Argumento
Éste es el inicio de una bonita aventura para cuatro mujeres inglesas que pasan un mes en una preciosa villa italiana, San Salvatore. Son muy diferentes y no se conocen de nada antes de embarcarse en este viaje pero hay algo que les une: su deseo de huir de la lluviosa Londres y de sus insatisfactorias vidas. Y yo creo que más de lo segundo que de lo primero.
- Lotty, Mrs. Wilkins, es una mujer dubitativa con un marido muy rancio, abogado, sumamente práctico y racional.
- Rose, Mrs. Arbuthnot, es una mujer que se ha dejado caer en una vida ocupadísima con los demás, “atendiendo a sus pobres” pero “desatendiendo” su vida personal, su felicidad y al que fue su gran amor, su marido debido a que éste escribe novelas poco “recomendables”. Entre ellos se ha abierto un abismo que parece insalvable. Su marido estará encantado con el viaje de su mujer, casi ni se enterará de su ausencia.
- Scrap, Lady Caroline Dester, una joven guapa, encantadora, perfecta, a la que todos adoran y con la que es imposible enfadarse porque hasta cuando quiere ser antipática resulta encantadora. Y ya no lo soporta más. San Salvatore es su huida hacia el anonimato y la soledad.
- Mrs. Fisher, la más mayor, una dama victoriana rodeada de recuerdos de muertos y grandes glorias literarias. Una persona severa y reservada.
Llegan al castillo y que se encuentran con una explosión de colores, de aromas y de sol, en un hermoso y tranquilo lugar lleno de flores que las transforma. Y esa es la trama, su transformación, una transformación contada con humor, con situaciones cómicas, vivida desde el interior de cada una de ellas, que al tiempo que te absorbe te pone una sonrisa en la cara.
Poco a poco el ambiente de San Salvatore se va adueñando de todas ellas. El sol, el aroma de las flores, la tranquilidad, la vida relajada, hace que poco a poco se vayan abriendo un poco más, dándose cuenta de lo importante, relativizando, de manera que su relación, tirante en un principio, se va tornando más armoniosa, y realmente se sienten felices en la campiña italiana.
Lo consideran como un punto de inflexión en su monótonas vidas. No son felices y no saben porqué. Ahora tienen tiempo de reflexionar, descansar, ver las cosas con más distancia. El convivir con personas desconocidas y tan distintas a ellas les da otro punto de vista y aprenden a relativizar la vida. También creo que aprenden a quererse más a si mismas, a buscar su propia felicidad sin estar tan pendientes de la felicidad de los demás.
“Esa última semana brotaron las celindas en San Salvatore y todas las acacias florecieron… Esa última semana, tumbarse bajo una acacia y mirar hacia arriba entre las ramas, viendo cómo se estremecían sus frágiles hojas y sus blancas flores contra el azul del cielo, producía una enorme felicidad”
Es una narración pausada, tranquila, que se apoya mucho en todo lo sensorial, sonidos, olores, colores, sabores… y en los pensamientos y evolución interior de los personajes, con caracteres muy marcados y muy diferentes entre sí, pero que finalmente consiguen un buen entendimiento.
Contexto histórico
La novela se desarrolla en los años veinte, en el Período de entreguerras. Gran Bretaña había sido una de las grandes triunfantes, pero la victoria no tuvo el buen sabor de boca que se esperaba. Los años de guerra habían pasado factura: también debían pagar, al igual que otros países europeos, las deudas que habían contraído, especialmente con Estados Unidos.
Gran Bretaña se fue poco a poco alejando de la diplomacia europea. Se centró en sus propios problemas internos y el inmenso imperio colonial. Respecto a este último, ante el debilitamiento económico tras la guerra, se creó la Commonwealth. Mediante esta, aquellos dominios de población blanca, Australia y Canadá, pasaron a ser básicamente Estados independientes bajo la jefatura de la monarquía inglesa. De esta forma, se liberaba de la gestión de estos dos territorios, puesto que además tuvo que hacerse cargo de amplias zonas de Oriente Próximo y África, que anteriormente habían sido colonias alemanas, en el caso de África, o eran territorios del Imperio otomano, que salió mal parado de la Gran Guerra y quedó reducido a la actual Turquía.
En cualquier caso, pese a que se mantuvo el orden colonial del Imperio británico, la realidad fue que la mentalidad hacia las colonias se fue transformando. Se estableció la idea de responsabilidad, de tal forma que dichos territorios no podían ser únicamente explotados sin que se produjera cierto desarrollo y prosperidad en los mismos. También Francia siguió una política parecida en este ámbito, a quien también le tocó gestionar territorios del Oriente Próximo.
Gran Bretaña, además, tuvo que ver como Irlanda, que había formado un parlamento propio en 1919, declaraba la independencia e intentaba el reconocimiento internacional en París. Se entraba en una nueva y dificultosa fase de las relaciones angloirlandesas, y, por mucho que Gran Bretaña lo negara, la realidad es que se abrió una guerra civil entre ambas naciones.
Las fuerzas republicanas irlandesas hicieron frente a los cada vez mayores efectivos militares que tuvo que desplazar Inglaterra Por si todo era complicado, Irlanda del Norte, de mayoría protestante, se desprendía de Irlanda y manifestaron su debilidad al Reino Unido. Finalmente, en 1922, el gobierno republicado de Dublín consiguió concesiones por parte del británico, por lo que la guerra civil finalizó, aunque no así la violencia, la cual permaneció entre los independentistas irlandeses y los que apoyaban la lealtad a la Corona.
Gran Bretaña extendió el voto primero a todos los hombres y luego a las mujeres. Pero al igual que en el resto de Europa, Inglaterra, que ni siquiera con el primer gobierno de los laboristas dejó de ser extremadamente conservadora, no estuvo libre de las quejas de la población por la situación económica que atravesaba el país.
La sociedad en los años veinte
Al final de la Primera Guerra Mundial, la mayoría de la gente empezaba a trabajar entre los 12 y los 14 años, tenía una cantidad de tiempo libre limitada debido a las largas jornadas de trabajo y a la pobreza, y su participación política era restringida. Mientras que en 1919 se concedió el derecho de voto a todos los hombres a partir de los 21 años, solamente las mujeres a partir de los 30 y que cumplían ciertos requisitos de propiedad tenían derecho de voto.
A finales de los años treinta, la edad escolarización obligatoria se había elevado hasta los 14 años; los sueldos había aumentado, y las horas de trabajo se habían reducido; los jóvenes asalariados eran importantes consumidores de ocio; se había establecido el sufragio universal a partir de los 21 años y los jóvenes menores de 18 años estaban sujetos aun creciente escrutinio por parte del Estado. Tanto la experiencia vivida por la juventud como el lugar de la gente joven en la sociedad en general estaban, por lo tanto, sujetos a un cambio importante.
A medida que avanzaba el siglo y los procesos de modernización, la mujer ocupó, cada vez con mayor insistencia, nuevos espacios. Su presencia se hizo habitual en el teatro, las salas de cine, los salones de té y aun en los clubes sociales, en los cuales, a principios del siglo, sólo se permitía la presencia masculina. Durante los años 20, y como consecuencia del impacto de la primera Guerra Mundial en los roles femeninos, sectores de mujeres de la sociedad local que tenían oportunidad de viajar al exterior o de leer y estar en contacto con publicaciones europeas adoptaron actitudes y comportamientos que se distanciaban del ideal femenino convencional.
La moda se hizo mucho más sofisticada, se suprimió el uso del corset, permitiendo mayor libertad de movimiento en el cuerpo femenino, el largo de la falda se recortó de forma notable exponiendo a la vista las piernas, el cabello se llevó corto y se impuso el maquillaje. La coquetería reemplazó las actitudes de modestia y pudor, y entre los sectores femeninos de la élite se fue extendiendo la práctica de deportes como el patinaje, el básketbol y la natación.
Aparecieron las jóvenes flappers, primero en Inglaterra y después en EEUU, que revolucionaron la imagen tradicional de la mujer. Eran jóvenes y rebeldes que vivían un estilo de vida diferente, trabajaban, conducían, fumaban, bailaban, escuchaban música no convencional de la época como el jazz, acudían a fiestas y se vestían y maquillaban de forma diferente.
Numerosas publicaciones católicas que existían en las ciudades y que iban dirigidas ante todo a las amas del hogar expresaron airadas protestas contra estas nuevas actitudes femeninas. Los puntos centrales de ataque fueron las «malas lecturas», el cine, la moda escandalosa, la práctica de deportes y los bailes. Todas estas actividades, según la Iglesia, alejaban a la mujer del hogar y de la misión que se le había asignado. Indudablemente la influencia del American way of life que se reflejaba en el cine, las revistas y la publicidad, tuvo un fuerte impacto en la vida femenina cuando las ideas de confort, libertad y gusto por lo moderno se fueron imponiendo.
Comentario
Es una narración pausada, tranquila, que se apoya mucho en todo lo sensorial, sonidos, olores, colores, sabores… y en los pensamientos y evolución interior de los personajes, con caracteres muy marcados y muy diferentes entre sí, pero que finalmente consiguen un buen entendimiento.
La autora nos presenta el perfecto dibujo de cuatro mujeres bastante distintas (la fantasiosa, la espiritual, la caprichosa y la dominante) totalmente opuestas entre si y que nos permite conectar inmediatamente con la historia que nos cuenta, con la odisea personal de cada una de ellas, con su despertar de los sentidos.
Cada cual es más diferente, la tímida y gris que no es apreciada por nadie que se revela atrevida y espontánea. La beata entregada a los pobres con un matrimonio infeliz que resulta ser una romántica a pesar de su aparente frialdad. La noble de una belleza arrebatadora, infeliz por ser siempre el centro de atención de todos que no la permiten ser ella misma ni un momento de intimidad o la vieja gruñona que vive anclada en el pasado, no entiende a las nuevas generaciones y siempre se comporta de un modo desagradable.
Todas esas mujeres coinciden en que desean huir de sus respectivas vidas. Los personajes se muestran ante los lectores en un monólogo interior que refleja abiertamente sus dudas, miedos y pensamientos. Es una obra sincera en la que se reconoce la verdad de los personajes y por eso mismo me ha gustado.
En esta novela se respira ese ambiente de principios de siglo de forma natural. El deseo de las mujeres inglesas de romper con las ataduras y rigidez victoriana y de abrir las ventanas de sus vidas a nuevas experiencias es palpable en cada página. Vemos como van dejando atrás sus miedos y como van transformando sus carácter en el paraíso de San Salvatore.
Además, podemos concluir en que estamos ante una lectura entretenida y agradable, una historia que podría tener lugar en cualquier otro momento porque las mujeres aquí presentes representan estereotipos que todavía se dan ahora o se han dado hace treinta años.
¡Ahora os toca a vosotros!
¿Qué os ha parecido la novela? ¿estáis de acuerdo con los comentarios? ¿os ha parecido una lectura entretenida y agradable?
Realmente no hay acción, ni una trama compleja. Es más un relato de sensaciones, de pensamientos… ¿qué pensáis de ellas? aunque la sociedad haya cambiado o evolucionado mucho desde entonces, ¿reconocéis algún estereotipo en algún personaje?
Comentad todo lo que queráis.
La próxima lectura se presentará el 7 de enero, martes.
!!!Felices fiestas!!!
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