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Listo otra vez para encarar la vida

16 Feb

Llegamos a la tercera y última parte en la que hemos dividido nuestra lectura. Por fin vamos a saber cómo terminan las dos historias, los dos encuentros de nuestros protagonistas, que dejamos inacabadas en la segunda parte: Niza, 1937 y Sorrento, 1966. Hay una frase que podría resumir ambos: cierta clase de hombres –y él era uno de ellos- no tenía más alternativa que los caminos sin retorno. Del lío en el que se ve envuelto en Niza, Max sale huyendo camino a Nueva York (abandonando a Mecha de nuevo debido a un incierto futuro en el que peligra su vida), y del presente en Sorrento se aleja hacia la nada, silbando “El hombre que desbancó Montecarlo”. Hay varias menciones a este tema musical que silba cuando, arruinado en sucesivas veces, se marcha hacia otro lugar con aparente indiferencia (y con elegancia, añadiría yo. Algo que nunca abandona a Max, tanto en sus maneras como en su esencia). La última mención, que cierra el libro, le conduce hacia la nada, abandonando de nuevo, e imaginamos que ya para siempre, a Mecha. Es el destino de los hombres como Max. Hombres que vienen de un barrio humilde, de la pobreza, de la nada, y que se inventan a sí mismos saliendo de ese agujero como pueden. Hombres que si, por el camino, se les cruza una mujer como Mecha Inzunza, que proviene del otro extremo del escalafón social, saben que nunca podrán estar con ella. La diferencia de clases es insalvable: eras un sueño hecho carne –él medita la respuesta, esforzándose en ser preciso -. Un misterio de otro mundo. Jamás imaginé que tuviera derecho. Pero a esto hay que añadir también el rencor, el rencor de clase que nunca le abandona: De pronto, él siente el impulso de explicar de nuevo lo que ella sabe de sobra. De permitir que aflore un poco del antiguo rencor. –Nunca te preguntaste cómo ve el mundo la gente sin dinero, ¿verdad?… Cómo abre cada mañana los ojos y se enfrenta a la vida. Lo mira sorprendida. No hay aspereza en el tono de Max, sino una certeza fría. Objetiva. – Tú nunca sentiste la tentación – sigue diciendo él – de hacer una guerra particular contra los que duermen tranquilos sin angustiarse por lo que comerán mañana… Contra los que se acercan cuando te necesitan, te elevan cuando les conviene y luego no te dejan mantener erguida la cabeza. – Yo sí tuve la tentación. Y hubo un tiempo en que creí poder ganar. Dejar de verme zarandeado en mitad de este carnaval absurdo… Tocar cuero de calidad en los asientos de los automóviles de lujo, beber champaña en copas de cristal fino, acariciar a mujeres bellas… Todo lo que tus dos maridos y tú misma tuvisteis desde el principio, por simple y estúpido azar. Por eso nunca tuvo la menor importancia que te amara, o no. – Para mí la habría tenido. – Podías permitirte ese lujo. También ése. Yo tenía otras cosas de qué ocuparme. Amar  no era la más urgente.

Me he permitido transcribir este largo diálogo entre Max y Mecha porque creo que contiene la verdad de la imposibilidad de este amor. De la imposibilidad, sobre todo, de Max de hacer real ese amor: – Sí – ella apoya de nuevo la cabeza-. Esta noche te creo. Quizá también tú me amaste toda tu vida. – Es posible. Quizá te ame ahora… ¿Cómo saberlo? – Claro… ¿cómo saberlo?.  En lo que respecta a Mecha, a lo largo de la novela, y sobre todo en esta tercera parte, creo que queda claro lo que siente por Max. Siempre estuvo enamorada de él (Por el amor de Dios. Estuve enamorada de ti desde que bailamos aquel tango… Durante casi toda mi vida). Y perpetúa ese amor en el hijo que ha tenido de él. Porque no hay duda, aunque Max no se lo quiera creer, de que Jorge es su hijo: – Cada vez que acariciaba a mi hijo, cuando era pequeño, creía estar acariciándote a ti. Y aún me ocurre cuando lo miro. Te veo en él. Su sonrisa, Max… ¿De verdad no reconoces esa sonrisa?.

El tema principal de esta novela, y el más logrado, junto con la historia del tango, es el amor entre los dos protagonistas, por ese  motivo me extiendo en ello. El asunto de los espías en Niza y el reto final que le plantea Mecha en Sorrento (con el que da la oportunidad de recuperar los viejos tiempos): robar los cuadernos de ajedrez del jugador ruso, con desastrosas consecuencias, son meras excusas para desarrollar este amor y su imposibilidad y para darle acción, aventura e intriga a la novela. Está muy lograda la estructura a manera de acciones paralelas y muy semejantes: trepar hasta llegar al botín, conseguirlo y terminar envuelto en sendas escenas muy violentas de las que consigue salir ileso. El final de la novela es hermoso, sublime, romántico, a la altura de un perdedor del tamaño de Max. Quizá algo irreal pues  no es muy creíble que a sus sesenta y cuatro años pueda resistir semejante tortura, pero, bueno, son licencias del autor que podemos permitirle. Al fin y al cabo es literatura.  

El tango que da nombre al título, el que compone Armando de Troeye con gran éxito, había perseguido a Max por medio mundo, causándole siempre una sensación de vacío, ausencia o pérdida: una nostalgia feroz, agudamente física, del cuerpo de Mecha Inzunza. De sus ojos dorados mirándolo muy próximos y muy abiertos, petrificados por el placer. De la carne deliciosa que seguía siendo tibia y húmeda en su memoria, que con tanta intensidad recordaba. El sexo, el placer. Tan importantes en su relación. Porque Max es todo lo que se puede permitir en este amor imposible. Placer y peligro ha sido su vida. Algunos habéis comentado ese sexo tan violento y con ausencia de amor. Pero, insisto, el amor a Max le está prohibido en esa relación tan desigual, así que lo canaliza a través de algo en lo que es experto, no en vano es un hombre muy atractivo que ha seducido a miles de mujeres a lo largo de su vida. Un placer puesto al servicio de tocar el cielo de los que lo tienen todo y, de paso, aprovecharse de algo de sus fortunas para poder vivir. Max es un aventurero que vive de su sable y su caballo. A punto de irse de Niza le dice a Mecha: creo que en el mundo de hoy la única libertad posible es la indiferencia. Por eso seguiré viviendo con mi sable y mi caballo.

Me gustaría que opinarais, a modo de conclusiones finales, sobre todo lo que he escrito acerca de este amor imposible. Y sobre los personajes, las acciones paralelas, lo que os ha gustado y lo que no y sobre todo lo que queráis. Le dedicaremos, más o menos, una semana a vuestros comentarios, que espero que sean muy numerosos.

Para terminar, os dejo un enlace de Youtube en el que podréis escuchar la larga e interesantísima entrevista que le hizo Cayetana Guillén Cuervo a Arturo Pérez Reverte en el Teatro Español, con motivo de la salida al mercado de El tango de la Guardia Vieja, el 26 de noviembre de 2012, ¡con tango en directo incluido! No os la perdáis, y, de paso, la podemos comentar. 

Juego de espías

6 Feb

En esta segunda parte que vamos a analizar finaliza la historia de Buenos Aires y comienza la de Niza que transcurre en 1937. Entre ambas, y como en todo el libro, la historia que sucede en el presente de 1966 en Sorrento sigue su curso entrelazándose con los encuentros de Mecha y Max en el pasado.

Max y Mecha, después de su feroz encuentro sexual, pasean por el barrio de Barracas. La mujer quiere conocer los orígenes del hombre con el que acaba de hacer el amor y que, yo creo que queda claro, le gusta mucho. ¿Por qué yo?, le pregunta Max y Mecha contesta: hay hombres que tienen cosas en la mirada y en la sonrisa. Hombres que llevan una maleta invisible, cargada de cosas densas. Además, eres guapo y tranquilo. Endiabladamente apuesto… Me gusta esa cabeza fría que tienes, Max. Tan parecida a la mía, en cierto modo. Sí. Me gusta esa incapacidad mía para fiarme de ti. También creo que está claro que a Mecha le gusta el peligro, lo oscuro, transitar por el lado salvaje de la vida. Es joven, rica, algo soberbia, segura de sí misma y con todo el mundo a sus pies. ¿Creéis que a Mecha le interesa verdaderamente Max o es sólo un juego? Ella tiene verdadera curiosidad por su pasado y Max le cuenta algo de su paso por la Legión, obviando la incertidumbre, horror, muerte y miedo que sintió. Su inicio en el tango, en París, de manos de Boske, una bailarina húngara que fue su amante. Pero también le oculta que era heroinómana. Max es prudente, reservado, quiere mantener a toda costa su imagen de galán ante ella.

Mientras escribo este post escucho tangos, adoro el tango y esta lectura me lo ha vuelto a traer. Agradezco a Francisco sus videos sobre él. Además de “Mano a mano” y “Sur”, estoy escuchando “Las 40” cuya letra, creo yo que resume muy bien la esencia del tango. Escuchadlo. El tango es toda una lección de vida. ¿Alguno de vosotros baila el tango? Yo estoy pensando en aprenderlo. Siempre he querido. ¿Os imagináis a Max y a Mecha bailándolo en La Ferroviaria? Yo sí. El autor consigue esto y más con su prosa brillante. Después de ese tango, las cosas van a mayores. Todo se desborda. Drogas, sexo, el marido voyeur complacido (sonaba la risa gozosa del marido), hasta llegar a este diálogo: creo que me estoy enamorando de Max… ¿No te importa, Armando? – En absoluto, mujer. Yo también lo amo. Pero a Max le urge otro interés, no en vano el autor define su encuentro sexual con Mecha así: él se hundió en la carne de la mujer con desesperada violencia, más cercana a un ajuste de cuentas que a un acto de pasión, o de amor. ¿Qué opináis vosotros? Porque finalmente Max le roba el collar de perlas a Mecha y lo vende en Montevideo por tres mil libras esterlinas, y no pierde la ocasión de acostarse con otra mujer. ¿La verdadera esencia de Max? ¿Qué pensáis? Max pierde a Mecha por un puñado de dinero y se va lejos y continúa con su vida de ladrón de guante blanco hasta un nuevo encuentro, no esperado, con Mecha en Niza, año 1937.

Max coincide con Mecha en una situación complicada para él, pues en plena Guerra Civil española y a las puertas de la 2ª Guerra Mundial, unos espías del Duce, por un lado, y un espía de la República, por otro, le piden que consiga, por motivos diferentes, unas cartas comprometedoras de Tomás Ferriol (a todas luces, es un personaje basado en el banquero Juan March) sobre su apoyo monetario a la sublevación de Franco contra la República española. Max se ve atrapado por esta situación (hay amenazas de delación de su pasado turbio) y el encuentro con Mecha no viene más que a complicar las cosas ya que Mecha es íntima de la hermana de Ferriol. En ese encuentro Mecha le deja caer lo que significó Max para ella: y entonces apareciste tú. En el momento exacto en el que debías aparecer […] Qué estúpido fuiste, querido. Y Max no huye del lío que se le viene encima, aunque se lo plantea por un momento, en el fondo le gusta lo que está pasando. Recupera a Mecha pero es un mal momento para él y tiene que pensar, ante todo, en salvar su pellejo. Una vez más sus caminos se cruzan pero el horno no está para bollos.

Mientras tanto, en el tiempo presente, está teniendo lugar el Premio Campanella de ajedrez en Sorrento, un duelo entre Keller, el hijo de Mecha, y Sokolov, el campeón mundial de nacionalidad rusa. Un preámbulo del título mundial que se jugará cinco meses después en Irlanda, en el que serán ellos mismos los que se lo disputarán. Son tiempos de la guerra fría, de la amenaza de guerra nuclear, y los rusos quieren ganar, también en el ajedrez. Sus únicos rivales reales son el chileno Keller y el norteamericano Bobby Fischer. Las partidas se suceden mientras Mecha y Max van desgranando sus recuerdos ya en el declive de la vida. Max reflexiona, a través del autor, con sabiduría: durante la mayor parte de su vida intentó sobrevivir en ese mundo, adaptándose a un escenario que, al derrumbarse, acabaría arrastrándolo. Cuando eso ocurrió, era demasiado tarde para empezar de nuevo. Mecha introduce una duda en él: ¿es Max el verdadero padre de su hijo? No se aclara, por ahora, la cuestión. Pero a Max le espera una sorpresa, “la variante Max” como la llama Mecha. La variante Max. Y esa, querido, la jugarás tú. – ¿Por qué? – Tú sabes por qué… Aunque tal vez seas tan estúpido que resulte que no. Que no lo sabes. Ésta quiere algo de él, todavía no vamos a saber qué es pero tiene que ver con el ajedrez, con su hijo, que es ahora el motor de la vida de Mecha. Uno de sus dos ayudantes, la novia Irina y su entrenador de toda la vida, el armenio Emil Karapetian, le están traicionando. Al final de esta segunda parte de la lectura sabremos que es Irina quien le traiciona. ¿Qué prueba le tendrá preparada Mecha a Max? El ajedrez también es un juego de espías.

Plazos

Comentaremos esta segunda parte a lo largo de una semana mientras continuamos leyendo desde el capítulo 9-La variante Max, hasta el final de la novela. ¡Espero vuestros comentarios! Me gustaría que opinaráis sobre los diferentes personajes, tanto principales como secundarios.

 

El tango

27 Ene

La introducción nos presenta a los tres protagonistas a bordo del Cap Polonio camino de Buenos Aires en 1928: Armando de Troye, un famoso y adinerado compositor de 43 años (su personaje se basa en el músico Falla) que quiere componer un tango por una apuesta que ha hecho con Ravel. Mecha Inzunza, su joven mujer, veinticuatro años, que le acompaña y Max Costa, veintiséis, un joven delgado y apuesto, vestido de etiqueta: el bailarín profesional del barco, encargado de entretener a las señoras de primera clase que viajaban sin pareja o cuyos acompañantes no bailaban. Max baila con Mecha mientras Armando los contempla.

Los trece capítulos en los que está dividida la novela son largos y están, a la vez, divididos en lo que podríamos llamar subcapítulos en los que se van alternando las diferentes épocas en las que transcurre la acción. En estos cuatro capítulos que vamos a analizar se alterna la acción que transcurre en 1928 con la que transcurre en 1966. A veces se suceden varios subcapítulos de la misma época para saltar a la otra o, bien, se alternan una y otra. Esta inteligente estructura nos va dando datos de los protagonistas en el pasado, cuando comienza la historia, y de estos mismos, treinta y ocho años después, con toda una vida a sus espaldas. Pérez-Reverte va dosificando la información con alusiones certeras a otras épocas que van completando a los personajes.

Comienza el primer capítulo en el presente de los protagonistas: Sorrento 1966. Encontramos a Max Costa con sesenta y cuatro años, convertido, desde hace tres años, en chofer de un importante doctor viviendo en la playa absurda donde la resaca de la vida lo arrojó tras el naufragio final. Max fue bailarín y ladrón de guante blanco (aunque no siempre el guante fuera blanco del todo) que supo aprovecharse del ambiente refinado en el que se movía, y sobre todo de las mujeres ricas a las que engatusaba para después robarlas o sacarles dinero para mantener su tren de vida. Él fue el mejor de todos. Mantuvo siempre el compás impecable en una pista, las manos serenas y ágiles fuera de ella, y en los labios la frase apropiada, la réplica oportuna, brillante. Eso le hacía simpático a los hombres y admirado por las mujeres. Pero algo ha fallado en su vida puesto que le convertido en un criado. Se nombra una temporada larga en prisión y un grueso expediente en los departamentos policiales de media Europa y América. Max lleva su nueva vida con naturalidad y una actitud digna pues, y él lo sabe muy bien, podría haber sido peor. En este retiro sorrentino ya en el declive de su vida, Max se vuelve a encontrar, por tercer vez en su vida, con Mecha Inzunza. Un encuentro casual que hace que su corazón lata a cien por hora y que le hará pasarse por un gran señor (dignidad obliga) para volver a estar con la única mujer que le importó de verdad. Todo ello le rejuvenece y le convierte en alguien audaz de nuevo que juega, como el hijo de Mecha, al ajedrez de la vida.

Saltamos al pasado y conocemos a la bella e inteligente Mecha. El autor se explaya repetidas veces (quizás demasiadas) sobre la belleza, la elegancia, la sofisticación, la indiferencia y la superioridad, las maneras, los vestidos, la risa (franca, serena), los ojos color miel, el cuello larguísimo, etc. de la joven y rica Mecha Inzunza. Max cae rendido ante ella y, todo hay que decirlo, ante su collar de perlas de tres vueltas, cinco mil libras esterlinas en el horizonte, y la saca a bailar repetidas veces a bordo del trasatlántico, llegando incluso a bailar a solas y sin música un tango que sellará su relación definitivamente. Está clara la atracción mutua que sienten. El marido asiste aparentemente impasible a este cortejo hasta que, motivado por el objetivo que le lleva a Buenos Aires, se acerca a conocer al joven y apuesto bailarín para que le informe sobre la historia del tango y posibles lugares a visitar donde pueda conocer mejor ese tango de la Guardia Vieja: el auténtico y originario tango que todavía existe en los arrabales (más rápido, tocado por músicos populares y orejeros. Más lascivo que elegante. Hecho de cortes y quebradas, bailado por prostitutas y rufianes). Pérez-Reverte nos da toda una lección sobre la historia del tango, interesantísima a mi parecer, sobre sus orígenes y su transformación posterior, en los salones de París, en algo más refinado que ha perdido su esencia original: el tango sentimental es un fenómeno reciente. Fue Gardel quien popularizó esas letras lloronas. En su voz, el cinismo del rufián se había hecho lágrimas y melancolía. Cosa de poetas. / Hay tangos para sufrir y tangos para matar. Armando quiere conocer ese tango para matar que todavía existe y Max se convierte en la llave, no en vano nació en uno de esos arrabales, que les va a introducir en ese mundo peligroso y atractivo, a partes iguales, por el que el matrimonio rico y ávido de emociones fuertes y juegos arriesgados siente un gran interés.

Finalmente, acaban en La Ferroviaria en el barrio de Barracas donde contemplan el tango de la Guardia Vieja en toda su esencia. Armando está entusiasmado y toma notas sin parar. Mecha calla hasta que da el golpe final saliendo a bailar con un compadrón (le gusta el riesgo), baile que es descrito con todo lujo de detalles y en el que se intuye la parte más oscura de la refinada mujer. El tango de la Guardia Vieja es el de la sumisión de la hembra […] una entrega absoluta, cómplice. Un avivar de viejos instintos, rituales deseos quemantes, promesas hechas piel y carne durante unos instantes fugaces de música y seducción.

Desde el tango bailado sin música en el Cap Polonio, Mecha no ha dejado de interesarse por Max manteniendo conversaciones con él sobre su pasado (en las que él oculta sus zonas más oscuras) a la vez que ella le ha ido contando sobre su vida y su matrimonio. Y pasa lo que tiene que pasar. Con la excusa de recoger su guante (que le ha puesto a Max en el bolsillo, a modo de flor, en La Ferroviaria para que bailara), Mecha se presenta en la pensión donde vive Max y se acometieron sin más palabras ni contemplaciones, con violencia […] un duro combate de sentidos; un largo choque de urgencias y deseos aplazados que transcurrió tenaz, sin piedad por ambas partes. Max descubre a una Mecha que susurraba procacidades impropias de una señora […] y en los lugares oportunos marcas azuladas que parecían huellas de golpes”. De nuevo el lado oscuro de Mecha.

Antes de terminar quisiera preguntaros si, como dice Kelly, la excesiva cantidad de detalles detiene la acción, si os parece que el autor abusa de ellos y si tal cantidad la consideráis necesaria.

Plazos

Os llega el turno de dejar vuestros comentarios sobre esta primera parte. Mientras lo hacéis seguiremos leyendo la novela a lo largo de una semana más o menos, hasta completar el capítulo 8 “La vie est brève” (Pág. 331).

El tango de la Guardia Vieja: una intensa historia de amor en tres tiempos

18 Ene

El tango de la Guardia Vieja es una novela narrada en tercera persona en tres tiempos y en tres lugares: Buenos Aires 1928, Niza 1937 y Sorrento 1966. La estructura, compleja y brillante, alterna, primero, los dos tiempos de 1928 (narrado en tiempo pasado) y 1966 (narrado en tiempo presente) para pasar después la narración a alternar la historia que sucede en 1937 (también narrada en pasado) con la continuación de la de 1966. Es como un puzzle que tenemos que ir armando a medida que vamos leyendo.

El tango de la Guardia Vieja es una intensa y melancólica historia de amor en la que los tres tiempos son los tres encuentros que tendrán los protagonistas, Max Costa y Mecha Inzunza, a lo largo de cuatro décadas. Y, cada uno, posee una historia de fondo: el tango en un transatlántico y en Buenos Aires en 1928, un asunto de espionaje en Niza en 1937 y una partida de ajedrez en Sorrento en 1966.

No puedo adelantar mucho del argumento sin destripar una historia que merece ser descubierta a medida que se va leyendo.

La aventura, la intriga, el sexo, el azar, el juego, la pasión, los bajos fondos y la alta clase social, la caza del hombre, el robo… todos estos temas y más nos ofrecen un Pérez-Reverte en estado puro y con una prosa más depurada que nunca, fruto de muchos años de oficio. El gusto por el detalle, la exhaustiva información sobre las diferentes épocas, la ambientación, la rigurosidad hacen de ésta, una novela muy cinematográfica que podemos visualizar sin problemas (sabido es que el autor viaja a los lugares donde va a desarrollar sus historias y toma nota de todos los escenarios y detalles, así como se documenta con libros, películas, música, revistas… No hay peor crimen en un novelista, ni sentencia más mortal para su trabajo, que aventurarse irresponsablemente por un mundo que desconoce, Pérez-Reverte dixit). No cansa tanto detalle pues el autor posee el don de ir al grano a la vez que dosifica perfectamente la intriga salpicada con unos diálogos excelentes muy elaborados (¡y sus silencios!) que hacen avanzar la historia. Yo me la he leído de un tirón estas navidades y me ha mantenido en vilo a la vez que su escritura me ha hecho recrearme al máximo en las épocas en que se desarrolla la acción. Aunque esté narrada en tercera persona, el autor consigue, a través de una técnica impecable, que logremos ver el mundo como lo ven los personajes ya que la novela parece relatada por los protagonistas.

Tres momentos muy interesantes: el periodo de entreguerras, los años veinte, en el que alterna el lujo más glamoroso, propio de una clase social a la que pertenece Mecha: los vestidos, las maneras, los gestos, los andares…, con los barrios bajos bonaerenses en los que se vivía el tango más auténtico: el de los delincuentes, prostitutas, miseria… De uno de esos barrios procede Max, convertido en bailarín profesional de salón en barcos y hoteles. El transatlántico de lujo y sus pasajeros, el Cap Polonio, en el que se desarrolla parte de la acción (y en el que se conocen Max y Mecha) en su viaje de Lisboa a Buenos Aires, es descrito con todo lujo de detalles.

El segundo tiempo, y segundo encuentro, nos traslada a la Riviera francesa en el año 1937, en plena Guerra Civil española. Lugar en el que se ha refugiado parte de la clase alta española que vive en mansiones en las que se suceden las fiestas y las intrigas políticas en una Europa que está a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial. Y el tercer tiempo nos lleva a la bahía de Nápoles casi treinta años después, con el fondo de una partida de ajedrez al más alto nivel entre un ruso y un chileno. La guerra fría, los hoteles decadentes… los últimos estertores de una Europa que se derrumba y a la que Pérez-Reverte brinda una homenaje lleno de nostalgia. En este último encuentro ambos se acercan a la vejez, a la desaparición, como esa vieja Europa en la que la vida era una peligrosa y fascinante aventura, convertidos en personas lúcidas y maduras que aceptan con resignación y dignidad el paso del tiempo sin arrepentirse jamás de lo vivido. Mientras que Mecha a lo largo de estos cuarenta años no deja de ser nunca una mujer rica, elegante, guapa e inteligente, Max, inteligente también a la vez que atractivo y elegante, se dedica a los más diversos “oficios” de los que no os puedo adelantar nada. Procedente del arrabal, Max siempre ha sabido moverse en los ambientes más refinados como pez en el agua.

Alrededor de los protagonistas desfilan un gran elenco de personajes secundarios, imprescindibles, que iremos analizando a su debido tiempo: un genial compositor, tangueros, prostitutas, espías, mujeres de la alta sociedad, jugadores de ajedrez y sus séquitos…

En una iniciativa pionera, Pérez-Reverte fue escribiendo en Internet notas sobre el proceso de construcción de esta novela mientras trabajaba en ella. Ya sabéis que la presencia del autor en la red es notable: redes sociales, blog, página web… En su completísima página podéis leer todas esas notas además de entrevistas, críticas, comentarios sobre el proceso creativo, fragmentos de otros blogs sobre la novela… Es un interesante complemento a la lectura de El tango de la Guardia Vieja que os animo a que leáis. De esta página os dejo dos enlaces a sendas entrevistas: una publicada en un diario argentino y otra realizada por la periodista Pepa Bueno para la revista Yo Dona.

Además os dejo otros tres enlaces a otras tantas entrevistas:  en El Semanal, en El Mundo , y una última en La Razón .

Y termino con la cita de Joseph Conrad (Entre mareas) que abre el libro y que anticipa lo que nos vamos a encontrar, la relación de una pareja inigualable: Y sin embargo, una mujer como usted y un hombre como yo no coinciden a menudo sobre la tierra.

Plazos

Dividiremos la lectura de esta larga novela, que comprende 13 capítulos, en tres partes. La primera, a la que dedicaremos una semana más o menos, nos llevará al final del capítulo 4: “Guantes de mujer” (pág.170).

Nuestro próximo libro: EL TANGO DE LA GUARDIA VIEJA de ARTURO PÉREZ-REVERTE

8 Ene

Antes de nada desearos un Feliz Año 2014 a todos los miembros, seguidores y Tango_guardia_viejavisitantes ocasionales de nuestro Club de Lectura. Que este año sea mejor que el anterior y que nos traiga muchos libros en los que poder sumergirnos y vivir con ellos vidas paralelas, intensas y profundas, que nos enriquezcan como lectores y como personas.

Comenzamos el nuevo año y continuamos en España con un autor de numerosos “best-sellers” y que todavía no habíamos leído en nuestro Club: Arturo Pérez-Reverte. Vamos a leer su penúltima novela: El tango de la Guardia Vieja publicada en 2012.

Una turbia e intensa historia de amor, traiciones e intrigas, que se prolonga entre América y Europa durante cuatro décadas del siglo XX.

Creo que es una buena elección para arrancar este 2014. La novela contiene muchos temas interesantes y que se prestan a numerosos comentarios. Hay quien dice que es la mejor novela de Pérez-Reverte. A mí me ha gustado muchísimo. Ya comentareis los que habéis leído más novelas de él, o todas. Sé que hay muchos “pérez-revertianos” por el mundo adelante.

Desde el viernes 10 podéis pasar a recoger vuestro ejemplar en la Biblioteca Forum.

No os olvidéis de devolver vuestro ejemplar de El palacio azul de los ingenieros belgas. Gracias.

Nos encontraremos aquí en el plazo de más o menos una semana para comenzar la lectura.

Todavía estáis a tiempo de dejar vuestros últimos comentarios sobre El palacio azul de los ingenieros belgas que con esto de las fiestas, comprensiblemente, algunos habéis “desaparecido”. Ahora que todo vuelve a la normalidad podéis animaros a comentar lo que queráis sobre este magnífico libro que ha sido un gran broche final del año 2013.