambos se quedan en silencio y cuando volvió a hablar, yo ya había tomado una decisión  […] Me marchaba. Se me había antojado viajar hasta el fin del mundo para vivir con un hombre al que apenas conocía. Y así podría volver a reír. Va a cenar con Johan: miré su rostro, memorizándolo también […] Cuando se lo dije, supe que no quería causar tanto dolor a una persona nunca más. Johan comienza a llorar: estaba equivocado, Veronika. Estaba equivocado. El momento nunca me bastó. También quería el futuro.

Es triste olvidar el rostro de una persona amada. Muy triste. Tal vez creemos que las cosas son más fáciles si no vemos la cara. Pero no es cierto. Sólo hace que el dolor sea más agudo. He olvidado el rostro de mi hija. Podría describir hasta el último y exquisito detalle, pero ya no puedo verlo […] Desde que nació, no ha pasado un solo día sin que pensara en ella. Pero no la veo. Sara. Su hija a la que puso el nombre de su madre: sus uñas eran escamas de pez diminutas. Apretó mi dedo con fuerza y miré sus negros ojos. Me invadía tal alegría que me sentía como si fuéramos invencibles, mi hija y yo. Mi hija Sara […] Llevaba a mi hija a todas partes. Tenía la impresión de que conocía todos sus deseos y necesidades, y ella nunca lloraba. Cuando el tiempo mejoró, me la llevaba al claro del bosque. Se lo contaba todo mientras caminábamos. Y hacía que todo pareciera hermoso. Le hablaba de cosas bonitas, porque quería que viviera en un mundo bueno. Deseaba ofrecerle un mundo bueno  […] Pero cuando volví la vista hacia los fresales, donde las flores todavía eran pequeños capullos prietos, lo supe. Supe que no tendría tiempo. De nuevo la amenaza en la vida de Astrid. Algo ha pasado que le hace presentir que la felicidad no ha sido creada para que ella la pueda vivir.

Plazos

Es hora de vuestros comentarios, que espero que sean muy numerosos, sobre esta primera parte de la lectura. A la vez que la comentáis, seguiremos la lectura de la novela desde el capítulo 21 (pág. 114) hasta el final de la novela. Disponéis de una semana para ambas cosas. Hay mucho que comentar: los personajes, las descripciones, la relación tan especial que están desarrollando las dos mujeres, los recuerdos desgranados, su dolor, los silencios, la naturaleza… Sinceramente pienso que es una historia muy especial narrada de una manera muy delicada.

 

Etiquetas: amistad, amor, Astrid y Veronika, Linda Olsson, literatura sueca actual, música, mujer, naturaleza, silencio, soledad

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Astrid y Veronika: déjame ahora cantarte dulces canciones

24 Nov

Beautiful Swedish Home. Foto en flickr de Let Ideas Compete. Algunos derechos reservados.

La primera novela de Linda Olsson, Astrid y Veronika, al igual que Canciones de amor a quemarropa, es una historia de amistad, en este caso de dos mujeres, que surge de un curso de escritura (Astrid y Veronika es el resultado concreto del curso inaugural de posgrado “Escribir novelas” de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda). Si no hubiera seguido ese curso, seguramente jamás habría contemplado la posibilidad de escribir este libro). Los ahora tan de moda talleres de escritura comienzan a dar sus frutos. Los países anglosajones son pioneros en ellos. No sé qué pensáis de esta manera de escribir novelas, tan diferente de la clásica: un escritor y su memoria e imaginación a solas en su estudio ante un folio en blanco.

Astrid y Veronika se desarrolla en Suecia, el país natal de la autora: el proceso de escritura me ha llevado al otro lado del  mundo; es, de hecho, el viaje más largo que puede hacerse sin volver atrás. Mi país de origen ha estado presente en mí con una intensidad sin precedentes. Pero este libro sólo podría haberlo escrito aquí, en Nueva Zelanda. La distancia era esencial. Y es verdad que la novela está totalmente impregnada del paisaje sueco así como de sus costumbres. Ambas mujeres viven en sendas casas vecinas y aisladas a las afueras de un pequeño pueblo. Con frecuencia pasean solas o juntas por el bosque cercano o a las orillas del río que pasa por él, se bañan en el lago, se tumban en prados o recogen frutos del campo. La naturaleza, descrita con todo detalle, es un personaje más de la novela así como el tiempo atmosférico y la sucesión de las estaciones que inciden en sus estados de ánimo: la nieve y la oscuridad del invierno, la aparición del sol y el aire tenue en la primavera, el estallido del verano o la llegada del otoño con sus promesas de vida nueva. Un homenaje de la autora a su país escrito desde la distancia necesaria.

Veronika es joven, treinta y un años, y Astrid tiene casi ochenta. Una ha viajado por todo el mundo y es escritora y la otra prácticamente no ha salido nunca del pueblo y no se relaciona con nadie. La llaman “la bruja” porque es huraña y solitaria y camina por los campos o se recluye en su casa. Veronika se ha refugiado en este lugar porque necesita estar sola y además quiere escribir. Llega al pueblo en invierno. Un manto de nieve lo cubre todo. Ambas han sufrido mucho, están heridas, y ambas están solas. Y tienen secretos guardados. Y son vecinas. Tardan un poco en conocerse pero cuando lo hacen, la amistad surge lenta pero profundamente. Son muy diferentes en muchas cosas pero hay algo esencial que las une. Astrid, que lleva muchos años completamente sola por decisión propia, se abre a Veronika con una gran naturalidad, quizá porque su soledad es muy grande pero también porque siente que con ella puede hacerlo. A Veronika le pasará algo muy parecido. Su sufrimiento y su deseo de compartirlo con la persona adecuada será lo que las una. Sus recuerdos irán surgiendo a medida que la amistad avanza, y con ellos sus emociones. Y la ayuda mutua que se ofrecen les hará mucho bien en su proceso de reconciliación consigo mismas. Otro aspecto muy importante de su relación es que ninguna juzga a la otra sino que la acepta con todas sus imperfecciones. Una amistad sincera desprovista de interés. Una amistad que las salva.

Relato intimista, melancólico, reposado, de ritmo sosegado para leer muy despacio y recrearse en lo que las protagonistas nos cuentan y en cómo nos lo cuentan. Sus confesiones nos van atrapando sin necesidad de grandes acontecimientos. No hay mucha acción y sí mucho sentimiento y sensaciones. Y rodeándolo todo, las descripciones que van del paisaje a lo más nimio deteniéndose en los detalles. Al leerlo es como si nos hubiéramos retirado al campo haciendo un paréntesis en nuestras vidas. Aunque las confesiones sean a veces duras, todo está narrado con una gran calma y sutileza por lo que la autora consigue que las aceptemos como una parte más de la complejidad de la vida.

Hay una serie de elementos muy importantes en la novela: la(s) casa(s) que cobra vida, que se convierte en un ser animado, en un personaje más de la novela. La casa acoge, es un refugio: tal vez fue entonces cuando la casa y yo nos convertimos en una sola cosa. Se transformó en mi piel. Mi protectora. Ha oído todos mis secretos; lo ha visto todo. En las casas de ambas es donde pasa lo más importante, también en el bosque. Lo interior y lo exterior. Porque el bosque, la naturaleza, ya lo he dicho, es otro personaje más.

Otro elemento importante, pero sutil, es la música, presente a lo largo de toda la novela. Se asocia a lo positivo, a la vida, a la alegría, al cambio: la música. Hubo silencio, un silencio muy largo. Luego entraste tú en mi vida y me trajiste de vuelta la música. Escuchan música que pone Veronika cuando cenan, Astrid recuerda cómo jugaba con el piano de su abuelo o cuando escuchaba cantar a su madre canciones infantiles.

El silencio. Asociado a los momentos malos, a la parálisis que provoca el dolor. También a su soledad, la soledad es silencio y en él surgen los fantasmas y los recuerdos que hacen daño, el pasado que las hace sufrir.

La poesía. Cada capítulo comienza con unos versos extraídos de poemas de diversos autores, casi todos nórdicos (hay una lista al final de la novela de todos los poemas y de sus autores), que funcionan a manera de títulos y que nos dan información sobre lo que va a ocurrir en ese capítulo. Probad a leedlos todos seguidos y veréis cómo componen un bello poema. El título de este post es el verso con el que se inicia el capítulo treinta y dos que es de Karin Boye y que será el título que dará Veronika al libro que está escribiendo. Además de estos versos, en sus paseos, a veces leen poemas.

Otros elementos importantes son la oscuridad y la luz. El invierno, oscuro, con el que empieza la novela y la luz que traerá la primavera. Símbolos ambos de su transformación: tú me has abierto una nueva perspectiva. Has vuelto a sacarme a la brillante luz de la vida, me has abierto los ojos. Has hecho que el hielo se derrita. Y te estoy muy agradecida.

En cuanto a la estructura, la novela se compone de treinta y siete capítulos cortos más un prólogo y un epílogo. En cada capítulo el punto de vista es de una o de otra alternándose sin un orden. La historia salta del presente al pasado con flashbacks en los que cada una narra sucesos de su vida en monólogos que comienzan con el nombre de la narradora. Monólogos intensos, porque intenso, y muchas veces duro, es lo que cuentan y, a veces, también son poéticos. Con frecuencia, cuando alguna de las dos va a empezar a hablar, inicia su relato, al final del capítulo anterior, con expresiones del tipo: déjame que te cuente como ocurrió, o te voy a contar cómo fue… dándole al relato un carácter de narración oral.

No he encontrado ninguna entrevista a la autora ni ninguna crítica del libro. Sólo el enlace a la página web de la autora en inglés. Si encontráis vosotros algo sobre ella o el libro, os agradezco que lo pongáis en los comentarios.

Bien. Os dejo con Astrid y Veronika: amistad, amor (en todas sus facetas), infancia, familia, pérdidas, sentimientos, recuerdos escondidos o enterrados…

Plazos

Como la novela no es muy larga, vamos a dividir la lectura en dos partes. Leeremos a lo largo de una semana hasta el final del capítulo 20, “Sólo a ti te cuento lo que nadie más imagina. En caminos interminables tú fuiste mi soledad”, (Pág. 113).

Os reitero lo de siempre, sobre todo a los nuevos: escribir en este post, mientras vais leyendo esta primera parte, sólo vuestras impresiones iniciales sobre la lectura o los personajes, o sobre lo aquí escrito, pero no la comentéis, ni esta parte ni mucho menos en su totalidad. Cuando publique el post de análisis correspondiente a esta primera parte de la lectura dentro de una semana, y todos hayáis leído dicha parte, entonces podréis explayaros ampliamente en vuestros comentarios sobre ella en dicho post. Debéis respetar los plazos de lectura y dejar vuestros comentarios en los post respectivos a cada parte. ¡Buena lectura!

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Nuestro próximo libro: ASTRID Y VERONIKA de LINDA OLSSON

15 Nov

Portada de la novela «Astrid y Veronika» de Linda Olsson. Ediciones Salamandra.

Saltamos el charco de vuelta a Europa de la mano de la escritora sueca Linda Olsson. Y del mundo masculino nos vamos al femenino con la primera novela de la autora: Astrid y Veronika (2005). Una mujer que nos va a contar una historia de amistad entre dos mujeres. Dos mujeres muy diferentes. Veronika es una escritora joven que se refugia en una casita de campo de una zona boscosa del interior de Suecia después de haber recorrido medio mundo. Allí conocerá a Astrid, una anciana que nunca ha salido de su pueblo y que no se relaciona con nadie. Ambas comienzan una frágil relación que se tornará más compleja a medida que vaya pasando el tiempo.

La novela fue muy bien acogida en Suecia, donde obtuvo, entre otras distinciones, el prestigioso premio de los libreros. Asimismo, se convirtió en un sorprendente éxito de ventas en Estados Unidos, siendo destacada por el suplemento de libros del New York Times como uno de los mejores libros del año.

A partir de mañana miércoles 16 podéis pasar ya a recoger vuestro ejemplar en la Biblioteca Fórum. Disponéis de una semana para ello. Los que vivís fuera también contáis con una semana para conseguir el libro editado por Salamandra.

No os olvidéis de devolver vuestro ejemplar de Canciones de amor a quemarropa. Gracias.

Nos encontraremos aquí en el plazo de más o menos una semana para empezar a leer Astrid y Veronika. Mientras, los que todavía no habéis dejado vuestros comentarios finales sobre el libro de Nickolas Butler, podéis hacerlo a lo largo de estos días.

Etiquetas: amistad, Astrid y Veronika, Linda Olsson, literatura sueca actual, mujer

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Sabía que me había ganado todo eso

2 Jun

Foto en flickr de ben matthews. Algunos derechos reservados.

¿Cómo iba a morir Rosalinda? Milagrosamente se salva de su intento de suicidio y consigue así que Sulfia y Aminat no emigren a Israel con su nueva familia sino que se queden con ella cuidándola en su recuperación. Las consecuencias son muy dolorosas para la hija y la nieta. Han renunciado a una nueva vida y a la nueva niña, Lena, que había tenido Sulfia y con la que Aminat estaba entusiasmada. Se rompe una familia y ambas están muy tristes. No le perdonan a Rosalinda su acción. Aminat se vuelve arisca y rehúye a su abuela a la que deja de querer. Rosalinda continúa consiguiendo lo que quiere pero esta vez las secuelas serán duraderas y se abre una herida que no se cerrará.

La decadencia de la familia va pareja con la del país. El rublo se desploma y la escasez de alimentos es cada vez más difícil de soportar. Rosalinda se recupera y, como siempre, consigue provisiones dentro de las escasas posibilidades: mientras afuera la economía se colapsaba, yo me preocupaba de que mi familia no pasara hambre. Aminat vagabundea sola por las calles y no le interesan mucho los estudios. Rosenbaum le pide el divorcio a Sulfia y ésta estalla y saca fuera todo el dolor que tiene dentro: La Sulfia tranquila y fea y de mirada amargada, tiró la taza al suelo y empezó a gritar. Me gritó que no me volviera a meter en su vida, pues ya la había destrozado, y esta vez para siempre, rompiéndole el corazón, robándole a su pequeña hija y quitándole a su familia; le había machacado su futuro, atándola a mí, y de paso también a Aminat. Pero Rosalinda no pierde los nervios ni se considera, por supuesto, culpable de nada. La gran buscadora de soluciones busca una nueva: tienes que encontrar a un extranjero, Sulfia. Y, por arte de magia, éste aparece encarnado en un alemán solitario que viaja recopilando recetas de cocina de los pueblos más antiguos. En coma, producto de una paliza con robo incluido, está al cuidado de Sulfia en el hospital. Rosalinda convence a la débil Sulfia de que Dieter, el alemán, es la solución a todos sus problemas. Debe conquistarlo y marcharse las tres con él a Alemania a empezar una nueva vida lejos de la escasez y el derrumbamiento de la URSS. Por supuesto lo consigue. Pero a Dieter quien verdaderamente le interesa es Aminat que ya tiene doce años. Rosalinda al darse cuenta no se amilana sino que lo utiliza a su favor. Hasta ahí puede llegar la incombustible Rosa. Oculta a Sulfia este importante dato, consiguiendo que ésta se interese por el alemán, y alienta en Dieter su interés por Aminat pero teniendo siempre controlada la situación. Dieter es un pedófilo débil, incapaz de hacer nada que no llegue más lejos que rondar a la niña, y para que a Aminat no le pase nada ahí esta su abuela vigilante. El fin justifica los medios. Y el fin es largarse a la Europa próspera. No hay límites ni barreras para Rosalinda.

Y comienzan una nueva vida en Alemania con “el idiota extranjero” pero Sulfia tiene que volver a Rusia a resolver unos asuntos. Algo temporal que posteriormente se convertirá en definitivo al caer gravemente enfermo Kalgánov del que la buena de Sulfia se ocupará aunque en una corta visita se casará con Dieter.

Pero Sulfia también está enferma: su cuerpo destruía desde dentro algunos órganos. Las cosas se van poniendo mal para todos incluida Aminat que cada vez es más asocial. No tiene amigos en Alemania y apenas habla a su abuela. Ésta se convierte en señora de la limpieza (me pareció que la expresión tenía algo de nobleza) que es el único trabajo al que puede acceder (muy divertido el pasaje en el que Rosalinda va por primera vez a una casa creyendo que la van a contratar como pedagoga). Lo hace con dignidad y tan bien que pronto consigue muchas casas y empieza a ganar dinero. Motivo de reflexión es la opinión de Rosalinda sobre la vida de estos occidentales a los que no entiende: me daba un poco de pena la gente para la que limpiaba. Eran como niños: no eran capaces de ocuparse de sí mismos. Sin mí se hubieran visto obligados a meterse en una bañera que no desaguaba porque el desagüe estaba taponado por un montón de pelos.

Aminat, ya en la pubertad, ha engordado y se le ha llenado la cara de granos fruto de los dulces que le da Dieter y fruto, también, de su triste situación en un país extranjero alejada de su madre. Aminat odia cada vez más a su abuela a la que culpa de que su madre esté enferma y lejos de ella. Según Rosalinda, ésta se está convirtiendo en una segunda Sulfia.

A mí parecer la novela decae un poco a partir de aquí y sólo logra alzarse de nuevo hacia el final de la historia. Se suceden una serie de situaciones sobre la vida en Alemania que carecen del suficiente interés. Es como si la autora quisiera alargar la historia y no sabe cómo. ¿Qué opináis vosotros? Todo se basa en la capacidad continua de superación de Rosalinda, inasequible al desaliento, y la transformación de Aminat en una persona cada vez más desconocida a los ojos de su abuela.

Será a partir de la muerte de Sulfia que la novela coge nuevos vuelos pues con esta muerte Rosalinda toca fondo, depresión y enfermedad incluida, y se va operando una transformación en ella que la convierte en más humana. Por primera vez valora a su hija, ya muerta, dándose cuenta de lo buena y dulce que era (Sulfia era una flor en medio del vendaval). Hay un guiño al realismo mágico en la relación que Rosalinda establece con el fantasma de su hija, que la acompaña a todas partes y la guía y aconseja. Cesa de solucionar la vida a los demás y, por primera vez, se deja cuidar por un inglés, John Taylor, que se convertirá en su ángel de la guarda.

Aminat con dieciocho años desaparece un día para no volver jamás. Con el tiempo se convertirá en una cantante famosa de lo que Rosalinda, que vive ya con John, se enterará a través de la televisión. Han pasado nueve años y la novela termina con la formación de una nueva y peculiar familia: Rosalinda, John, Kalgánov y la otra hija de Sulfia, Lena, que aparece en Alemania ya con dieciocho años a conocer a la otra parte de su familia. El final es acorde a toda la historia: un punto de locura y un mucho de exaltación de la vida.

Plazos
Es hora de vuestros comentarios sobre esta parte y sobre toda la novela en general. A lo largo de una semana comentaremos las visicitudes y la personalidad de este peculiar trío de mujeres así como todo aquello que se os ocurra sobre esta original novela escrita a caballo entre dos mundos.

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Sin mí, nada funcionaba

26 May

Kibbe Nayye (Cordero tártaro). Foto en flickr de feministjulie. Algunos derechos reservados.

Los platos más picantes de la cocina tártara arranca con una cita sobre las palabrotas y maldiciones en tártaro que está cargada de simbolismo sobre lo que nos vamos a encontrar en esta novela: las siguientes palabras no están por tanto pensadas para uso propio, sino simplemente para la comprensión de una situación. Diccionario tártaro (alusión directa, ya desde el título también, a este pueblo que es el origen tanto de la autora como de la protagonista y cuya idiosincrasia, adivinamos, configura la personalidad de Rosalinda). Comprensión de una situación: toda una invitación a comprender a la mujer que es el alma de esta historia. ¿Alguna opinión diferente por vuestra parte sobre esta cita?

La acción comienza en 1978 en algún lugar de Rusia. Rosalinda, mujer de mediana edad pero que se conserva todavía muy bien, nos narra la historia. Ella es un dechado de saber estar y de manejarse en el mundo, no así su hija única, Sulfia, que no se le parece en nada, (no escatima adjetivos negativos para describirla), y que se acaba de quedar embarazada con 17 años porque una noche había soñado con un hombre. No hay padre, no se sabe qué ha pasado. Ambas y su marido, Kalgánov, viven en un piso comunal (propio de la época soviética) con “la bruja” de Klavdia, una supuesta comadrona a la que Rosalinda pide inmediatamente ayuda para hacer que Sulfia aborte. Después de diversos intentos, a cual más delirante, Sulfia aborta pero meses después, cuando ya es demasiado tarde, comprueban que abortó un feto pero que había otro. Así que nace una niña a la que Rosalinda pone el nombre de su abuela: Aminat, otro nombre, como todos, tártaro y, por tanto, de origen árabe, aunque todas tienen versiones rusos de sus nombres que Rosalinda se niega a utilizar. Aminat, una niña que no para de gritar, se parece, como no, a su abuela, y ésta lo toma como una señal para dedicarse en cuerpo y alma a ella. Mi nieta Aminat tenía suerte. No había heredado ni la flema ni la fealdad de su madre. Tenía mis ojos, profundamente negros y almendrados, rizos negros un poco ondulados, nariz tierna y una cara con una expresión muy inteligente. A cualquier persona se el ve desde el nacimiento si es lista o no. En el caso de Sulfia también lo vi desde el primer momento y no me equivoqué. Probablemente se debía a que Sulfia había sido engendrada por mi marido en la cama y Aminat por un extraño en sueños. Pero Aminat es una niña problemática que va a dar mucha guerra.

Toda la narración está plagada de humor negro, situaciones hilarantes y delirantes, numerosas alusiones a la situación de escasez y corrupción de la URSS como al ocultamiento de las raíces tártaras de la familia con lo que sacamos en conclusión que no estaba muy bien visto en la antigua Unión Soviética proceder de otros pueblos con costumbres que les alejaran de la uniformización soviética, algo que Kalgánov, también tártaro pero un comunista convencido, abraza con absoluta entrega. Una cosa que me ha llamado la atención es que las vidas de los personajes de la novela son muy diferentes a las de los países occidentales: la relación entre hombres y mujeres y los papeles de ambos en la sociedad, el peso de la tradición, el estilo de vida… Es como si vivieran unos treinta años por detrás. En los ochenta los punkis, el poder de la música, las drogas arrasaban en Europa así como sistemas políticamente democráticos, mientras que el conglomerado de pueblos que era la URSS se venia abajo con sus escaseces, corrupción, falta de libertades… ¿Qué opináis?

Sulfia huye de la casa paterna llevándose a la niña y Rosalinda acaba encontrándolas en una situación lamentable: el cuarto era pequeño y sucio. Aminat estaba sentada en la cuna y se me quedó mirando. La carita y todo su cuerpo estaban llenos de manchas verdosas. Tenía varicela. Rosalinda se vuelva a encargar de la niña y Sulfia no se atreve a aparecer por la casa. Rosalinda cura siempre con remedios naturales, de origen tártaro suponemos, que resultan ser muy efectivos. Aminat pasa cinco años con su abuela, siendo “exquisitamente” educada como no podía ser de otra manera. Pero Sulfia, sorprendentemente, se casa con un físico, Sergéy, y se vuelve a llevar a la niña, y Rosalinda, finalmente, se da por vencida en lo que respecta a recuperar a su nieta pero busca la reconciliación (nos volvimos una familia civilizada) en una comida en la que las delicias tártaras (que nunca ha sabido cocinar pues se crió en un orfanato) son las protagonistas. Y lo consigue. Rosalinda siempre se sale con la suya. Va a casa de la pareja y cuida de Aminat y de todo tipo de labores. Porque Rosalinda, aunque se pregunta en un momento dado si es una mujer mala, no lo es en absoluto. ¿Qué opináis vosotros? Yo creo que es buena, intervencionista como dice Yago (o manipuladora según se vea), pero buena, con una energía arrolladora, tanta, que su marido la abandona por otra mujer. Ella, en vez de sentirse triste o despechada se siente liberada y se lanza al “mercado” de los hombres, otra parte de la novela muy divertida, porque ella es una mujer guapa, atractiva, que se conserva muy bien y que vuelve locos a los hombres, faltaría más. Además, con el abandono del marido, consigue que su hija comience a quererla por primera vez. Pero Sergéy abandona también a Sulfia por otra y ésta cae en una depresión profunda por lo que es de nuevo Rosalinda, ya liberada de tener que cocinarle continuamente al inútil de su marido que se pasaba el día comiendo, la que se ocupa de todo: de la hija, de la nieta, de la casa, de conseguir comida… Aminat tiene ya siete años en los rasgos de su cara se había fijado cierta dureza, y si se le miraba a los ojos, uno podía sentir miedo, se escapa de casa, vagabundea por el barrio, saca malas notas, se porta mal en clase… pero Rosa pone remedio y consigue también levantar a Sulfia de la cama.

Sulfia conoce a un nuevo hombre, esta vez un judío, Rosenbaum y se queda embarazada casi al momento. Rosalinda vuelve a hacer de maestra de ceremonias en las presentaciones de ambas familias. Nace una nueva niña, el nuevo bebé era claramente Rosenbaum. Tenía incluso la misma calva que su padre […] Este bebé no era mi niña, sino la de todos. Era muy fea. Los Rosenbaum en pleno deciden emigrar a Israel buscando una nueva vida y cuando Rosalinda, horrorizada, se entera de que, obvio, se van a llevar a Aminat, no se le ocurre otra cosa, vistas las nulas posibilidades de impedirlo, que suicidarse: sin Aminat estaba sola y mi vida no tenía sentido. Y ahí detenemos nuestra lectura. ¿Qué pasará con Rosalinda?

Plazos
Es hora de vuestros comentarios sobre esta primera parte. Espero que sean numerosos. También podéis comentar sobre los personajes principales, el papel que cada uno tiene en la historia, o el porqué Rosalinda no puede vivir sin Aminat. Mientras, continuaremos leyendo a lo largo de una semana a partir del capítulo “Otra vez a solas” (Pág. 153) hasta el final de la novela.

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Los platos más picantes de la cocina tártara: la historia de tres generaciones de mujeres

17 May

Danza de la república de Tatarstan. Foto en flickr de Sanfora Q8. Algunos derechos reservados.

Los platos más picantes de la cocina tártara es una novela diferente, original, amena, fresca que desde un punto de vista tragicómico te divierte y te hace reflexionar a partes iguales.

Está narrada en primera persona por el personaje de Rosalinda, mujer de armas tomar y verdadera protagonista de esta historia. Podríamos decir que la novela es casi únicamente Rosalinda, una fuerza de la naturaleza, con un carácter incombustible, dominante, manipulador que se ve condenada a verse siempre rodeada de personajes más débiles por lo que su lema en la vida es yo sólo quiero lo mejor para todo el mundo. Desde su punto de vista ella es un modelo de bondad y perfección y, a veces, a pesar de sus connotaciones negativas, el lector estará de acuerdo, llegando incluso a sentirse identificado con ella. Esta mujer rusa de origen tártaro, condición que lleva con cierto pesar pero que la configura de una forma notable, nos pasea por una Rusia cada vez más empobrecida a finales del imperio de la Unión Soviética. Casada con el débil Kalgánov, un miembro del sindicato que ensalza la supremacía soviética sobre sus raíces tártaras, tiene una hija, Sulfia, a la que su madre considera fea, insegura, tímida, débil y sin personalidad. Es su gran decepción. Ésta se queda embarazada de un desconocido a los diecisiete años y llega a este peculiar hogar Aminat, la tercera protagonista de esta historia junto a su madre y a su abuela. Rosalinda pone sus esperanzas en esta niña y desde el principio intentará tomar las riendas de la vida de Aminat con el objetivo de convertirla en su sucesora. La vida es difícil en esos tiempos y la avispada Rosalinda, a la que no se le pone nada por delante, tiene que echar mano de sobornos, triquiñuelas y mucho ingenio para poder salir a flote. Cuando el colapso de la Unión Soviética es un hecho, las tres emigran a Alemania, a través de un matrimonio de conveniencia de Sulfia con un alemán, amañado por la abuela, a comenzar una nueva vida en el mundo occidental que imaginan pleno de oportunidades. Y hasta aquí llego con la sinopsis, no quiero desvelar mucho más. Además la novela hay que leerla pues se compone de una sucesión de acontecimientos de la vida cotidiana de estas tres mujeres a cual más surrealista y cómico.

En esta novela escrita por una mujer sobre tres generaciones de mujeres, no es difícil adivinar un transfondo autobiográfico de la vida de la autora, Alina Bronsky. Su propia experiencia (infancia en los Urales y juventud en Alemania) le sirve para retratar la vida de tantos emigrantes procedentes de la ex – Unión Soviética que tuvieron que marcharse a Occidente cuando la pobreza y la corrupción asoló estos territorios. Una mezcla de experiencias a caballo entre dos sociedades totalmente diferentes, una personalidad híbrida en medio de dos culturas y sociedades tradicionalmente antagónicas y enfrentadas. Detrás de todas las vicisitudes que viven estas mujeres, en Los platos más picantes de la cocina tártara se esconde una intensa y apasionante historia social de esta parte del continente.

Las tres generaciones de mujeres son reflejo de tres momentos históricos diferentes. Rosalinda echa de menos el brillo del pasado tártaro en una antigua URSS como ella, dura de carácter y firme en sus creencias y convicciones. Sulfia se ha formado bajo el dominio y manipulación de su madre lo que le ha convertido en una mujer pasiva y débil, que crece con inseguridad y temor. Mientras que Aminat nace ya en otro mundo, entre ambas personalidades tan opuestas, y llega a la adolescencia, ya en Alemania, habiendo roto las raíces con el pasado lejano de su abuela y el presente sumiso de su madre. Aminat, rebelándose contra la tiranía de su abuela, mira al futuro en el marco ya de una sociedad capitalista y occidental donde se va a configurar como mujer.

La novela se compone de capítulos muy breves lo que le da un ritmo ágil a la historia. Muy bien narrada, con personajes excelentemente construidos y un lenguaje vivo, directo, arrollador, irónico y cínico, Los platos más picantes de la cocina tártara se trata de una novela escrita con un humor muy inteligente, autenticidad y humanidad. La novela es un canto a la libertad, a la vida más allá de la mera supervivencia, a la ruptura de cadenas, a empezar de nuevo, a reinventarse a cada momento cuando las cosas no salen como se habían imaginado. La trama se mueve alrededor de la lógica tensión surgida entre personalidades claramente antagónicas, sobre todo las de Rosalinda y Aminat poseedoras ambas de una gran fuerza y autonomía y, de fondo, la dulzura y la ejemplaridad de Sulfia.

El título es una metáfora sobre el estilo picante que muestra su autora, así como la personalidad también picante de la protagonista. Hay que paladear con placer esta lectura como se paladea la comida y si, además, es picante, como lo es Rosalinda, nos dejará esa fuerza y ese calor en el paladar.

La escritora Espido Freire ha dicho de esta novela: quiero recomendarla de todo corazón. La narradora es maravillosa, insoportable, histriónica. Hace cosas terribles, habla con dios, pero es tan divertida, tan inteligente, tan manipuladora…

Para terminar os dejo una última y breve información sobre el pueblo tártaro: los tártaros es un nombre colectivo que se aplica a los pueblos túrquicos de Europa oriental y Siberia. El nombre deriva de una tribu mongol que habitaba el noroeste de la actual Mongolia en el siglo V. Se utilizó por primera vez para describir a los pueblos que dominaron partes de Asia y Europa bajo el liderazgo mongol en el siglo XIII. Antes de la década de 1920, los rusos utilizaban la palabra Tartar para designar a numerosos pueblos, desde los turcos azeríes a las tribus de Siberia. En la actualidad, la mayor parte de los tártaros viven en el centro y en el sur de Rusia (la mayoría en Tartaristán). A finales del siglo XX suponían más de 10 millones. Una buena parte de los tártaros son musulmanes suníes pero también hay muchos tártaros cristianos ortodoxos. El dominio ruso ha supuesto, en buena parte, su asimilación y rusificación, aunque en 1920 se proclamó su autonomía y en 1990 fue aprobada la Declaración de la soberanía estatal de la República de Tatarstán (Fuente: Wikipedia).

Plazos
Vamos a dividir la lectura en dos partes. La primera nos llevará, a lo largo de más o menos una semana, al final del capítulo “Mi despedida” (Pág. 152). Podéis ir dejando en este post vuestras primeras reacciones sobre la lectura, para ya analizar la primera parte más profundamente en el siguiente post. ¡Buena lectura!

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Nuestro próximo libro: LOS PLATOS MÁS PICANTES DE LA COCINA TÁRTARA

11 May

Portada de «Los platos más picantes de la cocina tártara» – Nuevos tiempos Siruela

Seguimos en Europa y seguimos con autoras. Esta vez le toca el turno a Alina Bronsky (Ekaterimburgo, Rusia, 1978) una escritora joven de origen tártaro pero nacionalizada alemana. El libro está escrito en alemán y la acción se desarrolla en Rusia y en Alemania. Su carrera literaria es corta. Este es su segunda novela pero ya la primera, El parque de los cristales rotos, fue todo un bestseller.

Los platos más picantes de la cocina tártara (2010) lleva el mismo camino. No en vano, el diario Der Spiegel ha declarado a la novela como el debut literario más interesante de la temporada. Humor negro, lectura fácil y amena, historias hilarantes las de las tres mujeres protagonistas: abuela, madre e hija. Una tragicomedia familiar para relajarnos después de varias lecturas densas. ¡Ah!, y a pesar del título os prometo que no es un libro de cocina, aunque alguna receta sí que hay…

Desde mañana lunes 12 podéis recoger vuestro ejemplar en la Biblioteca Forum. Los que vivís fuera de Coruña disponéis de una semana para conseguir el libro editado por Siruela.

No os olvidéis de devolver vuestro ejemplar de Una desolación. Gracias.

Nos vemos en una semana para empezar a «hincarle el diente» a esta nueva novela.

Etiquetas: Alina Bronsky, familia, humor negro, literatura alemana, literatura rusa, mujer, pueblo tártaro, tragicomedia

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  • Categorías Los platos más picantes de la cocina tártara
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Tuit-Encontro con Laura Freixas

10 Abr

laura-freixas-cartel

O Club de Lectura dos Luns da Biblioteca Forum Metropolitano de A Coruña, inicia este segundo cuatrimestre unha serie de citas na nube cos autores das obras lidas. Trátase de utilizar a ferramenta Twitter para establecer un encontro virtual cos escritores, os denominados Tuit-Encontros.

O primeiro destes tuit-encontros será coa escritora Laura Freixas, @LauraFreixas, que estará ó outro lado da pantalla o vindeiro 21 de abril de 12:00 a 12:40 horas. Dende a conta de Twitter de Bibliotecas Municipais, @bibcoruna, lideraremos dito encontro.

O diálogo pode seguirse a través dos hashtag #tuitencontros e #laurafreixasbmc.

O encontro estará aberto a calquera persoa que queira interactuar e trasladarlle á escritora as reflexións, dudas ou preguntas das súas obras.

Unha oportunidade única para charlar en torno á obra Madres e hijas así como dalgún dos últimos libros desta escritora como son Los otros son más felices ou Una vida subterránea.

Laura Freixas
Laura Freixas (Barcelona, 1958) estudou no Liceo Francés da súa cidade. Licenciouse en Dereito en 1980, pero dedicouse sempre á escritura. Deuse a coñecer en 1988 cunha colección de relatos, El asesino en la muñeca.
A súa obra e Madres e hijas
Paralelamente á súa obra narrativa, Laura Freixas desenvolveu un intenso labor como estudosa e promotora da literatura escrita por mulleres. En 1996 coordinou e prologou a antoloxía de relatos de autoras españolas contemporáneas, Madres e hijas (que chegou ás 9 edicións no primeiro ano), e en 2000 publicou o influínte ensaio Literatura y mujeres.

Nas Bibliotecas Municipais podes encontrar as súas obras, consulta a súa dispoñibilidade no Catálogo.

Etiquetas: feminismo, Laura Freixas, literatura española, mujer, tuitencontros

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  • Categorías Actividades literarias nas nosas bibliotecas, General
  • Autor Ciberclub de lectura

La escritora Nancy Huston y su libro “Reflejos en el ojo de un hombre” en el Día de la Mujer

7 Mar

Dentro de la programación especial que las Bibliotecas Municipales de A Coruña dedicamos este año al Día Internacional da Muller, queremos destacar a:

Nancy Huston (1953) es una escritora canadiense en lengua francesa e inglesa que vive en Francia desde los años setenta. Allí fue alumna de Roland Barthes y participó en el «Movimiento de Liberación de las mujeres» (MLF), lo que la convirtió en una activa feminista muy comprometida. Fue en ese periodo en el que se inició en el ensayo. Pronto comenzó a escribir novelas y también libros para niños pero nunca ha dejado de escribir ensayos y artículos sobre la condición femenina y los derechos de las mujeres.

Pero lo que la trae a nuestro Club en este Día de la Mujer es su reciente libro Reflejos en el ojo de un hombre (Galaxia Gutenberg, 2013), polémica obra en la que disecciona las teorías de género. Cuando se publicó en Francia en 2012, el feminismo institucional reaccionó con desagrado porque Huston pone en cuestión algo que se da por sentado: que las diferencias entre hombres y mujeres son el resultado de la educación y la sociedad. Huston sostiene que los seres humanos están programados para reproducirse como el resto de los mamíferos, y en ese proceso de reproducción la seducción y la coquetería juegan un papel esencial y es la hembra la que seduce y coquetea para lograr la reproducción. Esta polémica afirmación que la autora desarrolla y fundamenta ampliamente en su libro echa por tierra el papel que juega la sociedad y la educación en las diferencias entre hombre y mujer.

Simone de Beauvoir decía que no se nace mujer, pero Nancy Huston replica que el sexo determina una serie de actitudes que es inútil negar. En una entrevista concedida a Miguel Mora en el diario El País, hace ahora un año, la autora afirma: las feministas siempre han considerado que las mujeres son “obligadas” por el hombre a ponerse guapas, y eso les parece mal. Pero la coquetería y la seducción son universales. Actúan como motor de la reproducción, y el 80% de las mujeres que nacen tienen hijos. No sirve de nada negarlo. La igualdad está muy bien, pero para conseguirla es necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos, y que mientras nosotros negamos esas diferencias, el capitalismo las exacerba con toda tranquilidad.

Huston pone en evidencia las contradicciones de nuestra sociedad que, por un lado, niega tranquilamente la diferencia entre los sexos, mientras, que por otro, la exacerba a través de la industria de la belleza y de la pornografía. Asimismo, la autora, explora en este libro las tensiones introducidas en la sexualidad en los países occidentales por dos fenómenos contemporáneos: la fotografía y el feminismo. Para argumentar sus teorías, se vale del caso de mujeres conocidas como las escritoras Anaïs Nin, Nelly Arcan (que fue prostituta antes que escritora), Fátima Mernissi o la actriz Marilyn Monroe, así como de ella misma.

Para Huston, continúa en la entrevista, el argumento surge de la primatología, sí, porque no podemos comprender el mundo sin entender que somos también mamíferos llamados por la naturaleza a reproducirnos y a mejorar la especie. Pero también hay una visión histórica, social, psicológica. Y añade: la razón, en mi opinión, es que el cuerpo de la mujer existe antes que nada para ser fecundado, tiene ese carácter sagrado. Mientras el hombre no tiene nada de sacro: solamente necesita ir esparciendo su semen por ahí. Esa diferencia lo condiciona todo, es universal, y por eso sucede en todas las sociedades.

La mujer es el origen del mundo, y el hombre siempre ha tendido a reglamentar su derecho de posesión sobre la mujer, continúa Huston. Pero con la llegada de la fotografía y el cine la relación cambió de una forma espectacular. Las mujeres comenzaron a querer ser como las actrices de las películas y las modelos, a querer tener ropa bonita y a estar guapas, y el capitalismo aprovechó para desarrollar varias industrias millonarias: la de la belleza y la moda, la de las dietas, los fármacos y la cirugía estética, y, sobre todo, las de la pornografía y la prostitución. Todo eso ha aumentado la vulnerabilidad del hombre ante la visión de una mujer bella, creando millones de adictos al sexo, y ha llevado a las mujeres a querer ser cada vez más guapas durante más tiempo, o a intentarlo al menos, maquillándose, operándose, rehaciéndose hasta el infinito.

Y para continuar con la polémica afirma: el feminismo más puritano, ese que piensa que la sexualidad y la belleza son malas, nunca ha sabido qué hacer con la coquetería. Pero esa tendencia, lejos de disminuir, cada vez va a más. ¿Es acaso un complot de los hombres? ¿Quizá las mujeres somos tontas? La libertad de las mujeres pasa por desnudarse cada vez más, por reconstruirse y retocarse.

¿Y vosotros, qué opináis? Os animo a leer este libro, a mí me hizo pensar mucho y cuestionarme ideas que tenía sobre el tema. Por este motivo lo traigo al Club en el Día de la Mujer. Estos extractos de la entrevista de Miguel Mora además de crear polémica (lo cual es bueno) son sólo un apunte de muchas más teorías, reflexiones y conclusiones a las que llega Nancy Huston en el libro Reflejos en el ojo de un hombre.

Etiquetas: Día de la Mujer, feminismo, mujer, Nancy Huston, polémica

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