«Me muero […] vive tú; […] reserva con dolor tu aliento para contar mi historia»
«Hamnet» relata la muerte de uno de los hijos de William Shakespeare y Anna Hathaway, en el libro llamada Agnes. Como señala Marta Sanz en Babelia, “Lo maravilloso y muy meritorio de Hamnet es que Maggie O’Farrell vivifica a Shakespeare, el gran “monstruo de la naturaleza” del canon universal —siempre desde una perspectiva anglosajona—, colocando en primer plano la domesticidad y utilizando como foco narrativo prioritario la figura de su esposa, aquí llamada Agnes”.
Maggie O’Farrell no se ha centrado en la figura masculina del escritor, sino que ha querido poner en primer plano a su mujer, Agnes. Shakespeare aparece desdibujado, en segundo o tercer plano. Nunca se refiere a él por el nombre real, siempre por el preceptor de latín, el hijo, el hermano, el padre o el marido.
La obra está dividida en dos partes, la primera nos presenta al niño Hamnet cuando intenta buscar desesperado ayuda para su hermana gemela, Judith, que se encuentra gravemente enferma. Se ha contagiado con la peste a través del efecto mariposa de una pulga en Egipto.
A través de este acontecimiento vamos adentrándonos en la vida familiar y en el ambiente social y cotidiano del pueblo de Stratford. Con episodios intercalados del presente con el pasado vamos conociendo la fuerte y excéntrica personalidad de Agnes. Lo unida que estaba a su madre y lo libre que se sentía con ella. Su fuerte conexión con la naturaleza. Su cambio de vida cuando su padre se volvió a casar y su nueva madre no la quería, le tenía envidia y la trataba como una hija de segunda.
Agnes era una mujer inteligente, analfabeta, empática y silvestre. No participaba de los convencionalismos sociales de la época. Se enamoró del preceptor de latín de sus hermanos (ya que las mujeres en esa época no iban al colegio), más joven que ella y de una familia venida a menos con mala fama en el pueblo. Pero eso no la iba a detener. Se quedó embarazada a propósito para forzar un matrimonio rápido. Y lo consiguió. Su suegro hizo un trato ventajoso con su hermano por el que percibía una buena dote en el momento de casarse. A cambio vivirían en la casa contigua y su marido seguiría trabajando con su padre en el negocio de los guantes.
Tanto Agnes como su marido hubieran preferido haberse ido lejos de sus familias pero aceptaron la nueva situación y se quedaron. Su suegro era una persona mezquina, violenta y tenía sometida a toda la familia. Su marido era una persona sensible, débil de carácter que se sentía atormentado en esa situación. Agnes lo sabía y cuando vio que su marido no podía más con esa situación lo arregló todo para que se fuera a Londres a trabajar y a buscar negocio. Ella se había vuelto a quedar embarazada y la idea es irse a Londres cuando él tuviera dinero para comprar una viviendo donde pudieran vivir todos.
Pasan los años y esto no se produce. Ella se queda por su hija Judith. En su segundo embarazo tuvo gemelos y la niña siempre estuvo débil de salud y pensaba que era mejor que estuviera en el campo.
La primera parte termina con la muerte trágica de Hamnet que también se había contagiado de la peste. Contra todo pronóstico, su hermana se salva y él no.
En la segunda parte vivimos el dolor de una familia ante la pérdida de un hijo, un hermano y un nieto. La vida sigue pero cada uno vive el dolor de una manera. Pero quizá el dolor más intenso en el dolor por la pérdida de un hijo, así lo expresa Agnes refiriéndose a la fragilidad que nos rodea y de la que no somos conscientes, “La crueldad y la devastación nos aguardan a la vuelta de cualquier esquina, dentro de un arcón, detrás de una puerta: saltan sobre una en cualquier momento como un ladrón o un bandido. La cuestión es no bajar nunca la guardia. No creer nunca que se está a salvo. No dar nunca por hecho que el corazón de tus hijos late, que tus hijos beben leche, que respiran, que andan y hablan, sonríen, discuten y juegan. No olvidar ni un momento que pueden desaparecer, que te los pueden robar en un abrir y cerrar de ojos, que se los pueden llevar como leves vilanos”.
Pero incluso la pérdida de un hijo puede ser llevadera, al lado de otro dolor punzante como es el dolor de una hija por la muerte de su hermano. Judith, la hermana gemela de Hamnet, le pregunta a su madre si Hamnet no va a volver nunca y “Agnes descubre que puede soportarlo todo menos el dolor de su hija. Puede soportar la separación, la enfermedad, los golpes, los partos, las privaciones, el hambre, la injusticia, la reclusión, pero esto no: su hija mirando a su gemelo muerto. Su hija llorando por la pérdida de su hermano. Su hija desgarrada por la pena”.
La situación de Agnes es angustiosa, vive separada de sus hermanos, de su marido, soportando la muerte de su hijo y lidiando con una madrastra infame a la que no soporta. La soledad ante la muerte de Hamnet con su marido en un Londres al que no ha viajado, con la duda de si él tendrá amantes o de si estará si quiera afectado por su muerte, es una preocupación constante en Agnes.
Solo cuando su madrastra, llena de envidia, la visita para decirle que su marido va a dirigir una obra titulada “Hamnet”, Agnes decide ir a Londres a ver qué pasa. La representación le parece insulsa, vacía, un insulto a la memoria de su hijo. Está a punto de marcharse sin decirle nada para luego escribirle que no quiere verlo nunca más cuando se da cuenta del giro de la obra. Hamnet es el hijo que muere y Hamlet es el príncipe de Dinamarca que vive. Solo en ese momento Agnes comprende a su marido y se da cuenta de “ha hecho lo que habría deseado hacer cualquier padre, sufrir él para que no sufriera su hijo, ponerse en su lugar, ofrecerse a sí mismo a cambio para que el niño pudiera vivir”.
«Hamnet» aborda muchos temas: el azar y el destino, la omnipresencia y asiduidad de la muerte en la vida, la validez de las premoniciones y la imposible empresa de saber quién va a morir primero, el límite que separa brujas y médicas, y sobre todo, el amor incondicional de una madre, la conexión entre hermanos gemelos, la superación del matrimonio tras la pérdida de un hijo, la compresión y generosidad…
O’Farrell es una magnífica escritora, para muchos críticos fue la mejor novela del 2021. Todo está perfectamente narrado. Las frases fluyen entre las escenas con fuerte carga emocional y la lectura es ágil y creativa. Al final, da igual si lo que está contando O`Farrell se corresponde con la realidad o es producto de su imaginación, la ficción y la realidad se desdibujan y la ternura, el dolor, la crudeza y la pérdida se convierten en los protagonistas.
¡¡Ahora os toca a vosotros!!
¿Qué os ha parecido el relato? ¿Habéis empatizado con la novela?
¿Cómo veis el personaje de Agnes? ¿y el papel de su marido?
Que personaje habéis entendido mejor? ¿y cual habéis detestado?
Espero vuestros comentarios,
Es de esas lecturas que dejan poso y las sigues disfrutando aunque pases la última página. Me ha costado entrar en ella al principio me descoloco el cambio en el tiempo de contar la historia de Hamnet a la del abuelo pero en cuanto cogí carrerilla no pude parar.Agnes me tenía atraída, su seguridad, y su dominio de plantas y demás especies me atrajo durante toda la novela. Su marido me parecía una persona insegura, marcada por una infancia difícil qué, sin embargo escoge, para él, la mujer perfecta y cómo al final consigue vivir de lo que le apasiona.Más que detestar creo que salen mal parados, los dos padres uno por bestia, otro por pusilánime y a dos de las figuras maternas la madre de él por meterse dónde no la llaman y la madrastra Anges por lo mismo y además con maldad.
Cómo personaje me quedo con Agnes y con Hamnet. Era una lectura a la que le tenía muchas ganas porque ya no es la primera novela de O’Farrell que leo y no será la última no me ha defraudado para nada. Es una maravilla cómo con el detalle que da no te cansa y quieres seguir leyendo. Una delicia. Gracias María
Me encantó está lectura. Agnes y su manera de ser, tan mística y diferentes a las demás chicas de la época, y sobre todo un pilar importante en la vida de su esposo. Me encanta que se lleve ella el protagonismo porque estoy convencida que influyó mucho, indirectamente, en la famosa obra de W.S., Hamlet. Es una lectura que engancha desde el principio.
Podría decir que esta novela lo tiene todo y lo tiene muy bien: técnica, personajes, escenarios y ambientes.. Para mi el gran personaje es Agnes que, a pesar de ser analfabeta, posee una gran sabiduría y controla, hasta cierto punto, el devenir de las cosas. El hijo y la hija se me aparecen como un alma compartida en dos cuerpos. A pesar del drama, pienso que son las pequeñas historias de amor las que tejen la novela. Al principio tb me costó entrar en ella. Para mi no hay un solo personaje al que odiar, aunque pueden no gustar, simulan personajes teatrales y cumplen divinamente su papel. Muestra perfectamente el rechazo social hacia las mujeres curanderas, que tantas veces fueron acusadas de brujería. La expresión del dolor ante la muerte del niño, la compone de una manera poco usual: el dolor de los niños se deja un poco de lado habitualmente, y el del padre diría que tiene casi rasgos femeninos que le llevan a la creación, a dar la vida a su hijo nuevamente, al menos, en una obra literaria.
Una novela maravillosa, ha sido una elección fantástica y de hecho, la he recomendando encarecidamente.
Muchas gracias por vuestros comentarios. A mi el personaje que más me ha fascinado es el de Agnes, por su fuerza, su mentalidad, su bondad y su amor. Es un personaje que veo atemporal, no suscrito a una época determinada. De hecho, cuesta creer que en la época en la que se desarrolla la historia hubiera muchas mujeres que pudieran tener esa libertad y esa mentalidad. Tal como se describe a su marido, no lo siento como un compañero de viaje, sino como una persona a la que Agnes quiere y que con infinito amor ayuda a madurar y a liberarse de las cadenas que lo tenían prisionero. Veo egoísmo en el marido, ya que sigue con su vida y busca su propia felicidad. Para mi el personaje que la autora más me hizo odiar fue el de la madrasta. Una persona ruin, envidiosa, egoísta, siempre de mal humor, que malmete y cuenta las cosas de forma intencionada para hacer daño. El padre de él, también es un personaje que no sale nada bien parado en la novela como dice Lorena, pero lo pongo detrás de la madrasta porque por lo menos se le ve venir.
A mí también me costó entrar en la narración. En principio por conocer lo que va a ocurrir con el personaje del título; la autora nos hace rodear esta circunstancia, relatándonos la enfermedad de su gemela. A partir de ahí, descubrimos los personajes y sus historias.
Me ha sorprendido la independencia y valentía de Agnes, la lucha por su sentir diferente a las reglas femeninas de la época, y su inevitable atracción por el marido, que también lucha por su sentir diferente al sentir masculino, pero, mostrándose menos valiente y más egoísta.
Me sentí conmovida por el sentimiento de sororidad que aflora entre Agnes y su suegra, dejando de lado todas sus diferencias, en el momento de la enfermedad de su hija, y en el posterior duelo por la muerte de su hijo.
Ha sido una lectura muy intensa, la forma de narrar casi poética, incluso abordando el dolor y la pérdida que sufren los protagonistas. La verdad es que tenía muchas ganas de leer esta novela y no me ha decepcionado en absoluto.
Muchas gracias.
Buenos días.
Me ha gustado «Hamnet», que para mí más bien debería haberse titulado Agnes. La he leído con avidez, primero porque había oído de ella buenas cosas y segundo, porque el libro hace que no puedas dejarlo, está bien escrito.
Lo que aprecio es el relato que se construye alrededor del dolor. La pérdida de un hijo, de un hijo pequeño de manera inesperada, lacera a la familia y en especial al matrimonio. No sé si uno siempre evocaría la aparición de ese hijo entre los vivos, pero si que creo que continuamente buscaríamos que una parte de él coincidiese en una u otra persona. Una mirada en un niño, un color, una mascota, una risa a vuelo de pájaro, y así, un sinfín de espiral de recuerdos, hasta que el alma cure.
No obstante, creo que el matrimonio no sólo tuvo que superar este duro golpe. Ambos sabían que él, tenía que marcharse para después de hacer un camino ineludible, volver a encontrarse. Tienes que vivir lo que sueñas, o al menos intentarlo, para entonces si, desde la experiencia y el conocimiento volver al punto de partida/final. Como bien dijo el protagonista cuando se lleva la mano de ella a su pecho, después de su periplo en Londres, «Y es tu corazón…no el mío».
Si tuviese que ponerle una pega, tal vez sería esa parte demasiado hada del bosque de la protagonista, aunque sin lugar a dudas es un libro que recomiendo leer. Gracias por la selección María.
Hola a tod@s:
La novela, coincido con todos, me ha gustado mucho. Me ha parecido exquisita en las descripciones sin ser cargante. Realmente me resultó ágil su lectura. De principio a fin me gustó leer su búsqueda de emociones y retratos de personajes, almas y naturalezas, de una manera tan definitiva. Sin duda, el protagonismo me parece de Agnes, es una figura que simboliza la libertad y la sabiduría hablada que nos evoca el contexto histórico en la que se desarrolla la historia. Esa misma libertad y sabiduría, es lo que hace que sea la «rara», por ello, como siempre, la miran hasta del revés, manteniéndose impune a las habladurías. Es fuerte y lo demuestra. También me ha llamado la atención que, como dice en su comentario Lory, el dolor de los niños aparece muy vivo. Y es que normalmente se pasa por el, solamente con sus expresiones físicas y aquí la autora lo muestra tal y como siente la muerte su gemela. Particularmente, el momento de la muerte del niño, me ha parecido muy hermoso. La nieve, esa blancura…en el fin de la primera parte.
Con respecto a cómo son el resto de los personajes, particularmente, creo que se ciñe a la historia.
Saludos.
Hola a todos, hermoso libro, lo disfrute entero, me encanto la historia y como describe la época, las costumbres, los personajes, los sentimientos,
Gracias por esta lectura