«La única patria que tiene el hombre es su infancia» (Rainer María Rilke)
Argumento
Tambu y su hermana Rebe tienen que instalarse en el piso de su vecino, Armando, cuando su padre atraviesa una difícil enfermedad y su madre tiene que cuidarlo. Allí entablarán amistad con sus dos hijos, Elvis, compañero de Tambu en el colegio y Claudia, su hermana.
Entre los cuatro se establece un círculo de complicidades, por un lado los dos niños que se vuelven inseparables y por otro, las dos niñas que se relacionan por las circunstancias familiares que están atravesando.
Elvis tiene un año menos que Tambu pero van a la misma clase porque Tambu ha repetido curso. El padre de Elvis tiene problemas con el alcohol y se pasa todo el día encerrado en su piso en pijama y haciendo descansos del «teletrabajo». Su madre se ha ido hace tiempo y no tienen noticias de ella.
«Solo hay una clase de niños que prefieren el colegio antes que nada, y son los que no tienen familia.»
Para Tambu, Elvis se convierte en su mejor amigo, con él hará nuevos descubrimientos, como el juego de las tinieblas o el descubrimiento del sexo. Junto a él, Tambu crecerá. Y crecer significa comprender pero también cometer errores que te pueden marcar para siempre. Tambu tendrá problemas con los compañeros del colegio, problemas en casa y también problemas consigo mismo y los expondrá abiertamente ante el lector.
Esta etapa es la etapa de «las primeras veces», de la emoción y el miedo que sientes al hacer algo por primera vez. Tambu recibió un beso por primera vez de «Dani ojitos«, el niño más guapo del colegio pero se avergonzaba de esa situación. No quería que nadie se enterase, pero no le importaba decir que él y Elvis eran novios pero «no maricones» porque eso era un insulto y muy feo, sin entender muy bien que es lo que significaba o implicaba. Sentía por primera vez amor por alguien, y ese alguien era su mejor amigo Elvis.
«Querer a la gente es mirarla mucho hasta no saber si es guapa o fea, y que no te importe lo más mínimo».
El capítulo VIII se desarrolla en el bar Álamos y allí es donde sucede la desgracia. Tambu tiene que lidiar con los abusones del colegio y proteger a su amigo Elvis. Un final trágico, lleno de desesperanza y donde para seguir viviendo, tienes que volver a empezar de cero.
«No recuerdo más, no quiero recordar más, pero eso sí lo recuerdo, el ruido que hacía la navaja en las tripas de ese abusón».
Análisis del libro
«Papá decía que el amor y la muerte eran lo que convertía a un niño en mayor; se olvidaba de algo más importante aún: el amor, la muerte y él mismo.»
Es una novela sobre la infancia. Manuel Jabois ha querido retratar ese momento en que por circunstancias, vivencias y situaciones personales dejas la infancia atrás. Se pierde la inocencia. Sientes que saltas al mundo sin una red de seguridad. Jabois relata las experiencias de unos niños de diez años que cursan EGB en un colegio de Pontevedra.
Está narrado en primera persona por Tambu, unos años después de transcurrida la historia. En el momento de contarla, tiene unos catorce años y se nota que su mirada ya no es la de un niño, sino la de alguien que ha tenido que madurar muy rápido.
En la historia Tambu tiene diez años y es el auténtico protagonista de la novela. A su lado está su querida hermana Rebe, su mejor amigo Elvis y la hermana de éste, Claudia. Se podría decir que Tambu vive en una familia desestructurada, con un padre enfermo y una madre bastante ausente. En cambio, Rebe, su hermana es para él su referente familiar ya que ejerce tanto de padre como de madre y por la que siente un amor y respeto enorme.
El autor no escogió al azar los nombres de los dos niños, Tambu y Elvis, al contrario de lo que se pudiese pensar, no son nombres que hagan referencia al original (Mr Tamburino de Bob Dylan o Elvis Presley) sino en el primer caso al homenaje que le hace Franco Battiato a Bob Dylan en su canción y por el niño protagonista de la novela de María Gripe, «Elvis Karlsson».
Jabois también ha querido tratar también el tema de los «miedos». Cuando eres un niño/a siempre tienes miedo a cosas irracionales que no existen realmente y con las que tienes que lidiar a diario, después cuando creces los miedos van cambiando. El autor resalta el miedo a la nostalgia, a olvidarte de la gente que has querido o que te han querido, y sobre todo a olvidarte de una etapa en la que has sido plenamente feliz.
Junto a él, Tambu crecerá. Y crecer significa comprender pero también cometer errores que te pueden marcar para siempre. Elvis aun es más inocente que Tambu por eso lo sigue ciegamente a todas partes. Tambu ejerce sobre él el instinto de protección que ejercía su hermana sobre él.
El autor confirma que el protagonista no es él, pero seguro que esta novela está llena de recuerdos o anécdotas vividas en su infancia. Como el protagonista, vivió su infancia en Pontevedra y aún conserva y se reúne con sus amigos de entonces, por eso sus recuerdos se mantienen nítidos, porque los comparten.
No sé si la infancia es la etapa más difícil del ser humano, porque para mi es la adolescencia, pero sí que creo que es una etapa crucial para el desarrollo de las personas como individuos, donde se establecen las claves que marcarán su autoestima, su identidad, su carácter, en definitiva el ser «nosotros mismos». Es una etapa, la transición a la adolescencia, donde se necesitan referencias para interiorizar valores y donde se necesita sentirte parte de un grupo mayor (como ocurrirá también en la adolescencia).
Aquí os dejo una entrevista de Atrapalibros con el autor en 2019.
Espero que os haya gustado esta novela. ¡¡¡Ahora os toca a vosotros dejad vuestras opiniones!!!!
Mis recomendaciones de otros libros sobre la infancia:
- «Un árbol crece en Brooklyn» de Betty Smith, publicado en 1943.
- «Claus y Lucas» de Agota Kristof, publicado en 1986.
- «El niño en la cima de la montaña» de John Boyne, publicado en 2015.
- «Las lealtades» de Delphin De Vigan, publicado en 2018.
Volveremos en septiembre, la última semana. Espero que todos y todas tengáis un estupendo verano.
Hola, gracias mil por presentarme a Jabois. Para mi ha sido una lectura de las que me gustan, he reído mucho, mucho y he llorado con la historia.
Está narrada con esa voz infantil, inocente, curiosa y temeraria, mientras tu leyendo,los observas con los ojos de adulto.
Me ha recordado «Las cenizas de Ángela» Por esa visión infantil del mundo que le rodea.
Estoy de acuerdo contigo, a mi me parece más difícil la adolescencia, pero todas las etapas son necesarias para que la siguiente padezca menos.
Gracias de nuevo, por esta lectura y por todo el «curso».
Un abrazo y nos leemos en septiembre.
Ana
Hola a tod@s:
Como ya adelanté, la novela me ha hecho pasar un BUEN RATO, así en mayúsculas porque, al igual que Ana he reído y me he emocionado. La verdad es que he visto en esos niños a compañeros de mi infancia, que me parecían al margen y que ellos no lo sabían, a pesar de que en el colegio la crueldad se paseaba sin problemas. En el día a día hacíamos como si no pasara nada, por su bien, según los adultos y, la verdad, es que su bien no era bien. El trasfondo de una infancia desvalida me ha conmovido, sentían amor y lo daban pero sus padres estaban a ratos. Los niños no se daban cuenta de la realidad de su vida y pobriños…, el final lo dice todo. Para mí la adolescencia no me parece una época díficil, debe de ser porque yo la he disfrutado mucho, sin embargo, sí ése tramo de los 11 a los 13 años, en los que no eres de todo un niño y tampoco un adolescente, y de repente empiezas a ser consciente del mundo de una manera nueva, tu cuerpo empieza a cambiar….
Me ha gustado mucho, como emplea los olores para situar a las personas de una manera que hace que la visualicemos; por ejemplo su madre que huele al Corte Inglés de Vigo, hacía que me la imaginase en el momento.
Tomo nota de alguna de las recomendaciones de lectura sobre la infancia, (hay algunas que ya las he leído en éste club, jeje..)
Muchas gracias MARÍA por la elección y os deseo a todos un buen verano.
Carmen.
Me alegra mucho que os haya gustado la novela. Me ha pasado como a vosotras, en unas partes me reí y en otras me apené. Suscribo todo lo que decís. También tuve la sensación de que con la descripción de los olores, las visualizaba mejor. Os agradezco el comentario. Feliz verano!!!!!!
Buenas tardes a todos.
Me ha gustado mucho el libro, me he pasado con él un buen rato. Me ha traído del cajón de los recuerdos cosas de mi infancia. Cómo cuando tienes esa sensación de que podrás tener o cambiar algo con sólo desearlo muy fuerte. Creo que Jabois me ha sacado más de una sonrisa con su forma de escribir. En los últimos tiempos, si algo le agradezco a un autor es que sea capaz de narrar las cosas desde el humor. Si tengo que poner un pequeño pero, tal vez sea el final, que me pareció un algos escueto par la prosa que él nos tiene acostumbrado. Gracias por esta y todas las lecturas que nos has proporcionado en este año tan complicado. Buen verano!
SE me hace duro comentar hoy, x los sucesos del día, este libro que va de familias deses-
tructuradas. Es un libro tan bello, que duele. Tan duro, que duele. Este autor, y me felicito por el descubrimiento, lo leí el año pasado para la reunión provincial de Clubes de lectura que contaba con su presencia, pero no pudo celebrarse por las restricciones. Es una historia que navega entre lo bello y lo terrible. Contado en primera persona, con lenguaje muy natural y con esos desencuentros que distinguen el pensamiento de niño-adulto. Es irónico, ácido. Nos trasmite como los espacios pueden ser cordiales o infiernos: familia, colegio, amigos… Habla de la falta de amor y eso duele y duele tb el camino de inseguridad, de búsqueda, y duele el final donde las cosas solo se limpian con sangre, con la propia o la ajena. Salvo de esto el hecho muy bello que lleva a Elvis a herir y que es defender al amigo por encima de todo. El amor entre Elvis y Tambu es un amor de necesidad. Dos desiguales que, al unirse, intentan ser uno corriente, lo que es imposible. El padre de Elvis aparece con una cierta luz en algunos momentos, parece como si ahí detrás estuviera un problema de drogadicción.
A medida que avanza la historia va utilizando verbos que alejan la acción, dejando ver que lo que pasó no ocurrió ayer. Elvis está quieto en un lugar y son las cosas las que se mueven. El libro me gustó mucho. El autor rompe con la idea de un tiempo de infancia obligatoriamente feliz. Muy al contrario; el niño-adolescente no tiene nada seguro, es una duda y si fallan los apoyos emocionales, el mundo, su mundo se vuelve un abismo.
Un gusto habernos podido leer un año mas. Gracias a María por sus elecciones y todo el apoyo. Buen verano. Saludos
Tengo pendiente un mínimo comentario de Kokoro q tardé demasiado en conseguirlo. Me ha parecido un libro brillante situado en su época. La forma en q está escrito me recuerda a un trampantojo ya que los dos primeros capítulos sirven de entrada al tercero donde Sensei cuenta la auténtica historia. Se utiliza la primera persona para los dos personajes: estudiante y sensei y el carácter epistolar lo imbuye de autenticidad. Lenguaje comprensible, frases y capítulos cortos, con descripción de pequeños detalles. Me llama la atención que solo hay tres mujeres en la historia: las madres y la esposa, pienso que esto es muy de cultura japonesa. Dualidad en los temas que trata: culpabilidad-fidelidad (a una promesa). Amor-soledad. Vida-muerte. La traición que lo marca en la infancia como predestinándolo a su vez a traicionar. Trasmite la distancia generacional: padres-hijos, y además con una carrera. Diferencias intelectuales. Pueblo-ciudad. Hay mucho lirismo cuando se fija en el color de un pez o en el movimiento de unos labios. Enmarcado en ese momento de cambio de la novela japonesa, mantiene y trasmite en el detalle y lento pasar, la forma de pensamiento y cultura. Un japonés mira un jarrón y se fija más en el reflejo de la luz sobre el color que en el objeto en sí. Un libro delicado que expresa a la perfección la división entre pensamiento y sentimiento. El final, donde el estudiante sigue en el tren, deja todo abierto a un futuro que no se sabe cómo será. Dilemas.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Espero que paséis un feliz verano!!!!!
Bonita novela, siempre es interesante recordar como se veían las cosas desde los ojos de un niño. Y aunque en esa época yo ya había realizado esa transición de niña a adolescente, si que me ha acercado a ese momento en mi vida.
El dibujo de la sociedad gallega de esa época, finales de los 80 principios de los 90, está realizado con lápiz fino; la droga, la enfermedad, los misterios de los mayores, la crudeza de los molotes en el colegio o en el barrio, se reflejan bastante bien a lo largo de la novela y pone en contexto.
Imagino que como está narrada desde la perspectiva del niño, quedan en el aire los motivos de la caída en desgracia de la familia, esa leyenda negra del padre y el apodo de “Malahierba”, ese alejamiento de las amistades e incluso de la familia. Como el lector es libre de especular con ellos, mi cabeza se ha ido a las enfermedades provocadas por los vicios. El profesor, el vecino ambos tienen problemas de alcoholismo y el rechazo de la sociedad a la madre por acompañarlo en la enfermedad (…) . Pura especulación, igual pienso que tiene más trasfondo del que el autor propone.
Aún así, hay una desestructuración de la familia que lleva a los niños a tener que adaptarse a un nuevo escenario del que surgen todas esas nuevas experiencias, el despertar del sexo, la amistad incondicional, el amor y la muerte … y en el que su situación familiar tiene un papel protagonista.
Me ha gustado mucho el planteamiento del autor, y esa forma de moverse en la crudeza y la ternura.
Buen verano para todos, sigan cuidándose …
Gracias como siempre María, nos leemos de nuevo en septiembre
Gracias Vicky, tristemente a mi también me lleva a principios de esos años 90 en Galicia donde la droga todavía estaba muy presente entre los adolescentes y hacía grandes estragos en la sociedad (al igual que en el resto del país). Soy de la opinión de que en el fondo todos los adolescentes lidian con los mismos problemas en general: problemas en la identidad, en la autoestima, sexualidad, etc., aunque vivan en momentos distintos; pero sí que es verdad que el autor contextualiza muy bien una época muy concreta que, para las que la hemos vivido😉, nos produce un sentimiento de nostalgia y ternura por el tiempo vivido. Feliz verano!!!!