Guido regresa a Italia ante la llamada de su tío Zeno que se está muriendo. Pasa las últimos momentos con él y se reconcilian después de años de silencio. En el velatorio ve a Eleanora que le pregunta si ha visto a Costantino y le asegura que su hermano no es feliz, Guido responde «Nadie de nosotros lo es»
Guido no se va de Italia. Acompaña a Costantino al sur y pasan dos días de vacaciones de camino con su hija Leni y con Giovanni. Se sienten una familia. Toca la hora de despedirse. Ya en el aeropuerto, Guido recibe un mensaje de Costantino en el móvil «Quiero estar contigo». Vuelve. Costantino por fin ha dado un paso adelante y tiene claro lo que quiere «Quiero ser yo mismo, Guido. Ahora puedo ser yo mismo».
Y empezaron a ser ellos mismos, a vivir sin preocupaciones y sin pensar en el qué dirán. Hasta que un día sufrieron un ataque homófobo violento por parte de unos jóvenes de la localidad. Fue un ataque brutal. Guido despertó mal herido en el hospital. No sabía nada de Costantino. Temía por su vida. Su mujer, Izumi, vino para cuidarlo y se lo contó todo. Ella lo comprendía. Sufrieron el desprecio en la prensa y por parte de la sociedad donde «ciertas situaciones resultan desconcertantes…». No encontró consuelo ni en la policía ni en el equipo médico. No sabía nada de Costantino. Solo sabía que seguía vivo. Cuando pudo levantarse de la cama lo buscó por todo el hospital pero le dijeron que vino su mujer y se lo llevó en una ambulancia a un hospital de Roma. Sus destinos se vuelven a separar.
Izumi lo dejó cuando ya estaba mejor. Ahí marcó el final de la relación. Se quedó solo. Cuando le dieron el alta no sabía a donde ir. Regresó a Londres y se buscó un apartamento. No sabía nada de Costantino. No le encontraba sentido a su vida. Volvió a las ideas suicidas de la infancia. Se despidió de la Universidad y volvió a su antigua profesión en las subastas.
Seguía teniendo buena relación con Izumi. Eran amigos. Cuando ella volvió a empeorar de su enfermedad, la acompañó hasta el final. A su modo, la quería. Y ella a él también.
Pasaron cuatro años sin noticias de Costantino. De repente recibe una carta donde le pide que vaya a verlo a un pueblo de Italia donde vive ahora. Coge su vieja moto y hace este viaje hacia su destino. Se encuentra a un Costantino diferente. Ahora vive en comunidad y está más tranquilo. Dice que ya no sufre que logró recuperar su identidad sexual. Está con su mujer y su hijo. Confiesa que a los catorce años sufrió abusos sexuales por parte de Zeno, el tío de Guido y que eso le marcó para siempre. Incluso le dijo que había estado con él por venganza. Guido no lo cree. Se marcha pero siempre espera que puedan volver a reencontrarse, algún día, en Grecia donde se juntaron la primera vez. Sigue soñando con pasar el resto de su vida junto a su gran amor.
Comentario
Mazzantini arranca con el testimonio en primera persona de Guido y su recuerdo de aquel vecino, el hijo flacucho del portero, Costantino. Avanza luego hacia los años adolescentes, los noviazgos y matrimonios respectivos, de Roma a Londres, la madurez, los hijos, la vejez, los encuentros y desencuentros. Historia de amor, saga familiar, testimonio de crecimiento personal, novela de iniciación, relato erótico, drama sentimental, orgullo LGTB.
Es un relato que atrapa de principio a fin. Con un estilo fluido, ligero pero por momentos dramático, lujurioso y condescendiente al mismo tiempo, la autora nos hace un recorrido por las inquietudes sentimentales y sexuales de dos hombres que se conocieron de niños y envejecieron en la distancia infranqueable de sus vidas paralelas. Es verdad que combate cualquier prejuicio. No deja de sorprendernos por su veracidad, por su valentía.
“La vida, créeme, no es un ramo de esperanzas perdidas, un apestoso bordado de mimosas, la vida grita y cabalga en su incesante esplendor”.
Me parece muy hermosa la forma de escribir de Mazzantini dentro de su crudeza. A lo largo de toda la novela quieres que Guido y Costantino se reencuentren, se amen y vivan juntos para siempre. Los giros son inesperados pero como es también la vida misma.
Dos personajes tan distintos que nunca consiguen olvidarse. En definitiva, es una novela donde expresa el amor como resistencia, el recuerdo imborrable, lo imposible como reto, la esperanza, el destino, la aceptación, la razón frente a la pasión.
¡Ahora os toca a vosotros!
A estas alturas del verano creo que ya pocos de vosotros estáis siguiendo las lecturas así que opinad lo que queráis de la novela. Sacad vuestras propias impresiones. Espero que os haya gustado.
Los que tengáis el libro en casa, tenéis hasta el sábado 6 de julio para devolverlo a la biblioteca Fórum.
Volveremos el 31 de septiembre con más lecturas.
¡Feliz verano!
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