Antes de pasar a comentar esta primera parte de La hija del Este, quería hacer una alusión a la foto de portada y a las citas que encabezan la novela. La foto claramente es de Ratko Mladic y su hija Ana. Es muy significativa esta foto. En ella se ve a un joven y apuesto Mladic que mira al infinito con satisfacción y serenidad. Entre sus brazos está la pequeña Ana que sonríe a la cámara tímida y también contenta. La viva imagen de la familia (en este caso el padre y la hija) feliz. Suponemos que son buenos tiempos, todavía falta mucho para la guerra. No es casual que se haya escogido esta foto en la que se muestra la unión de los dos protagonistas de la novela así como la cara humana del genocida Mladic. A lo largo de la lectura iremos conociendo la estrecha relación que mantenían y la cara más amable, de padre amantísimo y hombre alegre y bueno, del general. Pienso que la autora quiere recalcar la parte humana de todos los asesinos que, aunque nos cueste aceptar, existe. La dicotomía bien-mal que se da en el ser humano. En la foto no podemos vislumbrar ni por asomo las atrocidades que cometería unos años después este hombre de mirada y gesto amable. ¿Qué opináis vosotros?
Respecto a las citas ambas son también muy significativas. Por un lado, la del filósofo marxista Hegel que dice una verdad como un templo y que podremos comprobar cómo se cumple, una vez más, en la parte histórica de esta novela. Y por otro lado, una cita de Ratko Mladic que muestra a las claras lo que realmente hizo este hombre: matar y matar, y no sólo en el frente de batalla, como única manera de intentar conseguir un nuevo estado, el serbio, llegando a lo que ha sido calificado como un auténtico genocidio. ¿Qué opináis de ellas?
La novela posee un buen comienzo, muy original y actual, que nos pone sobre la pista de la historia que vamos a leer. Un vídeo colgado en Youtube en el que se nos muestra primero a la familia feliz en dos momentos: en el de la guerra (1993) y en una escena familiar campestre, para pasar después a la visión de una esquela seguida de un féretro ante el que los padres destrozados lloran a su hija muerta. El capítulo introductorio termina con estas palabras: en el vídeo, un fundido en negro separa el plano que muestra a la chica risueña de la escena de su velatorio; dura menos de un segundo esa pantalla oscura, pero encierra un enigma y, quizá, una explicación. Esta frase contiene el quid de esta novela: ¿por qué una chica tan alegre y feliz se suicidó? Es lo que, leyendo, vamos a intentar averiguar. Y el verdadero motivo que movió a Clara Usón a escribir La hija del Este. Pero para ello es necesario indagar también en la historia real del país, actualmente países, en el que se desarrolla la historia personal de la novela: la antigua Yugoslavia que Tito creó después de la Segunda Guerra Mundial logrando unificar y logrando que vivieran en paz durante más de cuarenta años pueblos muy diferentes: los serbios, los croatas y los bosnios. Y que, una vez desaparecido Tito, se despedazaron los unos a los otros en una cruenta guerra civil hasta conseguir la precaria paz que disfrutan hoy en día desmembrados en seis países.
Antes de seguir quiero dejar un apunte. Es respecto al narrador. Desde el primer momento nos preguntamos: ¿quién narra esta historia? Como ya os dije, lo comprobaremos hacia la mitad de la novela, pero, este capítulo introductorio está narrado, a mi parecer, por la propia autora, Clara Usón.
Esta primera parte comprende siete capítulos, de los cuales tres (los pares) son los denominados “Galería de héroes”. A través de ellos el narrador va a intentar explicarnos parte de la compleja historia de los Balcanes. Es la parte histórica y real de la novela. En realidad excepto los dos primeros capítulos, que nos hablan de los orígenes del pueblo serbio a través de la historia-leyenda del rey Lazar y la batalla de Kosovo contra los turcos acaecida en 1389, el resto de la “Galería de héroes” se centrará en las figuras de Slobodan Milosevic, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, claves para entender la guerra de los Balcanes, así como de alguien más, que por ahora no desvelaré, del que ya hablé en el post introductorio de la novela. Por supuesto hay muchas alusiones a la Yugoslavia comunista de Tito y a la terrible Segunda Guerra Mundial, en la que esta zona estuvo ocupada por los nazis y en la que se libró una cruenta batalla entre los partisanos, que eran comunistas, los nazis, los ustachas (croatas que apoyaron a los nazis) y los chetniks (serbios que primero se opusieron a la ocupación nazi para acabar finalmente apoyándolos).
En esta primera parte, además de la poética, aunque sanguinaria, leyenda de la batalla del rey Lazar contra los turcos que nos sirve para entender lo que va a pasar después, se nos cuenta la vida y milagros de Slobodan Milosevic: un niño obediente, empollón y patoso que pasó a ser denominado “el pequeño Lenin” en su juventud porque él era más comunista que nadie. Hizo carrera política y después, cuando comenzaron a soplar los vientos nacionalistas, se convirtió en un acérrimo defensor de la patria serbia. Un chaquetero ávido de poder cuya secreta pero firme ambición era ver su foto por todas partes y cualquier medio era aceptable si le ayudaba en la consecución de ese fin supremo, ser el nuevo mandamás. Y lo consiguió llegando a convertirse, en junio de 1989, en presidente de la República Serbia. A partir de ese momento sólo guerra, guerra y más guerra. El capítulo nos narra cómo se desarrollaron las de Eslovenia y la de Croacia dejándonos a las puertas de la de Bosnia. En este capítulo el narrador comienza a dar señales de quién es: un joven que vive en Belgrado todavía con sus padres y que se opone al nacionalismo: Serbia es pequeña, es un puto país de mierda, lleno de gilipollas nacionalistas como vosotros les increpa a una pandilla de patriotas serbios. Nos habla de sus amigos de por entonces, comienzo de los años noventa, y de su familia mientras nos desgrana la historia de Milosevic. Su lenguaje es coloquial y lleno de ironía tal como corresponde a un chico antinacionalista que vive en el hervidero patriótico en que se ha convertido Serbia. Hasta en el estilo en que están escritos estos capítulos la autora es cuidadosa.
Los capítulos impares (3, 5 y 7) nos van a contar la historia de Ana Mladic, una estudiante de medicina. Están narrados en 3ª persona desde el punto de vista de la propia Ana. Comienzan en marzo de 1994 cuando Ana, acompañada de un grupo de amigos, realiza un viaje de cinco días a Moscú. Quieren divertirse. El primer capítulo nos va presentando a los amigos, cada uno representa un arquetipo, que vierten críticas, no exentas de burla, al antiguo comunismo y a la guerra de Yugoslavia, en pleno apogeo. Nos muestra la situación actual de Rusia que se ha lanzado al capitalismo más feroz y está en manos de las mafias. Hay numerosas alusiones a la Serbia de esos momentos sometida a un embargo muy fuerte por parte de los países occidentales y a una alta inflación. Petar, el amigo más crítico, es un intelectual irónico al que Ana odia. Se nos presenta la idea de Ana de la guerra, idealizada, distorsionada, totalmente equivocada por influencia de su padre, al que adora y cree ciegamente. Tiene una bronca monumental con Petar sobre la guerra en la que Ana pierde el control. Se va furiosa y rememora su historia más reciente, sobre todo sus últimos amores (con dos hombres totalmente distintos), sus estudios y su familia. Ana, ya en el capítulo 5, harta de todo y con ganas de perder el control y transgredir las normas, algo que nunca hace ya que es una excelente alumna y una chica formal, se emborracha y en la noche moscovita conoce a un hombre que es muy amable con ella: Sasha, un fotógrafo de prensa ruso, que va a ser clave en esta historia. Ana amanece con resaca al día siguiente y se queda sola en el hotel pensando en su vida. Tiene muy presente a Dragan, su último novio aunque nunca estuvo enamorada de él. Dragan, un alocado joven bromista, despreocupado que sólo piensa en divertirse (y en hacer negocios sucios de pequeño contrabando), acaba en la guerra y muere en ella. Algo que también va a ser clave en esta historia.
Ana es una mujer con una gran ética, íntegra, buena, estudiosa, con un gran afán de autosuperación y voluntad. Pero equivocada. Aparece su padre como una presencia poderosísima. Su padre que todo lo hace bien y que la adora. Ella en el fondo lo que quiere es irse al frente de Bosnia a curar a los heridos serbios que luchan por su libertad ante los ataques de los asesinos bosnios. Eso es lo que piensa Ana. No quiere oír ni una palabra de sus amigos en contra de la guerra y de los serbios. Están equivocados. Y ahí la dejamos. En sus firmes convicciones tanto personales como políticas.
Plazos
Es la hora de vuestros comentarios sobre esta primera parte que está plagada de información y acontecimientos. Hay mucho de lo que hablar. De ahí mi extensión en el post. Y eso que me he dejado muchas cosas atrás que podréis comentar vosotros. A lo largo de una semana más o menos comentaremos esta parte y seguiremos con la lectura que irá desde el capítulo 8. Galería de héroes: Radovan Karadzic (pág. 150) hasta el final de capítulo 12. Galería de héroes: el último bogomil (pág. 298).
Los holocaustos, los genocidios nunca son percibidos como tal por quienes los llevan a cabo. El secreto es tan viejo como el mundo, se basa en considerar inferiores a los asesinados. Los nazis no masacraban personas judías, masacraban «sub-hombres» y lo mismo podemos decir de armenios, kurdos, indios nativos americanos, etc.
Sólo bajo esta perspectiva podemos seguir considerando hombres a los genocidas, hombres con su familia, su trabajo, sus amistades.
Bueno, el hombre es muy dado a eso: ver a los otros como extraños, amenazas o inferiores (es algo que en Antropología se denomina etnocentrismo: lo tuyo es lo mejor y lo del otro es malo), por eso los nombres originales de muchos pueblos y tribus suele ser «los hombres», «los hombres verdaderos», «el pueblo», y cosas similares; y los nombres que en sus lenguas les dan a los demás grupos suelen ser cosas como «los otros», «los no-humanos» y parecidos. Es algo muy humano, precisamente, ver al otro como un extraño o una amenaza si hace cosas demasiado diferentes a las culturalmente aceptables dentro de tu propio grupo. Supongo que en la actualidad se sigue cojeando de ese pie, por mucho que algunos intentemos hacer del mundo algo más igualitario, equitativo y global (aunque no en el sentido que se le suele dar al término de «globalización»). Se usa mucho también el miedo a que vengan otros a intentar eliminar tu cultura, lo que te hace diferente de los demás, de ahí que en muchos sitios donde siempre ha habido problemas, sea fácil enarbolar la bandera del diferente peligroso (y muchas veces ni siquiera es porque se considere «inferior», sino simplemente «extraño»).
Pasando a comentar más la obra en sí, desde mi punto de vista, me sobra bastante ese primer capítulo, que sí, entiendo que intenta ser una especie de cuento previo sobre lo que se nos va a mostrar en la obra, un preliminar, que sin embargo, creo que le quita fuerza, porque se ve demasiado fuera de lugar en comparación con el resto de la obra.
Los capítulos pares me han resultado mucho mejores en todos los sentidos que los impares, que veo más flojos tanto en la escritura como en la misma historia, pareciendo casi que hayan sido realizados por distintas personas. No sé si esto último fue intención de la autora, porque los capítulos pares me parecen mucho mejor llevados, más líricos en cierta forma (al menos los que he leído hasta ahora), mucho más trabajados e interesantes. También puede ser que mi alma de historiadora y estudiante de antropología me lleve a verlos de esa forma. La historia de Ana me parece que tiene menos fuerza que el resto de historias con las que se mezcla; o quizá sea precisamente el que se vea a todos esos compañeros estereotipados, y que sea un poco más anodino todo lo que le sucede. De todas formas, me está resultando una lectura más entretenida y apasionante de lo que pensé en un principio.
Hola a todos, hasta ahora la novela me atrapó, algo no muy difícil ya que el tema me apasiona porque cuando sucedió, que para mi fue ayer, no era capaz de entender como a finales del siglo XX, en el mundo civilizado, en el corazón de Europa, todavía en la memoria el holocausto de los nazis, que también sufrieron en sus propias carnes, fueran tan irracionales como para incendiar varias guerra civiles y acabar perpetrando uno de los mayores genocidios reconocidos así en el mundo entero.
Coincido con J.Pesquero en que los genocidas nunca perciben sus salvajes acciones como crímenes contra la humanidad, solo contra algún grupo que por alguna razón, étnica, religiosa, económica, racial… merece su exterminio. Pero al mismo tiempo si son conscientes de sus delitos por cuanto o los niegan (en este caso las crueldades las cometían los bosnios) o los ocultan. Me gustó la exposición que hace la autora sobre las muy diversas aristas del ser humano. Lo vemos cada día, psicópatas, maltratadores, pederastas que eran excelentes vecinos, compañeros de trabajo o como en nuestro caso, buen padre y esposo amantísimo.
Tampoco creo que se deban demonizar los nacionalismos, lo digo por el título del comentario “Se empieza entonando canciones folklóricas y se acaba empuñando un kalashnikov”. No tienen porque implicar xenofobia ni exclusión y puede ser compatibles con la libertad, la tolerancia , la igualdad y los derechos individuales. Ana es una ultranacionalista que sin embargo se horroriza con lo que descubre sobre las acciones de sus compatriotas, y niega la autoría de su padre en semejante barbaridad.
Seguiré disfrutando con la novela y agradezco la claridad con la que Clara Usón expone un conflicto que por su complejidad no es nada fácil explicarlo.
Sólo un pequeño comentario para decirle a Luisa que el título del post es una frase del libro puesta en boca del narrador de la historia en el capítulo dedicado a Slobodan Milosevic y como tal debe tenerse en cuenta. Es el punto de vista del narrador que la autora escoge el que está detrás de esa frase. Y la escogí porque refleja perfectamente lo que piensa el narrador que es antinacionalista en el contexto de la guerra de Yugoslavia. Creo que no hay que sacar la frase de su contexto. Por supuesto se puede estar de acuerdo o no y para eso están vuestras opiniones.
Suelo tomar como títulos de los post frases de las novelas que comentamos para ser fiel al autor o autora.
El comienzo de este libro me parece bastante impactante, de una gran fuerza visual, ya que nos indica la visualización de un vídeo con escenas cotinianas y tras un fundido en negro instantáneo, que puede representar una vida o una situación que lo cambia todo, sobreviene la muerte y la desaparición. Tras esto comienza a narrarnos durante toda la novela lo que puede haber en ese cambio de imagen, de situación.
La autora nos presenta ideas como en forma de piezas de puzle que a medida que avanzamos en el relato vamos recuperando y utilizando para ir encagándolas y construir la historia. Consigue de esta forma que seamos más partícipes, involucrándonos más.
Me parece muy interesantes Chus que comiences explicando la foto de la portada, ya que es muy ilustrativa, aunque considero que en ella la protagonista es la niña (Ana) que nos mira, desde el regado de su padre que no sólo mira indiferente con la vista perdida y la atención fuera de la foto, sino en actitud protectora. Asó Ana se siente protegida de todo por su padre y esto le crea quizás la dependencia de no poder afrontar el mundo sola …
En cuanto al padre que pudo ser bueno y luego un carnicero, es más factible que como todos llevemos dentro lo bueno y lo malo. En determinados momento predominará uno u otro, son las circunstancias junto con nuestra capacidad de matizar esas manifestaciones las que posibilitan que nos mantengamos alejado de los extremos. Creo que no fue mucho peor que muchos de sus compatriotas lo que ocurrió es que tenía más poder y alcanzó a más personas, y además sirvió de ejemplo a los demás sobre la forma de actuar. Fue la permanencia a un grupo, la tribu, y el miedo a sus posibles enemigos (más bien ficciticios), lo que provocaron esta masacre.
Chus siento no haberme explicado bien. Sé que es una frase del libro, en este caso, perteneciente a alguien cuyo pensamiento es claramente antinacionalista. Mi comentario se refería al mensaje que se transmite en él, que se podría aplicar en cualquier contexto donde el fundamentalismo nacionalista desembocó en un conflicto armado. En ese sentido, hablaba de no demonizarlo porque todas las posiciones son válidas y respetables si no se cruzan las lineas del sectarismo . No pretendí sacarla de contexto y mucho menos atribuírtela.
Disculpas por el malentendido
No te preocupes, Luisa. Sentí la necesidad de aclararlo también para todos los demás. Es un tema delicado que requiere tratarlo con tacto. Escogí ese título porque me pareció muy ilustrativo de lo ocurrido en la antigua Yugoslavia y también para generar debate, como así ha sido. Estoy de acuerdo contigo respecto a no demonizarlo.
Hola a todos,
Ya había leído el libro en el momento de su aparición por el interés que me suponía un conflicto tan inconcebible en la Europa actual, como bien dice Luisa, y me había resultado muy interesante entonces y espero ahora apreciarlo mejor con vuestra ayuda.
Me resultan muy amenos los cambios que va dando entre capítulos con los saltos en el tiempo y entre personajes, las diferentes épocas, las historias y mitos , biografías, etc.
Para mí ,lo más interesante del libro resulta la capacidad de la autora para transmitirnos los diferentes puntos de vista y sentimientos de los diversos personajes que nos presenta, debe ser muy difícil y para el lector muy enriquecedor. Me interesa mucho conocer o suponer cómo lo veían ellos cada uno desde su posición, étnica, social, geográfica,. etc y con las diferencias abismales que esto conlleva.
En cuanto a los dictadores, como se ha visto a través de la historia, todos ellos, al igual que nosotros tenemos una dualidad innata entre el bien y el mal en el que sin llegar tan lejos como ellos, todos los días vemos casos de violencia por celos, posesiones, herencias, parejas fallidas, etc en personas comunes y corrientes, incluso vecinos o conocidos, que según ellos «han hecho lo que tenían que hacer», justificando así sus acciones, lo que sucede es que muy pocos llegan a tener el poder de un Stalin, Hitler, Mao, para llevar a cabo una violencia tan masiva.
Respecto a las citas del principio creo que son muy reales y fácilmente comprobables, puesto que la Historia no deja de repetirse una y otra vez y cada vez las fronteras quedan marcadas con sangre hasta que se vuelve a empezar….
Como temas principales:
-.el etnocentrismo, como dice Saevor, que siempre nos hacer creernos mejores que los demás, y que siempre funciona porque a la mayoría de la gente le fascina esa superioridad de pueblo elegido, con lo cual los políticos tienen la mitad del trabajo hecho….
-.la manipulación de las masas por políticos y medios de comunicación
-.las miserias que trae el comunismo que afecta a a la mayoría del pueblo, excepto a los que saben aprovecharse de esas carencias en su beneficio
-.los peligros de los nacionalismo radicales.
Muy interesante.
Saludos
Creo que éste es el vídeo al que hace referencia la novela en su principio … y verlo puede servir para comprobar si era así como nos lo imaginamos.
Hoy se ha publicado en prensa la siguiente noticia: «Karadzic fue el “motor” de la limpieza étnica en Bosnia, según el TPIY», (TPIY, Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia), mientras que este miércoles deberá exponer su defensa para intentar evitar la posible condena a cadena perpetua.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/29/actualidad/1412007201_730408.html
En esta primera parte de la lectura de la novela, como ya he comentado, nos va dado trozos de información histórica, leyendas o personal, que usamos más adelante casi sin darnos cuenta. De forma que avanzamos más rápidamente en la comprensión del relato ya que lo vamos construyendo nosotros mismos.
Además, también nos muestra la autora información conttradictoria, que sin embargo nos sirve para tener la certeza de que la información es manipulable. En este caso la escritora busca que tengamos la sensación de que son posibles varias interpretaciones, aunque algunas sean más interesadas y por tanto no confiables. Por ejemplo, cuando Ana se siente culpable por el alistamiento de su antiguo novio por el posible depecho ante su ruptura, a continuación expone que en realidad él no estaba afectado por lo que lo que hizo no fue por su culpa, son diferentes formas de afrontar un hecho, y Ana quiso de alguna forma dramatizar en l primer caso. También históricamente, después de relatar la leyenda de la battalla de Kosovo, totalmente idealizada, nos cuentan que quizas no perdieron los serbios y que no fue en realidad como se contó. Estas contradicciones las va presentando la autora con la intención de hacer ver cómo es posible interpretar unos hechos de formas radicalmente diferentes, y así, por interés personal, social o político, se hizo con el desmembramiento de la antigua Yugoslavia, la búsqueda de la gran Serbia y el miedo que se inculcó, y la venganza que fue creciendo a medida que las atrocidades iban tocando la vida de sus habitantes.
Las causas que propiciaron esta dramática guerra que fue más allá del ensañamiento, la defensa o incluso la venganza. Fue mucho más allá, desde los primeros momentos se radicalizó, e imperó el miedo más visceral, ya que éste es lo único que justificaría la extrema violencia casi sádica que se desarrolló. El hecho de la mezcla étnica en el territorio y el ambiente familiar hizo que la necesidad de tomar partido por cada facción provocara romper familias y radicalizar la guerra por estos conflictos. La necesidad de demostrar la pertenencia a la etnia para no quedar aislado socialmente frente al sufrimiento por el daño familiar, es una situación que va aumentando el rencor y consecuentemente la violencia de la respuesta personal.
En la novela, se nos dan ejemplos que van contra el aglutinamiento social o étnico, de forma que nos hace ver que no todos los croatas son de una forma, ni los serbios, ni los bosnios, ni sus mezclas; ya que en realidad son ante todo personas independientes que viven en un lugar y con una cultura. Ésto es lo que se olvidó durante la guerra, se radicalizó (interesadamente), propiciando el agrupamiento sin reservas, ni criterio, no ya por similitud sino por oposición.
Desde el inicio del planteamiento de la novela, ya incluso con la imagen de portada, como por su esbozo al describir el video colgado en You Tube la autora plantea como dice Chus la dicotomía bien-mal que se da en el ser humano. Resulta incontestable que cuando somos niños tendemos a creer en la omipotencia de nuestros padres, lo que nos lleva a admirarlos ciegamente hasta que llegada la madurez nos empezamos a cuestionar los valores y la personalidad de quienes nos educaron. Es en ese momento cuando se despierta la distancia crítica que nos permite situarnos ante el mundo con nuestro propio posicionamiento. Al igual que nos resultaba a muchos sorprendente en la anterior lectura de “El olvido que seremos” la idealización incondicional en la novela de la figura paterna (en mi opinión justificada en tanto homenaje a la persona fallecida en la lucha por sus ideales) en este caso nos llega incluso más adentro el terrible bofetón de realidad que recibirá Ana al conocer todas las atrocidades que cometió su otrora amado padre y que ella no pudo perdonar. Quizá su final fue por ese no perdón y esa no comprensión de tanto mal habitando en un ser al que quiso desde sus mismas entrañas. Ya veremos cómo va desgranando su evolución el relato.
Pasando a otro análisis, el planteamiento de la novela me parece muy interesante dado que contextualiza la historia de su protagonista en el conflicto a la vez que narra paralelamente de una manera histórico-documental la génesis y el desarrollo del conflicto de los Balcanes.
En mi opinión tanto detalle, tantos datos asfixian un poco el otro relato que fluye a la par, a sus expensas, con la descripción del viaje de esos jóvenes a Rusia y su posicionamiento político ante la realidad que palpan.
Comparto con Saevor la idea de que el estilo narrativo de uno y otro no tienen ni de lejos la misma intensidad. En cambio a mí me parece demasiado densa la sucesión detallada de los hechos históricos, contados cierto es de una manera magistral, para enlatarlos en una novela que no aspira a ser un manual de Historia. EL peso de lo que quiere contarnos me resulta demasiado para el mimbre escaso que sostiene el relato de las vicisitudes de los jóvenes.
Interesándome el trasfondo político, que indudablemente explica el devenir de la protagonista, me atrae más el lado humano de la hija en su despertar crítico. Imagino que según avance el relato el pulso de la escritora nos llevará más a ese terreno de los sentimientos. Veremos
Por último agradezco a Chus su explicación sobre el sentido del post, no tanto porque nos quedaba claro que era una cita sin intención, como el otro debate que genera, a mi modo de ver también interesante, sobre la demonización de los nacionalismos, tal y como indica acertadamente Luisa.
Buenos días, tardes o noches.
Comenzaré hablando un momento sobre la estructura de la novela hasta el momento leído. Pienso que ésta hubiera resultado más brillante si la autora dedicara cada capítulo independientemente a instantes diversos de la preguerra, guerra y posguerra en los Balcanes haciendo de todos esos elementos autónomos un todo único. Digo ésto porque por momentos me parece estar leyendo más los apuntes de la autora para escribir el libro que una novela ya cocinada. Pero bueno, es una opinión personal.
De cualquier manera su lectura me resulta interesante por varias razones. La primera de ellas es descubrir lo póco informado que estoy sobre esta tragedia. Reconozco haber revisado por youtube grabaciones para ponerme «al día» y saber exactamente qué papel jugaron los eslovenos, croatas, serbios, bosnios,…parafraseando a Perez Reverte: «en el año 92, mientras el mundo celebraba la Expo y las Olimpiadas, Bosnia se desangraba en manos de los paramilitares serbios».
Otra idea que me llegó a la mente a través de la lectura es la capacidad de manipulación que pueden llegar a tener los medios informativos, desinformando en muchos casos pero también me hizo recordar la autora esa idea de «el buen alemán» (así se titula igualmente el film). Es decir, en esta novela podríamos hablar de «el buen serbio». Clara Usón destaca brillantemente cómo no existe sentimiento de culpabilidad y, es más, ninguno de los personajes -salvo los más críticos- parece haber sabido de las atrocidades que se estaban cometiendo ni conocer o haber participado en éstas. La autora nos muestra una «amnesia colectiva de la sociedad serbia». Lo atroz de ésto último es que existe en la realidad de la Serbia actual…es decir, salvo los acusados en su momento de «antipatriotas», el resto de la ciudadanía actual serbia dice no saber nada, que los estaban engañando, que fueron obligados a ir al frente,…al parecer, como en Alemania, nadie conocía a Adolf Hitler.
Volviendo al tema central que no deja de ser la novela sí quiero señalar que me gusta, y mucho, el ritmo o la cadencia de los párrafos. En «Los platos picantes de la cocina tártara» ya comenté que tenía la sensación de leer un telegrama, whatsup o similar. Clara Usón escribe con cierta densidad y mucha calma según mi percepción y al menos en esta novela. Son capítulos llenos de simbolismos. Esa escena histórica ocurrida hace 600 años se entrelaza, por ejemplo, porque ese lugar existe y allí comenzó todo lo que nos tocó vivir. En ese campo de batalla dió Milosevic el famoso «discurso de Gazimestán» (éste dato lo he buscado) pero la imagen sí que la tenía guardada en la retina desde el año 1989 cuando comenzaron los disturbios y el enfervorizamiento nacionalista.
Creo también que la autora con la presentación y desarrollo de los jóvenes que viajan a Moscú pretende describir «la nueva generación» y cada personaje representa un rol o una imagen de la sociedad serbia. Ojalá que la autora en futuros capítulos desarrolle más profundamente esos personajes y así descubrir de qué distintas maneras puede responder el ser humano a un hecho…la guerra.
Estoy totalmente de acuerdo con Julio cuando dice que los genocidios son posibles porque los que los cometen consideran inferiores a los que intentan exterminar. Saevor nos documenta sobre el tema con una aportación antropológica muy interesante, ¡gracias!, sobre todo cuando dice: «Se usa mucho también el miedo a que vengan otros a intentar eliminar tu cultura, lo que te hace diferente de los demás, de ahí que en muchos sitios donde siempre ha habido problemas, sea fácil enarbolar la bandera del diferente peligroso (y muchas veces ni siquiera es porque se considere “inferior”, sino simplemente “extraño”)». Pero no estoy de acuerdo con ella respecto a que los capítulos dedicados a la historia de Ana son más flojos. Para mí tienen la misma fuerza que los otros sólo que lo que cuenta es más cotidiano, es la parte de ficción en la que yo creo que la autora se esmera y saca a flote su escritura más personal. A mí me mantiene la atención tanto o más que los capítulos pares porque la construcción del personaje de Ana y su pérdida gradual de inocencia están muy bien dosificados y narrados. Ahí estoy con Susana. Y la alternancia de capítulos lo veo un logro en la estructura (lo personal y lo colectivo) y una manera original de desarrollar la historia de ficción enriqueciéndola con la historia real.
Luisa, Kelly, a mí también el tema me apasiona y he leído bastante sobre él. Supongo que nos impresiona y aterroriza a la vez que haya ocurrido algo así en el corazón de una Europa civilizada y tan cerca en el tiempo, tanto que todavía están siendo juzgados los culpables. Esta novela, desde mi punto de vista, nos aclara mucho los motivos, el desarrollo de los hechos y la personalidad de los protagonistas. Es una gran lección de historia actual y un gran logro de la autora conseguir que entendamos un conflicto tan complejo y profundo.
Francisco, gracias por poner el vídeo que ocupa el capítulo primero. Me ha impresionado verlo después de haber leído su descripción, así podemos ponerle cara a los protagonistas. Ana parece tan frágil…
Me parece muy interesante lo que destaca Yago sobre la “amnesia colectiva de la sociedad serbia”, muy propia estos conflictos. El yo no sabía nada, yo no me enteré… porque si no ¿cómo pueden explicarse semejantes atrocidades? La cobardía del ser humano que en momentos límite, tuerce la cara y mira para otro lado.
A mí también me gusta mucho el estilo de Clara Usón. Yago habla de densidad y calma en el ritmo. Ya había leído de ella «Corazón de napalm» dejándome una muy buena impresión como escritora. Lo que más destaco es su estilo ameno, claro, directo que consigue que entiendas todo, que no te líes, sobre todo con esta novela de un tema tan complejo. Hay una gran labor de síntesis y trabajo. Además, creo percibir que disfruta con el proceso de escritura.
Hola a todos,
Como ya os había comentado, ya la había leído, y aún así me está gustando mucho releerla pues mi memoria es deficiente y había un montón de detalles que ya no recordaba.
La segunda parte me gusta más que la primera porque se entra más en materia, ya conocemos mejor las historias, los personajes y dejamos un poco atrás el inicio del viaje de los chicos que me parece mucho menos importante y solamente un escenario que utiliza para llevarnos a los temas fundamentales.
A mí, la estructura me parece excelente para mantener nuestro interés al mezclar una densidad temática tan diferente y ofrecernos una cantidad ingente de información sin que llegue a crear una monotonía que podría cansarnos.
. Inculye también momentos más relajados que nos producen simpatía, como las mentiras que se cuentan para conquistar a la persona que nos gusta, que nunca pensamos que son las tonterías más grandes y que luego recordamos con carcajadas… y vergüenza…
Muy gracioso también cuando se cuenta el incidente de Princip, y realmente fue así un cúmulo de catastróficas desdichas, de unos inconscientes y encima ebrios, que parece imposible que azares así puedan marcar la historia de la manera que lo han hecho…
Resultan increíbles las biografías de los «grandes líderes», a pesar de que la historia demuestra que fue así, y no sólo en esta guerra, sino que personajes que han hecho la historia, eran los mas rastreros, infames, crueles,… eso sí, los más intrépidos e impulsivos y que además, suele suceder que en lo que realmente les interesaba en su vida han sido unos fracasados pero buscan sobresalir a toda costa, son aquellos que pueden conseguir lo que quieren por encima de todo, y efectivamente lo consiguen.
Un error muy común es también considerar que dónde hay educación y cultura no pueden suceder tales barbaridades, como dice el padre de Danilo: «Aquí(en Sarajevo) no habrá guerra….somos cultos, civilizados, cosmopolitas,…» como ya había pasado en la Alemania anterior a la guerra.
Me parecen muy interesantes las reflexiones que va incluyendo la autora en medio de todo lo demás, como :
pág. 157: en la biografía de Radovan, donde reflexiona sobre lo especiales que nos sentimos en etapas de nuestras vidas, como la adolescencia, donde nos parece que somos seres especiales llamados a un destino único y destacado en el mundo, hasta que llega la fecha en que asumimos con fatalidad nuestra mediocridad…
pág. 166 :sobre lo que es la verdad: «No hay verdades, sólo diferentes representaciones de los hechos…un consenso mayoritario sobre una determinada cuestión…
pág. 222.:¿quienes y cuántos somos?. las múltiples personalidades que nos habitan y surgen en cada circunstancia…somos muchos y no tenemos idea de cuál está de turno…nadie conoce la verdad de nadie
hasta que las circunstancias nos ponen a prueba…
pág. 259.: la inexistencia de Dios y el Cielo,, inventamos algo que tenga sentido en nuestra vida, algo que nos haga compañía en el paso imperceptible del ser a la nada….
Me resulta una obra muy interesante y además guste o no, que merece un respeto por el esfuerzo y el trabajo de la autora, el enorme trabajo de documentación y síntesis para poner a nuestro alcance esa etapa de la historia, el cuidado lenguaje,… más aún teniendo en cuenta la cantidad de «literatura» actual que nos rodea escrita por algunos que les parece que con ser periodistas, saber algo de historia, saber juntar cuatro letras,… ya son escritores.
Saludos
Hola a tod@s, la novela me ha parecido muy interesante ya desde la presentación de Chus, aun sin haberla abierto para leer, ahora que he terminado la primera parte aunque con un poco de retraso con el calendario marcado y a remolque, tengo que reconocer que me ha enganchado. El cuento-historia del principio me dejo con los ojos como platos, y la estructura de la novela también me parece muy buena idea por un lado la historia de Ana que te engancha y para mi de más fácil lectura que la de los pares mas centrada en los personajes históricos de un conflicto del que confieso mi desconocimiento absoluto y que gracias a Clara sé algo más. Tengo que reconocer que me hice con un mapa de la antigua y nueva Yugoslavia para intentar centrarme y situar las etnias los países, y el conflicto en si, por otro lado bastante complejo de entender o por lo menos a mi me cuesta. También estoy de acuerdo en que parece increíble que tengamos que seguir leyendo y viendo, como unos se enfrentan con otros por tierras, intereses y demás con todo lo que hemos pasado a lo largo de la historia y en el siglo XX que casi acabamos de dejar a la vuelta de la esquina, en particular. Nos vemos en la segunda parte …