El auge del nazismo

Contexto histórico

El ascenso al poder de Adolf Hitler comenzó en  en septiembre de 1919 en Alemania, cuando Hitler se unió al Partido Obrero Alemán (DAP). En 1920 cambió su nombre a Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), comúnmente denominado Partido Nazi.

Este partido político se formó y desarrolló durante la posguerra de la Primera Guerra Mundial, como partido antimarxista y opuesto al Tratado de Versalles y al gobierno democrático de posguerra de la República de Weimar. Defendía el nacionalismo extremo y el pangermanismo, así como el antisemitismo.

Puede considerarse que el ascenso de Hitler terminó en marzo de 1933, después de que el Reichstag adoptara la Ley de Concesión de Plenos Poderes de 1933. El 30 de enero de 1933 el presidente Paul von Hindenburg había nombrado a Hitler canciller tras una serie de elecciones parlamentarias y las consiguientes intrigas entre bastidores.

La ley de plenos poderes, si se aplicaba de forma despiadada y autoritaria, daba virtualmente a Hitler la capacidad de ejercer constitucionalmente a partir de ese momento un poder dictatorial y sin objeciones legales.

Hitler ascendió a un lugar prominente en los primeros años de existencia del partido. Siendo uno de los mejores oradores del partido, exigió a los otros miembros que lo hicieran líder, con la amenaza de abandonarlo. En parte se ayudó de su deseo de utilizar la violencia para avanzar en sus objetivos políticos y para reclutar miembros que compartieran este deseo.

El Putsch de Múnich, en noviembre de 1923, y la posterior publicación de su libro Mein Kampf («Mi lucha«) acercaron a Hitler a una audiencia más amplia. A partir de ahí, el partido entró en una lucha electoral en la que Hitler participó como orador y organizador,​ así como en acciones violentas y reyertas callejeras.

A finales de los años 20 y principios de los 30, los nazis consiguieron suficientes apoyos electorales para convertirse en el mayor partido político del Reichstag, y la combinación de agudeza política, capacidad de engaño y astucia de Hitler convirtió la mayoría simple del partido en un efectivo poder de gobierno en la debilitada República de Weimar de 1933.

El 24 de marzo de 1933 pidió al Reichstag que aprobara la Ley Habilitante que dio a Hitler plenos poderes «temporalmente». Esta ley le otorgaba la libertad de actuar sin consentimiento parlamentario e incluso sin limitaciones constitucionales.

La ley permitía a Hitler y a su gabinete gobernar por decreto de emergencia durante cuatro años, aunque Hindenberg seguía de presidente.Hitler comenzó inmediatamente a abolir poderes de los estados federados y puso en el punto de mira a partidos y organizaciones políticas. Con la excepción del nazi, los partidos fueron oficialmente ilegalizados el 14 de julio, y el Reichstag renunció a sus responsabilidades democráticas.

La ley no invadía los poderes del presidente y Hitler no alcanzaría su pleno poder dictatorial hasta la muerte de Hindenburg, en agosto de 1934.

Paradero desconocido

Novela corta, o relato, de precisión conmovedora, trágica, dolorosa… y de gozosa lectura. Está compuesta por la correspondencia que intercambian los dos protagonistas y todo en ella es relevante, los membretes, las firmas, lo que queda entre líneas, el tono, los silencios… es brevísima pero no importa, ha sido afilada como un escalpelo.

La novela transcurre entre 1932 y 1934, durante el auge del nazismo.

La inspiración para esta novela

El libro está inspirado en la transformación ideológica que sufrieron unos alemanes que regresaron a su país tras haber vivido en Estados Unidos. Eran cultos e inteligentes, pero no toleraban críticas a Hitler. En un viaje a California se negaron a saludar a un amigo judío con el que se cruzaron. «Qué los había llevado a ese grado de crueldad?«, se preguntó al presenciar esta escena la autora, Kressmann Taylor. Y escribió «Paradero desconocido«.

¡Espero que os guste!


Calendario de lecturas:

El próximo viernes, 5 de octubre, analizaremos el conjunto de la novela.

¡Nos leemos!

11 comentarios sobre “El auge del nazismo

  1. Cuando una sociedad se siente en crisis, busca generalmente el responsable por fuera de ella. De allí nace la necesidad de un enemigo. Tenemos el enemigo, que es “el otro”, el judío, el comunista, el rojo, la mujer, el migrante etc. Pero la fórmula completa es cuando además para luchar contra “el otro” diferente a mí, aparece “el salvador”. Entonces la fórmula es perfecta. El padre salvador, legitima todo.
    Lamentablemente este recurso, ha sido parte de las estrategias del poder. Siendo utilizadas hasta el día de hoy. Esto ha justificado las mayores atrocidades, a lo largo de toda la historia.
    Somos domesticados tempranamente, todo estado tiene un sistema represivo que apunta a la domesticación de la sociedad. Con esto se logra la obediencia y la aceptación.
    Esto pasó en la Alemania Nazi y en muchos otros rincones del planeta, es más sigue pasando y parece que no logramos aprender.

    Como dice el poema de Bertolt Brecht:

    Primero se llevaron
    a los comunistas
    pero a mí no me importa
    porque yo no era

    Enseguida se llevaron
    a unos obreros
    pero a mí no me importó
    porque yo tampoco era

    Después detuvieron
    a los sindicalistas
    pero a mí no me importó
    porque yo
    no soy sindicalista

    Luego apresaron a unos curas
    pero como no soy religioso
    tampoco me importó

    Ahora me llevan a mí
    pero ya es tarde

  2. Espero que no sea tarde, por eso creo en este espacio que tenemos aquí. La literatura permite el desarrollo de pensamiento crítico, el arte finalmente nos ofrece un lugar de resistencia, donde podemos ser libres y aceptarnos desde las diferencias.

    Ana

    1. Un acierto el poema de Bertold Brecht. Gracias Ana María.
      Alemania había perdido la guerra y se sentía humillada y acosada por las deudas. Un caldo de cultivo para que alguien alentara el sentimiento de pertenencia y odio hacia un enemigo común.Cualquier sociedad que fomenta una ideología y pensamiento único, el miedo al diferente y lo traduce en violencia, acoso, quema de libros, etc. es una sociedad enferma, Y lo más preocupante es que la historia no nos sirve para aprender y no cometer los mismos errores.

  3. Hola a todos, me encantó la elección de la lectura.
    No es fácil entender como tantos millones de seres humanos pierden el juicio, se fanatizan y consideran que el fin justifica los medios aunque estos sean demenciales. Como mucha gente,me lo he cuestionado infinidad de veces y creo que tiene mucho que ver el hecho de que tanto en los grandes temas de estado como en los acontecimientos históricos como en la vida misma se le debe dar una salida digna al derrotado para evitar males futuros.

  4. Yo estoy de acuerdo con Luisa. El Tratado de Versalles fue muy duro para los alemanes. Los aliados no tuvieron ningún tipo de miramientos para con ellos. Pero, ¿cómo pensar en ello después de lo durísima que fue la Gran Guerra? Eso y el orgullo y sentimiento de clase de los militares que eran muchoS, propició el ascenso de Hitler.
    Por todo eso, he disfrutado mucho del libro. Creo que refleja muy acertada mente el orgullo alemán . Una gran elección .

  5. Hola a todos: He releído el libro con mucho gusto. Varios factores fueron caldo de cultivo para el ascenso del fascismo y siempre el líder o salvador precisa de una víctima que propicie su ascenso y que de solidez a sus ideas. Pero, a nivel de calle, qué es necesario para que ocurran esas fidelidades, esas visiones parciales de los hechos?
    Lo tengo muy presente al ver las noticias que escucho de y sobre Cataluña. Lo que unos califican de violencia para otros es derecho de expresión. Y a veces tengo la impresión de que están repartidos los papeles: el salvador (varios) el factor económico (nos roban) el adoctrinamiento, la lucha por el poder… ¿Estaremos escribiendo una nueva novela de paradero desconocido?
    Nos vemos. Zazo

  6. Hola, a mi el libro me produce sentimientos contradictorios. Por un lado el libro me deja como a medio hacer porque no es una historia que tenga principio y final.
    Por otro lado me mete miedo pensar cómo una persona puede cambiar tan radicalmente y llegar a no sufrir siquiera por la muerte de alguien querido.
    Supongo que cuando un país o un pueblo llega a la desesperación se agarra a cualquier cosa para salir de ella pero siempre hay que cuestionarse el precio de semejante acción.
    Al protagonista le da todo igual con tal de que alguien lleve la culpa del sufrimiento de su pueblo y los daños colaterales llega a verlos necesarios incluso.
    Para lo corto que es el libro estoy de acuerdo en que proporciona mucha información.
    Es curioso ver cómo van cambiando los encabezamientos incluso de las cartas de Martin, que al final siempre se inician con las frases escritas en alemán.
    La verdad es que da para pensar mucho, pero que mucho

    1. Marta, tienes toda la razón. No solo los encabezamientos son curiosos, sino también el nombre de su hijo nacido en Alemania (Adolf). Esto me recuerda al caso de Magda Goebbels (mujer del nazi Joseph Goebbels del que adoptó el apellido) y que era una fanática de Hitler (incluso se cree que más que su marido) tuvo 6 hijos y a todos les puso un nombre que empezaba por «H» en honor a Hitler. Tampoco tuvo escrúpulos en matarlos el último día de la Guerra cuando estaban a punto de ser capturados y antes de suicidarse con su marido.
      [RECORDATORIO: estos comentarios deberían estar en el siguiente post que se publicó hoy :)]

  7. Hola a tod@s
    Me ha gustado mucho el libro, me parece increíble q en un año y medio q transcurre el intercambio de cartas, dos personas que se han querido como hermanos lleguen a este final tan trágico. Uno por el cambio radical de sus ideas y el otro por lo que recibe del que era su gran amigo que no son más que las ganas de venganza hacia el las cuales para mí han sido las más acertadas. El final no podía ser otro.

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