Archivo | diciembre, 2018

Lecturas para desconectar en Navidad

21 Dic

Las fiestas navideñas pueden llegar a ser estresantes, así que para que podáis desconectar un poco, aquí os dejo unas cuantas recomendaciones literarias.

Todas las podéis encontrar en nuestro catálogo de las Bibliotecas Municipales de A Coruña.

La muerte del comendador (de Haruki Murakami)

Publicada por la editorial Tusquets en 2018.

En plena crisis de pareja, un retratista de cierto prestigio abandona Tokio en dirección al norte de Japón. Confuso, sumido en sus recuerdos, deambula por el país hasta que, finalmente, un amigo le ofrece instalarse en una pequeña casa aislada, rodeada de bosques, que pertenece a su padre, un pintor famoso. En suma, un lugar donde retirarse durante un tiempo. En esa casa de paredes vacías, tras oír extraños ruidos, el protagonista descubre en un desván lo que parece un cuadro, envuelto y con una etiqueta en la que se lee: «La muerte del comendador». Cuando se decida a desenvolverlo se abrirá ante él un extraño mundo donde la ópera Don Giovanni de Mozart, el encargo de un retrato, una tímida adolescente y, por supuesto, un comendador, sembrarán de incógnitas su vida, hasta hace poco anodina y rutinaria. Este primer volumen de la novela La muerte del comendador es un fascinante laberinto donde lo cotidiano se ve invadido de señales indescifrables, de preguntas cuya respuesta todavía está lejos de vislumbrarse.

La desaparición de Stephanie Mailer (de Joël Dicker)

Publicada por la editorial Alfaguara en 2018.

La noche del 30 de julio de 1994, la apacible población de Orphea, en la región de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa… Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.

Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos jóvenes y brillantes policías de Nueva York, resuelven el caso. Pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo afronta: asegura que Dereck y Jesse se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba estaba delante de sus ojos, y afirma poseer información clave. Días después, desaparece.

Así se inicia este colosal thriller, que avanza en el pasado y el presente a ritmo vertiginoso, sumando tramas, personajes, sorpresas y vueltas de tuerca, sacudiendo y precipitando al lector sin freno posible hacia el inesperado e inolvidable desenlace.

El legado de los espías (de John Le Carré)

Publicada por la editorial Planeta en 2018.

Peter Guillam, leal colega y discípulo de George Smiley en los servicios secretos británicos –conocidos como El Circo–, disfruta de su jubilación en la finca familiar de la costa meridional de Bretaña, cuando una carta de su antigua organización lo insta a regresar a Londres.
¿El motivo? Su pasado en la Guerra Fría lo reclama. Unas operaciones de inteligencia que habían sido el orgullo del Londres secreto y habían implicado a personajes como Alec Leamas, Jim Prideaux, George Smiley o el propio Peter Guillam están a punto de ser investigadas con criterios perturbadores, por una generación sin memoria de la Guerra Fría ni paciencia para atender a sus justificaciones.
Entretejiendo pasado y presente para que ambos cuenten su tensa historia, John le Carré ha urdido una única trama tan ingeniosa y apasionante como la de las dos predecesoras sobre las que se ha basado: El espía que surgió del frío y El topo. El pasado ha venido a cobrarse sus deudas.

Yo, Julia (de Santiago Posteguillo)

Premio Planeta 2018

192d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más grande: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado. Albino es Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a su esposa para evitar su rebelión y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida está a punto de empezar. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía. Una novela sobre los conflictos de género en las esferas de poder, narrada a través de cinco personajes, de gran hondura psicológica, que funcionan como una suerte de peldaños por los que irá ascendiendo la protagonista. Y así contada la historia, parece una trama absolutamente actual, pero Julia, la protagonista, no es otra que Julia Domna, augusta del Imperio Romano, esposa del emperador Septimio Severo. Una férrea mujer que logró concentrar un poder jamás alcanzado por ninguna otra emperatriz.

Sabotaje ( de Arturo Pérez Reverte)

Publicada por Alfaguara en 2018

Mayo de 1937. La Guerra Civil sigue su sangriento curso en España, pero también lejos de los campos de batalla se combate entre las sombras. Una doble misión lleva a Lorenzo Falcó hasta París con el objetivo de intentar, de cualquier forma posible, que el Guernica que está pintando por Pablo Picasso no llegue nunca a la Exposición Universal donde la República pretende conseguir apoyo internacional. Aunque ya se adivinan en Europa los vientos de la nueva guerra que asolará el continente, la música alegre sigue sonando, y el arte, los negocios, la vida frívola ocupan todavía a intelectuales, refugiados y activistas. Acostumbrado al peligro y a las situaciones límite, Falcó debe enfrentarse esta vez a un mundo en el que la lucha de ideas pretende imponerse sobre la acción. Un mundo que a él le es ajeno, y al que aplicará sus propios métodos.

Una noche en el paraíso (de Lucía Berlín)

Publicada por la editorial Alfaguara en el 2018.

Una noche en el paraíso es una colección de veintidós cuentos que han sido seleccionados por uno de los hijos de BerlinMark. El éxito del «Manual para mujeres de la limpieza» ha dado lugar a que exista una importante expectación acerca de este nuevo volumen. Lucia Berlin nació y murió el mismo día y el mismo mes, el 12 de noviembre. Desde Alaska, donde nació en 1936, hasta California, donde murió en 2004, hay toda una trayectoria geográfica y personal que la llevó a Nuevo México, Chile, Colorado, en ese vaivén vital que constituyó su vida y que salpica, y de qué manera, su obra.

El prólogo del libro está escrito por Mark Berlin, el hijo que se ha encargado de seleccionar los relatos que forman este volumen. Sus historias se inspiran en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su adolescencia glamurosa en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo, o los distintos puestos de trabajo que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos: enfermera, telefonista, limpiadora, profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel.

La señora Fletcher (de Tom Perrotta)

Publicada por Libros del Asteroide en 2018.

Temiendo el síndrome del nido vacíoEve Fletcher está decidida a convertir la partida de Brendan, su único hijo, a la universidad en una oportunidad para ampliar sus horizontes vitales. Eve es una mujer divorciada de algo más de 40 años, atractiva, con un trabajo estable como directora de un centro para la tercera edad y una existencia que, en cuanto falta su hijo, parece completamente vacía. Para remediarlo, Eve busca nuevas amistades, intenta salir de casa y hasta se apunta a un curso sobre teoría feminista en la universidad que, para su sorpresa, está impartido por una mujer trans. Y, mientras su madre descubre sentimientos, intereses y deseos que no sabía que tenía, Brendan quema sus primeros meses de universidad yéndose de fiesta, no estudiando ni una página y persiguiendo a Amber, una fornida activista feminista.

Fuimos canciones (de Elísabet Benavent)

Publicada por la editorial Suma en 2018. Continuada por «Seremos recuerdos» (2018)

Macarena vive en Madrid y es asistente de una influencer de moda.
Macarena disfruta la vida a sorbos e intenta ser feliz.
Macarena tiene dos amigas: Adriana y Jimena.
Macarena guarda un secreto que deletrea a escondidas.
Ese secreto tiene tres letras: L-E-O.
Macarena no sabe que Leo está en Madrid.
Macarena teme, Macarena sueña, Macarena ama, Macarena vuela…

Y en este juego del destino intenta aceptar que lo que fuimos no puede ser lo que seremos… ¿O quizás sí? «Porque a veces lo que fuimos da sentido a lo que de verdad somos».

La catedral y el niño (de Eduardo Blanco Amor).

Publicada por primera vez en 1948 en Buenos Aires y en España en 1976. Ahora la editorial Libros del Asteroiede publica su última edición en 2018 con prólogo de Andrés Trapiello.

Una novela de aprendizaje que muestra los contrastes sociales de principios del siglo XX en España. Es una novela clásica con argumento fuerte y con personajes muy marcados por su entorno social.

Luis Torralba es un niño de ocho años que vive en una ciudad gallega a comienzos del siglo XX. Sus padres están separados y pertenecen a mundos completamente distintos: su madre a los ambientes burgueses y clericales de la ciudad, con sus días previsibles y tranquilos; por el contrario, su padre es un pequeño aristócrata librepensador, un poco calavera, que vive en un destartalado pazo en las afueras. Durante su infancia, Luis vivirá situaciones que irán convirtiéndole en alguien capaz de imaginar su propio futuro, muy distinto al que todos tienen pensado para él

21 lecciones para el siglo XXI (de Yuval Noah Harari)

Publicada por la editorial Debate en 2018.

¿Cómo podemos protegernos de las guerras nucleares, los cataclismos ecológicos o las tecnologías disruptivas? ¿Qué podemos hacer contra la propagación de la posverdad o la amenaza del terrorismo? ¿Qué debemos enseñar a nuestros hijos?

Con la misma prosa inteligente, fresca y provocadora, Harari vuelve a librerías con un nuevo título, 21 lecciones para el siglo XXI, en el que examina algunas de las cuestiones más urgentes de nuestro presente. El hilo dorado que recorre este estimulante nuevo libro es el desafío de mantener nuestro enfoque colectivo e individual frente al constante y desorientador cambio que estamos viviendo.

¿Somos aún capaces de entender el mundo que hemos creado?


En busca de la felicidad

19 Dic

«No es bueno obsesionarnos con un ideal hasta el punto de amargarnos la existencia por no alcanzarlo»

La bella esposa durmiente del bosque

Satsuko queda con una antigua amiga que no ve desde hace cinco años, Misuzu. Habían trabajado juntas y eran buenas amigas. Después, Misuzu se casó, tuvo un hijo y dejó el trabajo. Ahora los problemas de Misuzu eran otros, no se encontraba bien y le confiesa «algunas veces me siento atrapada, como si estuviera en una caja de zapatos«. La maternidad la agobiaba. Todavía no se había acostumbrado a tener a una persona totalmente dependiente de ella. A no tener tiempo para ella.

En estos momentos estaba trabajando desde casa para compaginar la maternidad con la faceta laboral, pero aún así se seguía sintiendo «encerrada». Cuenta con estar un año más así, después cuando su hijo vaya al colegio se reincorporaría a la vida laboral.

Además, Misuzu también se siente insegura con su cuerpo. Siente que con la maternidad ha cambiado y es algo que le obsesiona, y quiere recuperar su juventud. Satsuko no sabe como consolarla. Ella la ve igual que siempre y no consigue entenderla bien. Aún así, le regala un día de compras y una tarde de relax en un spa. Misuzu agradece hacer algo, por fin, para sí misma.

El segundo hombre

Satsuko conoce a Tarô el dueño del bar donde suele ir a comer. En seguida le gustó así que intentó hacer todo lo que pudo para que las citas con él salieran bien. La primera fue por iniciativa de él a una clase de Hot yoga. En la segunda, también propuesta por Tarô, a un pícnic. Para la tercera decide acudir antes a la tienda de lencería para que Isaji le aconseje en cuestiones de ropa interior.

Quería buscar algo que reflejara «el tipo de relación que quería tener con él, más natural sin artificio… sólo quería mostrarse tal como se sentía en su compañía». Isaji, como siempre la aconseja y alaba su nueva actitud frente a la vida ya que parece mucho más segura de sí misma que cuando la conoció. Satsuko se dio cuenta de lo atractivo que es Isaji,como si lo viera por primera vez y «sintió una punzada indefinida en el fondo de su corazón».

La tercera cita con Tarô no fue todo lo bien que esperaba. Fueron citas originales y sorprendentes y se había sentido muy a gusto en su compañía pero se dio cuenta de que ella no tenía poder de decisión. Todo lo elegía él, no le preguntaba a ella. También se dio cuenta de que intentaba imponer sus gustos sin tener en cuenta su opinión, hacía comentarios sobre ella con la intención de que cambiara para «complacerle«, cosa que no iba en absoluto con el carácter de Satsuko así que acabó rompiendo con él.

Por mi tañen las campanas

En esta parte final del libro, a Satsuko le descubren una «calcificación en un pecho» y le hacen más pruebas médicas. Tras la mamografía vino una biopsia. El resultado fue un «tumor maligno» pero sin riesgo a que se extendiera por otros órganos. Tenían que operarla y hacerle una «mastectomía completa«. Satsuko se quedó destrozada. Aunque le aliviaba el hecho de no tener metástasis, el perder un pecho la desbordaba.

Para la operación se fue a vivir con sus padres para contar con el apoyo de su familia. Decidió someterse a una mastectomía completa y a una reconstrucción al mismo tiempo. Se pondría unos implantes artificiales y más tarde se tendría que volver a someter a otra crujía para ponerse el pecho definitivo.

Un año y pocos meses después, Satsuko se había sometido a varias operaciones para intentar equilibrar sus pechos. Seguía con la rehabilitación. Se había puesto a trabajar a tiempo parcial en un restaurante de fideos chinos que regentaba un amigo de su padre. Todavía no se sentía con fuerzas de volver a su trabajo y en ese intervalo de tiempo la empresa quebró.

Satsuko estaba viva y feliz de estarlo. Por fin podía disfrutar de cada momento del día. Y se acordaba con nostalgia de Isaji. Quería volver a verlo. Se había enamorado de él hace tiempo, sin darse cuenta.

Un día fue a su nueva tienda. Un local mucho mejor. Quería ver su cara cuando la viera. Isaji no se amilanó cuando se dio cuenta de lo que le había pasado, todo lo contrario «se enorgullecía de que hubiera vencido la enfermedad» y le contó que su madre, Hanae, pasó por lo mismo y ahora estaba bien y feliz.

Satsuko no fue capaz de expresarle sus sentimientos pero cuando estaba de regreso a su casa, descubre en la bolsa de la tienda una carta de Isaji donde sí expresaba los de él. Así que se decidió y por una vez en la vida tomó la iniciativa.

Poco tiempo después, monta una nueva empresa de publicidad y se casa con Isaji. Es feliz ante el nuevo futuro que tiene por delante.


Mi opinión

Hemos llegado al final de la novela. Y como cabía esperar, un final feliz. Satsuko se nos presenta al principio como una mujer estresada, sin vida personal y viviendo para su trabajo. Considera que por ser mujer tiene que demostrar el doble en la empresa y no pone límites. En el fondo es una persona insegura y amargada que pone de excusa para su inexistente vida personal y social que su novio la dejó hace tiempo por otra.

El contacto con Isaji le hace ver su auténtica realidad y que no es feliz. Poco a poco va cambiando su mentalidad ya que es consciente de que no lleva las riendas de su vida, sino que se deja llevar sin más. Ese proceso de madurez le hará empatizar más con su entorno y relativizar todo cuanto le ocurre.

Tras superar su enfermedad se vuelve más fuerte y consigue lo que buscaba: el amor y trabajar de otra manera.

Novela ligera, con toques de humor, llena de tópicos y sin más pretensión que hacernos reflexionar sobre algunas cuestiones sobre las que atraviesa la mujer trabajadora de hoy en día: el trabajo, los horarios, la maternidad, la juventud, el cuidado de la imagen, el sexo, etc.

Entretenida y fácil de leer.

¡¡¡Espero vuestros comentarios!!!!


Calendario:

  • Los que tenéis un ejemplar en casa: tenéis que devolver la novela antes del 28 de diciembre.
  • Para todos: hacemos un parón en navidades y volvemos el 7 de enero con más lecturas.

¡¡¡Felices fiestas!!!

Las cosas no cambian, cambiamos nosotros

12 Dic

Foto de Toru Hanai/Reuters. http://www.eldiplo.org

«Cuando las personas permitimos que los prejuicios controlen nuestras vidas, a veces dejamos pasar oportunidades maravillosas»

Cien años de acritud

Satsuko tiene 32 años y trabaja en una empresa de publicidad. Puede estar hasta las tres de la mañana en la oficina e irse a su casa sólo a dormir unas cuentas horas para volver a las jornadas interminables de trabajo. Lleva una vida aburrida y monótona.

Un día, de camino a un cliente, descubre que no lleva puesto el sujetador y decide entrar en una tienda de lencería para subsanar el error. Allí conoce a Yô Isaji, un joven vendedor experto en lencería. Turbada por la presencia masculina en una tienda así, decide olvidar los convencionalismos y dejarse llevar. Pero Isaji resultó ser algo más que un buen vendedor, supo leerle el alma a través del cuerpo y adivinar cual había sido su vida desde hace unos años. Satsuko se quedó impresionada.

Este hecho le hizo pararse a pensar en como está siendo realmente su vida, en general poco satisfactoria. Sin vida social, ni familiar, está plenamente volcada en el trabajo e intentando contentar a sus superiores. El hecho de que Isaji le mostrara la realidad, le hizo ver que todo dependía de ella y sólo ella podía ponerse en valor y conseguir ser más feliz.

Asumió la reunión que tenía programada de otra manera. Su cliente era la empresa Viajes Lirio del Valle pero con quién tenía que lidiar era con su relaciones públicas, la señora Akiyoshi. Una persona con mucho carácter y difícil de contentar. Hasta este momento, Satsuko se limitaba a asentir en la reuniones, darle la razón y comportarse como la «devota empleada«. Pero algo ya había cambiado en su interior y no se conformó con asentir sino que dio su opinión y debatió todas las salvedades que la señora Akiyoshi le hacía a su propuesta publicitaria. No se dejó amedrentar. Y consiguió su objetivo, porque nadie «se había atrevido nunca a expresarle su verdadera opinión», así que la señora Akiyoshi le dio una oportunidad de llevar la campaña publicitaria de su empresa.

Lo que la faja se llevó

Satsuko es invitada a la boda de su exnovio, Naosuke Monma, con Airi Ono, a la que todavía no conoce. Naosuke había sido su novio desde el instituto, habían pasado mucho tiempo juntos, desde los 14 hasta los 29 años. Ella creyó que pasaría toda la vida con él. Todavía seguía pensando que ese capítulo no estaba del todo cerrado, así que la invitación le supuso un cara a cara con la realidad que no quería asumir.

La causa de la ruptura fue otra mujer, una compañera del trabajo de Naosuke y muy joven. Satsuko no lo había superado. Fue a la boda un poco obligada para no dar lugar a comentarios ni para despertar la compasión. Se encontró con amigas y conocidos y «le hería el amor propio el hecho de que la gente pudiera creer que no tenía pareja ni hijos porque era una mujer inadecuada«.

Lo que se encontró allí la sorprendió. La novia no era quién ella esperaba. No era la compañera de trabajo mucho más joven que ella, sino otra mujer diez años mayor que él. Se escandalizó de lo que vio y no entendía que hacía Naosuke con ella. Cayó de lleno en los convencionalismos sociales y en los prejuicios sobre la edad y la juventud.

Al final, tras el discurso de la novia que dijo que «hago lo que me apetece sin pensar en lo que los demás piensen de mi» se dio cuenta de que ella misma se había convertido en una «mujer intransigente y cuadriculada» se había escandalizado por la diferencia de edad entre los novios y que los vestidos de la novia eran «inadecuados» y se da cuenta que desde su ruptura con Naosuke se «quedó encasillada en ese momento» y se dio cuenta de que necesita salir de ese bucle. Aunque Naosuke no hubiera conocido a otra chica se hubieran separado igual porque recuerda Satsuko que en aquella época «ella solo tenía tiempo para su trabajo». Ahora, consciente de la realidad, se plantea un nuevo futuro.

El sujetador sobre el río Kwai

Satsuko ayuda a una compañera de trabajo, Momota, a tener una mejor actitud en el trabajo ya que se muestra distante y nada empática con los clientes. Y quiere evitarle problemas con los jefes.

Momota viste de forma masculina y sin importarle mucho su imagen. Así que, Satsuko en vez de juzgarla intenta conocerla mejor y ayudarla con las relaciones laborales. Quedan juntas fuera del trabajo y de esta manera conoce su infancia y adolescencia donde fue intimidada por el sexo masculino. Y le contó como en el metro un hombre mayor se le acercó de manera inapropiada «el hombre mostró sus colmillos de fiera y yo sentía tanta vergüenza como si hubiera cometido un pecado».

El problema de Momota es que desde la adolescencia y por una serie de circunstancia «se sentía muy humillada y degradada como mujer» y esa sensación le perduraba hasta hoy. Satsuko le dice que puede ser como quiera y vestir igual pero que tiene que ser más amable con su entorno e intentar empatizar con él. La va a ayudar y apoyar. Y Momota va cambiando poco a poco.

El fantasma del edificio comercial

Satsuko se queda sorprendida por la cantidad de hombres vestidos de mujer que entran en el viejo edificio comercial (donde está la tienda de lencería) para ir a la tienda de la Señora del Bigote, una boutique para drag queens. Cree reconocer a uno de sus clientes y siente curiosidad. Después de varios días vigilando la entrada descubre que uno de ellos es el señor Ogami, uno de sus clientes de una empresa de destilería y con el que tenía problemas en promocionar su último sake.

A Satsuko se le ocurre la idea de organizar un taller de lencería para hombres en colaboración con la tienda de la Señora del Bigote. Resulta un éxito. Allí se encuentra con el señor Ogami. Le ayuda a encontrar la prenda perfecta. Tras esto, Ogami decide darle la campaña y no por comprar «su silencio» sino porque cree que Satsuko no tiene prejuicios y sabe «ver a la persona tras el producto«.

El especialista al servicio de Su Majestad

En esta ocasión, Satsuko se enfrenta al proyecto publicitario del señor Ogami. Él quiere para el anuncio de su sake a la actriz Yûki Honjô que lleva varios años sin estar en activo y que además había protagonizado varios escándalos. Aunque seguía siendo un icono entre los gays y los transexuales. Por eso entendió el interés de Ogami por ella.

La contrató para el anuncio pero cuando la vio, no se correspondía en absoluto con la imagen que tenía de ella en sus primeras películas. Llegaba «apoyada en su mánager, con evidentes dificultades para caminar y la cara enrojecida». Mujer con mucho carácter y difícil de contentar. Un poco diva. Pero tras pasar por maquillaje y peluquería, parecía otra. Ogami no dejaba de contemplarla como si Yûki fuera una escultura de mármol como una diosa y con total admiración.

Tras varios cambios de vestuario, Satsuko consigue dar con la imagen ideal para el anuncio con la ayuda de Isaji, que siempre está cuando lo necesita, y se da cuenta de que la juventud no lo es todo y que a pesar de los años Yûki sigue brillando con luz propia, lo único que hace falta es que «una se acepte a si misma y se quiera«.

Comentario 

Esta novela se puede enmarcar dentro de la narrativa del Chick-lit por su cercanía al género de la novela romántica. Presentando a la mujer, no como víctima, sino como dueña de su propia vida y mostrando un elenco de experiencias que se corresponden, en gran medida, con las de las mujeres actuales, trabajadoras, en torno a la treintena y que viven en grandes ciudades.

Con elegancia y un humor irónico directo, Asako Hiruta nos va mostrando a lo largo de los capítulos la vida y circunstancias de Satsuko Kunieda una treinteañera soltera, trabajadora y estresada.  Que lleva una vida aburrida y sin pretensiones después de que su novio de toda la vida la dejara. Entonces se encuentra con Yô Isaji y le rompe los esquemas, primero al comprobar que es un especialista en lencería, trabajo que siempre se atribuyó a las mujeres, y segundo porque sabe leerle el alma mejor que ella misma.

Es una lectura ligera pero llena de matices. La presión de la imagen de la eterna juventud sobre la mujer, los prejuicios de ellas mismas sobre las demás. Prejuicios cotidianos que esclavizan a la mujer en general con su cuerpo.

La presión sobre el trabajo. Competir en un mundo laboral de hombres intentando siempre ser la mejor. Supeditar toda tu vida a la empresa, sin horarios y sin vida personal.

A lo largo de esta lectura vamos viendo como poco a poco Satsuko va superando los convencionalismos, cogiendo confianza en si misma y tomando las riendas de su vida para ser feliz.


Ahora os toca a vosotros,

Comentad lo que queráis de la novela. Vuestras impresiones. La historia, ¿creéis que trata sobre el cambio de actitud de Satsuko ante la vida o de más cosas?. ¿Creéis que refleja algunas circunstancias y sentimientos reales?. ¿Qué pensáis de Yô Isaji?

El próximo post: el miércoles, 19 de diciembre (final de la novela)

¡¡Nos leemos!!

El papel de la mujer en Japón

4 Dic

Japón es una país ampliamente dominado por los hombres. Su contexto político lo hace desfavorable para la emancipación de la mujer puesto que el Partido Democrático Liberal, excesivamente conservador, ha estado en el poder desde finales de la Segunda Guerra Mundial.

Con la derrota de Japón en la Guerra Mundial, el parlamento tuvo que aceptar la inclusión de una nueva Constitución, en la que se garantizaba la igualdad entre hombres y mujeres.

Aun así hoy en día el estatus social de las mujeres en Japón comparado con otros países desarrollados es bastante bajo. En parte se debe a que en las mentes de los japoneses persisten muchas ideas desde la Era Edo (1603-1868) y por la influencia del Confucianismo  que ve al hombre como un ser social que ocupa un puesto y desempeña una función determinada como estrategia del bien común y no como un ser aislado. «El japonés no piensa en si mismo como individuo, sino en su papel como parte de la sociedad».

En Japón las mujeres, al igual que los hombres, están encasillados en un rol determinado por el género. Solo el 10% de los cargos de dirección en la empresa privada son ocupados por mujeres y el caso es similar en la administración pública.

Los japoneses conciben esta situación como un asunto meramente cultural, no es porque se considere a la mujer como una persona incompetente o incapaz, sino porque durante siglos, han existido labores asignadas únicamente a los hombres.

Emancipación laboral de la mujer

Fue en la década de los setenta, en pleno boom económico, cuando las japonesas comenzaron a tener un protagonismo real en el desarrollo del país. No sólo porque se produjo una entrada masiva de mujeres en el mercado laboral, aunque en su mayoría a tiempo parcial, sino también porque el mercado les reconoció una importante capacidad de consumo: como administradoras del gasto en sus hogares y como trabajadoras. Sin embargo, fue con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria a principios de los noventa, y con la crisis económica que azotó Japón a lo largo de toda la década, cuando comenzó la “revolución”.

La crisis provocó la reestructuración de la plantilla de las empresas. Decenas de miles de ejecutivos perdieron sus empleos, cientos de miles de hombres que habían crecido con las empresas y jamás concibieron cambiar de empleo vieron traicionada su lealtad empresarial y se vieron en la calle. Aumentó el índice de suicidios y muchos hombres, avergonzados por encontrarse en el paro, optaron por no volver a sus casas y perderse en el creciente enjambre de los “sin techo”.

Forzadas o no por los acontecimientos, las japonesas dieron un paso al frente. Como fuerza laboral, eran mucho más flexibles porque casi siempre habían estado en un segundo plano, con trabajos temporales. Además, las dificultades que las mujeres sufren, en especial el degradante y frecuente acoso sexual, habían convertido su cambio de empleo casi en una costumbre.

En clave autobiográfica de humor y de asombro, la escritora belga Amélie Nothomb, nacida en Japón, donde pasó su infancia y cuya lengua domina, cuenta en «Estupor y Temblores» el traumático interior del mundo laboral japonés. Un mundo que fagocita a las personas hasta convertirlas en engranajes; que absorbe la mitad de las horas del día y está fuertemente jerarquizado; en el que cada superior es, antes que nada, inferior de otro, y en el que la mujer, considerada un ser de segunda clase, es humillada y tiene más bien nulas que pocas posibilidades de ascender. Nothomb, que terminó relegada a limpiar los servicios de la empresa, cuenta que la japonesa «nace cargada de obligaciones y bajo el dogma de que nada bueno puede esperar de la vida». A partir de ahí, todo son preceptos absurdos que moldean su mente desde la cuna y pesan como una losa para que el hombre, la empresa y la sociedad en general se paseen sobre ella.

Discriminación laboral

La falta de flexibilidad es sólo uno de las ramas del problema. Mientras no haya un cambio de actitud por parte de toda la sociedad, la mujer no podrá avanzar hacia la igualdad. Por ejemplo, declaraciones como las del ministro de sanidad Yanagisawa, que describió a las mujeres como “máquinas de parir niños” y sugirió que el bajo índice de natalidad japonesa era culpa de mujeres que no estaban sabiendo cumplir con su obligación de tener hijos, o la recomendación de Shimomura (político del gobierno de Shinzo Abe) hacia las mujeres para que “se queden en casa y cuiden de sus hijos” como solución a la falta de guarderías y centros infantiles, son claros ejemplos de que la mentalidad debe cambiar.

Incluso el lenguaje japonés refleja algunas de éstas ideas. La existencia de términos como christmas cake (para referirse a mujeres de más de 25 años sin perspectivas de matrimonio), shokuba no hana (literalmente, flor de oficina) u OLs (office ladies), que básicamente sirven a sus compañeros masculinos, demuestra que Japón está lejos de vencer la discriminación laboral por cuestión de género y que la idea de que la mujer es inferior al hombre en el ámbito laboral está todavía muy presente en la mente de toda la sociedad.

Asimismo, la diferencia salarial entre sexos en Japón es la mayor de los países desarrollados y conjuntamente con la exigencia de una cultura corporativa, que supone una gran barrera para aquella mujer que no quiere o no puede cumplir con las expectativas de dedicación absoluta y largas jornadas, el número de mujeres en posiciones de liderazgo ha pasado tan sólo del 1% al 2,8% entre 1980 y 2005, es decir, ha tenido un crecimiento exageradamente lento.

A pesar de esto, las tasas de ocupación femenina no han hecho más que subir desde  2005,  pero todavía queda mucho camino por recorrer, especialmente en cuanto a la calidad de estos puestos de trabajo y las condiciones salariales.

Movimientos feministas

Todo esto ha motivado la tardía aparición y el escaso arraigo en Japón de los movimientos feministas y liberalizadores de la mujer así como de la reivindicación de la igualdad de derechos. En la actualidad, desde la Ley de Igualdad de Oportunidades, promulgada en 1985, la Ley de Baja Maternal, de 1992, y la Ley para la Prevención de la Violencia Conyugal, de 2001, las japonesas están tan protegidas legalmente como las europeas o las norteamericanas.

En la práctica, sin embargo, aún les queda un largo camino por recorrer, como demuestra que ninguna de las dos primeras leyes mencionadas incluye una penalización para las empresas en caso de que las incumplieran.

Ayaka Shiomura recibe disculpas publicas de Akihiro Suzuki. Fotografía tomada de: Asianews.it

Existen múltiples ejemplos de acoso a las mujeres, uno de los que causó más revuelo en su momento fue el de la parlamentaria Ayaka Shiomura, quien presentaba un discurso, para proponer acciones de apoyo a las madres trabajadoras con hijos pequeños y medidas para aumentar la tasa de natalidad en Japón; un opositor en su momento lanzó un grito para detener el discurso diciéndole: “¿No sería mejor que te casaras rápido?”

A pesar de lo impactante que fue el comentario de la oposición, entre lagrimas, Shiomura mantuvo su determinación y agregó a su discurso: “Cuando las mujeres brillen con luz propia, Japón será más y más radiante.”

Con el paso de los años, la situación ha empezado a cambiar, las mujeres ahora reconocen sus derechos y su papel en la sociedad, incluso en una con contrastes culturales tan fuertes como la japonesa. Los casos de Sekuhara se denuncian cada vez más y ahora el Estado está trabajando por el reconocimiento de la labor de la mujer en cargos públicos y privados.

La familia y la sexualidad

Unas relaciones sexuales libres y una sexualidad abierta son algunos de los grandes problemas que enfrentan a la juventud japonesa con sus progenitores. Aunque el matrimonio sigue siendo prioritario, cada día son más los chicos y las chicas sexualmente activos fuera de un marco convencional, si bien son pocos los que se aventuran a un desafío abierto. La independencia económica, una buena dosis de hipocresía y la mayor preparación de la mujer han convertido lo que era hasta ahora un tabú en una cuestión de estudio.

La píldora anticonceptiva no fue legalizada hasta 1999 debido a las dudas de la población sobre su seguridad, y en parte debido también a que solo un porcentaje muy bajo de las mujeres japonesas la usan, incluso hoy en día.

Con grandes esfuerzos, las japonesas van ganándose su autoestima y forjando su independencia, lo que se traduce en cambios en la estructura familiar. El primero es el retraso en la edad del matrimonio. Según Kazuo Sato, profesor de la facultad de Educación de la Universidad de Chiba, “hasta hace muy poco era muy difícil para las mujeres vivir como solteras”. Debían casarse antes de los 25 años porque después “su valor como novia decaía rápidamente”.

Ahora, según las estadísticas oficiales, la edad media de las japonesas al casarse se sitúa en 28,3 años. Asimismo, la tasa de divorcio pasó de 1,5 por cada 1.000 parejas en 1984, a 2,3 en 2002, debido fundamentalmente a las demandas presentadas por mujeres.

Foto tomada de: https://mundomayor.com

El futuro

La población envejece con rapidez, la tasa de natalidad disminuye, y los pronósticos indican que la población disminuirá 30 por ciento para 2055.

Para Kathy Matsui, economista de uno de los mayores bancos de Japón, no queda otra solución que aprovechar más la población existente. «Las mujeres constituyen 50 por ciento de los habitantes del país, tienen un gran nivel educativo, pero dejan de trabajar al llegar a determinada edad”, apuntó.

No hay más opción que tomar medidas para que las mujeres sigan trabajando. No es una perspectiva feminista, sino un análisis objetivo de una economista”, subrayó.

Pero la sociedad japonesa no parece muy dispuesta a aceptar esa idea. Una encuesta del gobierno realizada reveló que el 51 por ciento de las personas entrevistadas pensaban que las mujeres deberían quedarse en la casa y cuidar a la familia mientras sus maridos trabajan.

Esa cantidad es 10,3 por ciento más que la que dio una respuesta similar en un estudio similar realizado en 2009. El aumento fue especialmente destacado en la categoría de 20 a 30 años.

“La actual generación joven sabe cómo es crecer con una madre que trabaja”, explicó Suzanne Akieda, arqueóloga belga que vive y trabaja en Japón desde hace 40 años.

“Antes, muchas mujeres trataron de hacer a un lado sus vidas personales para seguir una carrera. Ahora, muchas comenzaron a reconsiderar si aquello fue correcto. Esa es la reacción”, añadió.


Próximo post: miércoles, 12 de diciembre.

Comentarios hasta la página 130 que se corresponde con el final del capítulo «El especialista al servicio de Su Majestad».

Nos leemos,

Nuestra próxima lectura: «La insólita pasión del vendedor de lencería» de Asako Hiruta

3 Dic

En nuestra próxima lectura nos vamos a Japón de la mano de la joven escritora japonesa Asako Hiruta. Publicada en España en 2016 por la editorial Reservoir Books y traducida por Marta Estefanía Gallego Urbiola.

La insólita pasión del vendedor de lencería

Satsuko tiene 32 años, trabaja en una agencia de publicidad y, a decir verdad, no lleva la vida más plena del mundo. Un día, saliendo de casa con prisas, se da cuenta de que va sin sujetador. Se mete de golpe en una tienda de lencería que ha visto al pasar otras veces, llamada Toujours Ensemble. El dependiente, Isaji, resulta ser un tipo cuyos conocimientos del alma y la anatomía femeninas son tan vastos que apenas necesita tomar medidas para saber qué prenda recomendar y qué consejos personales dar. Su confianza en el poder de la ropa interior es infinita: «La próxima vez que tenga algún problema o duda, llévese la mano al corazón y piense con calma. Su pecho y su sujetador siempre tendrán una respuesta.»

Asako Hiruta

Nació en 1979 en Sapporo, la capital de Hokkaido. Tras graduarse en la facultad de literatura japonesa de la universidad de Otsuma Joshi de Tokio, vuelve a su tierra natal y trabaja en una agencia de publicidad.

En 2007 deja su empleo allí y empieza a escribir. Al año siguiente gana la séptima edición del premio de literatura R-18 (literatura erótica de mujeres para mujeres) de la editorial Shinchosha con el relato «Jijô jibaku no watashi» (Cómo me até a mí misma), que en 2010 se convirtió en la pieza central de un volumen de relatos homónimo y que en 2013 el director del cine Naoto Takenaka llevó a la gran pantalla. A continuación escribe la novela Hoshi to monosashi (Estrellas y distancias, 2012) y otras dos colecciones de relatos: Hitohada shokora riky’ru (2013, El licor de chocolate a temperatura humana) y Ai o furikomu (2013, Domiciliar el amor).

En 2015 su consagración nacional e internacional se produce con Fitter X no ijyona aijyô (La insólita pasión del vendedor de lencería). Como curiosidad comentar que pese a que el libro no es autobiográfico tiene elementos de la vida de la autora.

El trabajo de Asako Hiruta ha sido un pequeño fenómeno editorial en Japón, donde ha cosechado muy buenas críticas, además de provocar el debate y el entusiasmo de un nicho demográfico que en el país nipón es casi invisible: el de las mujeres en la treintena que aún no se han casado y luchan por forjarse una trayectoria profesional. Con un tema extravagante y un humor muy refinado, La insólita pasión del vendedor de lencería se muestra como una lectura refrescante, en la que también afloran cuestiones que afectan a los jóvenes en la actualidad: la sexualidad decreciente de la primera madurez, las miserias de la vida familiar y la maternidad, la presión del mercado laboral o la desigualdad de género.


Calendario de lecturas

  • 3 de diciembre (lunes): post presentación del libro.
  • 4 de diciembre (martes): post «El papel de la mujer en Japón»
  • 12 de diciembre (miércoles): post comentarios hasta la página 130 y se corresponde con el final del capítulo «El especialista al servicio de Su Majestad».
  • 19 de diciembre (miércoles): post comentarios hasta el final de la novela.

Los que recogéis un ejemplar de la novela en la Biblioteca Fórum ya los tenéis disponibles en horario de apertura de la Sala de adultos.

¡Nos leemos!