Tras treinta y tantos años por fin habíamos dejado atrás la infancia

9 Nov

Rodeo. Foto en flickr de Carol Von Canon. Algunos derechos reservados por Big Grey Mare.

Y llegamos a la última parte de Canciones de amor a quemarropa en la que se suceden numerosos capítulos, la mayoría cortos. El mayor protagonismo lo van a tener Henry y Lee que vivirán una rocambolesca situación que a manera de símbolo servirá para solucionar la brecha que se ha abierto en su amistad. Todos van a terminar por encontrar su lugar en el mundo, como no podía ser de otra manera en una historia vitalista y positiva. Amigos para siempre, como dice la canción.

Mientras todos están buscando a Ronny, Beth recuerda cómo un día en aquella época confusa de su vida (no sé qué hacía ni qué límites quería romper), justo después de acostarse con Lee, Ronny la invita a un rodeo en Minneapolis en el que va a participar. Como dos buenos amigos pasan la noche bebiendo y charlando y será Ronny quien la ayude a salir de su confusión: Deberías volver con Hank. Te quiere. ¿Te das cuenta? Te quiere muchísimo, te quiere de verdad […] Hank es mi amigo, y es un buen tipo y está loco por ti, joder. Desde siempre… Ya lo sé, se supone que deberíamos estar todos por ahí viviendo a tope y todo eso, pero, la verdad, me parece que al final ese rollo es una chorrada enorme. Todo el mundo espera a esa persona única. Y Beth, una semana después, vuelve con Henry: al cabo de un año nos casamos. Al cabo de cuatro, tuvimos a nuestra primera hija, Eleanore. Para Beth, Ronny es un ángel que siempre ha estado y estará ahí para ayudarte.

También Lee tiene buenos recuerdos de su gran amigo Ronny. Mientras le está buscando junto a los demás, con la nieva casi hasta el cuello, recuerda cómo le llamó todo entusiasmado para decirle que se casaba y que quería que fuese su padrino (muy al contrario que él que, cuando se casó, únicamente les envió una invitación y unos billetes de avión). Lee, que aunque sólo lleva un mes casado con Chloe, siente que las cosas no van bien entre ellos, no puede dejar de alegrarse infinitamente y sentir cómo sus amigos siempre están ahí. Y será Lee, junto a Eddy, el que acabará encontrando a Ronny tendido en el patio de la escuela con los pies casi congelados, pero a salvo.

Cuando encontraron a Ronny volví a la fábrica, me hice un poco de café y me quedé sentado en el despacho mirando por la ventana. Kip toma la palabra. Está solo y se encierra en el único lugar en el que se siente él mismo. Esa fábrica que ha reformado, ya no sabe muy bien para qué, y que le ha arruinado: desde el mismo día de mi boda, pensé en cuánto me habría gustado volver a empezar, haber hecho las cosas de otro modo. En primer lugar, Felicia y yo hubiéramos hablado sobre todo lo que teníamos que hablar, todo aquello que siempre había estado latente. Hijos, Little Wing, la fábrica de piensos, el dinero, todo. Es justo en “su” fábrica dónde se va a celebrar la boda de Ronny. Y eso le lleva pensar en su propia boda y en Felicia. Decidí coger el coche para ir adonde estaba ella, a ese motel entre Little Wing y Eau Claire. Kip le propone que se marchen de Little Wing (él, en el fondo, quiere volver a Chicago), ella le pide tener un hijo: me dejas embarazada y nos vamos. Y Kip se rinde y accede. La reconciliación es un hecho. Serán felices y tendrán una casa llena de niños, tal como Felicia desea.

Y por fin llega la boda de Ronny y Lucy: pese a los dedos congelados y a la nariz colorada, Ronny insistió e casarse en el día y la hora convenidos. Será Lee quien nos la cuente. Todo el pueblo va a estar presente. Fue una boda preciosa, la típica boda luterana. Y va a unir a todos los amigos: no sabía cómo, pero el muy cabrón se había salido con la suya, había vuelto a juntarnos a todos. En ese espíritu de hermandad y felicidad, Lee decide que ya va siendo hora de reconciliarse con Kip, al que se le ve muy feliz, y le invita a salir fuera a tomarse una cerveza: Venga tío, ¿no vas a dejar que me disculpe? Lee siente que Kip ha cambiado y, además, sabe apreciar que el éxito de esa boda se debe a su buen hacer: lo que él había hecho era algo fuera de lo común, era algo bueno. Era una de esas cosas que se han perdido en América, me temo. Pueblos enteros, comunidades enteras unidas para celebrar algo, para divertirse. Sin política, sin negocios de por medio, sin un orden del día […] América, diría yo, consiste en gente pobre tocando música y en gente pobre compartiendo comida y en gente pobre bailando aun cuando llevan una vida tan desesperante y tan deprimente que ya ni debería haber sitio para la música o para algo de comida extra, cuando no deberían quedarles energías ni para bailar. Y ya me pueden venir con que no tengo razón, con que somos un pueblo puritano, un pueblo evangélico o un pueblo egoísta, pero yo no lo creo. No quiero creerlo. Estos dos párrafos, creo yo, contienen una de las ideas centrales que Nickolas Butler nos quiere transmitir con su novela. La visión, positiva, que él tiene y que nos quiere hacer llegar de la sociedad americana, sobre todo de lo que un día fue su país: todos juntos celebrando algo aunque no tengan donde caerse muertos. ¿No creéis?

Y sumidos en esta onda de buenrollismo, llega el turno de que se reconcilien los únicos que quedan por hacerlo: Lee y Henry. Será este último el que empiece a contárnoslo. Todo girará alrededor de un absurdo tarro gigante de huevos encurtidos. Decenas de huevos, cientos, tal vez, suspendidos en ese líquido amniótico turbio y verdoso que está detrás de la barra del bar de los veteranos. Los dos amigos están tomándose una cerveza en el bar: estábamos taciturnos y apesadumbrados. Los dos queríamos, muy en el fondo, volver a ser amigos, pero no sabíamos si eso sería posible, si lograríamos olvidar y deshacer […] Tomábamos un trago tras otro con ansía. Bebíamos para emborracharnos, para soltarnos. Y, de pronto, Lee, seguramente ya algo borracho, decide que va a robar ese tarro que lleva allí olvidado años, siglos, y que Henry, por supuesto, le va ayudar. Antes le pide perdón pero Henry se resiste, incluso Lee le propone pegarse porque dejaría que me molieras a palos si así volviéramos a ser amigos. Pero Henry está lleno de rabia y celos y siente que su amigo le ha traicionado: cada vez que se despertaba en mí algo parecido al perdón, evocaba alguna imagen de él y Beth juntos en la cama y me volvía loco. Y como no saben qué hacer, pues ¿por qué no robar ese maldito tarro de huevos y así convertirse en cómplices?, piensa Lee. Todo muy rocambolesco, todo muy americano, ¿no creéis? Yo creo que lo hemos visto en cientos de películas “made in USA”. No sé cómo vamos a arreglar esto, tú y yo, sin recurrir a algún acto juvenil de, ya me entiendes, solidaridad mutua.

Hablan claro y Henry finalmente le dice que para volver a confiar en él necesita tiempo, pero yo estaba tristísimo, más que nunca, y más solo que nunca, también. Porque sabía que podíamos seguir siendo amigos, pero sabía también que nunca, nunca, podría confiar en él lo bastante como para poder meterlo otra vez en casa o como para estar tranquilo cuando mi mujer anduviera por ahí. El tiempo había pasado. Todos habíamos tomado decisiones. Así que sólo les queda robar el tarro para salvar su amistad y, mientras Lee entretiene a los parroquianos que hay en el bar, será Henry el que lo robe (gana Lee y su poder de convicción, por fin cómplices en su acto simbólico de salvación de la amistad). Y por fin desaparecimos en la neblina de la noche de Wisconsin, sin un lugar adonde ir y con un inmenso tarro de huevos encurtidos entre los dos. Ya borrachos y en la calle comienzan a coger los  huevos y a tirárselos a los coches. Entre huevo y huevo, Lee le confiesa que se va quedar para siempre en el pueblo: he comprado la fábrica. Se la he comprado a Kip […] Puede que esté tirando el dinero […] Voy a montar un estudio de grabación, abriré un pequeño teatro y el pueblo tendrá música en vivo lo quiera o no. Y lo ha hecho para salvar a Kip de la quiebra y que se pueda marchar a Chicago, que es lo que desea. También, porque en el fondo quiere vivir en su Little Wing pero sin abandonar la música. Ahora estarán sólo los tres en el pueblo: Henry, Beth y Lee.

Y para que la amistad entre ambos quede sellada completamente, Lee terminará herido de bala en una pierna por un chaval que, al romperle el parabrisas con uno de los huevos, le ha disparado (también muy americano). Pero, como, afortunadamente, no es una herida muy grave, todo se arreglará incluso sin ir al hospita, sacándose el propio Lee la bala con la inestimable ayuda, claro, de su ya gran amigo Henry. Asunto resuelto “a la americana”. Entre medias de todo este desaguisado, hay un corto capítulo en el que Ronny nos cuenta que Chicago me gusta. A veces me subo al tren elevado con Christina, la niña, sólo por salir un rato del apartamento. Es un ángel (como no podía ser de otra manera, siendo hija de él)  […] Y ya nadie se fija en mí. Nadie me dice lo que tengo que hacer o dejar de hacer. Y cuando me pierdo, pido ayuda y ya está, porque llevar a un bebé en brazos no va nada mal. También Beth tomará la palabra en un breve capítulo en el que a través de una serie de recuerdos llegará a la conclusión de que todo ha merecido la pena: cada pelea, todos estos años de experimentación y de inmadurez, el desengaño aislado, la mísera cuenta corriente, las camionetas viejas de segunda mano. Haber vivido con otro ser humano, otra persona, con este hombre, todo este tiempo, y haberlo visto cambiar y crecer. Haber visto cómo se volvía más respetable, más paciente, más fuerte y más capaz; cómo quiere a nuestros hijos, etc, etc. Otro asunto resuelto.

La novela se está terminando y Lee nos cuenta con todo detalle, en un largo flashback, la boda de Henry y Beth (muchas bodas, ¿no?) y nos confiesa que todavía la quería, esperando, loco de amor y de tristeza. Y se permite soñar por un momento: ella y yo juntos sobre una cama blanca, con los brazos y las piernas enredados, su pelo castaño, la luz del sol por la mañana y la alegría de hacer un bebé juntos […] Qué tristeza despertar de ese sueño, Dios, para ver mi futuro tal y como se presentaba en realidad: décadas sin esa mujer, décadas viéndola con mi mejor amigos. Pero así estaban las cosas. Incluso se va a las cuatro de la madrugada hasta la habitación del hotel donde sus amigos están pasando la luna de miel. Y cuando está a punto de llamar a la puerta no sabe muy bien ni por qué, pasa ante sus ojos la vida que le espera, que se resume en su éxito y su soledad. Así que bajé el puño hasta la cadera y dejé escapar por la boca años de amor.

Creo que se me nota que no me ha convencido demasiado cómo el autor plantea y resuelve el autor el triángulo Henry-Beth-Lee. Pero, por lo demás, es una novela agradable que ensalza la amistad, el amor y las cosas sencillas de la vida. Aprender que en ellas se encuentra la respuesta a ese algo que todos estamos buscando creo que es el objetivo de esta historia. Y, sobre todo, quiero destacar al que yo considero el verdadero protagonista de Canciones de amor a quemarropa: Little Wing. Cuando el autor nos habla de este pequeño pueblo y lo que implica vivir en él, así como de la naturaleza que le rodea, su prosa se hace grande y ensombrece a todo lo demás que contiene esta novela.

Plazos

Es hora de vuestros comentarios sobre esta última parte de la novela y sobre toda ella en general. Saquemos conclusiones. Espero que sean numerosas como así lo han sido en el anterior post. Disponéis de una semana para ello.

23 respuestas hasta “Tras treinta y tantos años por fin habíamos dejado atrás la infancia”

  1. Marisa moreno 9 de noviembre de 2016 a 11:22 #

    Lo he acabado con desgana. No me interesaba. Era demasiado previsible. El capítulo final de reconciliación de los dos héroes me ha resultado insufrible.

  2. CARMEN 9 de noviembre de 2016 a 12:25 #

    Hol@ a tod@s. Estoy completamente de acuerdo con Chus en que el autor cuando se refiere al pueblo es muy bueno en su prosa, me hacía sentir su atmósfera como si estuviese viéndolo. En el resto, a mi el libro me ha gustado, pero a medida que avanzaba he de reconocer que se me quedaba atascado. Siempre ese baile de sentimientos entre el amor y la amistad de unos con y para otros/as. Hubo capítulos que me pareció que es como si al autor se le fueran ocurriendo y los fuese creando para ir formando un final, que ha quedado muy normalito (Ronny perdido la noche antes de su boda con la ventisca previa al fin del mundo….).
    No sé porqué, pero hoy que ha salido elegido como presidente de los EEUU, Donald Trump, se me ha pasado por la cabeza pensar que todos los del pueblo menos Lee, Kip y Felicia lo votarían. Creo que me he formado una idea de un pueblo precioso pero anclado en los «viejos tiempos».

    Un besote.

  3. Paula 9 de noviembre de 2016 a 21:43 #

    Buenas tardes.
    A mi la última parte se me hizo un poco más llevadera que los primeros capítulos.
    Coincido en que el final fue desarrollado de una manera un tanto… abrupta, casi a los empellones. Como si de pronto se hubiera dado cuenta que tenía que ponerle un fin a la cosa.
    Las descripciones del lugar, del pueblo, del sentimiento que despierta en todos ellos, son muy buenas. La verdad muy poéticas.
    Hay varias frases que me quedan sonando y que me gustan como descripción de las situaciones, de los pensamientos de los distintos narradores (citarlos y comentarios tal vez sería hacer un comentario muy extenso).
    He disfrutado mucho la lectura, sobre todo por tratarse de la relación entre amigos. Con una mirada femenina (que convoca a otras voces femeninas a la vez).

  4. susana 9 de noviembre de 2016 a 22:19 #

    Al principio me parecia un poco floja despues poco a poco me fue gustando pero el final me decepciono me dio la sensacion de como si no supiera como terminar se extiende para mi en unas cosas y de repente en dos renglones lo zanja todo estos finales rapidos siempre me dejan una sensacion de que me falta algo y hace que el libro si en algun momento me gusto deje de hacerlo.

  5. tonichin 10 de noviembre de 2016 a 0:01 #

    Siento que he sido bastante beligerante con este libro en comentarios anteriores, y la verdad es que no me ha disgustado tanto. Es cierto que lo veo un poco flojo en cómo plasma las relaciones entre las distintas parejas y triángulos. Por suerte no todas las relaciones acabaron en separación-divorcio-catástrofe, como me temía al acabar la anterior parte.

    De esta última parte ha gustado bastante el capítulo de Henry, Lee y el tarro de huevos en salmuera. Me ha parecido uno de los momentos más originales, y también que atiende a los motivos poco claros y aleatorios que pueden estar detrás de un cambio de opinión. A veces, por mucho que nos empeñemos en mantenernos en que «no es no», basta el motivo más absurdo o pequeño para acabar siendo que «bueno, si, vale, de acuerdo». Henry estaba predispuesto a recuperar su amistad con Lee y le ha bastado esa situación rocambolesca para sucumbir, y creo que quizás no hubiera sido necesaria la parte del disparo para la reconciliación.

    Lo mejor del libro en general, creo que la mayor parte coincidimos en señalar a la ambientación.

  6. Marta Amor 10 de noviembre de 2016 a 0:55 #

    Hola a todos, pues tengo que decir que yo me lo he leído de un tirón. Es un libro fácil de leer y la historia me ha gustado. Es el típico libro sobre relaciones de amistad en la que casi todos nos podemos sentir un poco identificados con las situaciones que se plantean: el prejuzgar a una persona y luego al conocerla darse cuenta de que nos gusta ser su amigo, como sucede con Felicia y con Beth; el amigo que ha triunfado más que los demás y que sin embargo desearía la vida sencilla y familiar de los otros,…
    Insiste mucho en resaltar la importancia de la familia, de la amistad, de la sinceridad, de los valores fundamentales en la vida de toda persona. Lo bonito de ese amor de Henry por Beth que le hace perdonar su «infidelidad» con su mejor amigo. El deseo del propio Henry de perdonar a Lee aunque le cueste porque echa de menos a su mejor amigo. La importancia de la vida en un pueblo donde todo el mundo se conoce para bien y para mal…
    Es cierto que puede haber situaciones que sean bastante previsibles pero para mi no desmerecen lo bien que me lo he pasado leyendo el libro. Después de la densidad del libro anterior este ha sido como un soplo de aire fresco. Como cuando te sientas a ver una película que ,aunque sea totalmente fácil adivinar lo que va a suceder en cada momento, simplemente te hace desconectar un rato y divertirte
    A mi lo que más me gusta de este club de lectura es no saber nunca lo que te vas a encontrar cuando vas a buscar el siguiente libro. Y yo he disfrutado de todos y cada uno de los libros que hemos leído independientemente de que unos me hayan gustado más que otros.
    Hasta el próximo!!

  7. Leticia Level Gonzalez 10 de noviembre de 2016 a 4:47 #

    Holas a todos!! Para mi este libro ha sido como una ola, la primera parte no me gustó, la segunda fue como la cresta de la ola, me encanó y en la tercera parte se desvaneció la ola y con ello el gusto por la novela.
    Rescato de esta parte, el deseo que tuvo Ronny de irse del pueblo, a fin de ser tratado como una persona normal que puede valerse por si mismo y no como lo trataban sus amigos, que si bien lo hacian por el amor que le tenían, lo hacian sentir inútil e incapaz.
    Nuevamente, otro hombre, cuyos problemas internos, afectan su autovaloración y es el caso de Kip que al igual que Lee demuestra su baja autoestima cuando dice … » Cuando miro a un tipo como Henry y veo lo sencillo que hace que parezca todo, veo que sus hijos lo adoran, que Beth lo adora, que el pueblo entero loadora, pienso «No estoy a la altura»Yo no soy capaz…. Felicia por el contraria, se muestra muy segura de lo que quiere y eso es tener un hijo y lo logra. Una demostración de estar claro es perseguir tus sueños, no los sueños de otros.
    Otra parte muy bonita fue la forma como Beth se expresó de Ronny, lo describe como un angel, esa persona que te llaman, justo cuando tu lo necesitas, que te entiende y que te enseña de una forma sutil a que seas amable contigo misma.
    Con relación a lo que habla Chus y el mismo autor de ese compañerismo que hay en esos pueblos pobresy negados a morir, yo si creo que sea cierto. Por lo menos en mi país, me ha tocado observar como los grupos de amigos de bajos recursos, o mejor dicho de gente sencilla, con poco dinero, pero que comparten lo que tienen y disfrutan con tan poco mientras que en los grupos mas adinerados se observa mas precaución a la hora de pagar las cuentas o como compartir los gastos y como que nada es sufiente para pasarla bien. No estoy diciendo que esto es una regla ni que sea cien por ciento cierto, solo que yo he experimentando en varias ocasiones eso que expresa el autor.
    Hay una parte donde Lee cuenta que fue a cantar a un pobre pueblo pero cuando el comenzó a cantar .. «no se oyó ni un teléfono, ni nadie se distrajo o se puso a hablar»… . es tambien otra característica de la gente sencilla, sabe respetar, conectarse con el momento.
    La narración de la reconciliación me pareció aburridisima, no sé si es que tambien la traducción no la entiendo por completo o porque no soy española o porque era realmente aburrida, pero al fin y al cabo y como resulta mejor para todos, es el perdon y la reconciliación, aunque no creo que las cosas vuelvan a ser iguales, por lo menos hasta que Lee encuentre un verdadero amor y deje de ser una amenaza para Henry.
    En conclusión, para mi fue una novela corriente que no recomendaria leer.

  8. María Vieites 10 de noviembre de 2016 a 17:19 #

    Buenas tardes compañer@s de lecturas,
    A mí esta última parte terminó por desencantarme del todo, la historia del tarro de aceitunas, el disparo etc etc…. me aburrió, no me pareció creíble, me recordó a las películas soporíferas de los sábados de la TV1 o de Antena tres…..perfectas para echarse una siesta de sillón y mantita.
    Coincido con Chus en que lo mejor del libro es la descripción que hace del pueblo, Little Wing, pero por lo demás, es un libro que no me ha dejado huella, una lectura que no me ha transmitido nada y que, al igual que dice Leticia, yo tampoco recomendaría.
    Nos leemos.

  9. Marta (one) 10 de noviembre de 2016 a 22:39 #

    Buenas tardes, a mi no me gustó nadita. Aparte de algunas poéticas descripciones sobre el encanto de la vida rural y el paisaje de Wisconsin, la trama me pareció una vulgar exaltación de la amistad entre cinco jóvenes, con toques, a veces hasta cursis, de amores más o menos frustrados, que no me aportó absolutamente nada

  10. habitaciondeideas 11 de noviembre de 2016 a 9:33 #

    ¡Muy buenas! Debo decir, como comentario general, que el libro me ha gustado mucho. Matizando diré que al principio me costó entrar en la historia, ya que el vaivén del principio, alternando narración entre la boda de Kip y otros sucesos, no acababa de introducirme de lleno en la historia. Pero después de ese tramo, la novela me enganchó y mucho. La humanidad de sus personajes, la historia personal de cada uno, de como los unió, los valores que menciona esta obra así como su ambientación y forma de narrar los echos. Para ser la primera obra de este escritor, debo decir que me ha sorprendido gratamente, una de esas novelas que con poco hace mucho. Le seguiré la pista a futuros libros de este escritor ¡Nos leemos!

  11. Luisa 12 de noviembre de 2016 a 21:49 #

    Hola a todos, no me resulta fácil expresar mis impresiones sobre el libro porque su lectura estuvo llena de altibajos, una mezcla de sentimientos, pienso que algo parecido a lo que sienten sus personajes a lo largo de toda la historia.

    Es de lectura fácil, sencilla y sin grandes pretensiones literarias. La primera parte fue expectante, la segunda fue entretenida, incluso en algunos momentos inesperada, pero la tercera fue decepcionante. Como alguno de vosotros ya apuntó parecía que Butler no sabía como culminarla y en sus prisas y desconcierto cierra el relato de forma atropellada y un tanto surrealista.

    Su éxito de crítica, pienso que excesivamente halagada, tanto como su buena acogida por el público mediante el boca a boca es debido al tema central de la novela que nos resulta familiar, nostálgico y por ello va directo al corazón. En no pocas veces a lo largo de nuestra vida, sobre todo cuando tenemos cierta edad, evocamos aquellos días de nuestra juventud con aquel grupo tan especial de amigos, más importantes incluso que la familia, con los que íbamos a comernos el mundo, inseparables para siempre porque lo que compartíamos era inquebrantable, pensábamos que eramos un todo, indisoluble, inconscientes de que cada uno íbamos a sufrir una evolución diferente, que éramos seres humanos imperfectos y que nuestra andadura vital sería impredecible e individual aunque ese pasado común nos marcaría para siempre. El libro induce a la autoreflexion.

    Me gustó a ratos y por ser su debut literario estaré atenta a sus futuros trabajos.
    Un saludo

  12. Espectador 12 de noviembre de 2016 a 22:43 #

    hola atodos/as, veo que a la mayoría os ha decepcionado un poco la novela, destacáis la brillantez en la descripción del paisaje, convirtiendo el pueblo, Little wing en un personaje con peso, que hace gravitar a todos los personajes a su alrededor.Destaca la nostalgia por la juventud, la añoranza por los años jóvenes, cuando todos estos amigos cimentaron su amistad.Destacaría la deslealtad de Lee al contarle a Henry aquel encuentro con Beth, sin importarle lo que podría destruir en su amigo.
    Profunda amistad y amor destila la novela, y coincido con muchos de vosotros en que el final es un poco abrupto. La novela se lee fácil, fluye fácil, me ha gustado pero no me ha encantado.
    Bueno saludos a todos/as, nos leemos.hasta luego……

  13. berta 12 de noviembre de 2016 a 22:46 #

    La novela se lee bien, reitero lo dicho en el comentario anterior, en el que hay una confusión de nombre , no es espectador, es Berta , la que hace el comentario

  14. Lory 13 de noviembre de 2016 a 12:10 #

    En comentarios de semana anterior, leí que alguien decía que no había leído ninguno de los comentarios anteriores; supongo, para que no condicionaran. Espero que leyera después ya que creo que el enriquecimiento viene de las opiniones de los otros, un punto de vista que tú no tomaste en cuenta… A mi me ocurre lo contrario: tengo que leeros antes de comentar y, a veces, cambia un poquín el tono de lo que voy a escribir.
    Me reafirmo en el 6º personaje, que es el pueblo-relación-ambiente. El libro, lo dejaría en el aprobado justito; lenguaje claro y trama sencilla. El final, para mi, sobra. Por mi forma femenina de ver, es tan forzado… quizá me falta una borrachera para entenderlo. Mi final estaría en la boda de Ronny y las palabras que dice en pág. 299-300, como Chus apunta: Chicago me gusta… Y ya nadie se fija en mi. Nadie me dice lo que tengo que hacer o dejar de hacer. Este personaje, que me gusto desde el principio, con su pareja, son los que consiguen alcanzar sus sueños. Salir del pueblo y de aquel ambiente.
    Se me hace difícil de juzgar el libro xq tiene páginas bellas, poéticas… Chus se refiere al párrafo de Lee respecto a la boda de Ronny, donde hace un alegato al valor de las pequeñas cosas; el cap de Henry donde habla de su padre, alguna reflexión de Kip…
    No es un libro para recomendar pero tampoco horroroso.
    No recuerdo ningún comentario acerca de la dificultad de mantener la amistad a través de los años, sobre todo con un nivel de comunicación profundo.
    Hasta el próximo. Disfruto mucho al compartir los comentarios y otras opiniones distintas a la mía.

    Gracias a Chus como siempre: ZAZO

  15. Gloria 13 de noviembre de 2016 a 22:23 #

    Hola a todos,

    En mi opinión la novela ha ido de más a menos. Lugares comunes, previsibilidad y una trama artificial y mal resuelta en el triángulo amoroso.A destacar la poesía con la que describe el paisaje y la certera presentación de ambientes. Achacable a la editorial, fallos en la traducción.Aprobado raspado.

    Un cordial saludo,

    Gloria

  16. Ana María Heinze BFRP 14 de noviembre de 2016 a 1:45 #

    Hola gente !!! Personalmente no me ha encantado y tampoco disgustado, si me resultó algo tedioso creo porque al no creerme los personajes, pues me parecieron muy estereotipos de película norteamericana, de esas que tratan de abordar lo humano sin profundizar. No creíble para mí, ni los personajes, ni el retrato del pueblo. No lo logré, trate de encontrar alguna clave, pero no hubo nada que me conmoviera. El ejercicio de leer siempre me parece interesante, aunque sí algo no me interesa no sigo, pero en el club es diferente, no es tanto el libro mi interés , sino lo que compartimos, las diferentes miradas me enriquecen y como siempre ese compromiso de Chus que admiro tanto, no puedo dejar el libro sin terminar, aunque confieso que esta vez me costó. Pero ustedes valen la pena .

    Un abrazo al grupo
    Nos leemos en el próximo libro

  17. Lea Schutz 14 de noviembre de 2016 a 20:27 #

    Tienen razon los que dicen que es cursi en la descripcion del pasado,tambien la manera rocambolesca de curar las heridas entre los dos amigos.
    Agregaria que tanto,la novela como las historias de los personajes tienen finales felices.
    Tan al estilo usa,que en si mismo es un guion de una peli.
    Seguramente en little wing gano trump.vieron que no aparece un negro ni un latino ni siquiera alguien de la comunidad gay-lesbian-trans?
    Bueno yo por mi parte me la lei de un tiron!
    El lugar donde transcurre es encantador y los personajes entrañables.
    Sin duda estare atenta a los futuros trabajos de buttler.
    L@s saludo y hasta la proxima lectura.
    Lea

    • Paula 14 de noviembre de 2016 a 20:32 #

      Hola Lea.
      Aparecen mexicanos, que se dedican a la construcción.
      Saludos

    • tonichin 15 de noviembre de 2016 a 1:48 #

      En el fondo todos sabemos que el forastero que le pegó un balazo a Lee, con sus «ropas holgadas y sus cadenas de oro», era negro. Y de los latinos sólo nos dicen que hay 1 al que «le gustaban mucho las mujeres», del resto sólo sabemos que viven juntos, aislados, y que hace mucho frío. Esta novela en realidad lo tenía todo.

      Por favor, notad el sarcasmo de mis palabras.

  18. Lola 15 de noviembre de 2016 a 14:42 #

    Hola a tod@s:
    Este libro me ha resultado fácil de leer. Me ha gustado por un lado las voces diferenciadas de sus personajes y por otro la descripción tan detallada de Little Wing, apartado con el que más he disfrutado, parece complicado conseguirlo a la hora de escribir.
    Rezuma nostalgia de juventud perdida y el valor supremo de la amistad, aunque quizás un poco almibarado.
    Tampoco me parece creíble como arreglan los desencuentros como adultos. Cuando una amistad se siente traicionada y/o rota, es difícil volverla a situar en el momento anterior al conflicto.
    Aprendo mucho con vuestras aportaciones, muchas gracias y a Chus por su elección.
    Saludos, hasta el próximo

  19. Marta (two) 15 de noviembre de 2016 a 15:40 #

    Hola a todos: a mí me ha gustado mucho el cómo, y me ha gustado menos el qué, me ha enganchado poco, quizá porque los veo lejanos y un poco no se si superficiales o infantiles… Yo tampoco creo que se resuelva tan fácilmente una infidelidad, ni con bodas.
    En cambio la descripción de los ambientes y del amor a su pequeño pueblo está muy bien reflejado, es poético y emocionante.
    Esperando el próximo. Saludos a todos.

  20. Kelly 16 de noviembre de 2016 a 22:59 #

    Hola a todos,
    Como a la mayoría de compañeros me ha parecido bastante superficial, con unos personajes infantiles e inmaduros ,y como colofón unas historias totalmente artificiales e increíbles…
    Final predecible de «buenismo» infinito todos son tan felices y tan amigos, que solo les queda comer perdices…
    Quizás esa simplicidad, inmadurez e infantilismo sea lo común en ese tipo de grupos sociales, como podemos ver en las películas de domingo por la tarde o en personajes como Homer Simpson …
    Es un canto a la juventud y la amistad pero demasiado empalagoso para mi gusto.
    Creo que de momento resultaría factible para lectores adolescentes pero el autor tiene todavía mucho que leer y aprender para su próximas obras…
    De todos modos coincido con Lory y Ana, que lo más importante de un club, es poder conocer y valorar las opiniones de los demás lectores, que nos dan otros puntos de vista y es lo que nos enriquece. Por supuesto, no antes de leer, pero sí antes de opinar leo todos vuestros comentarios.
    Saludos.

  21. Raquel 18 de noviembre de 2016 a 23:53 #

    Hola, el libro me gusto, me pareció estar viendo una película, es ágil, entretenido y me siento representada en los afectosdel pueblo de donde vengo y las amistades

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