Ya estamos en la tercera y última parte. Estoy con Kelly cuando dice que esta parte narra lo que sucedió en realidad. Todo lo que nos ha contado hasta ahora Agota Kristof era mentira. De ahí el giro de 360º que da la narración. Pero hay que ir avanzando en la lectura para ir recomponiendo poco a poco el rompecabezas y, sólo al final del libro, llegar a entender lo que ha pasado en realidad. Pasemos a analizarlo.
Lo primero quisiera preguntaros sobre el porqué del título La tercera mentira. Si esta historia es la verdadera, ¿por qué entonces la autora la titula así? Otro descoloque más. ¿Cuál es vuestra opinión? ¿Será que en realidad cualquiera de las dos historias puede ser mentira o puede ser verdad? ¿Un cuestionamiento sobre lo relativos que son estos dos conceptos? Hay una posible explicación de la que hablaré más adelante, pero no estoy convencida, no sé qué opináis vosotros. Creo que este título va más allá de esta explicación.
Este tercer relato está dividido en dos partes. La primera parte está narrada en presente y en primera persona por Claus (que luego resulta ser Lucas, pero esto lo descubriremos al final. Digamos que es el Claus de la segunda parte). En ella hay saltos de tiempo del presente al pasado estratégicamente situados para recomponer la historia real. Como en La prueba, aquí también la autora retoma la historia donde la dejó en la segunda parte. Claus está en la cárcel porque su visado ha caducado. Muy pronto comenzamos a descubrir que nada es como nos lo han contado. Cuando la dueña de la librería (que ya no es Peter, éste resulta ser otro personaje) le pregunta sobre si lo que escribe es verdad o mentira, él responde: le contesto que trato de escribir cosas que han ocurrido de verdad pero que, en un momento dado, la historia se hace insoportable por su misma verdad y entonces me veo obligado a modificarla. Le digo que intento contar mi historia pero no puedo, no tengo valor, me hace mucho daño. Entonces lo embellezco todo y describo las cosas no como sucedieron sino como yo querría que hubieran sucedido. En otro momento se dice en boca de otro niño: la verdad no me gusta. Doy por hecho que todos habéis leído ya esta parte y no os voy a descubrir nada. En esta revelación de Claus se encuentra la verdad de toda esta historia. Aunque sí existe Lucas, es Claus el que ha escrito la primera y segunda parte cambiándolo todo como a él le hubiera gustado que fuera. Los gemelos fueron separados a los cuatro años de edad al inicio de la guerra por un hecho terrible (la madre asesinó al padre de un tiro delante de sus hijos) y fue sólo Claus el que vivió con la abuela (que no era su abuela) en la ciudad de K. añorando toda su vida a su hermano, soñando con él (sueños que se nos narran) y sin saber qué había sido de Lucas ni de sus padres.
Claus resultó herido en una pierna cuando la madre asesina al padre, y pasa cinco años en un hospital. Ha borrado en su mente todo lo sucedido aunque recuerda vagamente la infancia feliz junto a sus padres y hermano. En el hospital, ante su abandono total, se convierte en un niño “malo”. Después de un bombardeo, Claus es enviado a la ciudad de K. al cuidado de una anciana (“la abuela”). Allí comienza a escribir sus primeras mentiras (¿por qué lo hace?, ¿para poder sobrevivir ante tanta desolación?, ¿qué opináis?). Después de la muerte de la abuela, acabada la guerra y convertido el país en un país comunista, Claus ya con quince años, cruza la frontera gracias a un desconocido (que no es su padre como nos contaron en la primera parte) al que utiliza. Como en La prueba, Claus vuelve a K. después de cuarenta años de ausencia. Parece que ha llegado a creerse sus propias mentiras escritas en el gran cuaderno y espera a que su hermano vuelva a reunirse con él: Todo es mentira. Sé perfectamente que en esta ciudad, en casa de la abuela, yo vivía solo, que ya entonces imaginaba que éramos dos, mi hermano y yo, para hacer soportable la insoportable soledad. En esta frase tenemos otra gran verdad revelada que nos aclara el porqué de la necesidad de escribir ese cuaderno plagado de mentiras. Un policía le dice: confunde la realidad con la literatura. Con su literatura.
A partir de ahí, hay un cambio en la narración a 3ª persona durante dos capítulos en los que se nos narra la huída del país de Claus a los quince años a partir de la cual comienza a contar a todo el mundo no la historia verdadera sino la que ha escrito en sus cuadernos y, en ella, encontramos una posible explicación al título La tercera mentira: El niño firma el atestado verbal en el que hay tres mentiras. El hombre que cruzó con él la frontera no era su padre. No tiene dieciocho años, sino quince. No se llama Claus. A partir de ahí la verdad se desvela completamente. Claus es Lucas (pero ¿por qué se ha cambiado el nombre? Todo es un juego de espejos en su confusa memoria. Claus y Lucas eran uno antes de separarse, tan unidos estaban) y aparece un Klaus, un poeta muy importante, que es el que retoma la narración en primera persona en la segunda parte de La tercera mentira. En ella desvelaremos toda la verdad de lo ocurrido a partir del asesinato del padre por parte de la madre y la vida de Klaus (el verdadero, el que creíamos que era Lucas). Lucas encuentra a Klaus por fin pero éste no quiere saber nada de él y en su encuentro, miente (de nuevo la mentira), inventa una vida falsa, finge no conocerle: tengo que defenderme. Tengo que defender a mi madre. No quiero que Lucas destruya nuestra tranquilidad, nuestras costumbres, nuestra felicidad. No quiero trastornos en nuestra vida. Ni mi madre ni yo podríamos soportar que Lucas volviera a remover el pasado, a resucitar recuerdos […] Tengo que apartar a Lucas a un lado cueste lo que cueste, impedirle que ponga de nuevo al descubierto la espantosa herida. Y la espantosa herida nos la descubre en su narración Klaus. Éste tampoco ha sido feliz, y, cuando recupera a su madre, ésta le compara continuamente con Lucas, el desaparecido, el perfecto, el mejor.
El final es terrible. Lucas se suicida tirándose a un tren después del fallido encuentro con Klaus y es enterrado junto a su padre con el nombre que utilizó toda su vida a petición suya. Klaus termina esta desoladora historia con estas palabras: pienso también que pronto volveremos a estar todos juntos. Cuando muera mi madre no habrá ya razón para seguir. El tren… es una buena idea. El final es redondo, cierra el ciclo. Todos de nuevo juntos después de la muerte como cuando eran felices antes de “la espantosa herida” que truncó sus vidas. Pero este libro es muchas cosas más. ¡Contiene tanto sobre lo que reflexionar!: la identidad, el dolor, la muerte, la vida, la guerra, la literatura, el amor, el sexo… Es vuestro turno de hacerlo. Sobre esta tercera parte y sobre todo el libro en general. Es un magnífico libro, uno de los mejores que he leído.
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