Este año, en vez de irnos de vacaciones estivales a finales de junio, prolongaremos la actividad del Club hasta más o menos mediados de julio con una nueva lectura. Le toca el turno a un libro considerado uno de los más importantes en la literatura en lengua española del siglo XX: El túnel del argentino Ernesto Sábato (1911-2011). Tenía ganas de que lo leyéramos y este es un buen momento pues el libro no es muy largo. El túnel escrito en 1948 es la primera novela de las tres, importantísimas, que escribió el autor. Escrita en un tono existencialista y con los recursos de la novela policiaca, es un completo análisis de la desesperanza.
Los ejemplares de El túnel estarán preparados para que podáis ir a recogerlos a partir del viernes 21 en la Biblioteca Forum.
¡No os olvidéis de devolver vuestro ejemplar de La reina sin espejo! Todavía estáis a tiempo, estos días, de dejar vuestros comentarios sobre este libro.
Hola compañeros de lectura.
Me parece muy interesante la elección del nuevo libro, de hecho lo he leído ya en dos ocasiones aunque creo que no le he sacado todo el partido. Pero nos vamos de vacaciones éste lunes y no creo que tenga tiempo para el club en éstos días. Eso sí, espero reincorporarme a mediados de septiembre.
Os deseo feliz verano y felices lecturas a todas.
Saludos
Felices vacaciones, Kelly. Supongo que desconectarás de todo lo que no sea disfrutar y descansar… pero si tienes un ratito y ordenador, échale un ojo a nuestra lectura, ¡a ver qué sacamos nosotros de ella! Si no, a la vuelta podrás leer todas nuestras conclusiones.
Un abrazo y feliz verano. ¡Nos vemos en septiembre!
Saludos a tod@s,
Estamos ya próximos a las vacaciones en nuestros trabajos y también personales, por eso aprovecho para desearle a Kelly que pase un buen verano. Antes del descanso merecido para Chus, y para nosotros en el Club Virtual … Una recomendación que parece que no es necesaria pero como están los tiempos no se sabe, no nos agobiemos más en vacaciones que en el trabajo.
Yo ya he empezado otra lectura, la novela de Lorenzo Silva (La marca del meridiano), que me relajan bastante y tengo la lista que siempre vamos engrosando de lecturas pendientes a la espera que este verano la descargue de algunos títulos aun por definir.
Como he empezado a decir, antes nos queda una lectura (yo ya tengo el libro, y la lectura que ya he empezado la comparto convenientemente), corta pero parece que intensa …
Me ha costado un poco ponerme con este libro en este tiempo ya casi de vacaciones para todos, por su tono pesimista y existencial, pero lo he acabado a tiempo de hacer mi comentario.
En esta breve novela el protagonista en su soledad y su delirio empieza a construir en su imaginación un amor que se torna obsesivo. Lo va adaptando a la medida de sus necesidades y le da el sentido que conviene a su naturaleza asocial y paranoica, atribuyendo a «su» María cualidades y sentimientos y diría incluso que poniendo en su boca las respuestas que él busca a su propia existencia. El relato describe prolijamente momentos alucinatorios en los que Juan Pablo Castel percibe comportamientos contradictorios en su «víctima amorosa», a la que trata cruelmente en una especie de venganza contra sí mismo, proyectando en ella el dolor de su vivir. Avanzamos las páginas en una narración asfixiante que provoca la náusea en el lector, que se acerca al protagonista en su delirio e intenta salvar infructuosamente de su inexorable destino a María, criatura necesaria en la que él vuelca sus frustraciones y sus sueños incomprendidos, infantiles e inmaduros, dibujando un amor manipulador y narcisista. Los celos, las obsesiones, los malos-entendidos y los sobreentendidos…el lenguaje que no se expresa y que prejuzga los acontecimientos que desembocan en el fatal desenlace. Cuando despierta de su sueño inventado y descubre su error, quiere acabar con él, como si de una pesadilla se tratara. Sólo su muerte le redimiría de su equivocación, pues en odio había convertido su idealizado amor. Se atisba en su ensañamiento una extraño regocijo, de quien no se permite la felicidad y se castiga a sí mismo, condenándose al sufrimiento infinito por su crimen. El túnel alegóricamente hace referencia a lo oscuro de su existencia donde sólo tiene sentido el principio, su infancia y el final, su muerte o la del ser querido idealizado, la única que le entendió, como su madre, la única figura que salva de la quema. El propio túnel es la oscuridad, el sinsentido de su vida frente a los demás, las personas que existen sin túneles oscuros que desembocan fatalmente en el fin, interrelacionándose y fluyendo en libertad mientras él sumido en su túnel se ve abocado al abismo y a la soledad más absoluta ….
hola Susana, gracias por tu comentario, y más en tiempos estivales. Voy a ponerlo en la última entrada que es más acorde al tema. Fíjate cuando vayas a publicar un comentario hacerlo en su post correspondiente. Gracias por todo. Un abrazo Chus