La tradición, la herencia de nuestros antepasados

1 Dic

TIERRA DESACOSTUMBRADA (primer relato de Tierra desacostumbrada)

«Volvió a salir, cruzó el césped y miró la hortensia que había plantado su padre, que florecería rosa o azul dependiendo de la tierra. Para Ruma no era prueba de que su padre hubiera querido a su madre, ni de que la echara de menos. Sin embargo, la había plantado allí, rindiéndole homenaje antes de dedicar toda su atención a otra mujer».

Nos encontramos en Seattle donde viven desde hace poco tiempo Ruma, su marido Adam y el hijo de ambos, Akash. Se trasladaron ahí por el trabajo de Adam, que es jefe de operaciones para una empresa. La madre de Ruma murió hace un año de forma inesperada en la mesa de operaciones de un quirófano. Entonces, su padre se jubiló y se dedicó a viajar por toda Europa en viajes organizados. En estos viajes conoció a la Señora Banghi, una viuda bengalí con la que mantiene una relación en secreto.

La historia empieza con la llegada del padre a casa de Ruma a pasar una semana antes de emprender un nuevo viaje, esta vez a Praga. Akash tiene tres años y Ruma está esperando su segundo hijo. Esta visita altera de forma significativa a Ruma. Se siente culpable desde que murió su madre por desatender a su padre y dejar que viva solo en Pensilvania.

¿Reconocéis este sentimiento? hoy en día el concepto de familia en el mundo occidental ha cambiado mucho. Los hijos suelen independizarse en cuanto pueden y los padres, hasta que no se sienten dependientes, suelen asumir la vida por su cuenta. Pero antes no era así, varias generaciones convivían bajo el mismo techo de forma natural y toda la vida. Ahora ese concepto de familia ha cambiado mucho pero en la sociedad india sigue existiendo, siguen anclados en las viejas tradiciones familiares y como dice Lahiri  «la familia a veces es una bendición y otras una condena». ¿Qué pensáis vosotros?

Ruma siente que ha abandonado a su padre por su nueva familia y reflexiona sobre si debe pedirle que se vaya a vivir con ellos o no. En el fondo «Ruma temía que su padre se convirtiera en una responsabilidad, en una exigencia añadida, constantemente presente de una manera a la que ya no estaba acostumbrada«. Pide consejo a su marido pero éste no le resuelve el dilema, no le anima a que se lo pida pero tampoco le impide que se lo proponga.  Y en esta encrucijada se encuentra hasta el final.

¿Entendéis este dilema? para Ruma, y no para su marido, el peso de la tradición es importante, piensa en su madre, como mantuvo unida a la familia, como les obligaba todos los años a volver a la India para no perder sus raíces y costumbres. En la cultura India y en muchas otras, suelen ser las mujeres las garantes de la tradición. Y ahora Ruma se siente en cierta manera en deuda con su madre, pero también lucha por su propia identidad.

La madre, ausente pero tan presente a lo largo de todo el relato, es la que sigue marcando los destinos de su hija, ya que su marido y su otro hijo han encontrado su propio camino.

¿Como veis a Ruma? yo creo que es una persona muy infeliz. Aparentemente tiene una buena vida, un marido que la quiere, un hijo pequeño y otro en camino, pero no se siente satisfecha. No es feliz en su matrimonio «No entendía qué había ocurrido con su matrimonio después de la muerte de su madre«, creía equivocadamente que era porque él no experimentó la misma pérdida que ella y «tenía la impresión de que ambos eran personas separadas que llevaban vidas separadas». Yo personalmente no creo que tener que pasar por lo mismo sea necesario para poder empatizar y comprender a otra persona, pero sí es importante que la otra persona manifieste sus preocupaciones, sus miedos, para poder entenderla y ayudarla.

Yo creo que hay un problema de incomunicación en todo el relato. Ruma no expresa lo que realmente siente, ni con su marido, ni con su padre, ni con las amigas que hizo en Nueva York, de las que se fue distanciando tan pronto se trasladó a Seattle. Se siente completamente sola. La soledad marca su vida actual:

  • Sola en su matrimonioSe sentía aislada cuando el viajaba y estaba sola todo el día cuidando la casa y al niño, pero no mejoraba este sentimiento cuando él estaba en casa.
  • Aislada en su maternidad: la maternidad tampoco la llena lo suficiente «No estaba preparada para todo el trabajo que suponía, el aislamiento que podía conllevar«.
  • Distanciada de su padre y sin contacto con su hermano.
  • Sola en Seattle: sin amigos y sin trabajo.

Su padre en un momento dado le pregunta porque no trabaja y ella le responde que ya tiene un trabajo «pronto me ocuparé de dos hijos, igual que hizo mamá» y él continúa con la pregunta fundamental «¿Eso te hará feliz?. No respondió». ¿Qué opináis vosotros? ¿actuaríais igual que el padre en esa situación? ¿intentaríais convencerla de que tiene que luchar por su carrera porque con los años le será más difícil? ¿la intentaríais persuadir de qué es mejor que no tenga que depender siempre de su marido?.

A mi la actitud del padre me ha sorprendido gratamente. Nació en la India, estudió en la Universidad, tuvo un matrimonio concertado y después, emigró con su familia a Estados Unidos, país con unas costumbres muy distintas a las suyas. Quería que sus hijos tuvieran mejores oportunidades pero continuando con sus tradiciones. Aún así, intenta ver las cosas con otra perspectiva y mirando hacia atrás se da cuenta ahora de la vida que llevó su mujer, y quería que la vida de Ruma fuera distinta. También cae en el hecho de que se perdió toda la infancia de sus hijos, el peso lo llevaba su mujer y por eso se sentía cada vez más distanciado de ellos «Cuanto más crecían sus hijos, menos habían dado impresión de parecerse a sus padres: hablaban distinto, vestían distinto, parecían extranjeros en todos los sentidos, desde la textura de su cabello hasta la forma de sus pies y manos». Ahora quiere subsanar esa circunstancia con su nieto Akash e intenta ejercer de abuelo todo el tiempo que esté con él y juntos construyen un vivero.

Cuando por fin Ruma le pide a su padre que viva con ellos, rechaza la invitación ¿porqué? porque el padre ahora se siente feliz, tranquilo, se ha adaptado totalmente a su nueva vida. No tiene compromisos ni obligaciones. Se siente independiente y es autosuficiente. Ruma incluso percibe su dicha «aunque le moleste reconocerlo, en todo caso, parecía más feliz ahora; la muerte de su mujer le había quitado un peso de encima, el efecto opuesto que había tenido en Ruma«. Además, mantiene una relación secreta con otra mujer bengalí y siente su vida completa. ¿Qué os ha parecido la decisión del padre? yo creo que en ese momento le debería de haber dicho la verdad a su hija y hablarle con toda normalidad de la Señora Banghi.

Al final, Ruma descubre la verdad por casualidad, encuentra la postal que su padre había escrito y no había enviado a la Señora Banghi y en un gesto de ternura y aceptación, pone un sello y se la envía por correo.

Ahora vuestro turno:

  • ¿Qué os ha parecido este final? ¿Ruma, por fin, entendió a su padre? ¿cómo la veis? ¿creéis que esto le podrá ayudar a buscar su propia identidad?
  • ¿Qué pensáis de su matrimonio? ¿creéis que es feliz? ¿debería buscar un trabajo para no sentirse tan sola? ¿se está pareciendo cada vez más a su madre?
  • ¿Habéis empatizado con algún personaje?
  • ¿Os ha gustado la historia y cómo está escrita?

Plazos:

El próximo lunes, 4 de diciembre publicaremos el siguiente post «Cielo e infierno» y para el día 12 de diciembre leeremos los siguientes tres relatos: «Una elección de alojamiento«, «Solo bondad» y «No es asunto de nadie» (hasta la página 235).

Espero vuestros comentarios!!!!! y buena lectura,

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15 respuestas hasta “La tradición, la herencia de nuestros antepasados”

  1. estela 1 de diciembre de 2017 a 19:28 #

    Creo que la soledad que siente Ruma también esta muy ligada a la no superación o aceptación de la muerte repentina de su madre. Por eso, tal vez quiere adoptar una forma de vida parecida a la que su madre ha tenido (no trabajando, cuidando de sus hijos y de su marido)`para seguir sintiéndola cerca. Lo que si he percibido con la lectura, no se si os pasara a vosotros, es que no tiene mucha ilusión por la maternidad… mas una obligación o tradición que un deseo.
    Respecto a la relación con su padre, creo que aunque al principio se debate entre la obligación de ofrecerle que venga a vivir con ellos y el no decir nada, finalmente, cuando pasa una semana con su padre, conectan y por un momento desea que venga a vivir con ellos para tener alguien en su vida (parece que su matrimonio y sus hijos no la llenan). Parece necesitar algo suyo, que no se producto de su nueva vida.

    La vida que lleva le padre desde la muerte de su esposa, me parece genial, aunque creo que la mayor parte de la gente que vive esa situación opta por una vida mas tradicional, sobre todo en culturas tan arraigadas como la india donde la unidad familiar o el origen es tan importante. Me hubiera parecido normal que su padre hubiera optado por retornar a la India a pasar el resto de su vida.

    • Ciberclub de lectura 3 de diciembre de 2017 a 19:16 #

      Estoy contigo en que una gran parte de su soledad está vinculada a la muerte de su madre. No la ha superado. Parece como si toda su vida Ruma hubiera buscado la aceptación de su madre y lo hubiera conseguido a través de la maternidad. De hecho, su relación cambió desde que nació su hijo, creándose un vínculo más fuerte entre ellas. Me pregunto, entonces, si en su subconsciente no buscaría la maternidad más para contentar a su madre y seguir con la tradición, que por ella misma.
      Yo creo que el padre no regresaría a la India nunca. Y para mí, por varios motivos: no era el que insistía en volver todos los años para no perder las raíces, esa era su mujer. Él se dejaba llevar porque en el fondo estaba ocupado con su trabajo y ya había tomado la decisión de irse de su país para intentar progresar en ese campo. Su familia se arraigó en Estados Unidos y a pesar de que su hijo en estos momentos está lejos, es el país de referencia. Ya no tiene vínculos familiares con la India. El que busque la compañía de la Señora Banghi indica también que las raíces le siguen pesando más que a sus hijos, pero pese a todo ello, intenta ser feliz.

  2. Manuela 2 de diciembre de 2017 a 12:05 #

    Hola!
    Este capítulo me ha parecido maravilloso, de fácil lectura y que engancha hasta el final.
    Precisamente el final fue lo que más me llamó la atención, porque me ha parecido que Ruma intenta autocomplacer su frustación haciendo realidad lo que ella supone que es el deseo de su padre, de enviar aquella postal, pues para eso precisamente le había pedido el sello. Ver el contenido de la postal le sorprendió, desde luego, y seguramente al principio su sentimiento fue el de rabia por ver cómo su padre traicionaba tanto a su madre como a la tradición de la cultura india que con tanto ímpetu le habían inculcado a ella y que resulta que al final tampoco era tan importante, pero después comprendió que su padre estaba haciendo lo que ella no se atrevía, hacer lo que te hace sentir feliz y a gusto contigo mismo.
    Me ha parecido que Ruma vivió la vida que ella creía que esperaban de ella, sobre todo su madre. Y trató de dar a la familia las alegrías que su hermano no pudo darles. Por ello percibo que Ruma está frustada: en su matrimonio, no está feliz con el comportamiento de su marido ni como pareja ni como padre, pues precisamente hubiera deseado que se comportase con Akash como lo hizo el abuelo la semana que pasó con ellos en Seattle; en su vida profesional, ha renunciado a ella por cuidar a su familia, debatiéndose entre seguir la tradición familiar bengalí o trabajar en lo que le gusta y para lo que se preparó.
    A mí el personaje del padre me ha sorprendido gratamente. A pesar de dar la imagen de huraño, me resultó al final entrañable, ver cómo intentaba dar al nieto todo aquello que no pudo darle a su hija, y cómo había salido del corsé marcado por la cultura bengalí. Prueba de ello es que animaba a su hija a que buscase un trabajo para no depender de nadie, buscaba compañía con otra mujer después de fallecer su esposa, pretendía vivir independiente y de forma autónoma para no ser una carga para su hija y familia.
    Respecto de la cultura y tradiciones indias o de cualquier país, me parece muy complicado mantenerlas en otros países de culturas y tradiciones distintas, y con el tiempo la gente que cambia de país acaba suavizando sus costumbres y asumiendo nuevas formas de pensar y de actuar.
    Me ha gustado mucho la lectura.
    Saludos.

  3. Ana María Heinze BFRP 2 de diciembre de 2017 a 14:46 #

    Hola gente! Nuevamente tertuliando, es siempre muy rico este encuentro para mí, así que acá vamos.
    Me parece un texto bien escrito, pero me falta profundidad. Es fácil de leer, pero me deja en la superficie de todo. La experiencia migratoria, la integración de las culturas dentro de uno mismos, es un proceso que va más allá de ciertas conductas superficiales, de cómo me visto, que se come, es más mucho más, y muy complejo. Me falta eso y la imagen de las hortensias me parece un cierre débil para tanta complejidad. Esperaba más , por los comentarios.
    Yo soy migrante, estoy en centro América hace 15 años, llegué con tres hijos y pareja, en el proceso de adaptación se pierde y se gana. Ahora mismo estoy en un nuevo proceso de migrar hacia Europa. Teniendo esta experiencia en el cuerpo, me pregunté si la superfialidad con que se trata los personajes, quizás esté en relación con esa sociedad norteamericana tan vacía, tan básicamente materialista, donde se han mercantilizado hasta los vínculos .
    Me falta mucho, me parece solo un texto bien escrito, pulido, pero sin sangre. Vamos a ver con los otros cuentos, voy un poco atrasada pero ahí los alcanzo.

    Un abrazo
    Ana

    • Ciberclub de lectura 3 de diciembre de 2017 a 19:24 #

      Es verdad, está bien escrito y es de muy fácil lectura. Y sí que no profundiza demasiado en los personajes. A través de una hecho cotidiano, como es la visita del padre, Lahiri intenta poner encima de la mesa una situación y unos determinados sentimientos, buscando la reflexión. Aquí parece más banal o superficial porque los protagonistas tienen una vida económica y social fácil, no han tenido que cambiar de país buscando sobrevivir, asilo político o un trabajo. La situación de cada emigrante es muy diferente y en esto te doy toda la razón, la sociedad que nos presenta no refleja el conjunto de la emigración.

  4. berta 2 de diciembre de 2017 a 22:53 #

    Hola a todos/as.La lectura de este relato se hace fácil, fluída.Coincido con Manuela en ver al personaje de Ruma con un alto nivel de frustración,no es muy feliz en su matrimonio, se nota que echa mucho de menos a la madre.Sin embargo, aunque está formada y tiene experiencia laboral, no busca trabajo, no trata de desarrollar su faceta profesional, cosa que me choca pues se ve que Ruma se siente muy sola y muy frustrada.Bravo por su padre al animarla a buscar un trabajo, y aconsejarle que lo busque pronto.
    El personaje del padre sorprende gratamente al vivir de esa forma independiente, viajando, conociendo amigos y lugares, e iniciando una nueva relación afectiva. Me gusta la relación tan bonita que establece con su nieto, él vive conforme a su idea de independencia. Bonito también el detalle de la postal, que Ruma envia al final del relato.Bueno me ha gustado el relato y se ve que la segunda generación Ruma y su hermano,no tienen los vínculos de sus padres con lka India, ellos se integran en la cultura de acogida y se desarrollan en esa segunda cultura.
    Bueno grato reencontraros a todos /as. Saludos y hasta luego.

  5. Marta v 3 de diciembre de 2017 a 19:32 #

    Es muy importante el papel que juega la madre en este relato. Siempre fue el centro de la familia y la unió en vida, y su ausencia la ha separado. Eso es algo que pasa con cierta frecuencia en las familias, la madre juega un papel muy importante en el nucleo familiar.

    Me llama la atencion la tristeza y soledad de la protagonista y en cierto modo me la contagia. Lucha entre el deber y el querer, entre su obligación moral de invitar a su padre a vivir con ellos y su falta de deseo de que éste acepte.

    Me engancha la historia y me intriga cómo seguiría la vida de la familia, y cuando acaba el cuento me quedo con ganas de más. Me gustó mucho.

    RESPONDER

  6. Lea Schutz 4 de diciembre de 2017 a 0:08 #

    Hola!
    Lahiri dice:»La familia a veces es una bendicion y a veces es un lastre»
    Tambien se dice:»Hay dos momentos de felicidad,cuando llegan y cuando se van»
    Para quienes somos hijos y nietos de inmigrantes,encuentro muchas similitudes.El origen de las familias muy unidos e interdependientes que con el tiempo,a traves de las generaciones se van flexibilizando las costumbres.
    Cuesta mucho desprenderse de ese «deber ser».A veces con dolor y siempre con culpa.
    Si la entendere a Ruma en su posicion de unica responsable de su padre-Madre muerta,hermano ausente-seguramente teniendo que tomar decisiones sola porque su marido no participa de esa historia familiar.
    Volviendo al 1er punto»la familia a veces es una bendicion».Y que bendicion fue tenerlos apoyando incondicionalmente,en nuestros años de juventud,mientras formabamos nuestras familias.Todo esto lo vivimos con total naturalidad.
    Maria,tocaste una cuerda hipersensible del pasado.Por suerte el padre de Ruma nos lleva a un final inesperado,el ya tiene su vida resuelta a su manera,tambien independiente de las costumbres originarias.ya que con su «lapsus»compone el final de manera adecuada para los dos,para su hija y para el.Le pemite a su hija actuar como adulta,entendiendo y aceptando la nueva vida que el transita.
    Pienso que Ruma no es feliz en su matrimonio y que trabajar en su profesion le daria la independencia como persona q ue ella precisa.
    Empatice sin duda con la protagonista,me gusto la la historia,sus «tempos»y la manera sencilla y directa en que esta escrita.
    Saludos a tod@s,Lea

  7. Marta C 4 de diciembre de 2017 a 17:43 #

    A mí sí me ha gustado el cuento, describe bien las sutilezas de las relaciones amor-sentimientos de culpa-dependencia que establece, dentro de una situación sin dificultades económicas. La profundidad del relato es más psicológica que de que sucedan muchas cosas.

  8. Marta C 4 de diciembre de 2017 a 22:47 #

    Disculpan que vaya en dos partes. Error técnico.

    Es en esa riqueza en los matices de los sentimientos de los personajes, que ni siquiera se reconocen así mismos, donde reside el valor del relato, y creo que lo consigue con maestría. Describe muy bien el agotamiento físico y mental que supone la maternidad en soledad, por eso la protagonista es incapaz de buscarse a mayores un trabajo, coincido con el resto en que eso sería una solución, pero no se siente con fuerzas.

    También está muy bien dibujado el padre, muy centrado y afortunado en el último tramo de su vida. Está cómodo en casa de la hija, ayuda, pero prefiere la independencia.

    Es cierto que todos los personajes carecen de habilidades comunicativas, no son capaces de verbalizar lo que realmente desean.

    Saludos a todos.

  9. tonichin 5 de diciembre de 2017 a 1:34 #

    Estoy de acuerdo con que hay un problema de comunicación en esa familia. Silencio entre líneas es lo que leo en gran parte de este relato en el que se calla más que se habla, empezando por cierto, por callar el nombre del padre. Este intento deliberado de relegarlo a segundón necesario, Lahiri ha conseguido que me pasara todo el relato esperando que revelara su nombre, generándome curiosidad y elevándolo a la categoría de protagonista absoluto a mis ojos.

    No sé si habrá sido por lo corto del relato, pero no he logrado empatizar mucho con los personajes, no lograba visualizarlos la mayor parte del tiempo, encontrarme con sus voces y creerme aquello que me estaban contando. Tampoco soy muy dado a explorar la psicología de los personajes para dotarlos de profundidad, quizás por eso me he sentido atraído entre poco y nada por Ruma.

    Dicho esto, me ha parecido un buen final. Tiene uno de los detalles que más me han gustado y que ha logrado impactarme porque sí me creo que algo tan «inocente» e inesperado como una carta en bengalí que Ruma es incapaz de descifrar dispara posiblemente la fase de aceptación del duelo por la muerte de su madre: «Eran frases que su madre habría entendido en un instante, frases que demostraban, con más fuerza que el funeral, más fuerza que todos los días transcurridos desde entonces, que su madre ya no existía». Tales son los vericuetos de la mente humana, ¿no creeis?

    Saludos, sigo leyendo…

  10. Panatel 5 de diciembre de 2017 a 1:49 #

    Hola! Es un gusto poder compartir otra vez los sentimientos que se originan en cada lectura. Tengo que destacar de este cuento la ternura del abuelo, me parece que es una relación muy especial la que se forja con ese pequeño ser que siendo de tu sangre no depende de ti para existir. De hecho la reflexión de que lo siente más cercano que sus propios hijos me llama la atención. Y es que el padre ha comprendido que a pesar de que la familia es importante también te deja un vacío al tener que aceptar la libertad de tus hijos o la muerte del amor o de la persona amada. Eso es algo a lo que Ruma aún tiene que enfrentarse.
    Estoy de acuerdo con vosotros en que Ruma siente una ambivalencia entre lo que le dictan sus raíces y enseñanzas maternas y lo que la sociedad actual le marca desde su infancia y que por extraño que le parezca su padre le vuelve a recordar: ser una mujer independiente. Creo que no es mejor una cosa u otra pero sí debe ser una decisión íntima y no ligada a factores culturales. No tengo claro que Ruma persiga su felicidad.
    La maternidad en solitario es una tarea difícil que muchas veces se pasa por alto y el marido de Ruma no parece entender su alcance.
    El personaje con el que más empatice puede que sea el padre ya que me parece loable su ansia de vivir y su capacidad de adaptación a otra cultura. Aunque me gustaría que fuera sincero y le hablara de su novia a Ruma también me encantó el momento en que ella quita la tierra de la postal y decide enviarla. Me parece que así le quita la vergüenza al asunto y acepta, aunque le duela, los sentimientos del padre.
    Me pareció un relato sencillo de leer pero a la vez profundo sobre las raíces, la cultura y la familia.

  11. Lola 8 de diciembre de 2017 a 23:32 #

    Hola a tod@s:
    Me alegra retomar la lectura compartida y vuestros puntos de vista que me ayudan a descubrir nuevos aspectos en los libros.
    Relato con un comienzo sencillo donde poco a poco vamos conociendo las reglas familiares de la sociedad india, los conflictos internos en sus miembros al emigrar e insertarse en otra comunidad, tanto de los padres como de los hijos ya nacidos en EEUU.

    Conocemos a los personajes de padre e hija antes de que se encuentren. El resto tienen voz sólo para completar a alguno de ellos, en explicar su sentir. Veo una relación “torpe” llena de silencios. La visita sirve para una exploración como adultos, porque en la infancia de Ruma la distancia entre ambos los había hecho “extraños”.

    La hija, no supera el duelo por la muerte de la madre y con su juventud, formación universitaria y profesional del derecho se encuentra desempeñando el rol femenino bengalí de cuidadora familiar que tanto la había recriminado. Siente culpa, por no llevarse a su padre a casa según la tradición india; miedo, que la aísla; impotencia, de no saber controlar a su hijo de 3 años; y también duda, ante cualquier situación cotidiana e infelicidad, en su matrimonio.
    El padre, es consciente del peso de la tradición en su vida, la ansiedad que sentía para cumplirla y su deseo de alejarse de ella. Ya jubilado, cada acción la encamina a liberarse del lastre: el matrimonio, no la compañía de otra persona; las obligaciones familiares, no visitas cortas a su hija; conocer a su nieto, no criarlo. Por eso intenta convencer a Ruma para que vuelva a su trabajo, a su independencia como persona.

    En este relato aparece lo que cada generación deja pendiente de hacer con sus padres, surgiendo una culpa inevitable y permanente. La difícil posición de ser padre e hijo al mismo tiempo, donde tu deseo y la necesidad de ellos entra en conflicto. También los personajes con el transcurrir de los años y sus vivencias cambian, bien al caer en una tradición que siempre criticaron, bien por sentir paz de hacer lo que le apetece.
    Me ha gustado la forma sencilla del relato y el personaje con el que empatizo es el padre, por haber tomado las riendas de su vida.
    Saludos

  12. Lore 12 de diciembre de 2017 a 11:21 #

    Hola!!, con retraso pero quería igualmente dejar mi opinión sobre este cuento, me resulto de fácil lectura y ameno. Para mí Ruma es el reflejo como decía alguna compañera de la lucha entre lo que quiero hacer que no se que es porque no he tenido tiempo a averiguarlo y lo que debo hacer según lo marcado por las tradiciones y la sociedad, me caso y tengo uno o dos hijos y los cuido porque es lo que se espera y supongo que pasa en todas las culturas y no sólo en la India que es la protagonista del cuento. Al final el marido tiene su vida, trabajo y como en este caso fuera de casa y ella se sienta sola.
    La actitud del abuelo me parece muy moderna, tanto por su vida desde la muerte de la mujer como su apoyo a su hija en su futuro profesional, y me encanta, vive su vida intentando aprovechar el tiempo, ser feliz ejerciendo de abuelo, de viajero feliz y dejando espacio aunque sea en secreto para una relación en la que se siente a gusto aunque medio escondida por si puede no ser entendida de nuevo por el peso de la tradición y de lo que se espera de un viudo. Creo que la hija cuando encuentra la postal lo piensa así pero quizás enviándola es el principio de cambiar el chip y reconocer que hay que dar rienda suelta a los sentimientos y a la felicidad y no tanto a la tradición y costumbres. Empatizar casi lo hago un poco con todos ya que entiendo cada postura pero sin duda el que me parece que tiene más claro lo que quiere y viven más o menos en consecuencia es el padre y el marido de Ruma. Saludos.

  13. Ana 12 de diciembre de 2017 a 17:49 #

    Hola, a mi me ha gustado mucho este cuento, curiosamente me parece muy bien traído a cualquier cultura, me refiero a la» evolución» social del padre y a la de la hija. Todas las sociedades tienen sus tradiciones, las mantienen vivas a pesar del lastre que suponen para las nuevas generaciones, en mi opinión. Comparto con l@s demás el peso que para Ruma supone la figura de la madre y creo que le era fácil » culpar» al padre de su infelicidad. Me alegré de que le conociera, en mi imaginación la historia tiene un » to be continued»

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